LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Pintalabios rojos contra la crisis de 2008

«Los economistas» -me decía un venerable profesor- «son los mejores predictores del pasado». Con este precedente, me guardaré muy mucho de realizar cualquier previsión sobre la evolución de la economía para el año que viene. Aunque ya os avanzo que, a juzgar por la opinión mayoritaria de los expertos, la cosa no pinta nada bien.

El motor de la economía mudial (Estados Unidos) está francamente averiado tras la crisis de las hipotecas basura, el bajonazo del precio de la vivienda y algunos otros desmanes. Pero además, para el nuevo año, a esa situación francamente mala se le añaden las incertidumbres que generan las elecciones presidenciales de noviembre de 2008.

El carburador (China) empieza a mostrar síntomas de debilidad: los precios se disparan, la mano de obra barata empieza a escasear y el crecimiento tiende a estabilizarse. Y no parece que unos simples Juegos Olímpicos, los del próximo verano en Pekín, vayan a afectar ni para bien ni para mal al gigante asiático.

Si le añadimos a tan poco halagüeño panorama el más que probable frenazo económico europeo, los precios del petróleo aún muy altos y el euribor y otros tipos de interés que se mantendán cerca de sus máximos históricos (con lo que las ventas de viviendas seguirán cayendo pese al frenazo de sus precios), la cosa pinta realmente mal.

Concretar mucho más sería, además de una temeridad, el primer paso hacia el fiasco. Por muchos índices económicos que se barajen, con sus múltiples cálculos, variables y derivadas anexos; o por muy reputado que sea el gurú de turno encargado de anunciarnos la que nos espera, la probabilidad de acertar es más bien baja.

Visto lo visto me quedo con el indicador que este domingo proponía el profesor José Luis Nueno en el suplemento económico de La Vanguardia. Se trata del lipstick index (o índice del pintalabios) que, al parecer, se atribuye al Leonard Lauder, presidente de una multinacional cosmética.

Según este novedoso índice, las ventas de barras de labios -especialmente las de color rojo- se disparan en tiempos de crisis porque, según la teoria, las consumidoras combaten al mal tiempo comprando cosméticos y especialmente pintalabios (baratos, supongo).

Si los pronósticos son acertados y el indicador funciona de verdad, ya podemos prepararnos. Nos cuenta el profesor Nueno que una fabricante de ingredientes para pintalabios le ha comentado que ¡ya ha recibido para 2008 un 28% más de pedidos que en 2007!…

Todo por las nubes

Explicamos hoy en 20 minutos que el precio de los alimentos básicos ha aumentado en lo que llevamos de año cerca de un 11%, casi cuatro veces más que la infliación (2,7%), que es lo que, andando como deben las cosas, crecerán nuestros sueldos.

Pero por lo que veo no es lo único que sube. Acabo de leer lo siguiente en la web de la Cadena Ser.

La Bolsa española, el petróleo y el euro están alcanzando esta mañana los niveles más altos de su historia. El petróleo -el barril de Brent- ha llegado a alcanzar por primera vez los 90 dólares, pero ha cedido algo y está ahora por debajo de esa cota, en 89 dólares con 60 centavos. Un encarecimiento del crudo mitigado en buena medida en Europa por la subida en paralelo del euro, que ha rebasado hoy, por primera vez, la barrera del dólar con 44 centavos llegando a 1,4436. (…) El Ibex-35 ha superado también por primera vez los 15.700 puntos, está ahora en 15.718, en una sesión en la que constructoras, energéticas y bancos se anotan las mayores subidas..

No se puede decir que el hecho de que suba el precio del petróleo sea positivo, aunque precisamente el alza del euro frente al dólar lo compensa porque ayuda a abaratar nuestra factura energética, que se paga en la divisa norteamericana. Por lo que respecta a la bolsa, qué decir, unos cuántos se beneficiarán de esas subidas a la espera de las próximas bajadas, que les permitirán volver a comprar acciones a buen precio para poder venderlas con pingües beneficios en el momento que haya otra subidita.

