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Este es tu altavoz

Archivo de noviembre, 2013

El papel no ha muerto

Por Ana Prado

Me llamó mi madre hace unos días para decirme que le habían hablado de mí. Una antigua amiga del colegio que vive desde hace años en Barcelona, había leído una carta que envié a este diario y que me habían publicado, y me había reconocido. Llamó a mi madre muy contenta para contarle que le había gustado mucho. Mi sorpresa fue al abrir el facebook y encontrarme varios mensajes de felicitación por mi carta, y varios enlaces de fotografías de la misma que distintas personas colgaron en sus muros y que se habían compartido ya más de 10.000 veces. 20Incluso me empezaron a llegar mensajes de amigos de Galicia felicitándome por el boom de la carta y contándome que ya la había leído desde allí. En pocos días un montón de gente había leído, hablado y compartido esta carta.

Esto es una prueba más de que el papel no ha muerto, de que el periódico impreso, el de toda la vida, sigue llegando con fuerza a los hogares e incluso tiene la capacidad de influir en los nuevos medios de comunicación, en estos nuevos medios que parecen llevarse todas las esperanzas de futuro.

Desde un corazón científico, por España

Por Cristina Aguado

Todos los investigadores hablan solos, en mayor o menor medida todos piensan en alto, este murmullo es uno de los sonidos que se sienten si estás en un laboratorio, junto a él otros,  como el sonido a maíz que se convierte en palomita que hacen los eppendorfs, o el  sonido a moto que acelera de las centrífugas, o el pitido de despertador de  los cronómetros dispersos por las poyatas, o el golpeteo de granizo de las puntas de las pipetas al caer en los botes de basura, estos sonidos  me hacen sentir en casa, me estimulan y desafían, y  me unen  a quienes ganaron el Premio Nobel, hace años y que, como yo, vivieron en un país en el que la ilusión, el trabajo y la inteligencia intentan superar los límites económicos que quieren ser barreras.

EFE

EFE

Estos sonidos que me acompañan cada jornada laboral los podría escuchar en cualquier parte del mundo, pero no quiero, no solo por razones personales sino porque creo que debemos tener una ciencia fuerte, y si nos vamos quizá nunca volvamos; muchos cargaron sus maletas con su experiencia, su formación y lo volcaron en los pilares de otros países. Muchos no tan jóvenes, tras años de esfuerzo lejos de donde empezaron, han conseguido volver, pero son pocos, no nos engañemos; uno se debe ir pensando en no volver y es cierto que tendrá muchas oportunidades pero yo no quiero, porque lo que quiero es cimentar esos nuevos pilares aquí. “¿Con qué?, si no se invierte en ciencia”, me dirán muchos. Pues aunque me dé pena decirlo no lo sé, no lo sé, pero tendremos que gritar, tendremos que luchar y tendremos que pedir sin cansarnos. Como el padre que con paciencia responde a los mil porqués de su hijo cuando empieza a descubrir que las cosas no son porque si, sino que tienen una explicación, lucharemos para hacer entender todos los porqués de la necesidad de invertir en ciencia, en un I+D real y en un futuro en el que seamos tan potentes por nuestro patrimonio cultural, nuestro sol y nuestra comida como por nuestros avances médicos y tecnológicos. Sueño con el puño cerrado porque así dice mi padre que se duerme más rápido y pasa la noche más deprisa, a ver si cuando despierte, aquí, puedo construir un nuevo país de ciencia en España.

Jugar con el dinero público

Por Plácido Cabrera

Indignados. Así estamos una gran parte de la sociedad española al comprobar el uso que se ha hecho del dinero público y la corrupción cometida por algunos sindicalistas, políticos y gobernantes en ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas, gobierno central y sindicatos. Muchas de las noticias que producen escándalo y alarma social son consecuencia de personas y grupos descontentos con sus propias organizaciones. Por este motivo, lo que hasta ahora se conoce, probablemente sólo sea una pequeña parte de como el dinero público se ha utilizado para beneficio e interés personal e ideológico.

(ARCHIVO)

(ARCHIVO)

Es mucho el dinero público destinado a los órganos de control público,  por eso resulta conveniente preguntarse ¿por qué no se ha evitado estos comportamientos que han salido a la luz pública? Por esto resulta irresponsable que en plena crisis la Junta de Andalucía haya entregado dinero público (millones de euros) a organizaciones sindicales para actividades (cursos en Venezuela, Ecuador y otros países iberoamericanos) que no parecen que sean urgentes ni necesarias cuando son millares los ciudadanos de esta Comunidad que lo están pasando mal. Las personas que intervinieron en estos asuntos deberían ser responsables y presentar su cese o dimisión y ser inhabilitados para cargos públicos.

