Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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«Con franquismo», El Mundo cuesta más
A falta de noticias, encuestas a la carta

Hay veces que el marketing puede jugarnos malas pasadas. O no. El caso es que me ha sorprendido el nuevo precio del diario El Mundo de hoy domingo.

Vean, si no, con atención lo que cuesta la edición de Madrid con sus distintos suplementos y promociones. La edición más cara es la que anuncian simplemente con el eslogan:

«Con franquismo: 10,90 € más»

¿Acaso hay alguna edición conocida de El Mundo sin gotas de franquismo?

Visto lo visto, no debe haber lugar para sorpresas. Sin embargo, me ha llamado la atención. Podían haber dicho «Con el sello de Franco, tanto» o «Con la colección de sellos del franquismo, tanto más», etc. Pero tanta simplificación puede resultar, a veces, traicionera para el subconsciente.

EDITORIAL de El País

Postrimerías de ETA

07/01/2007

El descubrimiento de más artefactos y materiales explosivos listos para convertirse en bombas indica que el atentado de Barajas no era o aspiraba a ser un acto único, sino que formaba parte de una ofensiva terrorista en toda regla. Los conciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio han sido las primeras víctimas mortales de un zarpazo que podía haber sido mucho peor y más extendido. Es evidente por tanto que ETA había decidido romper unilateralmente el alto el fuego, con independencia de que pretendiera o no oficializar la ruptura o endosar la responsabilidad de la misma al Gobierno.

•El Gobierno y la banda terrorista habían convenido en celebrar otra reunión

No es descartable la hipótesis de que sea una decisión tomada por un sector disidente contrario a quienes llevaban la negociación, pero en ningún caso puede ser excusa para retrasar lo que el Gobierno está obligado a hacer ahora: dar explicaciones en el Parlamento, intentar recomponer la unidad de los demócratas frente a ETA y proponer una estrategia antiterrorista para la nueva situación. Tras la ceremonia de la Pascua Militar, el presidente Rodríguez Zapatero proclamó ayer que, con este atentado, el diálogo y el proceso «han llegado a su punto y final». Este anuncio por boca del presidente debiera evitar más malentendidos. El rey Juan Carlos había clausurado la ceremonia con un discurso en el que pidió unidad a los demócratas para acabar con el terrorismo.

Si en el futuro aparecieran datos hoy desconocidos que aconsejasen modular ese cambio de política, habrá ocasión para discutirlo; pero la condición para que un día pueda regresarse a una vía de disolución negociada de ETA es que ahora se actúe con determinación, evitando mensajes ambiguos. Un atentado gravísimo ha roto el alto el fuego y convertido en papel mojado la condición de permanente, que se consideró necesaria para que el proceso arrancase en los términos autorizados por el Parlamento. La bomba de Barajas eleva necesariamente el umbral mínimo de exigencia (de garantías) para tomar en consideración eventuales ofertas futuras de diálogo.

ETA sigue sin perder una oportunidad de perder una oportunidad. Difícilmente se le presentará otra tan favorable para salirse del camino circular en que se ha metido, que conduce siempre al punto de partida, aunque con más muertes y más dolor acumulado. Es evidente que sus dirigentes no estaban maduros para esa salida, bien porque la inercia de la pervivencia organizativa ha vuelto a imponerse, bien porque han carecido de capacidad de liderazgo para vencer a los supuestos sectores contrarios al alto el fuego. En ambos supuestos es necesario que ETA y Batasuna comprueben de nuevo que hay límites que ningún Estado puede franquear, con o sin bombas. La idea de que 44 millones de ciudadanos aceptasen modificar aspectos esenciales de la Constitución para dar satisfacción a una cuadrilla de encapuchados era, y es, poco realista.

Con una base social todavía amplia (el electorado de Batasuna) la derrota policial es condición necesaria pero no suficiente para la autodisolución de la banda; se necesita alguna forma de acuerdo formal que evite la aparición de sectores disidentes o nuevas etas; pero la expectativa de negociación política puede devolver sentido a la violencia, anulando el significado último de su derrota: que la violencia deja de ser útil para alcanzar objetivos políticos. De ahí la dificultad de encontrar el punto de debilidad de la banda a partir del cual la oferta de diálogo no pueda ya tener ese efecto de devolverles la esperanza de dar sentido a su pasado.

