¿Qué podemos hacer los padres para evitar que nuestros hijos beban alcohol?

Mucho, no creáis que no. Nada infalible, eso también es verdad. Supone renunciar a costumbres arraigadas, todo hay que advertirlo. Pero si tenemos hijos y les queremos lejos del alcohol, conviene recapacitar sobre cuál es nuestra relación y comportamiento frente a este tipo de bebidas y tomar medidas.

Dar ejemplo cuando aún son pequeños vale más que la bronca a la catorce años. Culpamos de los excesos de la adolescencia a los amigos que tendrán, a que a esa edad las cosas son así, sin darnos cuenta de que les hemos transmitido desde la cuna que beber es divertido, que nosotros somos los primeros que no entendemos el ocio sin alcohol.

Por muchas campañas para frenar el consumo del alcohol entre los jóvenes que hagan en ayuntamientos, Comunidades Autónomas o desde el Estado, ninguna será tan efectiva como que sus padres les demos un buen ejemplo.

GTRES

Podemos no recordar en su presencia anécdotas de borracheras, propias o ajenas, entre risas. Aunque parezca que nuestros niños están a otra cosa, es muy probable que la antena esté desplegada, que les cale como una fina y persistente lluvia que eso de beber es divertido.

Podemos no tratar las botellas de alcohol con reverencia, evitar ponerlas en la mesa como si fueran lo más importante que hay sobre ellas, celebrar su llegada con un interés desmedido y alabarlas más que la comida, por mucho esfuerzo y tiempo que le haya supuesto al cocinero.

Podemos evitar prepararnos copazos cuando estamos en casa y que ellos identifiquen que beber a solas en el sofá es un momento de gran placer. Igual que podemos evitar comer siempre con vino y cerveza o abrir latas de cerveza en casa para saciar la sed.

Podemos no planear escapadas en pareja o con amigos ligadas siempre al consumo de alcohol, para que no identifiquen que la fiesta va asociada obligatoriamente a la bebida.

Podemos no preparar fiestas en casa en las que consideremos que tiene que haber obligatoriamente alcohol en abundancia.

Podemos no sentarnos con ellos en una terraza y pedir siempre para ellos un refresco o un zumo, porque son pequeños, y para nosotros la caña o el tinto de verano, porque somos mayores.

Sobra decir que podemos y debemos no darles el triste ejemplo de que nos vean borrachos. Por supuesto, jamás deberían presenciar cómo cometemos imprudencias o delitos, como ponernos al volante pese a haber bebido, aunque sea poco y creamos que controlamos la situación.

Os puede parecer exagerado, pero tal vez lo que sea exagerado en España sea la permisividad ante el consumo del alcohol, su arraigo social, su presencia constante en muchos hogares.

No se es mejor ni peor persona por beber o no alcohol, por supuesto. La calidad humana no tiene que ver con lo que se beba. Pero es incuestionable que beber no es un hábito saludable, ya sabemos que no hay ningún nivel de consumo de alcohol que no sea lesivo para la salud, que lo más recomendable es prescindir por completo de este tipo de bebidas.

Podemos por tanto beneficiarnos también a nosotros mismos si empezamos a moderar o incluso eliminar el consumo de alcohol para ser mejor ejemplo para nuestros hijos.

3 comentarios

  1. Dice ser LaCestitadelBebe

    Hola,

    no sé, es muy complicado, casi hay que encerrarse en un lugar remoto, porque a parte del entorno están las compañías y estas incitan…

    Anabel

    19 septiembre 2018 | 08:25

  2. Dice ser Paz

    El vino es cultura

    03 octubre 2018 | 10:56

  3. Dice ser marian

    Mi hijo nos ha visto consumir alcohol desde pequeño de una forma moderada.
    ¿Mal ejemplo?… seguro, pero con la comida y con formas de ser y con actitudes también.

    Hagamos lo que hagamos, nos vamos a morir igual, hay que vivir con cierta alegría mientras se pueda… y el alcohol, el tabaco, la comida, el gimnasio, el sexo, el azúcar, los ansiolíticos, con moderación alegran la vida y sin ella la acortan pero no la hacen eterna.

    04 octubre 2018 | 13:03

Los comentarios están cerrados.