LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Clase de economía elemental

La economía se ha convertido en el tema estrella de la campaña electoral por obra y gracia de las noticias negativas sobre el paro, la inflación, las hipotecas, la bolsa,… Pero también por las promesas de rebajas de impuestos o de cheques variados que día tras día nos ofrecen algunos candidatos como si de una subasta se tratara.

Pero, ¿sabemos qué es la economía? ¿Tenemos suficiente información y formación para discernir cuál de esas propuestas es la más conveniente? O simplemente, para entender lo que está pasando. Sinceramente, creo que, en general, no.

Por eso me he permitido la libertad de recoger aquí un vídeo que muestra de forma didáctica y sencilla cómo tener una ligera idea de todo aquello que afecta a la economía. Sí, ya sé que tiene un aire que recuerda a las historietas de Walt Disney, pero es lo más potable que he encontrado buceando en YouTube.

La economía -pues- es consumo, inversión pública, seguros, comercio, industria, ahorro, empleo, beneficios («el ‘afán de lucro’ es uno de los elementos fundamentales de la economía»),… O sea, casi todo, aunque a veces tengamos tendencia a desentendernos de ella porque se nos presenta como algo muy complejo o como algo que no va con nosotros.

De morosos y ‘morrosos’

Pedro Solbes sigue manteniendo que los que hablan de crisis en España exageran. Quizá sí. Pero peor es dar la espalda a los problemas y no atajarlos antes de que vayan a peor. Lo del IPC en el 4,4% no es ninguna broma. Ni la situación de muchas empresas que empiezan a sufrir en sus carnes ya los efectos negativos de la morosidad.

Hasta un 30% ha crecido la cifra de impagados bancarios en los últimos meses en el mundo empresarial, y alrededor de un 20% los fallidos, o sea los que ya no se cobrarán. La construcción por motivos obvios encabeza el ranking de los que deciden devolver las facturas antes que pagarlas, seguida por todos los sectores que cuelgan de esa actividad. El mal, sin embargo, no es exclusivo de la actividad económica que más está sufriendo la desaceleración porque hay otras muchas industrias que también padecen sus efectos.

Me lo comenta una autoridad en la materia como Pere J. Brachfeld, profesor de finanzas de la Escuela de Administración de Empresas (EAE) y reputado ‘morosólogo’. Acaba de publicar el libro Memorias de un Cazador de Morosos, donde habla de la morosidad como de un mal arraigado en la cultura española desde los tiempos del Lazarillo de Tormes y la picaresca.

Los datos oficiales avalan su tesis de un importante crecimiento de la morosidad, aunque es cierto que aún está en niveles bajos, pero cabe esperar que seguirá creciendo. Y lo peor, me dice, es que no sólo dejan de pagar los que no tienen dinero, sino que muchos otros a los que él llama ‘morrosos’, que sí están en condiciones de hacer frente a sus deudas, se apuntan al carro e intentan sacar provecho de la situación para tener una mayor tranquilidad financiera. Con lo cuál, se agrava aún más la situación.

Y aquí la estadística también está de su parte: la media europea de las empresas que retrasan sus pago deliberadamente aún estando en una buena situación económica es del 35%. Ese porcentaje se eleva (y mucho) hasta el 62% en el caso de España, según un informe europeo publicado en 2004.

¿Que pasará con los tipos en Europa?

La Reserva Federal acaba de anunciar una nueva rebaja de medio punto de los tipos de interés en Estados Unidos para dejarlos en el 3%. El martes pasado ya los bajó 0,75 puntos con lo que en ocho días han caído 1,25 puntos. Con estas dos medidas, el banco central estadounidense pretende estimular el crecimiento económico y alejar el fantasma de una recesión, con la esperanza de que la inflación se mantenga bajo control.