Más chubascos que tormentas

Siguiendo el símil meteorológico que ayer aplicábamos a lo que nos puede deparar el futuro económico -es decir, si la crisis hipotecaria de EE.UU. nos va a traer chubascos débiles o fuertes tormentas- parece ser que hacia marzo del mes que viene el cielo podría empezar a despejarse.

Los ‘hombres del tiempo’ del mundo financiero consideran que los mercados mundiales se están empezando a recuperar ya del vendaval, desatado en verano por la falta de confianza generada tras la crisis de las hipotecas basura, y que es de esperar que en el primer trimestre de 2008 el sol empiece a brillar con fuerza. El papel de los bancos centrales, destacan, ha sido fundamental para evitar una propagación de la psicosis. Y eso a pesar de que países como el Reino Unido o Alemania estaban altamente expuestos a sufrir con fuerza las consecuencias negativas de la crisis.

La clave en el caso español es que el sistema financiero es uno de los más vigilados del mundo, sobre todo gracias al papel del Banco de España, de los más eficientes y de los más rentables. Los resultados de 2008 lo están demostrando. Pese a todo, es de prever que seguirán endureciendo las condiciones para acceder a un crédito hasta que escampe del todo.

Bien, eso y que que nuestra banca no había caído en la tentación de la vorágine desatada por las ganancias fáciles que se conseguían con la compra-venta entre los propios bancos de las hipotecas norteamericanas llamadas subprime. La compensación era, aparentemente, una rentabilidad más elevada que los instrumentos financieros tradicionales. Y lo era hasta que los hipotecados, ahogados por las deudas y por el descenso del precio de sus viviendas en EE.UU., dejan de pagar sus préstamos.

Pero todo eso puede estar muy bien para los bancos y las cajas y sus gestores. ¿Pero que pasará con el resto de la economía? A estas alturas parece claro que el frenazo en la construcción se va traducir en un repunte del desempleo en el sector y que eso, junto a otros factores como la caída del consumo vinculado al encarecimiento de las hipotecas, va a restar potencia al crecimiento económico en 2008.

Nubes en el horizonte económico

El vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, ha moderado su optimismo sobre las perspectivas de crecimiento para 2008. Hasta ahora había venido manteniendo su previsión de un incremento del PIB español del 3,3% para el próximo año. Especialmente cada vez que alguien ha rebajado esas cifras oficiales por la crisis financiera mundial desatada por las hipotecas basura en los Estados Unidos.

Pero hoy, como ya hizo en el Senado el pasado 28 de septiembre, ha vuelto a admitir que nuestra economía podría crecer por debajo del 3% el año que viene como consecuencia de las nubes que aparecen en el horizonte económico. Habrá que ver si son fruto de una inestabilidad pasajera y sólo dejan pequeños aguaceros o si, por contra, se transforman en negros nubarrones que acaban descargando crudas tormentas con rayos y truenos incluidos.

En cualquier caso, se trata de un nuevo toque de realismo del responsable económico del Gobierno, en la línea de las predicciones avanzadas por organismos internacionales como el FMI, que prevé un aumento del PIB del 2,7% para 2008, o de expertos analistas como los de Standard & Poors, que incluso lo rebajan al 2,5%.

¿Hay crisis para Rato?

Rodrigo Rato está a punto de dejar su cargo como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero parece dispuesto a apurar sus últimos días en el cargo metiéndonos el miedo en el cuerpo. Él avisa: la crisis financiera desatada por la especulación desaforada con las hipotecas basura de Estados Unidos acabará afectando a nuestro bolsillo. Si no es este año, el próximo. Y alerta: cuánto más larga sea la crisis, más sufriremos; estamos peor que hace seis meses y los gobiernos deberán revisar sus previsiones de crecimiento.

¿Aguafiestas o realista? Frente al optimismo del Gobierno, que no cesa de recurrir a los espléndidos resultados de algunos datos económicos como el descenso del paro o el aumento de los inscritos en la Seguridad Social, el ex vicepresidente económico del PP bajo el mandato de Aznar nos trae un baño de realismo. En su opinión, 2007 puede seguir siendo un buen año en líneas generales, pero el deterioro de algunos fundamentos básicos a causa de la crisis hipotecaria acabarán pasando factura en 2008. Primero y con más intensidad a los EE UU, pero Japón y Europa no quedarán inmunes.

