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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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Wilbert Torre: «El despido de Carmen Aristegui se produjo por una pervertida relación entre la prensa mexicana y el Estado»

202124_portada_el-despido_wilbert-torre_201505211901El día 15 de marzo de 2015, MVS Radio despidió a Carmen Aristegui, la periodista más influyente de México. Tres meses después, el periodista Wilbert Torre (Ciudad de México, 1968), que vivía hasta hace año y medio en Nueva York, publicó El despido, un libro donde describe la situación del periodismo en su país a la vez que cuenta los pormenores del conflicto entre la periodista y MVS. Tras el despido de Aristegui hasta se produjeron manifestaciones populares para que fuera readmitida.

El libro, que no se vende en las librerías españolas, se puede comprar en formato electrónico.

Se puede decir que El despido  es un instant book. ¿Qué te llevó a escribirlo?

Cuando despidieron a Aristegui, medio país denunció un golpe del régimen, lo cual, a menos que obtuviera las grabaciones de las llamadas, si es que las hubo, resultaba muy complicado probar, en un tiempo tan breve. Lo que sí podía averiguar era cuál era la situación en la que se encontraban las empresas de Los Vargas, dueños de MVS, y me encontré con que solo dos meses antes de la salida de la periodista, habían recibido entre otras multas, una por casi 4 millones de dólares en castigo a una alianza secreta con Carlos Slim, el empresario más opositor al gobierno. Así que me puse el desafío de investigar cómo era la relación entre la prensa mexicana y la administración peñista, como una manera de trascender el caso de la conductora (Aristegui) y saber si en el resto de los medios se presentaban presiones y situaciones de censura. Se trataba de uno de esos temas que si no tomas como vienen, pasan sin ser atendidos por una sociedad que todos los días se sorprende con alguna nueva tragedia o circunstancias de corrupción y negligencia gubernamental. Las elecciones estaban en puerta y escribirlo en 37 días significaba presentar una especie de declaración política sobre una de las principales promesas incumplidas del gobierno de Peña.

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José María Patiño: “La falta de profundidad hace que la información se quede en la espuma”

José María Patiño.

José María Patiño.

José María Patiño (Madrid, 1960) fue durante 14 años corresponsal en París de la Cadena SER. Después de reincorporarse a la redacción de Madrid, ahora se encarga de la Revista de prensa en el programa Hoy por hoy. Algunas de sus experiencias profesionales y personales en París han quedado reflejadas en Crónicas de Paname (Libros.com). “Es un libro periodístico con elementos más personales. Quería cerrar una etapa de 14 años, viviendo y trabajando en París, y combinarla con la labor periodística. Me apetecía hacer una cosa amena, no demasiado transcendente, que la gente pueda leer a gusto”, explica Patiño.

Dice Monserrat Domínguez en el prólogo del libro que el corresponsal se ha convertido en una rara avis. Casi es más una especie en extinción, ¿no?

Tal y como se concebía a inicio, el corresponsal tiene justificación porque siempre se necesita que alguien verifique sobre el terreno la información. Lo que se está perdiendo es el corresponsal/senior/embajador que da profundidad a las informaciones y representa al medio en otro país. Esos sí que somos dinosaurios y cada vez van a quedar menos.

Lo que puede aportar el corresponsal es el contexto que hace que las informaciones sean diferentes de las que todo el mundo hace.

¿Cómo una sola persona puede cubrir un país entero?

Hay informaciones que no puedes cubrir por las distancias. El corresponsal tiene que leer mucho. Leer periódicos, revistas, libros… para poder interpretar cualquier hecho informativo o noticioso aunque no estés físicamente presente. Lo interesante sería viajar a los sitios, pero las limitaciones económicas del periodismo impiden a veces los desplazamientos.

Con Internet, ahora en las redacciones pueden conocer las noticias antes que el corresponsal.

Antes imperaba el criterio del corresponsal en la redacción. A veces, en los medios todo el mundo tiene opinión de lo que tú estás haciendo. Eso dificulta que puedas ofrecer un enfoque diferente. Por otro lado, la tecnología facilita el trabajo. En Bruselas, llevaba el aparato de radio al cine para escuchar el informativo por si pasaba algo salir corriendo para contarlo. El teléfono móvil facilita las cosas. Por un lado te ayudan en el trabajo y por otro quitan personalidad a los temas. Puedes hacer múltiples informaciones mientras que antes te podías concentrar en la noticia que se quería hacer, en la noticia del día. Eso va en detrimento del trabajo periodístico.

