No está el patio (escolar) como para no reconocer los problemas y encararlos, buscando soluciones

Queda poco para la Navidad. Es el final del primer trimestre. Época de exámenes y de recoger notas para miles de estudiantes. También de recibir los últimos datos del informe PISA, que no es perfecto como no lo es ninguna evaluación, y que evalúa la calidad de nuestro sistema educativo.

Pues hemos cateado. O si queremos expresarlo de una manera más apropiada, España necesita mejorar, porque estamos yendo a peor. Sobre todo en matemáticas y ciencias, materias en las que no logramos superar esa brecha entre niños y niñas en estas materias.

Además aumentan las repeticiones en Primaria, descienden las titulaciones en Secundaria y las diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas claman al cielo

El Ministerio de Educación y FP destaca en su comunicado de reacción que España es uno de los países con mejor clima escolar y bienestar de los estudiantes (el 86,5% se siente integrado y el 81% hacen amigos con facilidad en el cole) y que tenemos unos índices de acoso escolar por debajo de la media de la OCDE.

Y oye, muy bien. No seré yo la que reste importancia al hecho de sentirse a gusto en clase. Pero no está el patio (escolar) como para no reconocer los problemas y encararlos, buscando soluciones.

Comisiones Obreras echa la culpa a «los efectos negativos y perversos de la LOMCE», la ley orgánica de tiempos de crisis del Partido Popular que lleva siete años en vigor. Y tampoco seré yo quién defienda esa ley.

Madrid, que ha salido especialmente perjudicada y dónde ahora impera el PP que impulsó la Lomce, critica a los examinadores. «Es que la profesora me tiene manía mamá», «es que el profe no planteó bien las preguntas papá». Y cierto es que las pruebas de comprensión lectora no se han publicado por las anomalías detectadas, pero digo lo mismo que al ministerio: menos escurrir el bulto y más asunción de la situación y ganas de cambiarla.

En general, las reacciones de la clase política van más dirigidas a barrer para casa, atacando o defendiendo en busca de rédito, que en perseguir de manera proactiva y positiva maneras de mejorar.

Como siempre.

Es preciso un pacto educativo en el que todos nuestros políticos colaboren para primar a nuestros niños y jóvenes por encima de cualquier otra consideración; por encima, por supuesto, del uso de la educación como arma política con la que lograr votos y repercusión mediática.

La religión, el bilingüismo, la enseñanza del castellano, los conciertos, la libre elección de centro o la segregación por sexos se enroscan y desenredan sobre el camino a seguir para mejorar nuestro sistema educativo, impidiendo su avance. Son temas relevantes por supuesto, pero hay que dejar de emplearlos como cuchillos y poner el foco en reducir las ratios, en revertir recortes, en formar adecuadamente al profesorado y dejarles el aire que necesitan para hacer su trabajo, en incentivar metodologías cuya efectividad está probada o en no mantener itinerarios rígidos que elegir demasiado pronto.

Es preciso para ello formar un gobierno primero, claro. Otra tarea pendiente para este final del primer trimestre.

Llamadme pesimista si queréis, pero igual que a mis 43 años ya no creo en los Reyes Magos, tampoco tengo ninguna esperanza en nuestros gobernantes para apartar sus luchas de poder y dar la importancia que merece a la educación.

(GTRESONLINE)

El informe íntegro:

2 comentarios

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Hola,

    los niveles laborales son muy altos y nuestros profes, algunos no saben ni de pedagogía ni inglés, además nosotros estamos con el bilingüísmo a ver como acaba esto… su padre les da clases de todo en casa incluso inglés para reforzarlo…

    Besos!

    Anabel

    10 diciembre 2019 | 08:19

  2. Madre mía, la verdad es que se ve chungo. Yo cuando me contaron que una hija de unos amigos iba a repetir en los primeros cursos de primaria, la verdad es que me chocó un montón. Y por lo que cuentas no es algo aislado…

    Personalmente, si las cosas siguen como cuando yo era pequeña por allí, no veo nada motivadora la educación en España. Hay que conseguir que se hagan cambios. Y será que no hay ya información y modelos diferentes que se sabe tienen mejores resultados…

    Yo estoy flipando aquí con la escuela de mi hijo, que ha empezado la primaria este curso aquí en Alemania.

    Para empezar, las mesas no están mirando al profesor, sino en grupos de 4. Tienen la clase llena de materiales, usan juguetes para aprender los géneros de las palabras (que en alemán es todo un tema), tienen 2 pizarras magnéticas donde forman palabras con letras magnéticas, frases, etc. Hacen muchas manualidades, pero como apoyo al aprendizaje de otras cosas, no solo como «una asignatura más» (que también tienen, y van a aprender a tejer!). Tienen unas cajitas de cerillas con abalorios cada uno para aprender sumas. Usan muchísimo material tangible ¡Si ya sabemos todos que así se aprende mejor! La verdad es que ya me hubiese gustado a mí ir a una escuela así…

    17 diciembre 2019 | 22:37

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