Acabo de probar un nuevo vino que me ha parecido realmente interesante. Se trata de Terrazgo 2005, un vino de Los Arribes del Duero.
Está elaborado con las uvas autóctonas Juan García, Rufete y, en menor medida, Bruñal. Proceden de cepas de más de 90 años, plantadas en terrazas de pizarra.
El nombre de terrazgo se utiliza en Los Arribes para definir un terreno de labranza en terrazas o bancales. Son terrazas hechas hace muchos años cuando la mano de obra era más numerosa y más barata.
La idea del proyecto del que surge este vino nace en el 2003 y esta es la segunda añada que la bodega comercializa. Tres jóvenes amigos, José Carlos, Juan Carlos y Víctor, deciden una noche entre risas y vino elaborar su propio vino. Víctor Siesto es el enólogo.
Parten de pequeños viñedos situados en diversos pueblos. El viñedo no es de su propiedad, aunque 1 hectárea la tienen controlada, pero en las uvas que compran a diversos propietarios, en total unas 2 hectáreas, intervienen de forma fundamental, tanto en la poda como en la vendimia o cualquier tratamiento.
Su viticultura es respetuosa, siguen los ciclos lunares para todas las acciones incluida la vendimia. Cada parcela se vinifica por separado, la maloláctica se ha hecho en barrica y la crianza se ha prolongado durante 12 meses en barrica de roble francés, americano y húngaro.
En nariz destacan sus tonos especiados, la mineralidad se marca en la boca, donde aparece presente la madera. Puede que la madera se marque todavía un poco más de lo que a mi me gusta pero tiene fruta para imponerse. Es mejor decantarlo, o mejor dicho jarrearlo, para que se exprese mejor.
Se han embotellado 2.480 botellas y su precio en tienda está sobre los 18 euros.