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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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Wilbert Torre: «El despido de Carmen Aristegui se produjo por una pervertida relación entre la prensa mexicana y el Estado»

202124_portada_el-despido_wilbert-torre_201505211901El día 15 de marzo de 2015, MVS Radio despidió a Carmen Aristegui, la periodista más influyente de México. Tres meses después, el periodista Wilbert Torre (Ciudad de México, 1968), que vivía hasta hace año y medio en Nueva York, publicó El despido, un libro donde describe la situación del periodismo en su país a la vez que cuenta los pormenores del conflicto entre la periodista y MVS. Tras el despido de Aristegui hasta se produjeron manifestaciones populares para que fuera readmitida.

El libro, que no se vende en las librerías españolas, se puede comprar en formato electrónico.

Se puede decir que El despido  es un instant book. ¿Qué te llevó a escribirlo?

Cuando despidieron a Aristegui, medio país denunció un golpe del régimen, lo cual, a menos que obtuviera las grabaciones de las llamadas, si es que las hubo, resultaba muy complicado probar, en un tiempo tan breve. Lo que sí podía averiguar era cuál era la situación en la que se encontraban las empresas de Los Vargas, dueños de MVS, y me encontré con que solo dos meses antes de la salida de la periodista, habían recibido entre otras multas, una por casi 4 millones de dólares en castigo a una alianza secreta con Carlos Slim, el empresario más opositor al gobierno. Así que me puse el desafío de investigar cómo era la relación entre la prensa mexicana y la administración peñista, como una manera de trascender el caso de la conductora (Aristegui) y saber si en el resto de los medios se presentaban presiones y situaciones de censura. Se trataba de uno de esos temas que si no tomas como vienen, pasan sin ser atendidos por una sociedad que todos los días se sorprende con alguna nueva tragedia o circunstancias de corrupción y negligencia gubernamental. Las elecciones estaban en puerta y escribirlo en 37 días significaba presentar una especie de declaración política sobre una de las principales promesas incumplidas del gobierno de Peña.

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Daniel Moreno: “En Animal Político publicamos todos los días entre dos y cinco historias propias”

Daniel Moreno, director de Animal Político.
Daniel Moreno, director de Animal Político.

 

“Soy guerrerense, de uno de los pueblos del Estado donde ha pasado lo de los estudiantes”, dice el periodista mexicano Daniel Moreno, nacido en 1964, quien, tras una carrera profesional en medios tradicionales, hace cuatro años decidió fundar Animal Político, uno de los medios latinoamericanos que se ha convertido en una referencia del nuevo periodismo de Internet en español.

“Soy crítico con el periodismo que estamos haciendo en México porque no es un espejo fiel de lo que está pasando. La posibilidad de hacer un medio digital representa tres ventajas. La primera, hacer el periodismo en el que creo. La segunda, descubrir un nuevo público. Los medios en México, como en otros países, están diseñados para mayores de 45 años. En el periodismo digital, el público es más joven. Los principales consumidores de nuestros contenidos tienen alrededor de 30 años y no te dejan pasar una, porque es gente que está muy interesada en leer y comprender, que exige contexto y profundidad, rigor y ética. La tercera es la posibilidad de explorar nuevas narrativas: emplear nuevas herramientas como los gráficos interactivos, vídeos que te permiten acercarte a nuevos públicos y ofrecerles distintas posibilidades de lectura”.

En un país de alrededor de 120 millones de habitantes, la tirada de los grandes periódicos no llega a 60.000 ejemplares de lunes a sábado. ¿Son parecidas las audiencias de los medios digitales?

En digital nos ha ido a todos mejor. Hay medios que tienen diez millones de visitas al mes. El periódico más leído, El Universal, que abrió el diario online hace 15 años y ha logrado cifras destacables. En un país con una penetración de Internet que ronda entre los 40 y los 50 millones de personas, tener este nivel de visitas es importante. Nosotros recibimos entre 3 y 4 millones de visitas al mes. Pero si los digitales nos obsesionamos con las visitas, terminamos echando a perder el periodismo que hacemos. En Animal Político no competimos para ser el medio más visitado de México. De ese ring, nos bajamos.