La pregunta que nos podemos hacer es: ¿Y en Europa qué? Pues, a pesar de que el máximo responsable del Banco Central Europeo (BCE) ha negado cualquier posibilidad de que acabe siguiendo los pasos de sus colegas de los EE UU, cada vez son más las voces que pronostican que también habrá caídas de tipos, desde el 4% actual, en los países de la zona euro, entre los que se encuentra España.

Hay un argumento de peso en contra, que ya ha apuntado el propio BCE, y no es otro que el elevado nivel de precios que hay en la eurozona: la inflación media está en el 3% (la española en el 4,2%) cuando el límite tolerable es el 2%.

Pero cada vez hay más argumentos a favor. Primero, la más que previsible desaceleración de la economía, por ahora menos profunda que en el caso norteamericano, reclamará medidas similares a las que estos días ha adoptado la Reserva Federal para estimular la actividad. Y segundo, el euro sigue estando en un nivel muy alto en relación al dólar y castiga las exportaciones de las empresas europeas frente a la de sus competidoras estadounidenses, que suman un dólar barato a unos tipos bajos.

Por lo tanto, no es extraño que el mercado apunte a que a finales de año veamos el precio del dinero en Europa en el 3,5%. Quizá con un recorte de 0,25 puntos antes o inmediatamente después del verano y otro antes de acabar el año. Porque cada vez son más los que creen que el BCE irá cambiando de actitud a medida que la realidad económica le obligue a ello.

Jérôme hundió las bolsas

Ni el plan fiscal de Bush, ni el miedo a la recesión en Estados Unidos, ni las bajadas de tipos de Bernanke, ni el inmovilismo de Trichet. El mérito del histórico batacazo bursátil de la semana pasada hay que apuntárselo a un joven francés de 31 años, Jérôme Kerviel, que por lo que se ve tuvo la suficiente habilidad como para montar un fraude que le ha costado 4.900 millones de euros a Société Générale (SG), el segundo banco francés.

Sus operaciones con productos financieros en el mercado de futuros, al parecer muy sencillas pero fraudulentas, amenazaban con abrir un gran agujero en las cuentas de SG. Los directivos de la entidad descubrieron el pastel el pasado fin de semana y decidieron deshacerse de todos los futuros que Jérôme había ido comprando irregularmente de inmediato. Empezaron el lunes 21.

Y el resto ya lo conocen: hundimientos históricos de las bolsa, pánico de los operadores y mil y un intentos de explicar algo que, desde el punto de vista racional, era inexplicable.

Así funcionan los mercados bursátiles mundiales, cada vez más interconectados, ante una oleada de ventas: Si hay un movimiento extraño -dice un experto- «se vende primero y se pregunta después». Eso sí, el jueves, cuando los mandamases de SG explicaron lo que había pasado, se despejaron las dudas y las bolsas marcaron alzas históricas.

Ahora todo se entiende mucho mejor y da la razón a los que sospechaban que algo se nos estaba ocultando, pero también nos deja mucho más preocupados. Si un corredor de bolsa raso puede liarla como lo ha hecho Jérôme, y provocar el mayor fraude de la historia, debemos preguntarnos en manos de quién está el sistema financiero y quién lo controla.

Parece que hemos olvidado la lección del ya lejano 1995, cuando Nick Leeson, por entonces broker del banco Barings en Singapur, arruinó a la entidad británica y hundió las bolsas asiáticas. El mismo Leeson, convertido ahora en estrella mediática, no se ha mostrado nada sorprendido por lo sucedido:

«Lo primero que sentí cuando supe de este caso, no fue necesariamente conmoción de que una cosa como esta sucediera nuevamente, porque las operaciones arriesgadas de este tipo es algo que pasa diariamente en los mercados financieros. Lo que me impactó fue la cantidad que se llegó a perder» (BBC).

¿Aprenderemos esta vez?¿O Jérôme y Nick tendrán algún sucesor?

