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¿Quieres tener un perro? Pues ten presente que mantenerlo durante toda su vida te va a costar 14.000 euros

Es fácil hacer el cálculo que he llevado al titular. Un perro vive de media en España 11 años. Pueden ser muchos más o muchos menos, que ya sabéis cómo es esto de las medias. Yo tuve la suerte de que mi perra Troya viviera mucho más, en torno a 18. En diciembre la Real Sociedad Canina de España (RSCE) calculó que tener un perro suponía un gasto de 1.250 euros anuales. Así que un perro con esa vida promedio costaría 13.750. De ahí, para arriba.

¿Cómo han calculado en la RSCE esa cantidad?

  • 300 euros se irían en veterinario, 200 en revisiones, vacunaciones y desparasitaciones habituales y otros 100 en otros posibles gastos.
  • Peluquería no es un gasto que tengan todos los perros, pero se traduciría en 150 euros anuales más.
  • La alimentación, aunque puede variar mucho según el tamaño y las necesidades del animal, se sitúa en una media de 600 euros.
  • Gastos varios por cursos de adiestramiento, residencias caninas, canguros, juguetes y accesorios… suman otros 200 euros.

Por otro lado, aparte de esos 1.250 euros de mantenimiento anual, habría un sumar un desembolso iniciar por el primer ajuar del animal, que calculan que cuesta entre 200 y 350 euros.  Si el perro ha sido comprado, el precio medio de compra lo sitúan en 750.

Tener estas cifras en mente tal vez ayude a que aquellos que no están dispuestos a tenerle en las mejores condiciones, que ante un caro imprevisto veterinario optan por el abandono, o que piensan que si adoptan o les regalan un perro es una compañía que les sale casi gratis, se lo piensen muy mucho antes de dar el paso de abrir las puertas de su hogar a un animal.

No me canso de decir que tener perro no es obligatorio y que si aquellos que no tienen clara la responsabilidad, también económica, que supone no tuvieran perro, se evitaría en gran medida la problemática de abandono y maltrato existente.

Perros, paseos y coronavirus

Según una encuesta a 2.086 personas de entre 40 y 54 años elaborada por la Universidad de Granada y la Escuela Andaluza de Salud Pública, vivir con un perro aumentó el riesgo de contagio de Covid-19 durante el confinamiento. Se entiende que es por el hecho de salir a la calle, dado que convivir con perros, gatos u otro tipo de animales de compañía no tuvo ningún efecto significativo.

Analizando los meses entre marzo y mayo, los investigadores concluyen que tener perro incrementó las posibilidades de contraer la enfermedad que tiene en vilo al mundo un 78%. La única variable sociodemográfica que lo superó en esa etapa de confinamiento estricto fue comprar productos básicos del supermercado con entrega a domicilio.

Parece lógico que salir a la calle dos o tres veces al día para que nuestro perro pasee durante esos meses de encierro, nos pudo exponer más al virus a aquellos que lo habíamos. Aunque también parece de cajón que pasear el tiempo mínimo, en lugares poco frecuentados, sin socializar, minimizó ese riesgo. Eso sin entrar en que a día de hoy las restricciones han abierto la puerta a muchas otras actividades que de marzo a mayo no estaban permitidas. Una segunda parte de ese estudio tendría que contemplar muchas otras actividades como hacer deporte o ir de terracitas que teníamos prohibidas entonces.

Es obvio que debemos seguir teniendo cuidado en nuestros paseos; resulta una buena llamada de atención en ese sentido. Hay que salir siempre equipados con mascarilla, prudencia y sentido común. No hay que bajar la guardia frente al coronavirus, pero tampoco vivir con miedo si tenemos perro o gato. Nuestros animales suponen un sostén importantísimo en estos días extraños, su compañía hace más fácil el confinamiento, los cambios de rumbo y nos ayudan a cuidar nuestra salud mental, hay multitud de estudios que lo corroboran.

