LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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E.ON, compuesta y sin OPA

Como los buenos culebrones, el de Endesa ha dado un giro totalmente inesperado. Justo un día antes de que acabara el nuevo plazo para que los accionistas aceptaran o no la oferta de E.ON a 40 euros por acción, los alemanes pactaron con sus rivales, Acciona y Enel, retirarse de la batalla a cambio de quedarse con una parte de los activos de la compañía.

Se han cumplido así los pronósticos apuntados por los expertos sobre la más que probable partición de Endesa como única vía para resolver la situación de bloqueo a la que se enfrentaba la eléctrica vista la persistencia de los dos bandos contendientes. Finalmente, E.ON se quedará con el negocio que tenía hasta ahora Enel en España (Viesgo) y otras actividades en Italia, Francia, Polonia y Turquía. Veremos si Acciona y los italianos deciden pilotar conjuntamente lo que quede de Endesa, llevando a la práctica la llamada “solución española” defendida por el Gobierno, o si también acuerdan repartírselo. Lo que está claro es que ya no deberán esperar seis meses para presentar su OPA, con lo que muy pronto los accionistas verán aumentado al menos en otro euro el beneficio de la venta de sus acciones.

Tras la dimisión de Manuel Conthe, la próxima víctima del lío eléctrico puede ser el presidente de Endesa, Manuel Pizarro. El turolés ha quedado en un claro fuera de juego después de convertirse en el principal valedor de la solución alemana y de comprometer el voto favorable del consejo de administración a la OPA de E.ON.

Manuel Conthe ya no puede más

Manuel Conthe, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ha dicho basta. Ha anunciado que abandona su cargo al frente del órgano regulador de la bolsa española después de la Semana Santa. El detonante de su salida ha sido el lío de la OPA de E.ON sobre Endesa y los posteriores movimientos de Accional y Enel -al parecer auspiciados por el Gobierno- para impedir que prosperara.

Conthe ha intentado sin mucho éxito defender el derecho preferente de la eléctrica alemana sobre la española, puesto que es la única que legalmente ha planteado una oferta por ella siguiendo los cauces reglamentarios. Y además no ha conseguido los apoyos suficientes para castigar las prácticas irregulares de sus rivales, más allá de la prohibición a Enel y Acciona de que lanzaran su propia oferta sobre Endesa antes de seis meses. Pero este no ha sido el único escollo de su mandato desde que fue nombrado en octubre 2004.

Se enfrentó abiertamente con las grandes empresas españolas cotizadas por su propuesta de «Código de Buen Gobierno», aprobado por la CNMV en mayo de 2006 y que debería entrar en vigor en 2008, por las recomendaciones y limitaciones que les imponía.

Y ha sido fuertemente cuestionado por su incapacidad para controlar los movimientos especulativos de algunos valores cotizados en bolsa y afectados por operaciones corporativas. Cualquier noticia de este tipo venía precedida de una soprendente fiebre compradora/vendedora dependiendo del caso. Con lo que las sospechas de uso de información privilegiada por parte de algunos inversores y operadores del mercado eran más que justificadas.

Pero lo de Endesa ha sido la gota que ha colmado el vaso de un profesional que tiene en su curriculum cargos como el de director general del Tesoro y Política Financiera, secretario de Estado de Economía o vicepresidente para el sector financiero del Banco Mundial.

Guerra de ofertas por Endesa

¿Quién da más? Parece ser el grito de guerra en los cuarteles generales de las tres empresas enzarzadas en la disputa por el control de Endesa. Como era de esperar tras el anuncio frustrado de Enel y Acciona a los accionistas de la primera eléctrica española de que mejorarían la oferta de E.ON, y la posterior intervención de la CNMV, los alemanes han subido la puja de 38,75 euros a 40 euros por acción. La respuesta de la constructora española y la eléctrica italiana ha sido ofrecer 1 euro más por acción y llegar hasta 41.

La principal diferencia entre una y otra oferta es que mientras la de E.ON debe resolverse como muy tarde el 3 de abril, la de sus competidores no podrá tener la respuesta de los accionistas hasta septiembre, ya que la CNMV les prohibió el viernes pasado presentar su OPA antes de seis meses.

Pero ojo, en las 51 páginas que recogen el pacto presentado hoy entre Enel y Acciona para quedarse con Endesa figura una cláusula en la que sólo se comprometen a mantener su oferta si E.ON no consigue más del 50% del capital de Endesa con su oferta de 40 euros.

