Vaya por delante que experimento una gran satisfacción por el avance de las series españolas. Conceptual, narrativamente y a nivel interpretativo cada vez estamos viendo ficciones mejor construidas, que huyen de los clichés costumbristas y de la etiqueta «para toda la familia» y que, incluso, ganan prestigiosos galardones internacionales.
En esta línea de buen hacer puede enmarcarse ‘El embarcadero’, el último título de Movistar+, escrita por Álex Pina (‘La casa de papel’) y Esther Martínez Lobato, que me interesa sobre todo porque, a partir de las convenciones de un thriller, se adentra en terrenos más complejos para indagar en la psicología de dos mujeres que ven unidas sus vidas, de manera inesperada, por el suicidio de Óscar, interpretado por Álvaro Morte.
Una es su mujer, Álex, interpretada por Verónica Sanchez; la otra, Verónica (Irene Arcos), su amante.
A través del acercamiento de la mujer a la amante, con el fin de averiguar la doble vida de su marido, ‘El embarcadero’ reflexiona sobre las diferentes maneras de entender y disfrutar de la existencia y el amor mediante el retrato de dos mujeres opuestas: una libre, que vive al margen de las normas sociales, y otra que, a pesar de parecer poseer éxito profesional y una existencia modélica, se le escapa la felicidad de las manos.
En cuanto a ambientación, ‘El embarcadero’ sigue la estela de las últimas series españolas de calidad al mostrarnos lugares y realidades de nuestro país. Si ‘Fariña’ nos enseñó la Galicia de los años 80, con el narcotráfico y los problemas socioeconómicos, ‘El embarcadero’ nos envuelve con el sugerente escenario de la Albufera valenciana, con alusiones a su historia.
E, incluso, introduce algunas expresiones y usos típicos de la zona, algo que siempre he admirado en las series inglesas, capaces de mostrar el rico patrimonio y la idiosincrasia del país a través de sus ficciones.
Con una estética visual que nos recuerda a ‘Lucía y el sexo’ en las escenas rodadas en la Albufera (la laguna verde, los paseos en moto y la cámara en mano), se intuye el deseo de los creadores de aportar un punto de vista personal, capaz de transmitir sensaciones.
También en el guion se percibe el toque medeniano, pero esta vez sin tanto éxito, con algunas escenas que poseen un tono peligrosamente cursi que nos saca por momentos de la historia.
Sin embargo, y aunque la serie adolezca de algunos fallos evidentes como la sobreexplicación, algunos diálogos que no llegan a ser verídicos y un cierto desajuste entre el thriller —mucho más flojo— y la historia de las mujeres, lo que desequilibra de verdad la serie es la interpretación de Verónica Sánchez, que no llega a ser creíble en las escenas de dolor, con una interpretación carente de garra dramática.
En cambio, Irene Arcos sí transmite el espíritu libertario de su personaje, y recita sus líneas de diálogo (a veces escritas de manera impostada) de una forma más verosímil, logrando construir un personaje de mayor entidad.
En este sentido, no puedo evitar imaginarme a una joven Cecilia Roth, que interpreta a la madre de Álex, haciendo el papel de su hija y emocionándonos hasta la médula.
Pese a sus errores, ‘El embarcadero’ tienen el atractivo suficiente para considerarse un título digno, entretenido y que, sobre todo, cuenta una historia intimista, de personajes, algo que no es frecuente en la ficción patria.
Nota en Mis Puntuaciones
Estoy totalmente de acuerdo.
He dejado aparcada la serie y por culpa de Verónica Sánchez.
Sinceramente, la serie parece buena pero ella provoca que te desconectes de la historia y siendo un personaje principal pues desanima mucho.
A los 10 minutos del 2° capítulo, la dejé.
27 enero 2019 | 14:41
Totalmente de acuerdo contigo. La interpretación de Verónica Sánchez deja mucho que desear.
Una pena porque hace que la serie no acabe de brillar.
Me ha pasado lo mismo con Los nuestros 2, solo que Lucía Echevarría es mucho peor e infumable… El embarcadero sí la he acabado y Los nuestros no paśe del primer capítulo por culpa de la interpretación de la actriz principal…
27 enero 2019 | 20:10
¿Cómo hacer que una serie que podría rozar el sobresaliente se quede en un aprobadillo raspado? Poniendo de protagonista a Verónica Sánchez. Qué lástima!
31 enero 2019 | 17:23