LOS APUNTES DE ECONOMÍA PRÁCTICA Y FAMILIAR de Joan F. Domene

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Obscenidades bancarias

Con la que está cayendo, los dos principales bancos españoles han anunciado que cerraron 2008 con beneficios multimillonarios. En plena crisis galopante, el Santander ganó más de 8.000 millones de euros; el BBVA, más de 5.000. Lo cierto que sus beneficios bajan respecto al año anterior (faltaría más), pero siguen embolsándose una bonita cantidad de dinero a costa de nuestras comisiones y nuestras hipotecas.

Si los datos ya resultan indignantes para miles de autónomos o de pequeños y medianos empresarios, que en estos días no consiguen ni un pequeño crédito para poder mantener sus negocios, que ese anuncio coincida con la confirmación de que España está, efectivamente, en recesión (dos trimestres de crecimiento negativo) resulta indiscutiblemente obsceno.

En la Moncloa hace días que se temían ese momento porque, por mucho que Zapatero se esfuerce en intentar convencernos de que el Gobierno no «da» dinero a los bancos, sino que les «compra activos» y por tanto no es un «regalo», sino una inversión.

Son muy conscientes del impacto que esos beneficios de la banca provocan en los ciudadanos, pero especialmente en el tejido empresarial. Porque siguen ganando dinero pese al aumento de reservas que han destinado a prevenir la morosidad creciente o a fiascos atípicos como el caso Madoff.

Los comerciantes, los industriales y los autónomos escuchan mensajes gubernamentales, y de los propios bancos, sobre los supuestos ríos de crédito que fluyen por el sistema financiero español. Aquí una prueba:

Pero llegan a su oficina bancaria y, cuando piden un crédito mínimo para mantener su actividad todo son problemas y condiciones imposibles. Eso cuando no reciben directamente una rotunda negativa por respuesta.

Lecciones de un Nobel para Obama

Barack Obama, desde este martes nuevo presidente de los EE UU, deberá aprovechar la ola de simpatía que despierta entre la población norteamericana para poner a trabajar inmediatamente a los cracks de su equipo económico y empezar a aplicar con rapidez su plan anticrisis.

Es el principal consejo que le lanza Paul Samuelson, un veterano economista norteamericano que fue asesor de Kennedy y ganó el Premio Nobel de Economía en 1970, en una entrevista publicada en La Vanguardia.

La administración norteamericana gastará 825.000 millones de dólares en dos años para sacar a la primera potencia mundial del callejón sin salida donde la especulación de altos vuelos (en algunos casos, delictiva) y la falta de regulación la han llevado: a una situación aún peor que la Gran Depresión de los años 30.

Aunque hay quien piensa que esa astronómica cantidad de dinero -que se destinará a inversión pública y a rebajas de impuestos– se quedará corta ante la magnitud del desastre porque que Obama tiene por delante un reto descomunal.

El venerable Samuelson, autor del manual más usado a lo largo de la historia en la carrera de Económicas, se muestra crítico con los recortes fiscales que sólo beneficiaran a los ricos, mientras las clases populares siguen sufriendo el paro y las estrecheces económicas.

En cambio apuesta ciegamente por las obras públicas, sin preocuparse demasiado por el déficit, como primer paso imprescindible para crear empleo y remontar el vuelo. Por eso anima a Obama y a los suyos a ponserse a la tarea desde ya: “Tiene un periodo de luna de miel (…) Debería darle al hierro con el martillo mientras esté candente”.

Lo cierto es que el futuro de nuestra propia economía depende de que Estados Unidos sea capaz de hacer sus deberes y superar con éxito esta profunda crisis. Si Obama lo consigue, nos será más fácil volver a la senda del crecimiento y dejar atrás la recesión, que ha llegado para quedarse… al menos en 2009.

2009: Feliz crisis y próspera recesión

Si el 2008 que nos deja ha sido el año de la dichosa crisis, el 2009 que estrenamos será, sin duda, el de la recesión. Es la única cosa en que coinciden todos los expertos, organismos internacionales y servicios de estudios: este año tendremos un crecimiento negativo. ¿Hasta cuándo? ¡Quién sabe! Aunque prácticamente nadie comparte el optimismo utópico de Zapatero, que prevé la salida de la crisis a finales de 2009. ¡Ojalá!