Construyendo cultura

Por Carlos Osorio García

El Ayuntamiento de Madrid está distribuyendo unos folletos propagandísticos cuyo título me ha sorprendido: «Construyendo cultura». Ignoro a qué se refieren con este eslogan. En los últimos años han cerrado en Madrid el 90% de los cines, decenas de librerías, varias de las galerías de arte más importantes, algunos teatros. Las políticas fiscales están contribuyendo a esta desertización cultural. Al abandono generalizado de las artes y oficios artísticos y la práctica inexistencia del mecenazgo se suma la creciente desprotección del patrimonio arquitectónico y cultural. Madrid ha perdido recientemente varios museos y salas de exposiciones: Museo de la Ciudad, Museo del Ejército, Museo de Reproducciones Artísticas, Museo de Carruajes, Museo Municipal de Arte Contemporáneo, Casón del Buen Retiro, Cosmocaixa, salas de Caja Madrid…

(Archivo)

(Archivo)

Madrid ha perdido su festival de Jazz ante la negativa del Ayuntamiento a ceder locales para su desarrollo. También hemos perdido el concurso de pintura al aire libre del parque del Retiro. Exposiciones del mayor interés, como las de la Memoria de Madrid, que nos servían a los madrileños para conocer nuestra historia, han sido suprimidas. Los centros culturales languidecen al vaciarse casi por completo de presupuesto y de contenido. Los teatros municipales se están privatizando. ¿Cuál es la cultura que están ustedes construyendo?

Parches educativos

Por Beatriz Morales

Tan acostumbrados estamos a ver reforma tras reforma de nuestro sistema educativo que parece que sea necesario estar en constante reforma para tener una educación moderna y de calidad. Sin embargo, los datos no engañan, España está más que a la cola de Europa. Estas reformas deberían llamarse más bien parches educativos, que se quedan siempre en lo superficial y populista: religión ahora sí, ahora no; educación para la ciudadanía, ahora sí, ahora no; más dinero para las concertadas, menos dinero para las concertadas… y un largo etcétera de absurdas disputas que cualquiera con dos dedos de frente sabe que no son la raíz del problema de nuestra educación.

Archivo

(Archivo)

Se podría hacer un verdadero pacto de estado y crear una ley que fuese útil, que no sirviese como arma a ningún bando político, pero sí que sirviera para crear ciudadanos con todas las letras. Pero, ¿qué importa todo esto a aquellos cuyos hijos estudian en países que sí que invierten de verdad es un futuro para sus ciudadanos? La respuesta para mí, es muy clara.

La grúa retiró el coche (con la silla de ruedas) de la plaza de minusválidos del hospital

Por Mª José Jerez

Sí, es verdad que parecemos un país tercermundista, pero es que además a veces lo somos. ¿Cómo es posible que la grúa municipal de Madrid se lleve un vehículo autorizado con placa de minusválido y totalmente visible, aparcado en su correspondiente plaza de minusválido en el recinto del Hospital 12 de Octubre y que no puedas llevarte al paciente que le dan el alta tras cinco días de hospitalización y tras una intervención quirúrgica?

Claro, dentro del vehículo está la silla de ruedas, la ropa, y como es normal hay que depender de otra persona más para que puedan sacarte de allí. Pero lo mejor de todo es tener que cargar con el enfermo en brazos a tus 67 años desde la calle hasta casa.

GTRES (Archivo)

GTRES (Archivo)

Ahora solo toca ir con la mejor disposición hasta el depósito municipal de vehículos para retirar el ídem y que te expliquen quién ha realizado tan magnífica acción. Por supuesto habrá que pagar la tasa de la grúa, que para eso han realizado su trabajo, aunque sea mal, y después dedicarte con mucha paciencia y tesón a poner las reclamaciones y denuncias pertinentes.

Son cosas que pasan, le puede pasar a cualquiera, hoy a mí… mañana quién sabe.

Pero lo mejor de todo es poder tener cara a cara al agente de movilidad que se ha llevado el coche y que te dice que la placa es falsa, que se la queda como prevención cautelar para hacer las comprobaciones oportunas y encima te amenaza diciendo que si verifica que es falsa tienes que pagar 3.000 euros de multa e ir 3 años a la cárcel. Lástima no poder haber ido hasta allí con el afectado en cuestión, que es mi hermano, cuya minusvalía certificada es de un 80%. Por otro lado, ahora toca demostrar la incompetencia de este agente, y que con tiempo y paciencia se pueda resolver una injusticia de este tipo. Pero el sentimiento de impotencia, rabia e injusticia no me lo quita nadie.

