LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Obama le irá mejor a las Bolsas

Las Bolsas están de enhorabuena. La clara victoria de Barack Obama era la mejor noticia que podían esperar de estas trascendentales elecciones en Estados Unidos. Y no sólo porque esperan que el presidente electo apruebe un plan de estímulo económico que saque a la economía norteamericana de la crisis que ha arrastrado al resto del mundo, sino porque históricamente a los mercados bursátiles siempre les ha ido mejor con los demócratas en la Casa Blanca.

Un concienzudo estudio publicado en 2004 por la Universidad de California-Los Angeles (UCLA) demostraba rotundamente que las victorias republicanas se le atragantan a las Bolsas, a la americana en especial y, por contagio, a las del resto del mundo en general.

Entre 1927 y 1999, el periodo analizado, el beneficio medio de una inversión en letras del Tesoro era cinco veces superior cuando mandaban los demócratas (11%) que cuando lo hacían los republicanos (2%). Algo parecido pasaba con las carteras bursátiles: con aumentos superiores de entre el 9% y el 16% cuando los antecesores de Obama ocupaban el despacho oval.

Por último, el estudio también concluyó que la presidencia demócrata también ha sido la mejor cura contra esa volatilidad que ha llevado los mercados bursátiles a mínimos históricos en las últimas semanas.

Y eso a pesar de que el partido del derrotado John McCain tiene mucha mejor prensa en Wall Street que el del flamante presidente. Allí muchos ven aún a Obama como un ‘socialista’ peligroso y consideran al Partido Demócrata una amenaza intervencionista.

También es verdad que en estos días el intervencionismo y los planes de rescate están más de moda que nunca, y ya puestos, si eso es lo que hace falta para evitar la catástrofe financiera, mejor que se encargue de ello alguien que sabe de qué va la cosa. ¿No?

ZP bate a Rajoy en economía

Zapatero ha dejado a Rajoy en fuera de juego en la primera parte del debate, dedicada a la economía. El aspirante a la reelección le ha echado en cara que, contrariamente a lo que viene diciendo insistentemente el candidato del PP durante la campaña electoral, no le han interesado las dificultades económicas de los ciudadanos hasta hace unas semanas.

El líder del PSOE se ha presentado a esta segunda cita con la lección aprendida en el anterior cara a cara y con la firme voluntad de hablar del futuro, mientras su oponente seguía echándole en cara lo mal que lo había hecho el Gobierno en el terreno económico.

Tras el golpe de efecto del Libro Blanco, con sus compromisos electorales, ha lanzado la propuesta de alcanzar un gran pacto con sindicatos y empresarios para luchar contra «la desaceleración» (creo que es la primera vez que le oigo pronunciar esa palabreja). ¿Con qué medidas? Estas son:

. Adelanto del plan de infraestructuras

. Construcción de 150.000 viviendas de protección oficial (VPO) este año

. Planes de reciclaje para la recolocación de los parados de la construcción

. Devolución de 400 euros en el IRPF

. Extensión gratuita de los plazos para el pago de las hipotecas

. Acuerdo con las empresas de distribución para controlar el margen de beneficio en el precio de los alimentos

Además, ha planteado la creación de un observatorio dedicado a la comparativa de los precios para estimular la competencia, siguiendo el ejemplo francés. Aunque Rajoy, que ha vuelto a la carga con las subidas de precios, de la inflación, de las hipotecas y del paro, le ha recordado que ya existe uno en el ministerio de Industria (y tiene razón).

El líder del PP ha insistido en acusar a Zapatero y a su Gobierno de malgastar la herencia económica recibida del PP y sólo al final parece haber caído en la cuenta de que debía plantear algunas propuestas de futuro:

. Reducir el gasto público

. Introducir más competencia en los mercados (telecomunicaciones, transporte aéreo,…)

. Reformas económicas

. Control de los precios regulados (luz, gas,…)

Ahí, el dirigente socialista ha respondido con otra batería de promesas: dos millones de empleos (1,2 millones para mujeres) y subidas de pensiones de jubilación y de viudedad y del salario mínimo. «Creo en la creación de la riqueza y en la distribución de la riqueza. Y ustedes no» le ha espetado Zapatero a Rajoy, que ha intentado reforzar sus críticas -sin demasiado éxito, todo sea dicho- con unos espléndidos gráficos.