(Marta Fernández Jara – Europa Press – Archivo)

El aplauso sanitario debería estar dedicado hoy especialmente a los veterinarios

25 de abril, último sábado del mes. El día de los veterinarios desde que hace veinte años lo instaurara la Asociación Mundial Veterinaria (AMV); una profesión sanitaria que no solo persigue el bienestar de los animales, también el de las personas. Un oficio antiquísimo y fundamental.

Casi todos tenemos en mente a aquellos que atienden a nuestros animales de compañía. Un trabajo extremadamente complejo si nos paramos a reflexionar un poco. Son al mismo tiempo médicos de atención primaria, cirujanos, con notables conocimientos de numerosas especialidades: cardiología, traumatología, radiología, oftalmología…

Me recuerdo bromeando con un amigo sobre los oficios que serían más valiosos en caso de vernos convertidos en un pequeño grupo de supervivientes a un holocausto zombi y lamentando que los nuestros, periodista y programador informático, servirían de poco. Sin duda alguna un veterinario estaría en el podio, habría que mantenerle vivo a toda costa.

Igual ponen una vacuna que atienden la rotura de un hueso, esterilizan o extirpan un tumor.
Y todo eso con distintas especies, porque a su consulta van perros y gatos, pero también aves, otros pequeños mamíferos, reptiles y anfibios.

Por supuesto, hay veterinarios dedicados a sostener la salud de nuestras mascotas que están especializados. Y al pensar en ellos me resulta inevitable recordar la labor de Elite Veterinaria, una organización sin ánimo de lucro para localizar veterinarios expertos cuando resulta preciso.

Nuestros veterinarios están pasando momentos difíciles. Las clínicas, que siguen abiertas, han visto cómo se reducía de manera muy relevante su actividad, hasta un 70% según el Colegio de Veterinarios de Madrid. Son, en un porcentaje elevado, autónomos y pymes que ya venían de una situación muy compleja, con un elevado paro y un IVA de lujo hasta hace muy poco para su actividad.

Y no solo es duro económicamente.
Pese a tomar todas las medidas de precaución posibles, siguen trabajando y, por tanto, exponiéndose. Asumen el riesgo de salir a trabajar, contagiarse y enfermar, por el bien de nuestros animales y por el nuestro.

Como no paran de decir en este gremio, cuidar la salud de los animales es también cuidar la salud de los seres humanos.

Deberíamos apoyarles en lo posible, y la mejor forma de hacerlo es seguir, nosotros también, velando por nuestros animales acudiendo (previa cita) a las vacunaciones y desparasitaciones que corresponde. También si notamos cualquier problema como bultos, pérdida de apetito, fiebre, cambios de conducta preocupantes… La práctica totalidad están disponibles para que les contemos la situación por teléfono y valorar si procede una visita a la clínica.

Y yo os voy a pedir que también pensemos en ellos todos los días a las ocho de la tarde, durante el aplauso a los sanitarios. Siempre, pero sobre todo hoy que es su día.

(GTRES)


Y no pensemos solo en los veterinarios de pequeñas mascotas, porque su realidad es mucho más amplia. Trabajan en investigación, en piscifactorías, con ganaderos, a lo largo de toda la cadena alimentaria, elaborando alimentos para animales…

Todos ellos siguen trabajando en estos días extraños, de miedos y confinamiento, porque su labor es vital en nuestra sociedad, como la de los policías, las cajeras y reponedores, los transportistas o los trabajadores de residencias.

Cinco recomendaciones para el día del libro: ‘Rady el gato enfermero’, ¡Kota Ven’, ‘Buen perro’, ‘Teo un cazador de sueños’ y ‘Lo que no sé de los animales’

Hoy, por ser Día del libro, os traigo cinco títulos, de lo más variopinto, protagonizados por los animales. Leer siempre es recomendable, leer junto a un perro o un gato, maravillosos compañeros de lectores y escritores, es especialmente reconfortante.