La Bolsa cae, pero el euribor también

Efectivamente, la Bolsa exagera y amplifica el efecto tanto de las buenas como de las malas noticias. Hoy un nuevo ejemplo: el anuncio del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, de que no tocará los tipos de interés ha vuelto a hundir las bolsas europeas. Igual que ayer subieron por la decisión de la Reserva Federal estadounidense de bajarlos, la perspectiva de que el BCE no seguirá los mismos pasos ha devuelto el pesimismo a los mercados bursátiles.

Pero mucho ojo. Aunque la atención de las informaciones económicas sigue fijada en el sube y baja bursátil, están pasando otras cosas que pueden ser muy favorables para la economía en general y para nuestros bolsillos en particular. Y la Bolsa cae, pero también esta bajando el euribor, el índice al que están referenciadas la mayoría de hipotecas.

Como se suele decir, no hay mal que por bien no venga. Y por mucho que Trichet y los suyos se emperren en mantener el precio del dinero en la eurozona en el 4% (en los EE UU se colocó ayer en el 3,5%), los mercados acabarán dictando su ley y el BCE deberá replantearse esa resistencia a tomar una decisión que, sin duda, aliviaría la situación financiera de muchas familias.

La Bolsa exagera

Si algo está claro después de estos dos días de altibajos bursátiles es que la Bolsa tiende a exagerarlo todo. Ni el lunes se hundía la economía, a pesar de que los índices de todo el mundo se pegaron unos soberanos batacazos; ni este martes se han aclarado las dudas sobre el futuro de la economía a pesar de que la mayoría -incluido nuestro Ibex 35- han cerrado con signo positivo.

Los expertos culpan del crac del lunes más al miedo a lo que puede pasar en Estados Unidos, que parece a las puertas de una recesión, que a razones estrictamente objetivas como el criticado plan de exenciones fiscales de Bush para reactivar su economía. De la misma forma, podemos atribuir a la esperanza -tras el fenomenal recorte de tipos de interés estadounidenses de 0,75 puntos– los buenos resultados de hoy. ¿Y mañana? Veremos.

Por lo pronto, los inversores de Wall Street parecían menos optimistas que sus colegas europeos y el índice de la Bolsa de Nueva York empezó la sesión cayendo de forma notable, aunque a media sesión empezó a enderezar el rumbo y parecía que, por una vez, la sangre no iba a llegar al río.

Y puestos a buscar el lado positivo de las cosas, no podemos perder de vista que tras el tremebundo traspiés bursátil del lunes hoy se han producido un par de noticias muy favorables como el descenso del euribor, que marcó hoy su nivel más bajo desde abril de 2006, o la caída del precio del barril de petróleo.

Cuando EEUU tose, nos resfriamos

¿Va camino Estados Unidos de entrar en una recesión? Esa es la pregunta que ahora mismo está sacudiendo las bolsas de todo el mundo, aunque hoy se han moderado las pérdidas espectaculares registradas este martes. La española, sin ir más lejos, se dió un batacazo ese día del 3,37% y hoy cerró con un descenso del 0,92%. La coincidencia de diversos factores negativos ha propiciado esta situación de inestabilidad bursátil.

1. ¿Cuál ha sido el detonante de la caída de las bolsas?

Las consecuencias de la crisis subprime en EEUU, derivada de la especulación bancaria con «hipotecas basura» (préstamos hipotecarios de dudoso cobro). Una de las más espectaculares ha sido que en 2007 el banco estadounidense Citigroup ha reducido sus beneficios en un 83% en relación al año anterior. En los últimos tres meses del año perdió 9.800 milones de dólares (unos 6.600 millones de euros). Es la primera vez que Citigroup pierde dinero en un trimestre y ya ha anunciado que despedirá a 20.000 empleados.

Otro gigante bancario, JP Morgan Chase, comunicó ayer que en el conjunto del año pasado ganó un 6% más, pero sus beneficios cayeron un 33% en el último trimestre del año.

2. ¿Qué es una recesión?