En estos años, has pasado de trabajar como periodista a gestionar también una empresa de 15 personas. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Les digo de broma a mis compañeros de Animal Político que antes amaba las quincenas y ahora las odio (en México se paga la nómina cada 15 días). Es un negocio pequeño, con un aprendizaje complejo. Había tenido la oportunidad de tener cargos directivos que me sirvieron para aprender lo básico en términos de presupuestos y demás, pero el reto es más complejo porque no solo tengo que dedicarme a gastar sino también a ingresar dinero. Ese ha sido el aprendizaje más complejos y donde he cometido los errores más notables. Es evidente que salgo demasiado caro como vendedor, por el tiempo que le tengo que dedicar y por mi nivel de ineficiencia. No es mi vocación. Uno de nuestros objetivos para 2015 es tener un “Publisher” que se dedique al negocio. Porque si no termina siendo caro e ineficiente tener a un periodista vendiendo y haciendo presupuestos.

¿Qué encuentra un lector en Animal Político?

Los temas que nosotros abordamos fundamentalmente son corrupción, transparencia, derechos humanos y por supuesto, especialmente en los últimos años, la violencia. Para nosotros ha sido un trabajo importante poner rostro a las víctimas. En términos de definición editorial es algo capital. En México nos habíamos dedicado a contar muertos y criminalizar a las víctimas. Entre los muertos ha habido mucha gente inocente. Además, nada puede justificar la muerte.

¿Qué importancia tiene la última hora en un medio digital?

Es una trituradora que come los recursos humanos y conduce a una batalla absurda. Nosotros apostamos por la generación de nuestros propios contenidos. En un lugar destacado, tratamos de publicar todos los días entre dos y cinco historias propias, que son nuestra apuesta más importante. La última hora es importante en términos de visitas, pero no podemos ser los más rápidos y los más imprecisos. Asumimos todos los días que queremos ser un medio con credibilidad, con rigor, que dé un buen servicio al lector. Si esto implica que tardamos más en publicar una noticia, asumimos el coste de que vamos a perder visitas por ello.

¿En México también se padece el “mal de la columna”?

Es general. En el caso de México lo hace doblemente preocupante. Gente que habla de todo aunque no conozca de nada. Un día escriben de reforma fiscal, otro de seguridad y al día siguiente sobre partidos políticos. Son «todólogos». El segundo elemento que preocupa es que son todólogos muy bien pagados porque un columnista en México puede ganar diez, veinte veces o más que un reportero. Se privilegia el pago a los columnistas famosos frente a los periodistas porque importa más hacer un periódico de opinión que hacer uno de información. Los que quieran opinar, que abran una cuenta en Twitter y ya veremos si nos importa o no lo que dicen. En Animal Político intentamos que quienes opinan sean especialistas capaces de aportar información que sustente el análisis y no al revés. Tenemos medio centenar de colaboradores. Publicamos seis u ocho columnas diarias, pero la mitad son de organizaciones de la sociedad civil, de centros de derechos humanos y de think thank que reflexionan sobre temas concretos.

¿Los medios digitales en América Latina también se encuentran en el camino de la búsqueda de la rentabilidad?

Como sucede en todo el mundo, en América Latina nos encontramos en la búsqueda del modelo de negocio. Cuando ves en España a El Confidencial o a ElDiario.es con finanzas sanas, adviertes que ya han encontrado un camino. Muchos periodistas ven la posibilidad de tener un medio propio. Les suelo recomendar que se preparen para ser pobres y para estar preocupados sobre cómo llegar a la quincena.

¿Qué papel juegan las redes sociales para que los medios generen nuevas relaciones con el lector?

Las redes sociales nos ayudan a establecer conversaciones con los lectores. El nuevo lector ya no ve portadas. Las redes sociales son las portadas. Nosotros somos eficientes en las redes, el 50% del tráfico nos llega a través de ellas. Aspiramos a que las redes sociales sean una forma de añadir lectores y también una forma de conseguir opiniones sobre lo que publicamos e ideas para nuevos contenidos. Quiero fortalecer nuestra dependencia del lector también en ese terreno. Que el lector nos dé tips, ideas, nosotros haremos el periodismo. Si en términos conceptuales hay que señalar una diferencia entre el periodismo digital y el tradicional, es que los tradicionales están acostumbrados a establecer un monólogo con el lector y los medios digitales generan un diálogo con el lector.

¿Cómo ves a los medios españoles?

Han estado atrapados por la crisis económica interna y la de los medios tradicionales se sufre en todo el mundo que implica caída de ventas y caída de publicidad. En España, el periodismo digital ha sido una salida importante para muchos periodistas que perdieron su empleo y han buscado nuevas formas de hacer periodismo. Eso hace que España sea uno de los países más saludables en términos de periodismo digital porque tienen una variedad muy importante y un notable nivel de calidad.

