¿Por qué necesitamos sentirnos especiales teniendo mascotas exóticas?

¿Qué pinta un zorro ártico por las calles de Sevilla?Eso se planteaba con toda la razón hace unos días mi compañero César Javier Palacios desde su blog @LaCronicaVerde.

El Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) localizó a su propietario, un joven coleccionista de especies exóticas, que ha sido imputado por delitos de maltrato animal y falsedad documental.

El dueño no ha podido acreditar la procedencia legal de esta especie, altamente protegida en los países nórdicos, por lo que se sospecha que tuvo que ser adquirido en el mercado negro, probablemente en Alemania.

Poco antes era noticia en Madrid el plan de exterminio de cotorras argentinas por parte del Ayuntamiento de Madrid. Pájaros que pueblan la ciudad desplazando a las especies autóctonas y que están ahí por la mala cabeza de aquellos que quisieron un lorito barato, aves que acabaron escapándose y abandonadas, porque ya sabemos que, pasada a novedad, tener que cuidar a un animal suele ser un lastre para demasiados.

Me hierve la sangre ante situaciones así. Como siempre, los animales acaban pagando el pato de nuestra irresponsabilidad, de nuestra mala cabeza.

¿Por qué necesitamos sentirnos especiales teniendo mascotas exóticas?
Contando con animales de compañía tan estupendos como perros, gatos o canarios, adaptados a nuestro entorno y a vivir con nosotros, no entiendo la necesitad de tener exóticos.

¿Es para ser diferente? ¿Más exclusivo o especial?
En demasiados casos ese empeño por salirse de la norma acaba con animales mal mantenidos porque no conocemos bien sus necesidades. En abandonos que derivan en muertes o en la aparición de especies invasoras.

Si ni siquiera sabemos tener bien cuidados y de manera responsable a perros y gatos, querer cerdos vietnamitas o mapaches… es casi siempre un capricho absurdo e insostenible, difícilmente justificable.

Drago necesita una acogida o adopción con urgencia. Es un macho de ocho años rescatado cuando vagaba abandonado por el campo en las inmediaciones de un pueblo de Madrid.

Drago llegó a su casa de acogida con mucho miedo al contacto humano y con estereotipias, por lo que creemos que ha estado encerrado mucho tiempo. Con el paso del tiempo ha ido mejorando a pasos agigantados y estamos seguros de que con tiempo y paciencia continuará haciéndolo. Ya empieza a mostrar su verdadera personalidad, a seguir a la gente que conoce y a dejarse acariciar y mimar. Con otros perros es sociable y le sirven de referente. Drago tiene epilepsia, enfermedad de la que ya esta siendo tratado, y a pesar de ello, lleva una vida completamente normal.

Contacto: acunrmadrid1@hotmail.com o acunrmadrid@gmail.com

1 comentario

  1. Dice ser muymimado.com

    Pobres animales, necesitamos crear conciencia. Buen post.

    10 enero 2021 | 7:46

Los comentarios están cerrados.