El primero es Rady el gato enfermero de Satorino Fuchigami con ilustraciones de Tadahiro Uesugi que ha traído recientemente a España la interesantísima editorial Blackie Books. Conmovedor hasta las lágrimas, cuenta la historia real de un gato de un refugio polaco que sobrevivió por los pelos al ser rescatado y tuvo la vocación de ayudar al resto de animales de la protectora, sanasen o no. Incluye fotografías del verdadero Rademenes, que ese es su nombre verdadero.

El segundo es Kota Ven, un manga de Takashi Murakami editado por Ponent Moon. Muestra la cotidianidad con humor al pie de tener un perro en la familia. Eso que se denomina #sliceoflife o retazos de la vida corriente pero no por ello menos valiosa, del bueno y con perro. Un #shibainu con sus personalidad y sus manos, ejemplo claro de que los animales son individuos, algo que sabe cualquiera que haya convivido con ellos.

La tercera es Buen Perro, una novela gráfica editada por La Cúpula de Graham Chaffe, conocido tatuador. Si las dos recomendaciones anteriores pueden gustar tanto a niños como a mayores (ojo que Kota explica el misterio de la Navidad) y caldean el alma, esta propuesta es más dura. Cuenta la historia de un perro que vive en la calle y acaba unido a una jauría, haciéndonos reflexionar sobre el valor de la independencia y del grupo. Con más poso del que parece, puede que no sea para todos los paladares, pero a mí me sorprendió positivamente.

La cuarta es Teo un cazador de sueños de Mireia Segarra y Olga Marsal con ilustraciones de Georgine Miret. Un cuento del que tengo pendiente desde hace demasiado hablaros más en profundidad, porque es un libro solidario y nacido de la labor que lleva a cabo la Societat Protectora d’Animals de Tàrrega. Cuenta la historia de un perro que nació para cazar, pero no quiso hacerlo. Acerca además la labor de las protectoras con una parte final divulgativa y con fotografías de los verdaderos ocupantes de la protectora.

La quinta es Lo que no sé de los animales de Jenny Diski. Para los que quieran reflexionar en serio, a fondo, con carga de profundidad. Un libro que también es una investigación en la que entrevista a científicos además de tirar de su experiencia y conocimientos para estudiar la compleja relación que tenemos con los animales, no solo los domésticos.

Otros libros que he recomendado en este blog:

Gatos y coronavirus, nada que temer: «Nuestras mascotas no son transmisoras del coronavirus a los seres humanos, ni tan siquiera entre ellas»

El pasado fin de semana comencé a ver por todas partes un estudio científico que relacionaba a los gatos con el coronavirus. Inmediatamente contacté con mi compañero en los blogs de 20minutos y referencia de la casa en divulgación científica rigurosa, el doctor en Biología y periodista especializado Javier Yanes.

Vale, no es un estudio del que se puedan sacar conclusiones, no es un buen estudio. Deberíamos entonces estar tranquilos y no divulgarlo, porque puede llevar a malentendidos. De hecho puede conducir a que haya personas que, por miedo o porque cualquier excusa es buena, abandones a sus gatos en un momento en el que se les puede formar la tormenta perfecta a las protectoras de animales.

Pero la prudencia, el saber esperar, no es plato de gusto para todos. Por desgracia ya se está impulsando una alarma innecesaria, así que conviene poner las cosas en su sitio. Lo están intentando con ahínco desde el gremio veterinario. Y creo nuestro deber ayudar a que su mensaje cale entre la población.

Por esto este post de hoy lleno de tuits, para llamar a la calma, para que estemos tranquilos, para que no creemos alarma innecesariamente. Para que jamás se nos ocurra abandonar a un animal por este temor, porque es una crueldad además de un delito. Por mucho que haya quien lo defienda, los gatos no son capaces de apañárselas en la calle, menos aún si han estado acostumbrados a vivir bajo techo.

