Yo que siempre ando quejándome de la censura (si me leyeron el último post, Bajos instintos, 25 años después, lo comprobarán) me quedo a cuadros cuando me entero de que el autor del legendario cómic Ghost in the Shell, Masamune Shirow, exigió a Planeta Cómic que se eliminaran dos páginas de su obra como condición para que se reeditara en España.¿Contenido? ¡Ja! ¿Pues cuál va a ser? Lo de siempre: dos páginas con material radioactivo que provoca la caída del cabello de los niños y sudores fríos a los abuelos que las vean. A los adultos no incluidos en ambos grupos es de suponer que les provoque otro tipo de reacciones físicas que me abstengo de especificar por innecesario.
Planeta dio razones de su inocencia, pero ya se sabe que hay mucho descreído por el mundo. Mientras tanto, a la reedición española que se presenta en el Salón del cómic de Barcelona, a celebrarse desde hoy hasta el 2 de abril, le viene que ni pintado el estreno, mañana mismo, de la primera versión con actores de carne y hueso y título Ghost in the Shell: El alma de la máquina… que también arrastra su pequeña (o grande, según se asome uno a según qué medios o a según qué redes) polémica por la elección de Scarlett Johansson en el papel estelar del ciborg Motoko Kusanagi. Si los androides del futuro pueden parecerse a éste, les auguro un éxito de ventas arrollador.
Vayamos por partes. Como no todo el mundo sabe, Ghost in the Shell comenzó a publicarse en Japón en 1989 en formato manga subidito de tono que combinaba la metafísica con la fisicidad de las máquinas, el futuro de entonces, hoy cada vez más cercano, y el presente y el pasado de siempre: la corrupción política y policial, el control de las mentes, la tecnología más avanzada, la robótica, la integración del cerebro humano en los cuerpos fabricados artificialmente… un concentrado de sabores muy excitante.
Fue un cómic visionario que llegó al cine de animación japonés (anime, según el término acuñado internacionalmente) en 1995 con el mismo título, Ghost in the Shell, y un autor que también saltó a la fama entre los muchos seguidores de este mundillo, Mamoru Oshii. Por cierto que este buen señor se presta a la promoción de la versión actual y no se corta ni un pelo en alabar la elección de Johansson, es fácil imaginar el fajo de billetes con que le habrán convencido sobresalir de su bolsillo mientras lo hace.
El anime, el largometraje de animación se elevó al Olimpo de la animación para adultos y aunque había aligerado notablemente la carga erótica del manga -de las páginas ahora censuradas olvídense- aún conservaba una respetable temperatura. De ahí saltó a dos series para televisión, dos largometrajes más, cuatro videojuegos…
Hasta llegar a Scarlett Johansson. Y seguro que lo han adivinado: por supuesto rebaja bastantes grados más la calentura. De la segunda piel que viste hemos de señalar que podría haber sido un poquito más finita, más que nada para que perdiera ese molesto aspecto de traje de neopreno. Aún así, le sienta muy bien a su cuerpo serrano y da gusto mirarla los ratitos en que se deja ver de esa guisa, que no son muchos. Hay que valorar lo bien que se saca partido esta mujer, que cautiva con su sonrisa al más escéptico.
No sé muy bien si esto aliviará en alguna medida el griterío que se armó cuando se supo que sería esta buena moza y mejor actriz (escuchen su melodiosa voz y admirable interpretación en Her, de Spike Jonze, 2013, y me darán la razón) o por el contrario algunos de los ofendidos encontrará más motivos para el enfado. Está visto que en lo tocante al cabreo hay motivos sobrados para repartir: a algunos nos solivianta la autocensura, a otros el descafeinado de la obra, a otros que le toquen su cómic sagrado y no le pongan a una oriental de protagonista, también los habrá contentísimos con Scarlett…
¡A mí, desde luego, no me disgusta nada, lo que se dice nada. ¿La película? No, no, Johansson. La película se deja ver, el look es espectacular, los habituales excesos de violencia en el cine de acción aquí se mantienen en tasas ecológicas y las reflexiones filosóficas no es que sean para tirar cohetes pero le dan cierta apariencia de seriedad. El cine prefabricado para jóvenes que bebe del cómic suele aburrir soberanamente y en este caso al menos entretiene. ¡Algo tendrá que ver con ello Scarlett! (ver reportaje en Días de Cine, TVE).
¿Desde cuándo Scarlett Johansson es actriz? Ahora me entero… Ni siquiera sabe lo básico en interpretación. Curiosa manera esa de ganar dinero a costa de efectos especiales por no hacer nada. De lo contrario , la mayoría de «críticos» (?) de cine no se dedicarían a evaluar más su físico que su trabajo con cada bodrio en el trabaja, perdón, en el que hace de figurante. Nihil novum sub sole…
30 marzo 2017 | 10:13
A ver Carmencita:
Según tu SJ no es actriz, ni siquiera sabe lo básico, y que sólo se habla de ella por su físico…
Hasta donde yo sé, Ghost in the Shell va de una cyborg que apenas refleja en su rostro sus sentimientos, amén de ser un manga erotico y en la que la protagonista, dejando aparte toda la carga filosófica y existencialista de si los robots pueden llegar a ser más cívicos y humanos que los propios humanos, aparte de tener un cuerpo musculado y femenino, exuda sensualidad desde su apariencia humanoide…
Tal vez Cathy Bates o Meryl Streep hubieran quedado mejor enfundadas en ese neopreno robótico, eso sí, manteniendo rostros inexpresivos de actrices que no saben ni lo básico…
Y que conste que para mi, tanto CB como MS son dos monstruos que se comen todo lo que haya a su alrededor en cada plano en el que salen.