La teoría económica considera que hay recesión cuando se dan dos o más trimestres de crecimiento económico negativo. Si en vez de decrecer, la economía empieza a crecer menos que en trimestres anteriores, como sucede ahora, se habla de desaceleración.

3. ¿Puede haber recesión en Estados Unidos?

Si las próximas presentaciones de resultados bancarios en EEUU confirman la tendencia apuntada por Citigroup y JP Morgan Chase, sería muy probable. En cualquier caso, Alan Greenspan, el expresidente de la Reserva Federal que lleva pronosticando la recesión desde hace muchos meses, cree que ahora mismo hay algo más de un 50% de probabilidades de que la haya. La posibilidad de una victoria demócrata en las elecciones de noviembre se contempla como otro peligro, ya que los planes de subida de impuestos y reducción de beneficios fiscales restarían empuje a la economía. Pero eso ya sería a finales de año.

4. ¿Cómo se puede evitar?

Los menos pesimistas confían en que un recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal -que podría producirse incluso antes de lo previsto- alejaría el fantasma de la recesión. Además, ayudaría mucho el más que previsible fortalecimiento del dólar respecto del euro si finalmente las economías europeas, incluída la española, entran en una fase de desaceleración.

5. ¿Cómo nos puede afectar?

En principio, una recesión afectaría principalmente a aquellos países que tienen unos vínculos de intercambios comerciales más estrechos con Estados Unidos, especialmente el Reino Unido, Alemania, Francia o Italia, ya que dejarían de poder colocar sus mercancías en el mercado norteamericano y serían menos atractivos para sus turistas. Todo ellos limitaría el crecimiento de esas economías. Pero las empresas españolas, que no venden mucho a EEUU, sí tendrían dificultades para colocar sus productos en esos países europeos, sus principales mercados exteriores.

Peligro: Aumento de sueldo

Lo peor que le puede pasar a la economía en las actuales circunstancias de precios disparados, repunte del paro y caída de la confianza de los consumidores es que a alguien se le ocurra subir los salarios. Es la advertencia que acaba de hacer el presidente del Banco Central Europeo (BCE), el francés Jean Claude Trichet, para meternos el miedo (más?) en el cuerpo.

Ni se nos ocurra pedir un aumento de sueldo porque eso dispararía la ya preocupante inflación, que está en el 4,3% en España y en el 3,1% en el conjunto de los países de la zona euro. Ambas bastante lejos del 2% que el BCE considera como límite soportable. Por encima de ese nivel, avisa el guardián del euro, tan sólo podemos esperar nuevas subidas de tipos de interés. Lo que nos faltaba.

Las advertencias de Trichet siguen la línea de la teoría clásica de la supuesta espiral precios-salarios, defendida recientemente también por el gobernador del Banco de España, Miguel Angel Fernández Ordóñez. Si los precios se disparan, como ha sucedido y sigue sucediendo, y los sueldos no se mueven, cabe esperar que el consumo se frene, se venda menos y los precios acaben bajando y, por tanto, la inflación. Si sucede lo contrario, y se combinan precios altos y aumentos salariales, los costes de producción aumentan y se encarecen más los bienes y servicios. El resultado es una escalada inflacionista.

O sea, que encima de que se encarecen los alimentos, los combustibles, los transportes, las hipotecas, etc., no tenemos derecho a reclamar que nuestro jefe nos aumente el sueldo porque acabaríamos hundiendo la economía. Pues lo tenemos claro con las teoría clásicas.

Ahora bien, si nos fiamos del vicepresidente económico, Pedro Solbes, no debemos preocuparnos porque «sólo» estamos en una etapa de desaceleración y no en una crisis, lo que -asegura- nos irá de perlas para sanear nuestra economía. Y ni se nos ocurra decir lo contrario, no vaya a ser que alguien pueda considerarnos malos patriotas. Lo que hay que ver.