Termino con las aportaciones, valiosísimas, de Santiago Vega catedrático de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera y experto en enfermedades infecciosas de origen animal. El primero sobre el estudio que lo desencadenó todo.


«Hay un estudio experimental que se ha hecho con cinco gatos que tenían ocho meses, se les ha inoculado el virus experimentalmente por lo tanto la dosis infectiva era muchísimo más alta que la que van a encontrar de forma normal estos animales y no se consiguió más que aislar el virus de las vías respiratorias. El virus no llegó nunca a pulmón. Cuando tres de estos gatos infectados se pusieron en contacto con tres que no lo estaban, tan solo uno de ellos se produjo la transmisión y sin que hubiera ningún tipo de lesión o clínica, solo se aisló el virus a partir de vías respiratorias».


«Buenas tardes, nuevamente me dirijo a todos ustedes para reafirmar la idea, muy importante de que nuestras mascotas no son transmisoras, no son vectores activos en la transmisión del coronavirus a los seres humanos ni tan siquiera entre ellas. Lo digo porque hoy ha aparecido en los medios de comunicación el caso de un tigre en el zoo de Nueva York que ha dado positivo al coronavirus. Es un tigre que ha estado en contacto con un cuidador que es positivo y por lo tando en él se ha detectado también el virus; pero insisto, a día de hoy, tanto la Organización Mundial de la Salud como la Organización Internacional de Sanidad Animal, se reafirman en que no ha cambiado nada de lo que sabíamos hasta ahora en lo que tienen que ver con la transmisión del coronavirus de nuestras mascotas a las personas. Y hay ya cada vez más estudios que confirman esta idea. Hay un estudio que se ha realizado en china sobre 102 gatos que habían vivido con personas positivas al coronavirus, gatos que eran callejeros y gatos que se habían tomado la muestra antes de la pandemia. De estos gatos, solo un 15%, 11 de estos gatos, se consiguió detectar anticuerpos, pero en ninguno de ellos por la técnica del PCR se consiguió detectar la presencia del virus y en todos ellos el título de anticuerpos fue muy bajo, salvo en tres de ellos que habían convivido con personas con coronavirus. Así que insisto, a día de hoy la transmisión del coronavirus está produciendo de las personas a las mascotas y no de las mascotas a los propietarios».

Una red de clínicas veterinarias crea un fondo de 10.000 euros para albergar a los animales de personas con coronavirus

En plena crisis sanitaria, parece que preocuparse de los animales es secundario. Pero también es preciso preocuparse por esos asuntos que ahora resultan menos prioritarios.

Una de esas iniciativas ha venido de la mano de la red de clínicas veterinarias Vetersalud, que ha creado un fondo solidario de 10.000 euros para ayudar a los dueños de animales que se vean afectados por el Covid-19 y no puedan cuidar de ellos. Estas personas solo deben escribir a info@vetersalud.com explicando la situación en la que están y «acreditar que padecen Coronavirus o hacer una declaración responsable de padecer síntomas de la enfermedad para tener derecho a la ayuda».

En principio la residencia cuidará a su animal hasta quince días, pero si hay casos excepcionales que necesiten prologar esta estancia, «se valorarán individualmente». Una iniciativa que se suma así a la de las protectoras de animales, preparadas también para dar respuesta a estos casos o a la de algunas residencias caninas dispuestas a ser solidarias con las personas afectadas.

José Antonio Carrillo, CEO de Alianza Petsalud-Grupo Vetersalud, me cuenta que esta idea «surgió porque, por distintos contactos que tenemos, nos enteramos de que en el norte de Italia se estaban abandonando bastantes perros de personas afectadas por coronavirus que no podían atender a sus animales. Una situación es así además de un maltrato hacia el animal, es un riesgo sanitario. Si hay animales sin controlar, sin vacunar, sin desparasitar, pueden surgir zoonosis, enfermedades que los animales transmiten a las personas, en circunstancias que tampoco son las más recomendables para que eso suceda».