¿Se ha perdido la poesía?

Lo que se ha perdido es la profundidad. Cuando me preguntan por la diferencia que hay entre los medios españoles y los franceses, siempre respondo que ellos tienen mucha más profundidad todavía. Aquí dominan las previsiones informativas (la agenda) y hace que la información se quede en la espuma. Eso no es bueno ni para el sistema democrático. Toda la información política consiste en declaraciones: uno ha dicho esto y otro ha dicho lo otro.

La segunda parte del libro es una guía para conocer París.

Cada uno tenemos una visión de París. El libro es mi viaje personal por París. Quería compartir con los lectores mi París. También una guía de la profesión. Hasta los que viven en París pueden descubrir algunas cosas.

¿Cómo ha sido la experiencia del crowfounding?

Yo pensaba que me metería más presión trabajar para una editorial convencional por plazos y cosas así. Me ha gustado trabajar con Libros.com, una editorial de gente joven con quien he conectado muy bien. Creía que no iba a tener presión, pero cuando se concretó la ayuda de los mecenas, vi que tenía un compromiso y que había que escribir el libro. Tardé un mes más porque me bloqueé por la presión de escribir.

Ana Isabel Bernal: «La tecnología, por sí sola, no salvará al periodismo»

Presentación del libro "Herramientas digitales para periodistas". De izquierda a derecha el periodista Quico Taronjí, la autora Ana Isabel Bernal, Carlos Gámez Kindelán (20Minutos) y  Guillermo Rodríguez (HuffPost).

Presentación del libro «Herramientas digitales para periodistas». De izquierda a derecha el periodista Quico Taronjí, la autora Ana Isabel Bernal, Carlos Gámez Kindelán (20Minutos) y Guillermo Rodríguez (HuffPost).

La periodista Ana Isabel Bernal Triviño ha publicado Herramientas digitales para periodistas (Editorial UOC), donde se explican en forma de guía las herramientas que se pueden encontrar en la red de forma gratuita. Además, la autora acompaña con ejemplos reales, explicados por quienes los han llevado a cabo, que pueden servir como inspiración para otros periodistas.
Ana Isabel Bernal es licenciada y doctora en Periodismo y máster en Historia del Arte por la Universidad de Málaga.  Además de ser investigadora posdoctoral y consultora docente en la UOC, trabaja como periodista freelance.
¿Cuál es el objetivo fundamental del libro?
El principal es que las herramientas digitales ayuden a hacer un mejor periodismo, más transparente y más comprometido. Y digo «ayuden» porque la tecnología, por sí sola, no salvará al periodismo, salvo que este no pierda su función y compromiso social. Si partimos de ese supuesto, la tecnología sí puede ayudar a crear mensajes más claros, adaptarnos a otras narrativas, propiciar la lectura, producir sensaciones o conseguir una mayor implicación del ciudadano… Por eso, en el libro, se recogen las herramientas por utilidades y se desgranan qué aporta cada una a las historias, acompañadas de casos reales donde los propios periodistas que trabajaron con ellas relatan el uso que les dieron.portada_herramientas
¿Has escrito un libro para ayudar a los periodistas tradicionales a que se adapten al cambio digital?
En la presentación del libro que realizamos en Madrid asistió Carlos Gámez Kindelán, compañero de 20minutos.es, y él mismo incidía en que es un libro que va más allá. Las herramientas se actualizan y desarrollan nuevas funciones. Por supuesto pueden tener más interés periodistas ajenos a estas dinámicas de trabajo pero, dentro del propio sector digital, el libro aporta una actualización, una ampliación de herramientas y la opción de comprobar cómo cada una puede mejorar la información, a través de noticias reales en las que se han usado. Digamos que, para un periodista digital, les permite ampliar su perspectiva, conocer otros trabajos y aplicaciones.
¿Alguna herramienta informática que ahora todo periodista deba manejar?
Yo realizo cursos personalizados a periodistas sobre herramientas y, al margen de un buen uso de las redes sociales, siempre parto de herramientas de organización como Dropbox o Google Drive. A partir de ahí, hay otras herramientas preferidas por la versatilidad que aportan como Thinglink o Infogram, y conocer las soluciones para coberturas móviles.
¿Qué importancia tiene ahora mismo el vídeo y la imagen en la información en la red?
Yo realicé en 2009 una tesis doctoral precisamente sobre esta pregunta y los vídeos y fotografías eran los puntos más fuertes entre los jóvenes. El vídeo crece, sin duda. Sólo hay que observar la tendencias de los millennials en Estados Unidos, con BuzzFeed o con Vice, o aplicaciones como Vine. Y, por otro lado, pensar que trabajaremos cada vez más para dispositivos móviles y en redes sociales, lo que requiere otra disposición y articular una micro-narrativa eficaz, que puede complementarse con otras herramientas, como Periscope o Soundcloud.
¿Qué suponen las redes sociales para los periodistas?
La pregunta va más allá. No sólo para periodistas, sino para la información en general. Las redes sociales se están convirtiendo en la principal entrada de información para los ciudadanos. Por lo tanto, no estar presente en las redes es una desventaja. Con el añadido de que constituyen no solo una plataforma de difusión, sino también de actualización, de localización de fuentes y de curación de contenidos. Para un periodista freelance (y de provincias), como fue mi caso, fue la oportunidad de crearme una imagen, de darme a conocer y de contactar con unos seguidores leales, ante todo. Hablaba el otro día con un periodista que mencionaba que, en una redacción de un diario americano muy importante, la selección de personal giraba entorno al impacto y uso del redactor en las redes sociales. Es todo un síntoma de los tiempos que corren.