Así que, después de toda esta parrafada, ¿no ha sido buena elección elegir a alguien «que no sabe ni lo básico» para un papel en el que el rostro y sobre todo los ojos, apenas dicen nada (sin hablar de la forma física) ?
Aunque solo sea una «actriz» que lleva 23 años trabajando ininterrumpidamente…porque no «sabe ni lo básico»…
Si la envidia fuera tiña…
30 marzo 2017 | 11:16
Como el ser humano haga a lso robots a imagen y semejanza suya estamos perdidos. De nada habrá servido la evolución tecnológica si ponemos un cerebro a un tonto que diga que ver tetas perturba el correcto desarrollo de las gentes. Si es que asi no se puede tener un planeta guapo e inteligente.
El ser humano no razona. Le puede el fanatismo, el temor heredado. No piensa respecto a ciertos temas, aún siendo su propio cuerpo, no razona. Es incapaz. Y luego se tienen por la estrella mñas brillanta bajo las nubes y más allá de las estratosfera. Si los robots no razonan, mal iremos.
Un robot de inteligencia artificial le diría a un humano:
A ver, alma de cántaro, bip, ¿por qué dices que ver tetas perturnba el correcto desarrollo de tu especie? ¿Acaso tú que las has visto eres un perturbado? ¿O me vas a decir que no has visto ninguna, bip, con lo que además de irracional eres hipócrita mentiroso perturbado al cuadrado? ¿Es así como deseas que se desarrollen los de tu especie? ¿Entre mentiras, hipocresías y torpezas tales? ¿Es ese tu sueño de educación correcta? Bip. ¿Conoces tú a a lgún humano que no haya visto tetas para esgrimir esa teoría que te sacas de debajo del sobaco y de tu temor interior irracional? bip.
Y cositas así. Como que los coches guiados sin humanos no son seguros y que mejor es darse un castaazo si va el humano viendo el móvil porque es má shumano y más no sé qué… El ser humano, aunque le digas las razones a miles, si está fanatizado o si tiene temor heredado, olvídate… Verán monstruos por todas partes. Monstruos sombras, inexistentes. Porque un simple uso de razón con espíritu crítico convierte toda esa inmutable verdad en un ridículo absoluto.
No teman a los robots si se hacen inteligentes. Teman a los humanos que no lo son ni quieren serlo o imponen no serlo.
30 marzo 2017 | 12:00
¿que Scarlett Johansson no es actriz? tú no has visto «Lost in translation», “la joven de la perla» o “Match point”, otra cosa es que en los últimos años se centre en cine de palomitas. En cuanto a lo de elegirla para un personaje supuestamente con rasgos asiáticos, cualquiera que haya visto la serie y películas originales sabe que ni los propios japoneses la pusieron rasgos asiáticos al personaje de Motoko Kusanagi (aunque en las últimas precuelas «Arise» si lo han hecho). A falta que se estrene, poderla ver y opinar justamente lo único que pido es que no hereden de los animes su rollo metafísico y cyberpunk que hacia difícil seguir la historia y que en una película como esta no lo creo necesario. Por los Trailers que he visto el defecto que veo es que le pueda faltar el realismo de un «Blade Runner» o un «Alien», pero bueno el director no es un Ridley Scott….
30 marzo 2017 | 14:36
no es para tanto, el traje que lleva no marca nada , parece dibujado con un ordenador por encima de ella.
30 marzo 2017 | 16:37
A ver Nonoskit@…. ¿Por qué afirmar que alguien es buen o mal actor o actriz debe ser siempre e ineludiblemente señal de que se le envidia? Por tu patética regla de tres, los analistas literarios serían unos envidiosillos al igual que las obras literarias desde las de clase B hasta los clásicos que analizan(machacados algunos por expertos como Bloom).
Cuando el sabio señala la luna, el necio contempla el dedo. Te has quedado contemplando el dedo de neopreno, en vez de la luna de la calidad. Y eso, eso no es envidia, es más bien tu incapacidad para diferenciar una crítica de una emoción (mala actriz frente a mi supuesta envidia). Para que digas que yo envidio algo, es que presupones erróneamente que:
1.- Quiero ser actriz,
2.- Que Johansson tiene algo que yo no tengo.
Absurdo se mire por donde se mire.
Por cierto, la cantidad de años en una profesión jamás fue motivo de calidad. No confundas. Ya te puedes pasar, 50 años trabajando en lo mismo que si no das para más , jamás destacarás por ser pionero en tu labor.
En fin…en España o te acusan de envidioso por todo o directamente te dicen que eres envidiado. No se puede elaborar una crítica sin que enseguida salte esa palabra.
04 abril 2017 | 09:18