De idea pasó a hecho, porque dentro de Vetersalud había personas relacionadas con residencias de mascotas. «Las residencias han admitido que se les pague los costes. Lo hacen también con un componente altruista», explica el CEO. «Hay empresas del sector veterinario, farmacéutico, que se han adherido a nuestra causa, que también van a colaborar y están colaborando tanto en la difusión como haciendo donaciones», añade.

Carrillo recomienda a cualquier persona que puede beneficiarse de esta ayuda que escriba solicitándola, «se le darán unas instrucciones, muy pocas, para que un equipo que recoja al animal en su domicilio y lo lleve a la residencia más próxima«.

Es de agradecer este esfuerzo, que viene de un colectivo, el de los veterinarios de pequeñas mascotas, muy castigado por la pasada crisis, que ha soportado hasta hace muy poco un injusto IVA de lujo, formado en gran medida por autónomos y pequeñas pymes, y que se enfrenta a otra crisis económica que ya les está golpeando, porque aunque siguen abiertos, solo están atendiendo casos urgentes y la medicina preventiva, las revisiones, vacunaciones y desparasitaciones, están siendo postergadas.

En la imagen podéis ver a Tomy, cuya dueña enfermó, estuvo unos días en una residencia y luego pasó a estar con la hija de la afectada.

¿Tienes que ir al veterinario? Acude solo si es una urgencia y llama antes por teléfono

Los veterinarios pueden seguir abiertos. Son profesionales sanitarios y está más que justificado que sigan trabajando. Pero entre todos debemos cooperar para que puedan ejercer su labor con toda seguridad.

Tal vez no lo hagan todos, porque hay muchas clínicas pequeñas, incluso atendidas por un único profesional, que no está libre de caer enfermo o verse obligado a recluirse. Pero si nuestro veterinario habitual está cerrado, siempre habrá otro abierto.

El Colegio de Veterinario de Madrid ha hecho una serie de recomendaciones a sus colegiados, compartidas con muchos colegios de otras comunidades autónomas, que interesa que calen entre todos los propietarios de mascotas. Entre las que más nos afectan están las siguientes:

En primer lugar, no debemos acudir a revisiones o actuaciones rutinarias. Eso incluye vacunaciones y desparasitaciones. Las visitas al veterinario quedan limitadas a causas de fuerza mayor.

Si tenemos dudas, siempre podemos llamar antes por teléfono para asegurarnos de si es una verdadera urgencia. De hecho debemos llamar antes por teléfono para concertar cita previa; el colegio de veterinarios recomienda que estos profesionales solo atiendan así.

De hecho también han recomendado «mantener la puerta cerrada y abrir solo ante la llegada del cliente citado; usar un gel desinfectante al entrar y al salir del centro veterinario y hacer un uso muy restringido de la sala de espera». Así que nos sorprendamos si nos encontramos ante situaciones así.

Solo debe ir una persona para llevar al animal. Nada más. Uno se basta y se sobra. Y si estamos enfermos debemos ayuda, para que sea otro el que lleve a nuestra mascota al veterinario. Es imperativo que protejamos la salud de los que protegen la nuestra y la de nuestros animales.

Ellos no van a dejar a nuestros animales sin la atención veterinaria que necesitan.

Y vuelvo a insistir en que no hay ninguna evidencia científica de que los animales de compañía transmitan o padezcan el coronavirus COVID-19 y que el abandono nunca es una opción, menos aún ahora.

 

 

¿Pasa algo porque un perro chupe la cara a un niño?

Imagino que hay muchas posibilidades de que hayáis visto estos días un vídeo de esos que se hacen virales en las redes sociales (en este caso en TikTok, ojo con esta red y los niños), que muestra a lo largo del tiempo la relación de cariño entre un perro y el bebé que se añade a la familia.