El jardín del presidente de E.ON

Acudí este miércoles a un desayuno de prensa con el presidente de E.ON, Wulf Bernotat, el señor que tiene medio comprada ya a Endesa, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en Madrid. Venía él a hacer un llamamiento a los pequeños accionistas de la compañía -que representan alrededor del 65% del capital de la compañía- para que en la próxima junta general extraordinaria del 20 de marzo voten a favor de suprimir las limitaciones de voto (el blindaje) que se recogen en sus estatutos. Esta es una de las dos condiciones que fijó E.ON para culminar su OPA sobre la eléctrica española. La otra, era conseguir hacerse al menos con las 529.481.934 acciones de Endesa que representan un 50,01% de su capital.

El señor Bernotat se metió en un jardín cuando los periodistas intentaron apretarle las tuercas sobre qué posibilidades hay de que E.ON decida seguir con la OPA a pesar de que no consiga elminar el blindaje de voto. Primero dijo que confiaba en conseguirlo. Luego que, si no lo conseguía, también había la posibilidad de hacerse con la compañía y después convocar una junta de accionistas para suprimirlo. Más tarde, que era una condición indispensable para la OPA. A continuación, que E.ON no retiraría su oferta en el caso de no conseguir el desblindaje del voto.

Y en medio del murmullo general de los asistentes, que ya no sabían en qué quedaba la cosa, se le acercó su jefe de prensa para hacerle llegar un papelito en el que le pedía al máximo ejecutivo de E.ON que dejara muy claro que «si no hay cambio en los estatutos, no compraremos las acciones».

De lo que sacamos dos conclusiones: que, aunque ese es el objetivo ideal de E.ON, y quizá lo consiga, los alemanes no han llegado hasta aquí para renunciar a quedarse con Endesa por un quítame allá unos blindajes. Y, otra, que más de uno no pudo evitar sentirse inquieto ante la perspectiva que su suministro eléctrico dependa de lo que decida este buen señor.

E.ONdesa

Gas Natural se ha retirado de la pugna que mantenía con la alemana E.ON para comprar Endesa. Este viernes tenía que presentar una mejora sobre los 21,3 euros por acción que ofreció en septiembre de 2005 por la primera eléctrica española. La última oferta de los alemanes, tras la entrada de las constructoras en la batalla eléctrica, es de 34,5 euros. La gasista dice que no se retira por falta de músculo financiero para hacer frente a semejante oponente, aunque La Caixa (su principal accionista) tampoco ha mostrado mucho interés en plantarles cara.

Lo cierto es que se veía venir. La OPA de Gas Natural se convirtió pronto en el caballo de batalla político entre Gobierno y PP, que veía en ella un ejemplo más de la desmembración del Estado -los «catalanes» querían quedarse con una gran empresa española- puesta en marcha por Zapatero. Una acusación que creció y tomó forma de verdad revelada ante la falta de reflejos de la compañía. Y ello propició la reacción airada del máximo directivo de Endesa, Manuel Pizarro, que al tiempo que blandía un ejemplar de la Constitución en un mano levantaba el teléfono con la otra para llamar a Dusseldorf -donde se encuentra la sede de E.ON- a la búsqueda del caballero blanco que acudiera al rescate.

Enzarzados en un lío judicial, que se complicó tras la entrada de Acciona en el capital de Endesa, era cuestión de tiempo que la empresa gasista desistiera de sus intenciones. Pero hay una nueva batalla planteada. A la constructora -que ya controla más del 20% de Endesa- no le interesa seguir en la eléctrica si quien manda es E.ON, con quien también mantiene litigios de diverso pelaje. Y parece dispuesta a dar guerra. Por lo pronto ya le ha puesto precio a su salida: no se irá por menos de 58 euros por acción, aunque compró su primer 10% por 32. Hay valoraciones independientes que ya sitúan el precio entre los 45 y los 55 euros.

Habrá que ver ahora qué decide el consejo de administración de Endesa en su reunión prevista para la próxima semana, y qué estrategia articula para «vender» a sus accionistas las bondades de su venta al gigante alemán en una junta que se prevé multitudinaria. No hay duda de cuál será su respuesta: ¿quién se puede oponer a obtener semejantes plusvalías? Lo que no está tan claro es cómo nos irá a los futuros clientes de E.ONdesa, una vez se haya consumado la operación.