En 2004, tras la detención de Mikel Antza y el desmantelamiento de los arsenales y principales estructuras de la banda, gracias a la eficacia policial y judicial, ETA estaba tan debilitada que pareció verosímil la posibilidad de emprender un proceso de disolución pactada. Tal vez era prematuro, o tal vez los contactos que por entonces se estaban produciendo hicieron concebir a Otegi y compañía ilusiones desmesuradas. El ex dirigente del PNV Juan María Ollora, principal teórico de la vía de Lizarra que llevó a la tregua de 1998, reconoció cinco años después que una de las razones del fracaso de aquel experimento fue confundir el plano de la paz con el del «avance del proceso soberanista», que fue el priorizado, lo que a su vez llevó a la exclusión de los partidos no nacionalistas.

La actitud de Imaz en estos meses es la prueba de que aquella reflexión fue interiorizada por al menos un sector del nacionalismo vasco (y de ahí que la inclusión del PNV en la nueva estrategia que trace el Gobierno sea considerada como el elemento clave para la etapa que ahora se abre). La ruptura de la tregua por parte de ETA provocó, por otro lado, la escisión de Aralar. Su principal dirigente, Patxi Zabaleta, decía cuando se gestaba el alto el fuego último que ETA debía renunciar a la violencia, pero no entregar todavía las armas porque era responsable de negociar el futuro de sus 700 presos. Tras el atentado de Barajas ha pasado a sostener que ETA ha perdido toda credibilidad y en adelante el único proceso posible es que la banda deje las armas de modo «unilateral, definitivo y sin condiciones».

Tal vez el fracaso de este nuevo intento sirva para que dentro de uno o dos años Batasuna o el sector mayoritario de esa formación interiorice la incompatibilidad radical entre política y violencia, provocando el paso que Otegi y los suyos han perdido la oportunidad de franquear ahora. Quizá haya que pasar por una ETA sin brazo político o con uno muy debilitado para que algún día sea posible lo que ahora no lo ha sido. Porque una ETA sin Batasuna sería algo más parecido a los GRAPO que a ETA; y una Batasuna sin ETA detrás sería algo muy distinto de lo que es ahora. En ese sentido, el balance definitivo del experimento intentado por Zapatero depende de que el Gobierno sea capaz de desplegar ahora, con el máximo apoyo parlamentario, una política antiterrorista como la que llevó a Mujica Garmendia, Pakito, y otros ex dirigentes presos a certificar en 2004 el final de la lucha armada en favor de la política.

Artículo de MANUEL VICENT en la última de El País

El combate

MANUEL VICENT 07/01/2007

Largo, duro y difícil son tres adjetivos que si se aplican a un combate de boxeo indican que la pelea está programada a 14 asaltos; que el contrincante es sucio y correoso, y que el aspirante con poca experiencia en el ring debe fiar su victoria a una resistencia tenaz, a la espera de que su buena estrella le propicie un gancho a la mandíbula. Si no se aplican al boxeo sino a la lucha contra el terrorismo, los adjetivos largo, duro y difícil significan que el Gobierno socialista se halla metido en un combate, que puede durar años, contra un enemigo fanático, el cual usará a su favor todas las ventajas del Estado de derecho para alcanzar un objetivo imposible mediante las pistolas y la dinamita. Dicho esto, es evidente que el presidente Zapatero acaba de recibir un directo al hígado, no previsto, por parte de ETA, que por un momento le ha puesto a flotar sobre la lona.