Un vídeo bonito, que difícilmente sorprende a los millones que hemos tenido niños y perros y hemos visto de primera mano la relación que se puede establecer entre ellos. Un vídeo que puede ayudar a muchos padres primerizos a perder el miedo a tener un hijo y conservar a su perro. Aún hay demasiados abandonos de perros y gatos cuando llega un bebé a la familia. Lo lógico en un animal bien socializado e integrado en la familia es que no haya nada que temer, por mucho que siempre debamos supervisar sus encuentros y explicar al niño, en cuanto sea capaz de entenderlo, cómo hay que respetar al animal. Ya hemos hablado de eso en el pasado.

Pero ese vídeo también ha cosechado críticas, porque el perro chupa la cara del pequeño con frecuencia. A muchos les horroriza, pensando en todos los gérmenes que puede transmitir a la criatura, ríete del miedo que despierta el coronavirus comparado con las reacciones de algunos ante un inocente lametón canino.

No a todos nos tiene que gustar que nos laman nuestros perros, por muy perrunos que seamos. Si no nos gusta, no tenemos que permitirlo. Tampoco a todos los perros les gusta lamernos, los hay que lo adoran y los hay que jamás lo intentan. Cada cual que haga lo que prefiera.

(GTRES)

Pero… ¿hay algo que temer de esos encuentros? Poco, muy poco, si se trata de un animal correctamente vacunado y desparasitado. Sanitariamente no hay riesgo cero, si se aspira a eso es mejor evitarlo. Pero si se aspira a eso es aún mejor evitar los besos a otros seres humanos, que son potencialmente mucho más peligrosos y no por ello nos los ahorramos.

Fue Verdandi (@lpathia_ en twitter), una cuenta que os recomiendo seguir si os interesan los animales, la que recordó a cuenta de este vídeo un post de Juan Luis de Castellví en el blog Etología Canina (otra persona y otra web francamente aconsejables) en el que acudían a estados científicos para demostrar que es mucho más peligroso el contacto con otros seres humanos.

Tras comparar el pelo del perro con las barbas humanas y sus bocas con las nuestras, ganábamos por goleada en presencia de bacterias.


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Pero más allá de eso, no son pocos los estudios que relacionan el crecer con animales con un sistema inmune más fuerte, con mejores respuestas a las amenazas por venir. A poco que busquéis encontraréis muchos y variados que afirman cosas como que los niños que viven en casas con perros tienen menor riesgo de síntomas infecciosos en el tracto respiratorio; también presentan menos infecciones de oídos y, de tenerlas, sanan antes; aquellos que conviven durante su primer año de vida con perros o gatos tienen menos riesgo de presentar alergias a los 18 años; convivir con animales disminuye las posibilidades de desarrollar asma en hijos de personas con esa enfermedad.

Así que ya sabéis, con cabeza y pasando regularmente por el veterinario, dejad que niños, perro sy gatos sean felices juntos.

¿Por qué necesitamos sentirnos especiales teniendo mascotas exóticas?

¿Qué pinta un zorro ártico por las calles de Sevilla?Eso se planteaba con toda la razón hace unos días mi compañero César Javier Palacios desde su blog @LaCronicaVerde.

El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) localizó a su propietario, un joven coleccionista de especies exóticas, que ha sido imputado por delitos de maltrato animal y falsedad documental.

El dueño no ha podido acreditar la procedencia legal de esta especie, altamente protegida en los países nórdicos, por lo que se sospecha que tuvo que ser adquirido en el mercado negro, probablemente en Alemania.

Poco antes era noticia en Madrid el plan de exterminio de cotorras argentinas por parte del Ayuntamiento de Madrid. Pájaros que pueblan la ciudad desplazando a las especies autóctonas y que están ahí por la mala cabeza de aquellos que quisieron un lorito barato, aves que acabaron escapándose y abandonadas, porque ya sabemos que, pasada a novedad, tener que cuidar a un animal suele ser un lastre para demasiados.