Tomemos nota pues, pero sin caer en catastrofismos interesados como los que intentan transmitir algunos ex compañeros de gabinete del propio Rato. Es un insulto a la inteligencia decir que España está en recesión creciendo a un ritmo cercano al 4%. Afortunadamente, parece ser que el PP ha rectificado sobre la marcha el tiro y ha aparcado ese discurso que estaba condenado al más absoluto de los fracasos, pero que además hacía un flaco favor a la economía española. Porque en esta materia las expectativas pueden llegar a ser incluso más determinantes que la realidad. Y andar diciendo por ahí que las cosas van mal, aunque sea mentira, es el primer paso hacia el autocumplimiento de la profecía… por errónea que ésta sea.

Se enfría clima económico. Sea por una u otra razón, el hecho es que parece que la percepción de la ciudadanía sobre la economía es ahora mucho peor que antes del verano. Lo vemos por ejemplo en el frenazo del consumo, la caída de las ventas de coches y en algunas encuestas como la publicada por La Vanguardia este domingo. Caen las opiniones positivas sobre la coyuntura económica al tiempo que crecen las impresiones negativas, y la vivienda y el paro se sitúan al frente de las preocupaciones ciudadanas sólo detrás del terrorismo.

Sólo hay que echar un ojo a las últimas informaciones sobre el ahorro de las familias: cobramos más y ahorramos menos. Pero gastamos más dinero para comprar lo mismo, pero más caro –como en el caso de la leche–, o para pagar la hipoteca, que ahora nos cuesta bastante más que hace unos meses por culpa de ese maldito euríbor que no parece dispuesto a dejar de crecer.

Lección sobre la crisis hipotecaria

Hace algunos días que intento escribir algo entendible sobre la crisis hipotecaria desatada en Estados Unidos que ha empezado a contagiar algunos bancos en Alemania y en el Reino Unido. La verdad es que andaba yo un pelín acomplejado por la complicación de traducir al lenguaje llano todo el asunto pero después de leer un interesantísimo análisis hoy en el suplemento económico de La Vanguardia creo que ya no voy a hacerlo. Especialmente después de leer cómo arranca:

«La presente crisis de los mercados de crédito es de difícil comprensión no sólo para la opinión pública y los inversores individuales, sino también para muchos inversores profesionales e, incluso, para un número no pequeño de los reguladores que deben velar por la estabilidad del sistema financiero».

Por eso prefiero que quien esté interesado en entender qué pasa le eche un ojo directamente al artículo. Se titula «El sueño del alquimista» (jpg) y lo ha escrito César Molinas que, entre otros cargos, ha sido directivo de Merrill Lynch y director de planificación del Ministerio de Economía y Hacienda.

En cualquier caso la conclusión es tranquilizadora:

«Es imposible aventurar hoy qué dimensión podrá tener la crisis desatada por las hipotecas ´subprime´, pero no creo que vaya a ser una amenaza grave para la economía global».

Esperemos que su pronóstico sea acertado. Por el bien de todos.

Pisos de rebajas

Cada vez es más difícil vender una vivienda y las inmobiliarias han empezado a aguzar su ingenio para ver como las colocan en el mercado. Han puesto en marcha todo tipo de ofertas, desde unas vacaciones con todos los gastos pagados hasta el pago aplazado de la hipoteca («compre ahora y no pague hasta septiembre») al estilo de las grandes rebajas de unos grandes almacenes.

También los hay que te aplican un interés negativo sobre el euribor durante los primeros años, o los que te plantean hipotecas a tan largo plazo que acabarán pagando tus hijos o tus nietos. Pero la cosa no queda aquí porque las ventas se han estancado, la situación empeora y ya hay inmobiliarias que han empezado a echar el cierre por la imposibilidad de dar salida a su estoc de pisos. Porque ahora la mayoría tenemos en la cabeza cómo pagar las dichosas vacaciones en vez de cómo conseguir pagar una casa.

