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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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José María Patiño: “La falta de profundidad hace que la información se quede en la espuma”

José María Patiño.

José María Patiño.

José María Patiño (Madrid, 1960) fue durante 14 años corresponsal en París de la Cadena SER. Después de reincorporarse a la redacción de Madrid, ahora se encarga de la Revista de prensa en el programa Hoy por hoy. Algunas de sus experiencias profesionales y personales en París han quedado reflejadas en Crónicas de Paname (Libros.com). “Es un libro periodístico con elementos más personales. Quería cerrar una etapa de 14 años, viviendo y trabajando en París, y combinarla con la labor periodística. Me apetecía hacer una cosa amena, no demasiado transcendente, que la gente pueda leer a gusto”, explica Patiño.

Dice Monserrat Domínguez en el prólogo del libro que el corresponsal se ha convertido en una rara avis. Casi es más una especie en extinción, ¿no?

Tal y como se concebía a inicio, el corresponsal tiene justificación porque siempre se necesita que alguien verifique sobre el terreno la información. Lo que se está perdiendo es el corresponsal/senior/embajador que da profundidad a las informaciones y representa al medio en otro país. Esos sí que somos dinosaurios y cada vez van a quedar menos.

Lo que puede aportar el corresponsal es el contexto que hace que las informaciones sean diferentes de las que todo el mundo hace.

¿Cómo una sola persona puede cubrir un país entero?

Hay informaciones que no puedes cubrir por las distancias. El corresponsal tiene que leer mucho. Leer periódicos, revistas, libros… para poder interpretar cualquier hecho informativo o noticioso aunque no estés físicamente presente. Lo interesante sería viajar a los sitios, pero las limitaciones económicas del periodismo impiden a veces los desplazamientos.

Con Internet, ahora en las redacciones pueden conocer las noticias antes que el corresponsal.

Antes imperaba el criterio del corresponsal en la redacción. A veces, en los medios todo el mundo tiene opinión de lo que tú estás haciendo. Eso dificulta que puedas ofrecer un enfoque diferente. Por otro lado, la tecnología facilita el trabajo. En Bruselas, llevaba el aparato de radio al cine para escuchar el informativo por si pasaba algo salir corriendo para contarlo. El teléfono móvil facilita las cosas. Por un lado te ayudan en el trabajo y por otro quitan personalidad a los temas. Puedes hacer múltiples informaciones mientras que antes te podías concentrar en la noticia que se quería hacer, en la noticia del día. Eso va en detrimento del trabajo periodístico.

¿Se ha perdido la poesía?

Lo que se ha perdido es la profundidad. Cuando me preguntan por la diferencia que hay entre los medios españoles y los franceses, siempre respondo que ellos tienen mucha más profundidad todavía. Aquí dominan las previsiones informativas (la agenda) y hace que la información se quede en la espuma. Eso no es bueno ni para el sistema democrático. Toda la información política consiste en declaraciones: uno ha dicho esto y otro ha dicho lo otro.

La segunda parte del libro es una guía para conocer París.

Cada uno tenemos una visión de París. El libro es mi viaje personal por París. Quería compartir con los lectores mi París. También una guía de la profesión. Hasta los que viven en París pueden descubrir algunas cosas.

¿Cómo ha sido la experiencia del crowfounding?

Yo pensaba que me metería más presión trabajar para una editorial convencional por plazos y cosas así. Me ha gustado trabajar con Libros.com, una editorial de gente joven con quien he conectado muy bien. Creía que no iba a tener presión, pero cuando se concretó la ayuda de los mecenas, vi que tenía un compromiso y que había que escribir el libro. Tardé un mes más porque me bloqueé por la presión de escribir.

Manuel Sánchez publica «Las noticias están en los bares»

las-noticias-estan-en-los-baresEl periodista Manuel Sánchez (Cáceres, 1967) trabajó durante 22 años en El Mundo. Hoy, presenta un libro, Las noticias están en los bares (Libros.com), donde cuenta de forma amena su trayectoria profesional y, además, explica la cocina de un diario en una época feliz para el periodismo. “Primero hice periodismo de investigación en el periodo de los escándalos de Felipe González, luego vino la etapa de los juicios que fue muy intensa. Después, trabajé 15 años en información política, fundamentalmente del PSOE. En el libro he querido contar cómo lo vivía yo y cómo se vivía en El Mundo. Creo que tiene interés explicar esa dualidad: lo que hace el redactor y lo que pasa en el periódico”.