El atentado sangriento de Barajas ha dejado una vez más al descubierto el diseño moral de nuestros políticos. Demos por sentado que el presidente Zapatero es un optimista histórico que se mete en todos los charcos o un boxeador confiado en que el contrario no utilizará los golpes bajos, pero son mucho más ingenuos los que creen que a ETA, después de cuarenta años, se la puede vencer sólo con la represión policial. ¿Y qué son los portavoces de Herri Batasuna? Simplemente unos peleles. ¿Y qué hay más a la derecha de la cúpula del Partido Popular? Sólo la pared. Y al final del horror de esta Navidad se ha sabido que los padres del Niño de Belén eran ecuatorianos. Pero el escándalo político sigue siendo el comportamiento obsceno del Partido Popular, que ha hecho del acoso y derribo del presidente Zapatero su único propósito sin detenerse en ninguna frontera, ni en el dolor de las víctimas, ni en la división de las dos Españas, ni en el lenguaje asilvestrado, ni en la tarea diaria de excitar a la gente para tener movilizados a sus militantes hasta las próximas elecciones. España es una nave sin timonel, ha gritado Rajoy. ¿Estará llamando su subconsciente a un tipo con polainas para que se ponga al timón? La lucha contra el terrorismo será larga, dura y difícil. Zapatero ha perdido el primer asalto. No pasa nada. A Aznar lo hizo presidente la ETA con aquel famoso atentado. Zapatero no debe esperar ninguna ayuda leal del Partido Popular; sólo podrá contar con la ley, con el deseo de paz de la mayoría de los españoles y con su propia resistencia moral. Suena la campana. En este momento comienza el segundo asalto.

FIN

La esquela funeraria rogando una oración por el alma del cruel dictador chileno Augusto Pinochet tiene su sitio en las páginas interiores de El Mundo.

Durante 2006, 70 aniversario de la rebelión franquista contra la II República y de la guerra civil, se ha desarrollado un gran nicho de mercado en El Mundo y El País para los familiares de quieres murieron o fueron asesinados durante la guerra civil por el bando contrario. 20 minutos.es ofrece hoy una crónica sobre estas esquelas.

Afortunadamente, ya pasó el 70 aniversario y la guerra de las esquelas rencorosas, algunas todavía rezumando odio por parte, curiosamente, de los vencedores, ha perdido fuerza.

Cada vez tengo más claro que hay que separar los crímenes de la guerra cicil -que los hubos en ambos bandos- de los crímenes de la postguerra que los cometieron casi exclusivamente los vencedores.

El Mundo, portavoz habitual de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) – segurametne la que más daño ha hecho a la unión de los demócratas para luchar contra ETA– informa en esta columna sobre las razones por las que Alcaraz no se decide a manisfestarse «POR LA PAZ, CONTRA EL TERRORISMO», el próximo sábado día 13 de enero, en la Plaza de Colón de Madrid.

Esta manifestación puede ser la prueba del algodón. Y no sólo para Alcaraz, presidente de la AVT, que querrá hacer su particular y legítima carrera política en la extrema derecha. También puede serlo para los militantes del PP que quieren luchar de buena fe contra el terrorismo e, incluso, para los obispos, que tanto se opusieron al Gobierno cuando no tenían la barriga tan llena.

Sol Gallego nos da, en su crónica de El País, algunas claves sobre la relación PP-PSOE en la lucha contra el terrorismo.

El imposible retorno al pacto

Soledad Gallego-Díaz

07/01/2007

Pocas personas creen en estos momentos, ni en el Partido Popular, ni en el Partido Socialista, que sea posible reavivar el Pacto Antiterrorista. «No tiene ningún sentido que, justo al final de la legislatura, PP y PSOE estén en brazos uno del otro, ni tan siquiera en el tema de la lucha antiterrorista. Todo el mundo habla de la unidad de los demócratas, pero el PSOE no va a aceptar nuestros planteamientos porque quedaría en una situación imposible, y nosotros no vamos a aceptar los suyos porque creemos que están equivocados. Tenemos dos visiones completamente distintas de este asunto, y da la impresión de que el atentado de Barajas no ha cambiado esa circunstancia», explica un dirigente del Partido Popular. «Tenemos la impresión de que el presidente quiere dejar abierto algún tipo de diálogo, y nosotros queremos, precisamente, todo lo contrario, que nos dé públicas garantías, ante el Parlamento, de un cierre total de cualquier tipo de contacto», prosigue.

