Perros, paseos y coronavirus

Según una encuesta a 2.086 personas de entre 40 y 54 años elaborada por la Universidad de Granada y la Escuela Andaluza de Salud Pública, vivir con un perro aumentó el riesgo de contagio de Covid-19 durante el confinamiento. Se entiende que es por el hecho de salir a la calle, dado que convivir con perros, gatos u otro tipo de animales de compañía no tuvo ningún efecto significativo.

Analizando los meses entre marzo y mayo, los investigadores concluyen que tener perro incrementó las posibilidades de contraer la enfermedad que tiene en vilo al mundo un 78%. La única variable sociodemográfica que lo superó en esa etapa de confinamiento estricto fue comprar productos básicos del supermercado con entrega a domicilio.

Parece lógico que salir a la calle dos o tres veces al día para que nuestro perro pasee durante esos meses de encierro, nos pudo exponer más al virus a aquellos que lo habíamos. Aunque también parece de cajón que pasear el tiempo mínimo, en lugares poco frecuentados, sin socializar, minimizó ese riesgo. Eso sin entrar en que a día de hoy las restricciones han abierto la puerta a muchas otras actividades que de marzo a mayo no estaban permitidas. Una segunda parte de ese estudio tendría que contemplar muchas otras actividades como hacer deporte o ir de terracitas que teníamos prohibidas entonces.

Es obvio que debemos seguir teniendo cuidado en nuestros paseos; resulta una buena llamada de atención en ese sentido. Hay que salir siempre equipados con mascarilla, prudencia y sentido común. No hay que bajar la guardia frente al coronavirus, pero tampoco vivir con miedo si tenemos perro o gato. Nuestros animales suponen un sostén importantísimo en estos días extraños, su compañía hace más fácil el confinamiento, los cambios de rumbo y nos ayudan a cuidar nuestra salud mental, hay multitud de estudios que lo corroboran.

(Marta Fernández Jara – Europa Press – Archivo)

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