Y ya puestos a lanzar ofertas hay quien no se corta lo más mínimo y decide apuntarse a la moda de las rebajas de verano. Por ejemplo, una inmobiliaria de la Costa del Sol está publicitando promociones de apartamentos, adosados, áticos, etc. de 1, 2 o 3 dormitorios con descuentos notables que van de los 9.950 a los 126.000 euros. O sea que un pisito se te queda en 175.000 euros y un ático con todas las de la ley te sale «sólo» por 234.000 euros. Y ya veremos si así consiguen quitárselos de encima.

Los tipos suben y suben…y subirán

Como se esperaba, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido subir los tipos de interés oficiales de la zona euro un cuarto de punto hasta situarlos en el 4%. Ninguna sorpresa, pues. Lo importante era ver cuáles son los planes de futuro de la máxima autoridad monetaria europea.

Todo apunta a que va a mantener esa tendencia porque su máximo responsable, Jean Claude Trichet, sigue pensando que estamos en niveles «acomodaticios». Traducción: que hay margen para seguir tirando para arriba del precio del dinero. No sería de extrañar pues que antes del verano el banco tomara una decisión similar a la de hoy y que a finales de año llegáramos al 4,5%.

Eso como mínimo. No olvidemos que los mercados van por delante del BCE y que el euríbor, el índice de referencia de los préstamos hipotecarios, está ya muy cerca de esos niveles.

Pero China ¿cuenta o no cuenta?

La bolsa de Shangai se ha vuelto a desplomar este jueves por la decisión de las autoridades chinas de triplicar los impuestos sobre las operaciones bursátiles, pero el mundo no parece haberse estremecido como cuando en febrero pasado pasó algo similar. Claro que aquel día coincidió con un negro vaticinio del ex presidente de la Reserva Federal estadounidense y el nerviosismo recorrió los mercados internacionales. Ahora parece que la cosa no irá a más: la capital financiera china se recuperó y su índice bursátil subió un 1,4%.

El hecho es que el Gobierno de Pekín ya no sabe como combatir la tradicional adicción de los chinos por el juego, que los empuja a destinar sus ahorros y sus planes de pensiones a la compra de acciones. Incluso a pedir préstamos para invertir en una bolsa que subió un 130% en 2006 y este año crece a un ritmo del 60%. De ahí que haya decidido subir los impuestos sobre las transacciones en bolsa.

Pero cuando les interesa, las autoridades del país utilizan esa adicción en su provecho. Para combatir la proliferación de dinero negro y conseguir que los consumidores pidan facturas de sus gastos, ha decidido incluir en el reverso de los recibos una especie de «rasca-rasca» que incluye premios de diversa cuantía. Con lo que no hay cliente que se vaya sin factura de ningún sitio y lo primero que hace es mirar a ver qué le ha tocado.

China en números

China, de cerca, es sobrecogedora y espeluznante. Es lo mejor que se puede decir de este país donde me encuentro desde hace seis días acompañando a una misión del Ministerio de Agricultura español. Las espectacularidad de las cifras que conocemos día a día y la rotundidad megalópolis como Shangai y Pekín son abrumadoras.

Ciudades con 18 ó 20 millones de personas, con barrios donde caben todos los habitantes de Madrid o Barcelona, urbanizaciones en proyecto donde vivirán un millón de personas o planes urbanísticos como el que pretende convertir los 50 kilómetros que hay entre Tianjin y al mar en un continuo de pisos y edificaciones sin interrupción.

Y «pueblos» como Shian, donde los famosos guerreros de terracota. Tiene 8 millones de habitantes y conocí a una pareja de jóvenes españoles que se ha trasladado a vivir ahí. Él, profesional del sector inmobiliario, me explica que se esperan buenos años pra el negocio en esa ciudad porque los precios son aún razonables y quedan lejos de los niveles prohibitivos de Pekin o Shangai

Mientras, la economía más dinámica de la Tierra, capaz de crecer a ritmos del 9% anuales gracias al esfuerzo de sus 1.300 millones de habitantes, ha generado ya un millón de multimillonarios en un estado de supuesto corte comunista. Pero ojo, aquellos que ven aquí a un mercado con inmensas posibilidades deben ser realistas y conocer que la parte de población con un poder adquisitivo aceptable, aquellos que pueden adquirir productos de importación, serán poco más del 10%: unos 150 millones de chinos. Que tampoco está nada mal, pero son una «minoría».