Me hierve la sangre ante situaciones así. Como siempre, los animales acaban pagando el pato de nuestra irresponsabilidad, de nuestra mala cabeza.

¿Por qué necesitamos sentirnos especiales teniendo mascotas exóticas?
Contando con animales de compañía tan estupendos como perros, gatos o canarios, adaptados a nuestro entorno y a vivir con nosotros, no entiendo la necesitad de tener exóticos.

¿Es para ser diferente? ¿Más exclusivo o especial?
En demasiados casos ese empeño por salirse de la norma acaba con animales mal mantenidos porque no conocemos bien sus necesidades. En abandonos que derivan en muertes o en la aparición de especies invasoras.

Si ni siquiera sabemos tener bien cuidados y de manera responsable a perros y gatos, querer cerdos vietnamitas o mapaches… es casi siempre un capricho absurdo e insostenible, difícilmente justificable.

Drago necesita una acogida o adopción con urgencia. Es un macho de ocho años rescatado cuando vagaba abandonado por el campo en las inmediaciones de un pueblo de Madrid.

Drago llegó a su casa de acogida con mucho miedo al contacto humano y con estereotipias, por lo que creemos que ha estado encerrado mucho tiempo. Con el paso del tiempo ha ido mejorando a pasos agigantados y estamos seguros de que con tiempo y paciencia continuará haciéndolo. Ya empieza a mostrar su verdadera personalidad, a seguir a la gente que conoce y a dejarse acariciar y mimar. Con otros perros es sociable y le sirven de referente. Drago tiene epilepsia, enfermedad de la que ya esta siendo tratado, y a pesar de ello, lleva una vida completamente normal.

Contacto: acunrmadrid1@hotmail.com o acunrmadrid@gmail.com

Celebra el día del gato sumándote a ‘Animaleros’, el grupo de Facebook sobre animales de 20minutos

Estamos locos por los animales. Los queremos felices y defendemos sus derechos. Nos gustan, aprendemos de ellos, nos divierten y soñamos con una sociedad cada vez más respetuosa con ellos.

Esa es la declaración de intenciones del nuevo grupo que 20minutos.es ha abierto en Facebook con el nombre de Animaleros.

Las redes sociales no existían cuando arrancó este blog, que ya va camino de las dos décadas de existencia. A lo largo de estos años he visto cómo se convertían en una herramienta muy útil para que las protectoras de animales logren adopciones, luchen por los derechos de los animales, denuncien las muchas injusticias que sufren. Una herramienta con sus filos peligrosos a vigilar como todas, pero que merece la pena.

El gran problema del maltrato animal, del abandono, se solventaría en gran medida creando conciencia, logrando una sociedad sensible y responsable. Cuantos más lugares tengamos en las redes con las que perseguir esa forma de apreciar la vida, mejor.

Os invito a sumaros al grupo por el que este periódico ha decidido apostar, a participar en él de manera positiva, para lograr que sea una comunidad útil para todos, sobre todo para los que no tienen voz.

Por que no es el lugar de encuentro de 20minutos, es el lugar de encuentro de todo aquel que desee un mundo más justo para todos.

Animaleros

Grupo Cerrado Unirte al grupo de Facebook

Estamos locos por los animales. Los queremos felices y defendemos sus derechos. Nos gustan, aprendemos de ellos, nos divierten y soñamos con una sociedad cada vez más respetuosa con ellos.

Y para terminar, dado que es el día internacional del gato (uno de los tres que hay al año) terminó trayendo un precioso gatete que necesita un hogar.

Se llama Jean Paul, tiene unos tres años, está sano, es tranquilo y cariñoso. Está en Madrid recogido por la asociación Madrid Felina.

Contacto: adopciones@madridfelina.com