Desde fuera se nota que el periodismo español ha estado atrapado en el debate Partido Popular versus PSOE. En un país bipartidista, los medios, de alguna manera, acaban afiliándose a una de las partes. Un ejemplo es el tratamiento que le dan a Podemos. Las críticas a Podemos en los medios son demoledoras. Se encuentran editoriales acusándolos de ser el peor populismo.

Tal vez lo que le falta a la prensa española es entender que los partidos políticos no reflejan a la sociedad completa y que vale la pena atreverse a explorar nuevos públicos. Otra característica de algunos nuevos medios españoles es que se nota que son gente que querrían tener un periódico tradicional, pero que por falta de dinero, han puesto en marcha un periódico digital.

En España y en América Latina hay dos tipos de periodistas digitales: los que tienen medio digital porque no tienen dinero para hacer uno impreso y otros que queremos hacer periodismo digital y aunque tuviéramos dinero no haríamos un periódico de papel. En todo caso, tendríamos más reporteros en el mundo digital.

¿Por qué los medios españoles están lanzando ediciones para América Latina?

La crisis económica española es una explicación. Pero están aprovechando correctamente un déficit de calidad en periodismo en América Latina. El País tiene todos los días decenas y decenas de miles de visitas de mexicanos buscando noticias de México. Eso hay que reconocerlo. El País se ha convertido en una fuente de información relevante para los mexicanos. Ha hecho coberturas más que notables, tiene periodistas de gran nivel y una redacción de gente joven con mucho talento que tiene tanta gente como Animal Político. No es la clásica visión externa del español. Han aprendido a ver México desde México. No solo nos ven, como lo hacían antes, como mercado, sino también como un tema relevante de su agenda informativa. Y eso lo celebro. Más allá de las críticas que, como a otro medio, se le pueden hacer a El País o a El Mundo, celebro que tengamos medios potentes, haciendo buen periodismo, abordando los temas que les importan a los mexicanos.

Salvador Frausto: “El titular largo tiene mucho éxito en la web porque es el modo de hablar de la gente”

La revista Domingo, que publica El Universal, es la que ha ganado más premios en México en los tres últimos años. Entre los cinco galardones que ha recibido se encuentran el Ortega y Gasset de 2014 y el Nacional de Periodismo. “Domingo es un magazine semanal para mujeres, con una celebridad en la portada y contenidos ligeros. Dentro de la revista siempre se incluye una crónica y un reportaje de investigación dirigido a las mujeres. La intención es hacer una revista inteligente y entretenida”, explica Salvador Frausto México DF, 1973), editor de la revista y coordinador de reportajes de investigación del diario El Universal.

Salvador Frausto
Salvador Frausto, editor de la revista Domingo y coordinador de reportajes de investigación del diario El Universal.

Frausto también colabora con Cuadernosdobleraya.com. “Es un capricho y un placer que nos damos un grupo de amigos. Lo iniciamos cuatro periodistas y ahora somos diez o doce. No ganamos un peso. Publicamos lo que queremos: crónicas, artículos, reflexiones sobre periodismo, reportajes, artículos de opinión. La experiencia está resultando muy interesante: tenemos más visitas que muchas revistas en México.

Para conocer su trabajo, resulta muy recomendable la lectura de «Cómo se edita una historia«.

Con el «párrafo nudo» propones una estrategia periodística para que historias que difícilmente llegarían a primera página lo consigan. ¿En qué consiste?

Es el que engarza la narración periodística con la noticia dura y pura. Soy partidario del periodismo narrativo, pero a la vez he hecho periodismo de investigación, que es por el que me contratan los medios. Siempre han sido mis dos tentaciones periodísticas en los 20 años que llevo en esto. Me di cuenta de que las crónicas no llegaban a la primer página de los periódicos ni a la portada de las revistas. Así que lo que hicimos fue engarzar buenas narraciones con un párrafo que sea noticioso y tentador para quien toma las decisiones de qué va a la primera plana o a la portada.

¿Puedes poner un ejemplo?