Lo único cierto es que el panorama está tan negro como ha descrito con extraordinaria precisión el gobernador del Banco de España: «Los consumidores no consumen, los empresarios no contratan (y despiden, añado yo), los inversores no invierten y los bancos no prestan». Es decir, nadie está haciendo el papel que le toca en este montaje de la economía global que tantos dolores de cabeza nos está dando.

A pesar de todo, las fechas en que estamos invitan a agarrarse a cualquier indicio medianamente positivo como la bajada de los tipos de interés y el abaratamiento de las hipotecas, la caída del precio del petróleo y la moderación de los precios. Se trata de factores determinantes que pueden evitar que salgamos del fuego de la crisis para caer en las brasas de la recesión.

Eso sí, los que hayan hecho los deberes en 2008 (con reducciones de costes, mejoras en sus estructuras y maximización de la eficiencia) lo tendrán más fácil para aprobar la difícil asignatura de 2009.

¿Quién maneja el timón económico?

Un ex altísimo cargo del Gobierno se preguntaba recientemente quién maneja realmente la política económica de nuestro país. Razón no le falta, pues visto lo visto, parece que la Moncloa va por un lado -con su tozudez por estar en la sobrevaloradísima reunión del G20– y el ministerio de Economía del discreto Pedro Solbes por otro. El hecho es que no parece el mejor panorama para afrontar una recesión como la que tenemos a las puertas, tras confirmarse que el tercer trimestre del año la economía cayó un 0,2%.

Algunos hechos pueden aclararnos esas dudas. Y, como si de un cóctel se tratara, sólo hay que cogerlos y mezclarlos para tener el resultado final:

. las imágenes de los siete grandes banqueros del país departiendo con Zapatero en la Moncloa

. el aviso del primer banquero español, Emilio Botín, advirtiendo que mucho cuidado con pasarse con la regulación de los mercados

. la petición de su ‘segundo’, Alfredo Sáenz, de que el Gobierno debe mantener en secreto qué bancos y cajas reciben fondos del futuro plan de rescate del sistema financiero que prepara el Gobierno

. y la asunción por parte del Ejecutivo, con su secretario de Estado económico –David Vegara– al frente de que así se hará

Parece del todo inaceptable el secretismo y la opacidad que financieros y gobernantes reclaman justo en el momento en que las familias temen por sus ahorros y, más que nunca, lo que necesitan es información y transparencia. Eso por no hablar de que transferir fondos públicos al sistema bancario a escondidas es terreno abonado para la corrupción.

Ciertamente, el sistema bancario español ha sido alabado por la resistencia al contagio de los activos tóxicos derivados de las hipotecas basura estadounidenses, pero eso no le da carta blanca para hacer y deshacer.

El Banco de España, más que nunca, debe implicarse en la vigilancia de ese reparto del dinero que sale de nuestros impuestos y va a los bolsillos de los banqueros, no para su beneficio, sino para evitar un colapso financiero que ponga en peligro los ahorros de millones de familias.

Hay ganas de recesión… en EE UU

Cada vez está más claro que entre los medios de comunicación hay unas ganas brutales de poder decir que Estados Unidos está a las puertas de una recesión económica. Lo hemos visto hoy con la intervención del presidente de la Reserva Federal norteamericana, Ben Bernanke, ante el comité económico del Congreso.

Bernanke ha liquidado en tres líneas (de un amplio y detallado discurso de cuatro folios) las perspectivas de la economía de EE UU para la primera mitad de 2008: el PIB no crecerá mucho y, ha añadido, «incluso puede contraerse levemente«.

Deducir de esta frase entrecomillada que el guardián de la banca estadounidense anuncia una recesión -como he escuchado en algunos boletines de radio o he leído en algunas webs- me parece una exageración fuera de todo lugar que demuestra claramente esas ganas de hablar de recesión en aquel país.

Y se aprovecha todo: las intervenciones mesuradas de Bernanke o las más apocalípticas de su antecesor en el cargo, el venerable Alan Greenpsan. La cuestión es colocar los términos «recesión» y «Estados Unidos» en el mismo titular.

Ciertamente, la economía norteamericana está muy tocada, pero se necesitan dos trimestres de crecimiento negativo para poder hablar técnicamente de «recesión». Y eso puede pasar, como reconoció ayer mismo Bernanke a preguntas de un congresista, antes de puntualizar que no tiene ninguna certeza de que realmente vaya a suceder.

