Vade retro, Satanás. Esto fue lo que pensé cuando vi el primer episodio de ‘Día a día’ (Netflix), la típica comedia con personajes estereotipados y risas enlatadas que me hacían volver como una exhalación a los 90.
Sin embargo, el otro día necesitaba desesperadamente una comedia en mi vida y decidí darle una segunda oportunidad debido a las buenas críticas que estaba recibiendo.
¿Y qué es lo que ha pasado?
Pues que me estoy enamorando.
Bajo una apariencia de sitcom pasada de moda, en el segundo episodio los personajes empezaron a cobrar vida y, cuál no sería mi sorpresa, el argumento principal se centró en el mansplaining.
Antes de entrar en materia os voy a contar de qué va ‘Día a día’. Penélope es una enfermera y soldado de origen cubano que ha regresado de Afganistán. Está separada de su marido y vive en Estados Unidos con su madre Lydia (grandísima Rita Moreno) y sus dos hijos: Elena, una feminista de 15 años, y Alex, de 12.
También está Schneider, un simpático vecino que, al igual que pasaba en Friends, entra y sale de la casa sin llave.
A lo que íbamos: mansplaining.
Para los que todavía no tenéis claro qué significa este término, este episodio lo ejemplifica a la perfección. (Spoilers leves) Penélope está cabreada porque Scott, su compañero en la consulta nunca la escucha en las reuniones, le explica de manera paternalista lo que ya sabe y después se atribuye sus ideas.
Ella comenta en casa lo que está pasando y su hija le dice que esta condescendencia es sexista.
Lo interesante es ver cómo reaccionan las distintas generaciones de mujeres en la casa. Lydia, la abuela, una cubana que va pintada hasta para dormir y tiene retratos del Papa por toda la casa, explica que lo que debería hacer Penélope es usar sus armas de mujer para salirse con la suya.
La propia Penélope le resta importancia a lo sucedido aludiendo a que, de esa manera, en Afganistán tendría que haberse enfrentado a todas horas a sus compañeros.
Finalmente, y harta de que Scott se apunte tantos que le corresponden, le entra la ira justiciera y le para los pies como bien le recomendó su hija. Entonces es cuando se descubre que Scott, que lleva mucho menos tiempo que ella en la consulta y no hace ni la mitad, cobra más.
¿Os suena?
Por si no fuera poco, otro de los episodios ahonda en el problema de la emigración y en la separación de las familias debido a la miserable política de Trump.
Así es como estoy in love, familia seriéfila, porque bajo una apariencia desfasada y muy comercial (esto es muy importante porque es una forma de llegar a las masas) ‘Día a día’ pone de relieve de temas de candente actualidad
Estoy deseando seguir viéndola yo os la recomiendo a tope. Eso sí, no tengáis en cuenta el piloto y dejad que fluya.
Ya va por la tercera temporada, así que mea culpa: llego tarde.
Ahhhhh, pues fijate tu que bien….
Que la serie no valía una mierda, hasta que hablan del «mansplaining».
Entonces pasamos, mágicamente a. «recomendarla a tope».
Que objetividad de criterios, hoygan!!! XDDD
24 febrero 2019 | 12:26
Las feminazzis tenéis graves problemas mentales…
24 febrero 2019 | 13:04
Oh, una serie estereotipada y que se centra en lo malos que son los hombres.
Me pregunto si alguna vez alguien tendrá la valentía de hacer una serie que trate sobre el feminazismo.
24 febrero 2019 | 13:09
¿Y por qué la protagonista no denuncia a su jefe por pagarle más a ese Scott si lo que está haciendo es ilegal?
24 febrero 2019 | 13:36
Gracias por la recomendación.
Otra basura ideológica que no ver…
24 febrero 2019 | 14:15
Una basura de femibolcheviquismo para no ver, ni aúnque fuera en abierto y por la tdt, ya que netflix siendo de pago, no voy a gastar dinero en gilifeminadas.
25 febrero 2019 | 12:39