Hicimos un reportaje sobre los perros en la ciudad de México. ¿Cómo se convirtieron los perros en una especie de hijos para la gente? Van al Spa, tienen hoteles, tienen restaurantes, tienen cementerios… En lugar de contarlo como una curiosidad, aplicamos técnicas de investigación profunda, con todo el rigor que se emplea para una investigación sobre corrupción, por ejemplo. Los llamamos “perrijos” e hicimos un reportaje en cinco partes, que salieron en primera plana del periódico y fueron los más leídos en papel y en la web. Ahora todo el mundo en México emplea el término “perrijos”. La clave fue que cada reportaje tenía una noticia como “¿Cuánto repuntó la venta de comida gourmet para perros?”. Titulábamos en el periódico con el dato duro y en las páginas interiores como si fuera una historia, igual que en la web. El truco es ese: incrustar la nota dura en la web sabrosa.

¿Internet es un soporte adecuado para contar historias largas?

Las historias duras y largas son muy leídas. El micrositio que más ha crecido en el último año en El Universal ha sido la revista Domingo: un 200%. Publicamos textos largos de 25.000 o 30.000 caracteres (4.500 palabras), pero tratados como historias.

Sin embargo, dicen que leemos menos y que cuando lo hacemos preferimos los textos cortos. 

Conviven los dos fenómenos. Hay un montón de historias cortas que son muy leídas e historias largas potentes que también terminan siendo leídas. Ahora podemos registrar el tiempo de permanencia en la página y los datos son muy satisfactorios cuando ves que la gente permanece entre 10 y 12 minutos en una página. Yo le doy más valor al tiempo de permanencia porque es lo que aspiramos. Mi periódico, también lo valora, pero es un medio industrial y está atento a los clics porque de allí vienen los ingresos.

Salvador Frausto conversa con Enric González en un  descanso del seminario sobre Desigualdad que se celebró, del 11 al 13 de noviembre, en Panamá.
Salvador Frausto conversa con Enric González en un descanso del seminario sobre Desigualdad que se celebró, del 11 al 13 de noviembre, en Panamá.

 

¿Cómo es el trabajo de un editor de crónicas?

El método de edición exhaustivo me encanta, pero lo que he aplicado en el diario es un método intermedio con el cual puedo dar orientación a los reporteros, revisar los trabajos, verificar los datos, pedir cambios… Y hacerlo de forma un poco más veloz porque el trabajo en un diario o en un semanario no permite que tardes un mes en editar una pieza. En el tiempo que dispongo, intento aplicar los siete pasos que comento en el blog. Normalmente, leo un texto con ojo crítico y pienso cómo lo puedo mejorar. Depende del tiempo que tenga, tomo una, dos o tres acciones. Tengo un equipo de editores —dos para Domingo y uno para reportajes de investigación—, les paso los reportajes y ellos realizan el siguiente trabajo con los autores. Antes de publicar, siempre doy un último vistazo a los textos. En realidad, a lo que dedico más tiempo es al diálogo con el autor. Creo que el 50% de la edición está en el diálogo con el autor. Al plantear la idea, una vez que el autor ya tiene la información y antes de que se ponga a escribir, es cuando se puede decidir, conjuntamente con el autor, el enfoque de la historia.

¿Las redes sociales han cambiado la forma de titular?

A veces, esos coqueteos con los títulos muy largos me recuerdan a los de libros como “El anciano que saltó por la ventana y se largó”. El titular largo tiene mucho éxito en la web porque es el modo de hablar de la gente. Hay que combinar los productos gancho con las historias bien hechas.

¿Qué influencia en la generación de agenda pública tienen los medios digitales en México? 

Estamos en una etapa mixta. Los medios industriales siguen marcando la agenda pública, pero de un modo trenzado están compitiendo con nuevos medios o alternativos como Animal Político o la revista emeequis. Los medios tradicionales caminan con un desgaste parecido al de los medios en España, pero siguen generando agenda.

¿Cómo ves el periodismo en España?

Me acerco al periodismo español con mucha fascinación por personas como Enric González. Me parece que, a diferencia de América Latina, es un periodismo mucho mejor escrito. La vieja sección de deportes de El País era como una escuela de narración para mi generación. Me causa mucha desazón ver a El País haciendo un periódico casi monárquico. Pero encuentras piezas en otros lados como en ElDiario.es o en 20Minutos. Me gustaba Público, el anterior, pero le he perdido la pista. Cuando iba a crear Domingo, me inspiré en cierto modo de Público, que tenía una cosa de política, pero luego había algo de tecnología y le daba a la ciencia. Parece esquizofrénico, pero ahora las personas somos así. Antes había cajones: política, aquí; ciencia, allá. Ahora con Twitter y Facebook no nos parece descabellado mirar una noticia de tecnología y luego una de moda. Encuentro cosas aisladas bien padres (muy interesantes) en Jot Down, pero deslavazadas.