Toni Piqué: «Las noticias son el primer conector para llevar a la gente a tu página»

Toni Piqué interviniendo en el XIII Encuentro de Responsables de Tecnología de los Medios de Comunicación.

Toni Piqué intervino en el XIII Encuentro de Responsables de Tecnología de los Medios de Comunicación. Foto: Juan Manzanara.

«Es imprescindible que los profesionales de la tecnología y los periodistas trabajen juntos. Para eso hay que generar confianza», explicó Toni Piqué en la inauguración del Encuentro de Directores de Tecnología de Medios, que se ha celebrado en Huesca esta semana. La Asociación de Periodistas de Aragón organiza esta cita anual de técnicos y gestores que se lleva a cabo desde hace 12 años.

Toni Piqué es director de Proyectos en Sol361/Cases & Associats. Antes, trabajó en La Vanguardia, donde fue jefe de sección. También ha sido director del Diari de Tarragona y director de negocio/experiencia de usuario de Ara. En su intervención aseguró que «las noticias deben ser el primer conector para llevar a la gente a tu página». Además, puso de manifiesto la importancia de las redes sociales para difundir los contenidos de los medios de comunicación. «Quien está sirviendo de inductor para la lectura de las noticias es la recomendación social».

Piqué no encuentra en los periódicos piezas que le llamen la atención. «Ahora, en plena campaña electoral, vemos que damos las noticias como si fuera una carrera de caballos.  Vamos a golpe de encuestas, hablamos del que va delante y del que va detrás… Estos días en los diarios no he encontrado nada interesante de la campaña, salvo tres o cuatro artículos que me han interesado y, por cierto, todos publicados en medios digitales. Si perdemos el afán por dar noticias, por qué le va a interesar a la gente lo que hacemos«.

«Hace tiempo que en el mundo digital se habla del desempaquetado. Si uno quería leer los deportes, no tenía que pasar por economía, política y demás secciones del periódico sino que iba directamente  a lo que buscaba. Ahora ya no necesitas ni siquiera pasar por la página la portada. Se accede directamente a las noticias. Eso le da más libertad al lector», comenta.

Considera que los medios pueden aprovechar mejor su capacidad de prescripción. «Las marcas periodísticas prescriben más de lo que puede parecer a primer vista. No solo inducen al consumo de noticias, también promueven otros consumos periféricos. Los más conocidos son los libros, la música y el cine, pero hay más. Por ejemplo, algunos medios informativos obtienen muchos ingresos por ventas relacionadas con la comida y la cocina».

Piqué es un firme defensor de la suscripción como medio para financiar a los medios. «El suscriptor es alguien que se fía de ti. Adelanta un dinero  por una cosa que recibirá pasado un tiempo. La publicidad no va a volver a los medios, digitales o no. Donde nos la vamos a jugar es en la venta por contenidos y allí, los lectores fieles, el consumidor de siempre que se llama suscriptor, es el que va a ayudar, el que puede exigir y el que anima para continuar en el sector. Hay que suscribir a la gente«.

