LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

Archivo de agosto, 2009

La banca acapara los brotes verdes

La banca parece haber recobrado el pulso sólo once meses después de la quiebra de Lehman Brothers, que causó el pánico en el sistema financiero mundial y nos precipitó a todos en la más profunda crisis económica que se ha vivido desde los años treinta.

Los 15 mayores bancos del mundo han ganado el terreno perdido y han recuperado el valor que tenían en Bolsa antes del batacazo, según cuenta hoy El País. Una recuperación espectacular que se explica sobretodo por las multibillonarias ayudas que los Estados han concedido a los banqueros.

En España, el Santander y el BBVA han seguido un ritmo parecido y su recuperación bursátil es en buena medida la culpable de los importantes crecimientos del Ibex-35. Además han demostrado la fortaleza suficiente incluso para afrontar compras en el exterior.

Es decir. Brotes verdes, sí, pero circunscritos a un sector de la actividad económica cuyo rechazo persistente a la concesión de préstamos ha puesto en apuros a todo el tejido productivo del país.

Por muchas excusas que pongan los banqueros, lo cierto es que su actuación ha llevado al borde del colapso a muchos pequeños y medianos negocios rantables y con garantías que, a pesar de ello, no encontraban la liquidez necesaria para sobrevivir.

Desgraciadamente, los expertos avisan de que esa recuperación de la banca no se traducirá en un cambio de actitud radical de bancos y cajas en su resistencia a abrir el grifo del crédito. Si la economía no mejora notablemente, será difñicil que cambien de actitud pese a los efectos positivos que han experimentado gracias al dinero de los contribuyentes que los Gobiernos han puesto en sus manos.

Menos subidas de impuestos y más lucha contra el fraude fiscal

La subida de impuestos ha dejado de ser un globo sonda veraniego para convertirse en otro de los ejes de enfrentamiento político entre Gobierno y oposición, como hemos podido comprobar esta mañana durante el debate que han mantenido en el Congreso la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el coordinador económico del PP, Cristóbal Montoro.

No sólo eso, si no que la difusa reforma fiscal dibujada por el Ministro de Fomento, José Blanco, durante sus bolos periodísticos estivales, se perfila como uno de los elementos centrales en la discusión sobre cómo y cuándo España podrá dejar atrás lo peor de la crisis.

El hecho es que, si nos atenemos a las cifras que conocemos hasta ahora, y a falta de mayor concreción sobre el alcance de la subida del IRPF, sus efectos parecen más que limitados y los beneficios escasos para el mucho ruido que genera esa medida.

Si se mantuviera el concepto de «rentas altas» que se aplicó en el último debate del Estado de la Nación -las que superan los 24.000 euros de ingresos anuales- cuando se habló de suprimir la desgravación por hipoteca a ese tipo de rentas , el aumento de impuestos afectaría a 5,36 millones de contribuyentes.

En cambio, si se aceptan las tesis de los partidos de izquierda y de los sindicatos para que afecte sólo a las rentas anuales de 60.000 euros o más, serían unos 600.000 los afectados, que aportan un 3,7% de la recaudación por IRPF. Con lo que la potencia recaudatoria de la medida sería aún mucho más limitada.

Por todo ello parece lógico tomarse un tiempo para madurar una decisión de tal trascendencia y empezar por plantearse medidas alternativas al anunciado aumento del IRPF, como las que proponen los técnicos del Ministerio de Hacienda asociados a Gestha:

1. Restituir el Impuesto de Patrimonio sobre las grandes fortunas eliminado por el Gobierno y que afecta a 35.000 contribuyentes, que podrían aportar 1.000 millones de euros al erario público.

2. Mejorar la lucha contra el fraude fiscal para reducir la economía sumergida en España a la mitad, y dejarla en el 10%. Se podrían conseguir unos 38.000 millones de euros, si se incluyen 13.000 millones de cuotas impagadas a la Seguridad Social.

3. Introducir nuevos impuestos medioambientales para industrias contaminantes.

Medidas todas ellas lógicas y necesarias incluso si el contexto económico no fuera tan crítico como el que atravesamos, y muy especialmente el de la lucha contra el fraude fiscal. Aunque al parecer se han conseguido algunos progresos -en 2008 se recaudó un 30% más pese a la crisis, tras aumentar un 25% las inspecciones-, queda mucho trabajo por hacer.

Si además les sumamos que el diagnóstico sobre dónde están las principales bolsas de fraude parece bastante claro, como demuestra el último barómetro fiscal de 2008(pdf), sólo se trata de actuar. Y cuanto antes, mejor.


Tres letras para salir de la crisis: U-V-W

Los expertos parecen coincidir en que antes de final de este año veremos algunos indicios serios de que empezamos a salir de la dichosa crisis, aunque ni de lejos la habremos superado totalmente porque -avisan- los escasos e incipientes «brotes verdes» siguen estando rodeados de demasiadas malas hierbas.

La duda que se plantea ahora mismo es cómo será esa salida:

rápida (en forma de V) con un crecimiento alto y sostenido tras haber tocado fondo

lenta (en forma de U) con algunos (o bastantes) meses aún de dificultades económicas y una lenta y progresiva recuperación

con un rebote (en forma de W) que supondría una aparente mejora inmediata de la situación para volver a caer nuevamente al cabo de unos meses y tener que esperar de nuevo para recuperarse

Peridis, en El País del 24-05-2009

Por ahora, la hipótesis que parece tener más defensores es la de la recuperación en forma de U. Hoy mismo, en el Financial Times, publica un artículo recogido por Expansión que ofrece argumentos contundentes sobre ello.

1. El empleo sigue cayendo drásticamente en EEUU y en otros países: en las economías avanzadas, el índice de desempleo superará el 10% en 2010.

2. Las pérdidas de las instituciones financieras se han socializado. Esto limita la capacidad de prestar de los bancos, de gastar de los hogares y de invertir de las empresas.

3. Los consumidores necesitan reducir el gasto y aumentar el ahorro; los endeudados consumidores se enfrentan a la caída del precio de la vivienda y de los mercados de valores, de sus ingresos y del empleo.

4. El sistema financiero, a pesar de las medidas adoptadas, sigue estando sumamente deteriorado. .

5. La baja rentabilidad limitará la disposición de las empresas a producir, contratar personal e invertir.

6. El aumento de los grandes déficit fiscales amenaza con desplazar la recuperación del gasto del sector privado.

7. Si la demanda interna no crece a un ritmo suficientemente rápido, la recuperación del crecimiento global será más débil.

Por si esas razones no fueran suficientes, hay dos más que pueden empeorar las cosas (y cambiar la aparentemente inevitable U por una recesión de doble fondo, en forma de W).

8. Las rebajas de tipos y el aumento del gasto público para salir de la crisis tienen difícil arreglo. Si se aumentan los impuestos (como se ha anunciado en España) y se recorta el gasto y se frenará la recuperación. Pero si los Estados mantienen grandes déficit presupuestarios, tendrán que pagar más a los compradores de esa deuda.

9. Los precios del petróleo, la energía y la alimentación que ya crecen por encima de lo que el mercado aconsejaría podrían subir más por culpa de la especulación.

A pesar de todo, hay que ser optimistas. Aunque no sepamos exactamente cómo será la salida, estamos consiguiendo limitar esa incertidumbre que ha hecho casi tanto daño como la propia crisis.

Claro que las autoridades y los agentes sociales y económicos deberán de ponerse las pilas más de lo que lo han hecho hasta ahora para que eso sea una realidad más pronto que tarde.