Ni presiones ni valoraciones cuando a nuestros niños les asome el bigotillo

No soy yo mucho de mirar los trendings topics, pero ayer por la tarde me llamó la atención uno. #MiBigotillo se llamaba. Es lógico que lo hiciera. Justo ahora tengo a mi hijo, a sus trece años, con su bigotillo asomando. Como es rubio no se nota mucho, pero ahí está, recordándome lo deprisa que transcurre el tiempo. ¡Qué razón tienen los que nos insisten que disfrutemos de cada etapa de la infancia de nuestros hijos con intensidad porque pasa volando!.

«¡Qué suerte, como es rubio no se ha puesto feúcho!», he escuchado. También, «que no se lo quite todavía, que le saldrá más fuerte y negro». En el colegio especial al que va también me han ofrecido empezar a trabajar ya con él el afeitado.

Da la impresión de que el bigotillo es el símbolo más visibles de que nuestros niños están dejando de serlo; más que la aparición de la nuez, los estirones o los cambios de la voz. Algo así como la primera menstruación en las niñas.

Mi hijo tiene trece años, pero también autismo y una discapacidad importante que supone que tengamos que ayudarle a lavarse los dientes, ducharse o vestirse. El afeitado no es algo que se afronte en su caso como en el común de los chavales. Cuando toque quitarlo, que no tengo prisa en hacerlo, habrá que tirar de maquinilla eléctrica. Incluso estamos pensando por sugerencia de una amiga peluquera, gracias a la que conseguimos que se porte como un campeón cuando le cortamos el pelo (con muchos niños con autismo es algo muy complicado de gestionar), en tirar de patillero, que hace menos ruido y para esa pelusa sería más que suficiente.

A Jaime le da igual tener bigotillo o no. Es completamente ajeno al cambio de su aspecto. No sé cómo llevaría el tema de su bigotillo si no tuviera autismo. No sé si se percataría, si le daría apuro verse así, si le enorgullecería como muestra de que se está haciendo mayor, si estaría deseando afeitarse o si no le daría ninguna importancia.

Lo que sí sé es que me gusta el mensaje que Gillete transmite, porque un vídeo de esa marca fue lo que originó ayer el hashtag del que os hablaba. Visibiliza ese periodo en el que los niños están a medio hornear en su conversión a hombres de manera muy positiva, con adolescentes de voces quebradas transmitiendo que deben quererse y gestionar como les dé la gana sus bigotillos.

Que nadie te diga cuando tienes que empezar a afeitarte, ni siquiera nosotros. Hay que ser muy hombre para empezar a ser tú.

Ya sé, ya sé que hay un interés comercial, que es esa publicidad emotiva que tanto gusta desde hace unos años. Pero al César lo que es del César. Bienvenida sea si contribuye a que nuestros chicos se sientan mejor en una etapa de transición que puede ser difícil y a que los adultos dejemos de hacerles sentir incómodos o presionarles.

2 comentarios

  1. Dice ser jmarc

    Pues mi hijo acaba de cumplir 14 años y también empieza a tener bigote. Me da mucho respeto esa nueva situacion. será porque esta en la fase en la que tiene ya no es niño, pero tampoco es adulto. La pregunta es. Le trato como que? niño o adulto?

    22 noviembre 2019 | 12:59

  2. Dice ser LaCestitadelBebe

    Jeje, es gracioso, para ellos tarde o temprano les da importancia igual que la barba, una vez se afeiten ya empezaran a salir el pelo más fuerte… lo que pasa que tanto anuncio y tanto marketing ahora se le da demasiada importancia a la apariencia.

    Besos!

    Anabel

    26 noviembre 2019 | 17:07

Los comentarios están cerrados.