Sánchez escribe ahora en Publico.es. A pesar de que en el libro aparecen muchos nombres de políticos y periodistas, como reconoce en el epílogo, ha querido hacer un libro amable. “No tenía ninguna intención de hacer sangre o pasar factura. Aunque me lo hubiera propuesto, no me habría salido. He podido tener discrepancias con la línea editorial, con algún columnista o, incluso, con el propio Pedro J, pero en El Mundo he trabajado siempre con mucha libertad y muy a gusto. Me parece mal la manía que hay en esta profesión de meterse unos con otros. Quería contar lo que a mí me había pasado y no hay ningún acontecimiento que no se pueda contar. No me he guardado nada en la mochila”, dice Sánchez.

A los periodistas digitales se les achaca que pisan poco la calle. “El título reivindica que los periodistas salgan a la calle, que no se queden en las redacciones, que vean las cosas y luego las cuenten, es la esencia de nuestra profesión. Estoy en contra de seguir los mítines en la cocina de casa y hacer informaciones con refritos de Google. El periodista tiene que estar en los sitios, verlo y contarlo. Por la precarización, los medios no quieren pagar viajes y ni siquiera taxis. Eso está acomodando al periodista”.

Manuel Sánchez comenta en el libro que es un periodista que necesita “dos folios y medio” para contar una historia. “En Internet, como se mide todo, se sabe cuánto tiempo se invierte en la lectura. “En ocho párrafos, a veces, no se pueden contar bien las cosas”.

Esta tarde a las 19,30 presentará Las noticias están en los bares en el Café Comercial. Le acompañarán Esther Palomera y Raúl del Pozo (el maestro, según aparece en el libro). Asistirán “muchos amigos periodistas y algunos políticos que conozco”. Desde Twitter ha invitado a todos sus amigos. “Yo solo quiero que acabe”, apostilla en el tuit.

José Yoldi: «Cuando consigues una exclusiva, creas un problema al jefe»

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José Yoldi. Foto: Moeh Atitar.

 

José Yoldi (San Sebastián, 1954) trabajó seis años en la agencia Europa Press y casi treinta en El País, donde fue corresponsal de Interior y miembro del Equipo de Investigación. Considerado como uno de los especialistas más reconocidos en temas jurídicos y de tribunales, en su trayectoria profesional ha conseguido un gran número de exclusivas. En 2012, Yoldi denunció que Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, cargaba sus gastos particulares de los fines de semana a los presupuestos del organismo. Por ese trabajo, Divar se vio obligado a renunciar a sus cargos y Yoldi, en enero de 2013, recibió el premio Víctor de la Serna al periodista  más destacado en 2012. A finales del mismo año, el periódico El País decidió prescindir de sus servicios.

En septiembre, publicó Peor habría sido tener que trabajar (Libros.com), un libro de anécdotas donde repasa una gran parte de su trayectoria profesional. El próximo día 13 presentará, junto a Baltasar Garzón, El enigma Kungsholm, su primera novela, que edita Mong.

 

peor-habria-sido-tener-que-trabajar¿Por qué decidiste escribir un libro de anécdotas periodísticas?

Cuando me echaron de El País, se me acercó un chico de 25 años y me propuso hacer un libro para su editorial. Pensé que mi hijo entonces tenía 27 años y que también me gustaría que alguien le ayudara. Así que decidí echarle una mano en el momento en que empezaba. Yo estaba en una situación delicada, pero le prometí que si un día escribía de eso lo haría para su editorial. Un año después, me volvió a llamar y me propuso algo breve porque iba a ser un proyecto con más gente, pero llegada la hora de entregar el original solo lo había terminado yo. El crowdfunding funcionó y ha salido el libro. Lo he escrito sin ningún afán de revancha. Por el contrario, he pretendido en todo momento que fuera algo amable e, incluso, divertido. Cuento cosas que pasan en los periódicos. Por ejemplo, la gente piensa que una exclusiva es un logro profesional para el periodista, pero no siempre es así. Cuando consigues una exclusiva para el periódico, creas un problema al jefe.

¿Cómo surgió lo de escribir una novela?