La banca gana y el resto pierde

Hay expectación por saber qué nos explicará mañana el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, durante su comparecencia en el Congreso para hablar de la situación económica. Después de escuchar anoche a Zapatero en la Cadena Ser, uno se imagina por dónde van a ir los tiros.

El presidente del Gobierno ha admitido que «es verdad que ha habido algunas incertidumbres económicas», pero ha trazado un balance positivo de la legislatura en materia económica: «Hemos crecido, hemos ahorrado y hemos repartido».

O sea, que previsiblemente nos dirá que la economía crece (aunque sea de forma poco sana), se crea empleo (no importa su con un alto nivel de precariedad y con salarios bajísimos) y las cuentas públicas están en superávit (pese a que otras cuentas, las de las familias, sean claramente deficitarias).

Estaba pensando en ello justo cuando ha caído en mis manos la portada de Expansión y he visto estas dos noticias justo una al lado de otra.

Y yo, inocente de mí, me pregunto: Si el ahorro está cayendo y estamos más endeudados que nunca, ¿de dónde sacan bancos y cajas de ahorro tanto beneficio? Analizando las cifras uno se da cuenta de que la mitad de esos 30.000 millones van a parar a los bolsillos del Santander (8.414) y el BBVA (6.119). Esta semana se abre la temporada de presentación de resultados bancarios con Banesto y empezaremos a conocer más detalles.

Pese a todo, 2008 no pinta muy bien para las entidades financieras, que han perdido parte de su valor en Bolsa por las incertidumbres ante el futuro: Ahora bien, los que lo tenemos crudo seguro somos el resto de ciudadanos que, según cálculos de Expansión a partir de los datos del INE, pagaremos 1.000 euros más al año por el imparable aumento de los precios. Eso, sin incluir la hipoteca, que es otro dolor de cabeza para muchos.

Esto tiene mala pinta

Vaya manera de empezar el año. Las noticias económicas de estos primeros días de 2008 no invitan para nada al optimismo. Los precios, el paro, la confianza de las familias, el petróleo,… todos y cada uno de esos indicadores -fundamentales para nuestros bolsillos- parecen confirmar los peores temores con que despedimos el 2007.

. Los precios. El avance del IPC de diciembre nos pinta una panorama del año incluso peor del que ya nos anunciaba el de noviembre. Según el dato conocido ayer, que será definitivo el 15 de enero, los precios habrían crecido en 2007 un 4,3%, el mayor incremento de la década. Casi nada.

Para rematar este capítulo, nos enteramos de que lo del 4,3% puede sonar a risa si nos fijamos en el importante encarecimiento de algunos productos básicos a lo largo del año: la leche, el pan, la harina de trigo, el aceite de girasol, los huevos y el pollo han subido un 20% -o sea, casi cinco veces más que la inflación- en 2007, según el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

. El paro tampoco pinta nada bien porque, aunque el dato global de un aumento del 5,27% del número de desempleados a lo largo del pasado año puede decir poca cosa, lo cierto es que hay algunos detalles concretos referentes al mes de diciembre como para estar más que preocupados:

– La construcción se lleva la peor parte porque la aparentemente buena noticia del frenazo de los precios de la vivienda va acompañada de un parón en la actividad del sector y una caida del empleo.

– Aunque en el conjunto de 2007 la contratación crece un inapreciable 0,5%, en el mes diciembre ha caído un 9% en relación al año anterior. Y seguramente sin las contrataciones navideñas extra de por medio hubiera sido bastante peor.

. El petróleo, por primera vez en la historia, superó este miércoles los 100 dólares por barril en EE UU y acumuló una subida del 58% (!) a lo largo de 2007. Frente a tan contundentes datos hay poco que comentar.

. ¿Y cómo está la confianza de las familias ante tal panorama? Pues mal. Los informes del Banco de España y del ICO confirman que los españoles cada vez lo vemos más negro, por mucho que algunos mensajes gubernamentales intenten maquillar una realidad que, cada día que pasa, se presenta más cruda.