Vice News lanza una edición en español

A partir de hoy, Vice ofrece su servicio de noticias en un proyecto compartido entre España, México y Colombia. En marzo de 2014 lanzaron Vice News en Reino Unido y Estados Unidos. Más tarde, en Francia donde, además de la edición online, también realizan un programa diario de televisión en France 4. El canal de información está dirigido a audiencias jóvenes y dan cobertura en vídeo de noticias de última hora y también de reportajes de más largo aliento.

Desde Vice News explican que en la edición en español se centrarán en temas relevantes para lo jóvenes hispanohablantes, «desde el auge del extremismo en Europa y la migración generalizada, hasta la economía, las elecciones y los cambios en el panorama político». Además, Vice News ofrecerá contenidos tales como la cobertura de reportajes internacionales, seguimiento permanente de la actualidad, documentales, presencia en Vine e Instagram y streaming en directo desde algunos eventos.

El mes pasado, Shane Smith, fundador de VICE, entrevistó en exclusiva al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. El vídeo ha recibido más de 1,3 millones de visitas (la entrevista se puede ver con subtítulos al final del texto).

 

Andrés Reymondes

Andrés Reymondes

Andrés Reymondes, director de Vice España: «Nuestros vídeos acumulan más de 220 millones de visionados»

Vice News en inglés ha tenido más de un millón de suscriptores en un año. Solo el documental sobre el Estado Islámico ha logrado más de 6 millones de visitas y lo han replicado numerosos medios. «Los vídeos de Vice News acumulan más de 220 millones de visionados», asegura Andrés Reymondes, director de Vice en España.

¿Qué os ha decidido a abrir un canal de noticias en español?

Más que una decisión es parte del proceso natural de expansión de la plataforma. La llegada de Vice News ha marcado un antes y un después en la manera de comunicar noticias y nuestra responsabilidad desde Vice España es tanto producir historias originales como cubrir los principales hechos que marcan la agenda de la actualidad desde todos los territorios donde se habla nuestro idioma. Para esto contamos con varias oficinas de Vice repartidas en America Latina y Estados Unidos y con una red internacional de periodistas de prestigio. Evidentemente, el resto de las 36 oficinas de Vice repartidas por el mundo nos envían información en sus respectivos idiomas, que nosotros recibimos y traducimos. Esta infraestructura nos permite tener una visión global de lo que sucede en el mundo que pocas veces se había podido ver antes en un medio.

¿Cómo serán vuestros contenidos?

En general aportaremos un punto de vista diferente respecto a la gran mayoría de medios, incluso cuando estemos hablando de los mismos temas. Para nosotros es muy importante el lenguaje con el que nos dirigimos a nuestro público. Hablamos un lenguaje directo, sin filtros y sin intermediarios. Abundarán artículos de análisis político y social, entrevistas exclusivas y vídeo contenido producido en zonas de conflicto desde dentro como es el caso del trabajo que hemos realizado sobre el conflicto en Siria y Estado Islámico. En particular, en Vice News en español, profundizaremos en temas como la inmigración, el narcotráfico, la corrupción política, el medioambiente, los conflictos bélicos y terrorismo de toda índole.

¿El canal está pensado solo para jóvenes?

Va dirigido a todos los que estén interesados en saber realmente cual es la situación social y política del globo, con una mirada fresca e independiente. Me refiero, principalmente, al publico joven desencantado con la información fragmentada y parcial que reciben de parte de la mayoría de los medios tradicionales, pero incluyendo también al público más adulto que comparte las mismas preocupaciones e inquietudes. Es un lenguaje para un público que vive conectado de forma transversal y permanente en todo el mundo.

¿Solo trabajáis con equipos propios?

Contamos con una red de periodistas y corresponsales que no necesariamente han pasado tiempo trabajando en nuestras oficinas pero que si comparten nuestros valores y nuestra manera de comunicar noticias. Tanto Vice News como Vice en general esta aumentando su audiencia de manera exponencial día tras día, por lo tanto, cada vez necesitamos más ayuda externa. Lo interesante es ver cómo cada vez más periodistas con larga trayectoria y un gran reconocimiento internacional se acercan a nuestra redacción con ganas de colaborar y con una idea muy clara sobre el cambio que estamos produciendo en la forma de comunicar.