El Enigma Kungsholm_PortadaCuando estaba viendo cómo seguía trabajando, me surgieron ofertas de algunas editoriales para escribir un libro. Querían ensayos sesudos de por dónde va la justicia o un reportaje amplio sobre algún caso completo para novelar. Ninguna propuesta me hacía feliz. Una seguidora del blog me animaba a que escribiera una novela. En la playa de San Sebastián, mientras miraba si  una ola subía un centímetro más que otra, me acordé de un caso que no salió en El País y del que guardaba un par de páginas. Empecé a darle vueltas al tema. Quería saber cómo era el principio y cómo el final. Comencé a escribir la novela y, aunque en el caso real no había muertos, en la página tres decidí que me cargaba a un tío. Me he divertido mucho escribiendo un thriller judicial. A los personajes les he puesto nombres de vecinos y de personas reales que conozco. La protagonista es una periodista de investigación de un diario de referencia en Madrid que se llama La Crónica. En la novela se puede conocer cómo se desarrolla la vida en un periódico.

¿Hace frío fuera de El País?

Sí, hace mucho frío. Los sueldos del periódico eran muy buenos. Al salir, el problema es que nadie contrata con Seguridad Social y si alguien lo hace es con un contrato muy desesperante. Te llegan muchas ofertas que, como dice un compañero, te ponen la cadena y la bola de presidiario por 1.500 euros al mes. Además, no te puedes quejar porque los que empiezan cobran menos de 1.000 euros. Por suerte, mi situación económica me permite no tener necesidad de eso y, además, hay que dejar paso a los jóvenes. Pero tenía una cierta responsabilidad con mi mujer, que insistía en que tenía que mantener la neurona activa. Como ha visto que con esto de las novelas soy un tío feliz, pues ya está resuelto. Estoy empezando a escribir la segunda novela, así que no tengo tiempo de aburrirme.

También escribes en un blog.

Creo que lo voy a dejar porque se ha ido Gallardón que era el que me tenía en pie de guerra, por decirlo de alguna manera. Es un hombre que puso de acuerdo a toda la sociedad en su contra en los cien primeros días de mandato… Me pasa como a los humoristas que lloraban cuando Aznar salió del Gobierno porque hacía tantas barbaridades que lo tenían chupado con él. Gallardón, en la etapa de ministro, ha dado cantidad de portadas con sus decisiones. La ley del aborto ha sido el chocolate del loro. La ley de tasas puso en su contra a todos los abogados y la reforma del Poder Judicial convirtió al Consejo en un chiringuito de su ministerio. El nuevo (Rafael Catalá) es, como dicen algunos jueces de determinados colegas, un “nomefo” (no meterse en follones).

La forma de ejercer el periodismo ha cambiado mucho en los últimos años. ¿Ahora es más difícil conseguir exclusivas que antes?

Antes no había gabinetes de prensa ni nada por el estilo. A los periodistas les han enseñado a que lo que hay que hacer bien es el carril. El mensaje que llega es que si sacas exclusivas, te pueden echar. Hay que tener cuidado si tus exclusivas van en contra de lo que les gustaría a alguna de las fuentes de tus jefes o si te metes con alguien que se sienta en un consejo de administración con tu presidente o con tu consejero delegado… Hay que esperar a que el gabinete de prensa proporcione la información. Ya no se va a hablar con el fiscal, el juez o con determinados abogados. Ahora lo que se espera es que el gabinete de prensa te proporcione el papel. Y lo que no sea el papel, resulta muy cansado. Los gabinetes de la Audiencia Nacional, el del Supremo y el del Consejo del Poder Judicial funcionan muy bien. Tú preguntas lo que sea y ellos, al cabo del rato, te dan el papel. Así ya has satisfecho las inquietudes de tu jefe.

Una de tus máximas, cuando las cosas no están claras, es hacer periodismo en caso de duda.

Lo he repetido siempre: en caso de duda, haz periodismo.. No te compliques. Fulanito dice esto, Menganito dice esto otro y tú, si puedes, analiza el tema y di por qué te convence más uno que otro. El objetivo del periódico no es la equidistancia. Mucha gente piensa que consiste en escribir lo que dice el PP y lo que dice el PSOE. Lo que tienes que buscar es la verdad. Hay que poner lo que dicen todos, pero tú debes expresar qué parte de la versión es más creíble.