Las dificultades económicas eran un terreno propicio para el lucimiento de Rajoy, pero Zapatero se le ha escapado vivo.

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Presidente de EEUU por un (buen) puñado de dólares

El próximo presidente de los Estados Unidos será demócrata. Sólo una catástrofe podría evitarlo. Por mucho que se esfuerce John McCain, el candidato republicano mejor colocado, tiene todas las de perder.

Sea cuáles sean los resultados que se vayan dando en las primarias, desde el punto de vista financiero Barack Obama está en clara disposición de vencer a Hillary Clinton y ser el próximo inquilino de la Casa Blanca.

El senador por Illinois ha recaudado 135 millones de dólares de fondos y donaciones hasta enero y la ex primera dama, 129 millones. McCain, en cambio, cuenta tan sólo con una tercera parte de esos fondos. Pero con todo, lo más destacable es que Obama consiguió 32 millones el mes pasado, frente a los 13,5 de Hillary. El político afroamericano también fue el que más gastó en 2007: 83,5 millones, contra 77,7 de su rival.

(Expansión, 13/02/08)

Los apoyos económicos de Obama proceden básicamente de empresas relacionadas con la energía nuclear, una industria clave en su estado, y de otras compañías energéticas como Exxon. También ha recibido fondos de firmas de Wall Street, o inmobiliarias, aunque en estos últimos sectores está por detrás de Hillary, que además cuenta con importantes donaciones de la industria sanitaria y de aseguradoras pese a su plan para extender la sanidad universal gratuita.

Si tenemos en cuenta que en el último siglo, desde Kennedy hasta hoy, el aspirante con más fondos recaudados que era proclamado candidato ha acabado siendo presidente, Obama ya puede ir comprándose el traje para la toma de posesión. Especialmente si tenemos en cuenta la campaña se basa en inversiones multimillonarias en publicidad por parte de los contendientes y que su proyección pública es fundamental para determinar el resultado final.

Sólo un hecho inesperado podría alterar el rumbo de unos acontecimientos que, por ahora, parecen muy predecibles. Por ejemplo, un atentado Estados Unidos o algún ataque significativo contra sus intereses fuera del país -de Al Qaeda a poder ser- podría elevar al alza la cotización del republicano McCain, que por ahora no tiene prácticamente ninguna posibilidad (o, como mínimo, tres veces menos de posibilidades).

Supersolbes al rescate

José Luis Rodríguez Zapatero ya tiene a su fichaje estrella para las elecciones de 2008: Pedro Solbes. Contra todo pronóstico, el actual vicepresidente económico ha aceptado ser el número 2 del PSOE por Madrid y continuar en su puesto en el caso de que los socialistas obtengar una mayoría que les permita gobernar.

Una jugada maestra que va a limitar considerablemente el margen de maniobra del PP, que había convertido ya a la economía en su estandarte electoral, quizá suponiendo que la más que previsible ausencia de Solbes de las listas generaba una sombra de incertidumbre de la que podía sacar algún un rédito electoral.

La escenificación del sorprendente compromiso de Solbes no podía estar más calculada: Zapatero le invita a seguir en su mítin dominical -«Pedro Solbes nació para esto y es claro que todos queremos que siga en esto»- y al día siguiente él acepta muy gustosamente. Tema zanjado. Si el superministro económico ha puesto o no condiciones para seguir puede ser motivo de debate. Pero parecería increíble que no lo hubiera hecho.

Por lo pronto sabemos que quiere que se reduzca el papel de la Oficina Económica del Gobierno, que asesora directamente a Zapatero, para evitar las sorpresas desagradables que se llevó en el pasado cuando Miguel Sebastián estaba al frente.

Quién no recuerda las incómodas explicaciones que Solbes tuvo que dar en el Congreso por la supuesta operación lanzada por la mencionada oficina para desalojar a Fernando González de la presidencia del BBVA. O las sonadas discrepancias con más de un ministro sobre cómo financiar algunas de las iniciativas gubernamentales.

Si Solbes ha acabado aceptando el reto de ZP, alguna garantía tendrá de que todo eso no se va a volver a repetir.