Pero por si alguien tiene alguna duda, una recesión en Estados Unidos no sería nada buena para nuestra economía, ya bastante maltrecha por la crisis del ladrillo y con precios disparados, el paro subiendo (pese al respiro de hoy) y el consumo estancándose.

La realidad es que el presidente de la Fed anunció en ese mismo discurso -y en la frase siguiente a la célebre frase entrecomillada (ver cursiva en la cita en inglés)- una mejora de la actividad económica para la segunda mitad del año que se mantendría a lo largo de 2009. Eso sí, reconociendo los riesgos que aún existen en el horizonte.

It now appears likely that real gross domestic product (GDP) will not grow much, if at all, over the first half of 2008 and could even contract slightly. We expect economic activity to strengthen in the second half of the year, in part as the result of stimulative monetary and fiscal policies; and growth is expected to proceed at or a little above its sustainable pace in 2009, bolstered by a stabilization of housing activity, albeit at low levels, and gradually improving financial conditions.

Además, ha hablado de que la inflación se moderará en los próximos meses y que los mercados financieros empiezan a mostrar algunas señales de la eficacia de las medidas extraordinarias que se han adoptado en las últimas semanas. Pero claro, todo esto ya no nos cuadra con el titular que estábamos buscando, ¿no?

Cuando EEUU tose, nos resfriamos

¿Va camino Estados Unidos de entrar en una recesión? Esa es la pregunta que ahora mismo está sacudiendo las bolsas de todo el mundo, aunque hoy se han moderado las pérdidas espectaculares registradas este martes. La española, sin ir más lejos, se dió un batacazo ese día del 3,37% y hoy cerró con un descenso del 0,92%. La coincidencia de diversos factores negativos ha propiciado esta situación de inestabilidad bursátil.

1. ¿Cuál ha sido el detonante de la caída de las bolsas?

Las consecuencias de la crisis subprime en EEUU, derivada de la especulación bancaria con «hipotecas basura» (préstamos hipotecarios de dudoso cobro). Una de las más espectaculares ha sido que en 2007 el banco estadounidense Citigroup ha reducido sus beneficios en un 83% en relación al año anterior. En los últimos tres meses del año perdió 9.800 milones de dólares (unos 6.600 millones de euros). Es la primera vez que Citigroup pierde dinero en un trimestre y ya ha anunciado que despedirá a 20.000 empleados.

Otro gigante bancario, JP Morgan Chase, comunicó ayer que en el conjunto del año pasado ganó un 6% más, pero sus beneficios cayeron un 33% en el último trimestre del año.

2. ¿Qué es una recesión?

La teoría económica considera que hay recesión cuando se dan dos o más trimestres de crecimiento económico negativo. Si en vez de decrecer, la economía empieza a crecer menos que en trimestres anteriores, como sucede ahora, se habla de desaceleración.

3. ¿Puede haber recesión en Estados Unidos?

Si las próximas presentaciones de resultados bancarios en EEUU confirman la tendencia apuntada por Citigroup y JP Morgan Chase, sería muy probable. En cualquier caso, Alan Greenspan, el expresidente de la Reserva Federal que lleva pronosticando la recesión desde hace muchos meses, cree que ahora mismo hay algo más de un 50% de probabilidades de que la haya. La posibilidad de una victoria demócrata en las elecciones de noviembre se contempla como otro peligro, ya que los planes de subida de impuestos y reducción de beneficios fiscales restarían empuje a la economía. Pero eso ya sería a finales de año.

4. ¿Cómo se puede evitar?

Los menos pesimistas confían en que un recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal -que podría producirse incluso antes de lo previsto- alejaría el fantasma de la recesión. Además, ayudaría mucho el más que previsible fortalecimiento del dólar respecto del euro si finalmente las economías europeas, incluída la española, entran en una fase de desaceleración.

5. ¿Cómo nos puede afectar?

En principio, una recesión afectaría principalmente a aquellos países que tienen unos vínculos de intercambios comerciales más estrechos con Estados Unidos, especialmente el Reino Unido, Alemania, Francia o Italia, ya que dejarían de poder colocar sus mercancías en el mercado norteamericano y serían menos atractivos para sus turistas. Todo ellos limitaría el crecimiento de esas economías. Pero las empresas españolas, que no venden mucho a EEUU, sí tendrían dificultades para colocar sus productos en esos países europeos, sus principales mercados exteriores.