Íñigo Domínguez: “España interesa fuera cuando pasa algo folclórico”

Íñigo Domínguez. Foto: Antonello Nusca.

Íñigo Domínguez. Foto: Antonello Nusca.

Íñigo Domínguez es desde 2001 el corresponsal del diario El Correo y del grupo Vocento en Roma. En 2008, el periódico le encargó que recorriera la costa mediterránea española en un descapotable. La serie veraniega de 17 etapas se publicó en otras tantas entregas.

Siete años después, Libros del KO las ha recogido en Mediterráneo descapotable (Viaje ridículo por aquel país tan feliz). El libro incluye un apéndice realizado por el autor que actualiza y resume los “efectos de un fiestón inverosímil”.


¿Cómo ves ahora la España de 2008?

Se observa una convulsión política que viene de algunas de las cosas que cuento en el libro y que han producido un hartazgo generalizado contra la clase política, contra cómo se han hecho las cosas, contra cómo se gestiona la crisis… Después del trastazo de la crisis se ha reactivado la conciencia crítica. La crisis ha sido un drama, pero nos ha puesto los pies en el suelo. La gente comenzó a ser más exigente y a pedir respuestas. Como no llegaban, han surgido nuevos movimientos.

España es ahora más interesante para los corresponsales, ¿no?

España interesa fuera cuando pasa algo folclórico. Solo tienen salida noticias como que un toro coja a un torero o cosas muy de ‘colorín’. Casi nada tiene un seguimiento constante por parte de la prensa extranjera salvo por cosas muy peregrinas. Tal vez, con la crisis, en los últimos años, ha podido tener más interés. Le sucede lo mismo que a otros muchos países. Los medios solo están pendientes de los grandes asuntos y de lo que pasa en unas pocas ciudades del mundo. La RAI, por ejemplo, no tenía corresponsal en España. Lo pusieron, pero no salía nunca en las noticias. Creo que al final cerraron la corresponsalía. Los periodistas extranjeros quieren ir a España porque es un país bonito y divertido donde se vive bien. Es un buen destino.

Portada Mediterráneo¿Crees que algún periódico español encargaría hoy una serie de reportajes como Mediterráneo?

A mí en su día ya me parecía increíble. Hoy, ni te cuento. Como quedó bien, al año siguiente hice un crucero y el tercer año fue el Transiberiano, que es el máximo camelo que conseguí colar a mi periódico. Terminó en 2010. En su día fue insólito. En verano los periódicos hacen algunas locuras y cosas originales. ¿Por qué no tendrán la actitud todo el año de hacer cosas distintas, originales y de esforzarse un poco?

¿Qué etapa del recorrido mediterráneo te llamó más la atención?

Lo que más me impactó fue ese mundo de Marina D’or. Me pareció increíble por lo que representaba. El proyecto había llegado a la mitad y todo lo que querían hacer era delirante. Estaba en medio de la nada, pero era perfecto como símbolo y me fascinó. También aluciné con Benidorm. Nunca había estado allí. Llegué de noche. Cuando me asomé a la ventana del piso 41 del hotel Bali, no me lo creía. No sabía que en España existiera un lugar como Manhattan. No tenía ni idea. Había frecuentado poco el Mediterráneo. Viajaba sin nada previsto. Me atraía el desafío de empezar por la mañana sin tener una historia y buscarte la vida para conseguirla. Salir del hotel para ver de qué escribes. Fue asombrosamente fácil porque en cada lugar había cosas increíbles. Como digo en el libro, en todos los sitios había algo que era «lo más» del mundo: el mayor parque de atracciones de Europa, la mayor ciudad de vacaciones…

Ahora, ¿por dónde te gustaría viajar?

Me atrae el mundo árabe. Y más ahora. Nos interesa a todos. Lo desconocemos, nos da miedo, pero creo que hay que acercarse de alguna manera para contarlo. También con sentido del humor. Después de lo que ha pasado, te lo piensas. Pero me resulta interesante de todas las maneras.

¿Por qué decidiste utilizar en los reportajes «el viajero» para referirte a ti mismo?

Lo normal era que utilizara la primera persona, pero no me salía. Por pudor o por la costumbre de que no debes ser el protagonista, y de hecho se debe evitar, me chirriaba la primera persona. Pasé una mañana pensando cómo lo hacía. Empezaba a escribir en primera persona y dudaba de que le pudiera interesar a alguien lo que yo pensaba. Me vino el recuerdo de Viaje a la Alcarria, de Cela, del que cito una frase al comienzo del libro. Lo leí de adolescente y me gustó porque era sencillo y transparente. Me ayudó a encontrar la fórmula para escribir los reportajes. Luego empecé a escribir en el blog y perdí el miedo a la primera persona, pero sigo intentando evitar el protagonismo.

