Esta semana pasada (y también la próxima) estoy de reformas en casa. Con el piso como si hubiera pasado un tsunami, lleno de polvo y albañiles con la radial, necesitaba una serie ligera y entretenida, y ‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina’ ha venido a salvarme de mi dolor.
Prometo que no daba nada por ella, pese a tener como protagonista a Kiernan Shipka, mi querida Sally Draper en Mad Men, y, sin embargo, me ha parecido estupenda con el tono justo entre misterio sobrenatural —no da miedo, por si os lo preguntáis— y drama teen.
Sabrina ha sabido conjugar elementos fantásticos del género de terror como apariciones, regresos post mortem, exorcismos, cultos satánicos y encantamientos (con referencias explícitas a películas como Hellraiser, ‘El exorcista’, ‘Pesadilla en Elm Street’) con una historia personal interesante donde el pasado de Sabrina y su dualidad como bruja y mortal le lleva a profundizar en los conflictos emocionales tanto con su familia (brujos) como con sus amigos y novio, ajenos a esta inquietante realidad.
La serie se basa en los cómics homónimos (que yo no he leído), pero también hay historias como la relación entre las tías brujas de Sabrina, Hilda y Zelda, que son un claro homenaje a Caín y Abel en los cómics de The Sandman de Neil Gaiman. Además, la serie incluye algunos guiños a Riverdale (en un principio Sabrina iba a ser una serie complementaria) y ha sabido modernizar la historia con un giro feminista que le sienta muy bien.
Su rebeldía frente al sistema patriarcal del Señor Oscuro, la oposición a la tradición de la familia y, también, otros aspectos como la lucha contra el acoso escolar que sufre su amiga Susie (con problemas de identidad de género), así como otras subtramas, han otorgado a la serie una frescura que ha modernizado la historia clásica, con un guion que se desliza con ritmo fluido, sin llegar a aburrir en ningún momento.
Si a esto le sumamos una atmósfera gótica, pero con un toque pop de luces de neón made in Riverdale, donde todos los elementos están cuidados al detalle para el deleite visual, y un reparto actoral notable, donde la naturalidad de la protagonista nos hechiza, Sabrina logra convertirse en un entretenimiento de primer nivel que cualquier amante de la fantasía oscura apreciará.