Como los buenos culebrones, el de Endesa ha dado un giro totalmente inesperado. Justo un día antes de que acabara el nuevo plazo para que los accionistas aceptaran o no la oferta de E.ON a 40 euros por acción, los alemanes pactaron con sus rivales, Acciona y Enel, retirarse de la batalla a cambio de quedarse con una parte de los activos de la compañía.
Se han cumplido así los pronósticos apuntados por los expertos sobre la más que probable partición de Endesa como única vía para resolver la situación de bloqueo a la que se enfrentaba la eléctrica vista la persistencia de los dos bandos contendientes. Finalmente, E.ON se quedará con el negocio que tenía hasta ahora Enel en España (Viesgo) y otras actividades en Italia, Francia, Polonia y Turquía. Veremos si Acciona y los italianos deciden pilotar conjuntamente lo que quede de Endesa, llevando a la práctica la llamada “solución española” defendida por el Gobierno, o si también acuerdan repartírselo. Lo que está claro es que ya no deberán esperar seis meses para presentar su OPA, con lo que muy pronto los accionistas verán aumentado al menos en otro euro el beneficio de la venta de sus acciones.
Tras la dimisión de Manuel Conthe, la próxima víctima del lío eléctrico puede ser el presidente de Endesa, Manuel Pizarro. El turolés ha quedado en un claro fuera de juego después de convertirse en el principal valedor de la solución alemana y de comprometer el voto favorable del consejo de administración a la OPA de E.ON.