Puede sonar a tópico, pero parece que los corresponsales pertenecéis a una especie en extinción.

Es un hecho. Estamos viendo como medios internacionales cierran corresponsalías en sitios como Jerusalén. Es verdad que el corresponsal origina un gasto, pero da peso a un periódico. Es la única manera de entender lo que pasa en el mundo. Da la sensación de que han aprovechado la crisis para pegar un tajo a algo que parecía intocable. Después de la crisis no sé si se va a volver a lo de antes porque son cosas que te quitan y luego no hay manera de que vuelvan. Lo que realmente está en peligro de extinción es el periodista medianamente bien pagado.

Algunos males del #periodismo

Quince periodistas hablan de los males del periodismo en 2015: @marilink, @palzaga, @garcia_alexndra, @carnecrudaradio, @eduardosuarez, @fanetin, @alfarmada, pablo_gutierrez, @A_Rigal, @mikelemora, @Virginiapalonso, @dmorenochavez , @jordipc, @pererusi, @iescolar

 

Las claves de Quartz, uno de los medios más innovadores, en nueve minutos

La semana pasada, en el Congreso de Periodismo de Huesca, Gideon Lichfield, editor senior de Quartz, explicó cómo trabajan en uno de los medios más innovadores del planeta.

Ante una pregunta que le formularon en Twitter, Lichfield resumió en un tuit las cuatro claves de qz.com.

En la entrevista, Lichfield explica también las preferencias de Quartz a la hora de elegir y tratar los temas, la experiencia de su exitosa newsletter y su modelo de publicidad sin banners, entre otras cosas.

Stéphane M. Grueso: «Tener conocimientos de vídeo y streaming puede ayudar a los periodistas a mantener su trabajo»

Stéphane M. Grueso, en el centro, impartiendo un taller en la Asociación de Periodistas de Aragón. Foto:  FGM

Stéphane M. Grueso, en el centro, impartiendo un taller en la Asociación de Periodistas de Aragón. Foto: FGM

Cuando se trata de impartir cursos o retransmitir eventos por internet, Stéphane M. Grueso (@fanetin) viaja cargando con una gran maleta donde carga con un equipo preparado para cualquier eventualidad. Pero este realizador de documentales, cuando quiere mostrar en vídeo lo que pasa en la calle, solo emplea el teléfono o una tableta y, a veces, un casco para protegerse de algún posible golpe.

Al fin y al cabo, el streaming —una palabra que ha pasado a formar parte del vocabulario de quienes emplean internet que quiere decir que la persona ve el vídeo o escucha el audio en directo a la vez que se descarga de la Red– es la tecnología que permite contar las cosas y que se puedan ver en el momento en que se producen. Para hacerlo, además de llevar encima los dispositivos para retransmitir es necesario estar en el sitio, una habilidad con la que cuenta Stéphane. Otra, la capacidad para mantener atentos, interesados y, muchas veces sonrientes, a las quince personas que fuimos sus alumnos en el segundo taller práctico de streaming realizado en la Asociación de Periodistas de Aragón para aprender a retransmitir vídeo y audio por internet con un smartphone o una tableta.

Terminado el taller, Stéphane respondió a mis preguntas por correo electrónico.

Pregunta: ¿Puede ayudar el streaming a los periodistas en su trabajo?

Respuesta: Lo primero, quizás es lo menos bonito pero, es muy práctico en estos cambiantes y precarios tiempos que nos ha tocado vivir: tener conocimientos de cómo funciona el vídeo en internet y especialmente el streaming puede ayudar a los periodistas a mantener su puesto de trabajo. O a crear nuevos medios.

Internet lo ha cambiado todo en nuestra sociedad y el periodismo no es una excepción. También ha cambiado a los que nos leen. O mejor dicho a los que ya no nos leen. Tenemos que conseguir que nos escuchen o nos vean, si queremos seguir informando. Tenemos que comprender cómo funciona internet. En esta cultura del periodismo de inmediatez, de la tiranía del clic, del «¡ya, ahora, vamos!», el streaming es un elemento indispensable para informar. La gente lo demanda.

