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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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Íñigo Domínguez: “España interesa fuera cuando pasa algo folclórico”

Íñigo Domínguez. Foto: Antonello Nusca.

Íñigo Domínguez. Foto: Antonello Nusca.

Íñigo Domínguez es desde 2001 el corresponsal del diario El Correo y del grupo Vocento en Roma. En 2008, el periódico le encargó que recorriera la costa mediterránea española en un descapotable. La serie veraniega de 17 etapas se publicó en otras tantas entregas.

Siete años después, Libros del KO las ha recogido en Mediterráneo descapotable (Viaje ridículo por aquel país tan feliz). El libro incluye un apéndice realizado por el autor que actualiza y resume los “efectos de un fiestón inverosímil”.


¿Cómo ves ahora la España de 2008?

Se observa una convulsión política que viene de algunas de las cosas que cuento en el libro y que han producido un hartazgo generalizado contra la clase política, contra cómo se han hecho las cosas, contra cómo se gestiona la crisis… Después del trastazo de la crisis se ha reactivado la conciencia crítica. La crisis ha sido un drama, pero nos ha puesto los pies en el suelo. La gente comenzó a ser más exigente y a pedir respuestas. Como no llegaban, han surgido nuevos movimientos.

España es ahora más interesante para los corresponsales, ¿no?

España interesa fuera cuando pasa algo folclórico. Solo tienen salida noticias como que un toro coja a un torero o cosas muy de ‘colorín’. Casi nada tiene un seguimiento constante por parte de la prensa extranjera salvo por cosas muy peregrinas. Tal vez, con la crisis, en los últimos años, ha podido tener más interés. Le sucede lo mismo que a otros muchos países. Los medios solo están pendientes de los grandes asuntos y de lo que pasa en unas pocas ciudades del mundo. La RAI, por ejemplo, no tenía corresponsal en España. Lo pusieron, pero no salía nunca en las noticias. Creo que al final cerraron la corresponsalía. Los periodistas extranjeros quieren ir a España porque es un país bonito y divertido donde se vive bien. Es un buen destino.

Portada Mediterráneo¿Crees que algún periódico español encargaría hoy una serie de reportajes como Mediterráneo?

A mí en su día ya me parecía increíble. Hoy, ni te cuento. Como quedó bien, al año siguiente hice un crucero y el tercer año fue el Transiberiano, que es el máximo camelo que conseguí colar a mi periódico. Terminó en 2010. En su día fue insólito. En verano los periódicos hacen algunas locuras y cosas originales. ¿Por qué no tendrán la actitud todo el año de hacer cosas distintas, originales y de esforzarse un poco?

¿Qué etapa del recorrido mediterráneo te llamó más la atención?

Lo que más me impactó fue ese mundo de Marina D’or. Me pareció increíble por lo que representaba. El proyecto había llegado a la mitad y todo lo que querían hacer era delirante. Estaba en medio de la nada, pero era perfecto como símbolo y me fascinó. También aluciné con Benidorm. Nunca había estado allí. Llegué de noche. Cuando me asomé a la ventana del piso 41 del hotel Bali, no me lo creía. No sabía que en España existiera un lugar como Manhattan. No tenía ni idea. Había frecuentado poco el Mediterráneo. Viajaba sin nada previsto. Me atraía el desafío de empezar por la mañana sin tener una historia y buscarte la vida para conseguirla. Salir del hotel para ver de qué escribes. Fue asombrosamente fácil porque en cada lugar había cosas increíbles. Como digo en el libro, en todos los sitios había algo que era «lo más» del mundo: el mayor parque de atracciones de Europa, la mayor ciudad de vacaciones…

Ahora, ¿por dónde te gustaría viajar?

Me atrae el mundo árabe. Y más ahora. Nos interesa a todos. Lo desconocemos, nos da miedo, pero creo que hay que acercarse de alguna manera para contarlo. También con sentido del humor. Después de lo que ha pasado, te lo piensas. Pero me resulta interesante de todas las maneras.

¿Por qué decidiste utilizar en los reportajes «el viajero» para referirte a ti mismo?

Lo normal era que utilizara la primera persona, pero no me salía. Por pudor o por la costumbre de que no debes ser el protagonista, y de hecho se debe evitar, me chirriaba la primera persona. Pasé una mañana pensando cómo lo hacía. Empezaba a escribir en primera persona y dudaba de que le pudiera interesar a alguien lo que yo pensaba. Me vino el recuerdo de Viaje a la Alcarria, de Cela, del que cito una frase al comienzo del libro. Lo leí de adolescente y me gustó porque era sencillo y transparente. Me ayudó a encontrar la fórmula para escribir los reportajes. Luego empecé a escribir en el blog y perdí el miedo a la primera persona, pero sigo intentando evitar el protagonismo.

Puede sonar a tópico, pero parece que los corresponsales pertenecéis a una especie en extinción.

Es un hecho. Estamos viendo como medios internacionales cierran corresponsalías en sitios como Jerusalén. Es verdad que el corresponsal origina un gasto, pero da peso a un periódico. Es la única manera de entender lo que pasa en el mundo. Da la sensación de que han aprovechado la crisis para pegar un tajo a algo que parecía intocable. Después de la crisis no sé si se va a volver a lo de antes porque son cosas que te quitan y luego no hay manera de que vuelvan. Lo que realmente está en peligro de extinción es el periodista medianamente bien pagado.