Estudiar la psicología de los psicópatas y profundizar en sus motivaciones y resortes mentales, con el fin de prever futuros crímenes, es la premisa de Mindhunter, la serie de Netflix dirigida por David Fincher que, últimamente, ha copado la conversación social.
Como ha ocurrido en anteriores ocasiones, que una serie tenga la firma de un director prestigioso o el sello de una cadena dispara las expectativas de los espectadores, que creen van a presenciar la última obra maestra audiovisual. Esto es lo que ha ocurrido con Mindhunter, una serie efectiva, entretenida, pero que sin embargo adolece de algunos aspectos que deslucen el resultado final.
Con esto no quiero decir que la serie no merezca la pena: he devorado los diez episodios en escasos días y he disfrutado del visionado. Sin embargo, existe un desequilibrio entre las escenas de las entrevistas (hay algunas asombrosas, sobre todo las de Kemper) y el resto del relato, con una patente falta de ritmo y algunos personajes interesantes, como la doctora Wendy Carr, interpretado por Anna Torv, que quedan en el limbo de lo inacabado.
Tampoco ayuda la elección del protagonista. Jonathan Groff parece que siga perdido en el universo de Looking, pero vestido de agente del FBI. Su actuación carece de matices y el arco de transformación del personaje es demasiado brusco. La falta de química con su compañero Bill (Holt McCallany) resta chispa a la relación entre polis que suele ser un gancho en este tipo de thriller, y el curtido agente acaba siendo una mera comparsa. Un defecto de guion que también se manifiesta en el personaje de Torv.
Lo que es innegable es que Mindhunter brilla en las escenas de interrogatorio, donde se desvela la mente insana de los sujetos de estudio, gracias a un guion capaz de hacernos contener el aliento y a unos recurrentes que son mejores intérpretes que los protagonistas (Cameron Britton como Kemper merece una lluvia de premios). Asimismo, la ambientación tampoco llega a funcionar. En ningún momento he sentido —salvo por alusiones a los hippies o a ciertos hechos históricos— estar en los años 70, y la dirección de Fincher no posee el carisma de anteriores trabajos.
De cara a una segunda temporada la serie se enfrenta con un obstáculo fundamental: ¿las vicisitudes del estudio serán suficientes para mantener la arquitectura de la serie o seguirá centrada en la relación de Holden con los condenados? Sin embargo, y pese a sus defectos, Mindhunter tiene los suficientes aspectos positivos para considerarla un buen estreno y esperar al desarrollo de la segunda entrega.
Nota en Mis Puntuaciones
Ya sabéis que he escrito un par de libros que esperan ansiosos que les echéis un ojo. Las series de mi vida, donde hablo de series como The Wire, Los Soprano, Mad Men o Breaking Bad.
O, si lo preferís, fantasía oscura. Deseos, obsesiones, viajes en el tiempo y un lugar más allá del tiempo y del espacio llamado Araneida,
Cecilia, no entiendo para nada tu critica hacía la serie y sus actores, me parece totalmente desmedida; creo que como la serie es lo mejor que ha sacado Netflix en el ultimo año, has tenido que buscarle «la mosca en la sopa».
Gran guión, fotografia, vestuario, dialogos, actuaciones… fina en todos sus matices e inteligente.
Consejo, disfruta mas de las series y deja de buscar «critica» donde casi no la hay.
29 noviembre 2017 | 10:45
Hola ser Rodros, flaco favor le haría a mi trabajo si no analizase todos los aspectos de la serie. Como habrás podido leer he disfrutado viendo Mindhunter, pero creo que tiene aspectos mejorables de cara a la segunda temporada para que sea realmente redonda. Un saludo
29 noviembre 2017 | 12:50
Coincido con la critica, y eso que solo llevo 2 capitulos y medio.
eso si, de momento por la forma en la que esta rodada y los tremendos dialogos que tiene me tienen alucinado.
29 noviembre 2017 | 12:59
Siempre leo el blog pero me llama la atención esta crítica. La actuación de Jonathan Groff es muy buena y la relación con su compañero es de lo más convincente. La ambientación es muy buena desde lo fotográfico y la música es bien acorde a las series de los 70. Acuerdo con la opinión de Rodros. Además me parece una crítica muy confusa para alguien que no vio la serie, como que tira la expectativa para atrás. La crítica menciona solo al pasar lo más novedoso de la serie : lo cual radica en introducirse en la mente del sicópata y se omite el lema principal : los sicópatas nacen o se hacen ? . Ese es el punto de partida y el quiebre del método de abordar a los asesinos. Como así también a partir de ese entonces se empieza a hablar de asesinos seriales. Tiene muchos conceptos para considerar en su contenido, no todo es sólo forma.
29 noviembre 2017 | 13:42
Totalmente de acuerdo contigo, Cecilia. En los detalles está que una serie sea redonda o simplemente entretenida. Para mí lo que más me ha sacado de la historia es la falta de química en general y muy en particular la del protagonista y su novia. Esta relación me ha ido sacado de la historia cada vez que aparecían en pantalla. No me los creo ni a ellos ni a su relación. Yo también espero que para la segunda temporada pulan todo esto y que pueda decir ¡qué grande! en vez de destacar solamente que me la he visto en dos días.
¡Saludos!
29 noviembre 2017 | 14:54
Hola De Rosario, ante todo muchas gracias por leer siempre el blog 🙂 De lo que comentas no comparto tu opinión aunque quizás te dé la razón en lo de las expectativas. Creo que no está mal acercarse a esta serie con un hype bajo. De hecho, no son buenas las altas expectativas para ninguna. Por cierto, me pregunto lo que hubiera sido esta serie con un protagonista más convincente. Estoy pensando en varios nombres. Un saludo.
29 noviembre 2017 | 18:26
Hola Isa, ojalá sea así y la S02 sea completamente redonda. Si consiguen que el resto del relato esté a la altura de los interrogatorios entonces estaremos hablando de una serie sobresaliente y no solo notable. Un saludo y gracias por comentar.
29 noviembre 2017 | 18:31
Cesarfuenla, espero tu comentario cuando la termines. Saludos seriéfilos ☺
29 noviembre 2017 | 18:32