No entro a valorar si esto me parece bien o mal, pero es algo que está pasando. Un periodista del siglo XXI tiene que saber lo que es Google Analytics, manejar un CMS o las diferencias entre el CPM, CPA y CPC. Y aquí es donde entra el vídeo. Y especialmente el vídeo en internet. Y especialmente el vídeo en directo en internet. Sencillamente hay que alfabetizarse en esto. Forma parte de lo básico de tu profesión.

P: Desde el punto de vista del periodismo móvil, ¿qué habilidades técnicas debe tener el periodista para poder hacer streaming?

R: Hay una curva de aprendizaje técnica pero no es muy grande. En pocas horas todo el mundo puede estar haciendo streaming de calidad. El problema está más en encontrar tu estilo. Con un poco de entrenamiento te encuentras enseñando cosas y hablando con gente mientras lo enseñas a través de tu teléfono en directo sin prácticamente prestar atención a otros detalles, como la conexión de internet, el encuadre, la batería, el audio, etcétera Casi todo eso se automatiza. Recomiendo asistir a alguna formación como la que recientemente ofrecimos en la Asociación de Periodistas de Aragón en Zaragoza.

P: Y desde el punto de vista periodístico, ¿qué te interesa contar por streaming?

R: Yo me dedico a hacer dos tipos de cobertura. Una callejera con un streaming móvil realizado desde un smartphone o tablet en la que me dedico a cubrir movilizaciones sociales en Madrid. También cubro todo aquello que me resulta interesante y que generalmente no encuentra eco en los grandes medios.

El segundo tipo de streming al que me dedico es el de eventos. En este caso se trata de un streaming multicámara realizado en debates, presentaciones de libros y cosas por el estilo. Realizo estas transmisiones para distintos tipos de clientes: medios de comunicación, ONG o cualquier persona u organización que quiera retransmitir su evento. En ocasiones me puedo permitir realizar uno de estos a alguna estructura o grupo. En general yo retransmito aquello que es importante para mí y lo hago de un modo muy personal, lo cual podría en ocasiones, complicar su uso periodístico.

Alberto Arce: «¿Qué hago yo en Honduras?»

¿Dónde está Honduras?

¿Cuántos habitantes tiene?

¿Qué es lo que recuerdo de Honduras?

Ah, sí, el ¡Viva Honduras! que gritó Federico Trillo cuando era ministro de Defensa en su visita a El Salvador. Y también que la capital es Tegucigalpa.

Poco más, lo reconozco.

Con ese bagaje, uno lee casi sin pestañear las poco más de doscientas páginas de Novato en nota roja (Libros del KO), la crónica de los dos años que pasó Alberto Arce (Gijón, 1976) como corresponsal de la agencia Associated Press en Tegucigalpa, y se pregunta por qué puede resultar tan interesante un libro que habla de un país del que sabemos tan poco y que casi nunca sale en los periódicos españoles.

La respuesta, probablemente, es porque el libro de Arce transpira periodismo en todas sus páginas. Mi ejemplar tiene frases y párrafos subrayados en rojo y azul. He marcado trozos de historias que el periodista ha vivido directamente, casi siempre en las calles de un país donde mueren asesinadas 85 personas por cada 100.000 habitantes, «una cifra que supera la de Irak», según explica en el libro.

Nos citamos con Alberto Arce para hablar de periodismo por Skype. Ahora vive en México DF y, por las siete horas de diferencia, prefirió que habláramos un sábado. La hora de conversación está resumida en los 18 minutos que dura el vídeo. Casi no hablamos del libro. Nuestra conversación partió del epílogo: «¿Qué hago yo en Honduras?«. En la entrevista, el periodista reconoce que está desapareciendo el oficio de reportero y realiza una propuesta a quienes dan lecciones de periodismo sin pisar la calle: «¡Deja de joder ya y vete a reportear al terreno!».

Una recomendación: si solo vas a leer un libro de periodismo este año, no lo dudes: Novato en nota roja.  Es periodismo del bueno. Aunque Arce no tiene pretensiones literarias, al terminar de leer su libro, como pasa cuando acabas las mejores novelas, lamentas que no continúe el texto y te quedas con la sensación de que tardarás en encontrar un libro que te interese tanto como estas crónicas de Honduras, un país que antes de comenzar a leer no sabías situarlo en el mapa.