Inquietud en ciertos medios del PP por el hecho de que los actos de la AVT estén cada vez más entremezclados con grupos activos de la extrema derecha

«Los socialistas no vamos a aceptar la posición del PP de volver al Pacto Antiterrorista tal cual, porque eso supondría volver a un texto que tiene una parte claramente antinacionalista, precisamente ahora que el Gobierno puede contar con el apoyo, extraordinariamente valioso, del presidente del PNV, Josu Jon Imaz. Es imposible que se llegue a un acuerdo sustancial entre los dos, Zapatero y Rajoy, porque, se diga lo que se diga, eso significaría dejar fuera a dos de nuestros principales socios, PNV y ERC», admite, por su parte, un dirigente del PSOE.

Así las cosas, ni en el PP ni en el PSOE se tiene una especial confianza en el resultado de los próximos contactos convocados por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

«Nosotros iremos a la reunión a la espera de ver qué es lo que nos ofrece concretamente el Gobierno, qué concesiones está dispuesto a hacernos», asegura, muy escuetamente, un responsable popular. Admite que es impensable que el PNV pueda aceptar un acercamiento del PSOE al PP a través del actual Pacto Antiterrorista. «Para ellos sería imposible».

Tampoco cree muy factible la propuesta de un nuevo pacto. «La idea puede ser lógica, pero sólo tendría sentido para el PP si supusiera una relación preferencial con nosotros, algo que, supongo, el PSOE no está en condiciones de ofrecernos», puntualiza. «Tal y como están las cosas, en estos momentos parece inviable un nuevo pacto que incluya a todos. Ésa es la realidad, y no tiene sentido empeñarse en lo contrario», admite un veterano diputado socialista. «Otra cosa es que ninguno de los dos partidos quiera aparecer ante la opinión pública como el responsable del enfrentamiento y la ruptura entre los demócratas».

«Con realismo, lo único que podríamos esperar», explica ese diputado del PSOE, «es, quizá, que el PP suavice algo su lenguaje, el enfrentamiento feroz que alienta contra el Gobierno, para no dar más la impresión de que se alegran con los atentados, algo que le sienta siempre muy mal a la opinión pública». Se acercan las elecciones municipales (y las generales), y los expertos electorales de los partidos reclaman que se actúe con lógica y cierta contención.

Aprovechamiento extremista

En el PP, o, al menos, en algún sector de los populares, existe una cierta inquietud ante el hecho de que en torno a las manifestaciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), muy respaldadas, animadas y sostenidas por el Partido Popular, haya aparecido una extrema derecha clásica, muy vociferante y visible. «Es verdad que en torno a esas manifestaciones se está organizando la extrema derecha de toda la vida y que algunos de los diputados del PP que fuimos a la última manifestación en la Puerta del Sol nos vimos inmersos en grupos que eran claramente de extrema derecha, gente muy excitada que estaba monopolizando el acto», admite uno de esos diputados.

El hecho de que la AVT esté siendo «entremezclada» por grupos de extrema derecha organizada es admitido en muchos círculos del PP, algunos de ellos críticos con esa situación y con su eventual impacto en la opinión pública. Otros creen que ese «aprovechamiento» de la extrema derecha se alimenta del duro ambiente de confrontación entre los dos partidos nacionales, pero que se desactivaría inmediatamente en caso de acuerdo PP-PSOE. «Desde luego no hay nadie sensato que pueda creer que esa extrema derecha tiene capacidad o fuerza como para evitar un acuerdo parlamentario entre socialistas y populares, caso de que pudiera producirse. El problema no es ése», comenta un directivo del PP.

FIN

Tampoco nos viene mal reflexionar un poco sobre el dibujo de El Roto en El País , que nos deja una basurita en el corazón, después de tanto despilfarro de Papá Noel, Reyes Magos, Solsticio de Invierno, Hanuka, o como queramos llamar a estas fiestas tan terroríficas para quienes están solos o viven en la pobreza.