¿Tan difícil es ser honrado?

Por Francisco Javier Lorenzo

Congreso de los Diputados. (JORGE PARÍS)

Congreso de los Diputados. (JORGE PARÍS)

Y es que viendo el panorama que tenemos actualmente, más bien parece que vivimos un reality show. Da la impresión de que nuestros políticos únicamente tienen una meta: llegar a gobernar para repartirse la “Gran Tarta” (que ya no es tan grande). Todo vale para conseguir este fin, hasta el desprestigiarse mutuamente. Da igual lo que cueste o a quien haya que llevarse por delante, lo mismo que ocurre con los sindicatos.

Estoy muy orgulloso de ser español pero siento una verdadera vergüenza por la España que hemos permitido que transformaran a su antojo. Está claro que hacen falta nuevos aires, algo similar a lo que está haciendo el Papa Francisco con la Iglesia pero ¿será posible que algún día tengamos dirigentes dignos de sus puestos? ¡Ojalá fuera pronto!

Mi autopista, con vistas al mar, por favor

Por Raúl Rodríguez Mateos

Podría parecer paradójico que mientras se predica la austeridad en las cuentas públicas, se anuncian nuevos “ajustes” en el presupuesto de los servicios básicos y se preparan “externalizaciones” de estos mismos servicios con el argumento de que la iniciativa privada resulta más eficiente y barata, el Gobierno ultime la creación de una empresa pública para evitar la quiebra de una gran parte de las autopistas que “venían a modernizar el transporte y vertebrar España”.

Carteles indicativos de la Radial 5 de Madrid. (ARCHIVO)

Carteles de la R-5 de Madrid. (ARCHIVO)

Pero la ministra de Fomento podría informarnos gustosamente de que ante las excepcionales circunstancias que concurren en este caso, y a fin de cumplir con las obligaciones contraídas por anteriores administraciones y que un gobierno responsable no puede soslayar, su departamento ha decidido, por esta vez y sin que sirva de precedente, hacerse cargo de la deuda financiera que soportan las concesionarias de autopistas, así como abonar a las dichas empresas la cantidad de 350 millones de euros por los importes que se les adeudan como resultado de las expropiaciones de terrenos y las modificaciones que sufrieron sus proyectos de obras.

Asimismo, el gobierno anuncia la creación de una sociedad de autopistas, con un 80% de capital público, a fin de garantizar la sostenibilidad de estas infraestructuras, protegiendo el interés general y lo que ha sido el sello de identidad de esta administración: el reparto equitativo de las cargas sobre el conjunto de los ciudadanos. Así pues: ¡enhorabuena, españoles, a partir de ahora somos los afortunados propietarios de un “cacho” de autopistas! El mío, por favor, que sea con vistas al mar.

La voz de las compañías

Por Carmen Casas

Me gustaría expresar mi indignación general en lo que concierne a la atención al cliente de las grandes multinacionales, en este caso concreto, les hablaré de las eléctricas.

Trabajo desde hace 5 años en un Call Center que tiene como cliente a una de las compañías eléctricas más importantes a nivel mundial. En sí, somos una empresa de servicios, subcontratada por esta compañía, qué es lo que hacen la inmensa mayoría de grandes empresas. Pues bien, primeramente indicarles, que entiendo perfectamente a los clientes, que llaman muchas veces indignados, quejándose generalmente de los errores que comete la compañía en cuanto las lecturas, la subida de precios, el tiempo de espera para ser atendidos…Lo sé, y el resto de trabajadores comprendemos su frustración, nosotros también somos clientes al igual que ustedes. Lo que no entiendo ni comparto son las malos modales y falta de educación de algunos individuos.

Archivo

Archivo

Clientes que llaman chillando e insultando, y que pretenden ser tratados como marqueses. Clientes indignados que  te exigen explicaciones sobre las tasas y normativas vigentes; perdonen, pero es que la mayoría de estas, se publican en el BOE. Prepotencia y chulería de muchos, que creen como trabajamos en atención al cliente somos medio analfabetos y no tenemos ni el graduado escolar. Más de la mitad de compañeros poseen títulos universitarios, o  están cursando estudios superiores, como en mi caso.

Pero lo que ustedes tampoco saben entre otras cosas, es que tenemos que trabajar en condiciones pésimas, por un salario miserable, que todos nuestros movimientos están controlados desde el primer minuto hasta el último, nos controlan las pausas visuales, el descanso, los minutos de baño, que nos presionan para acortar el tiempo de las llamadas, que entre llamada y llamada transcurren milésimas de segundo, que la empresa aprovecha el estado actual de este país para explotarnos bajo el lema ”todo vale “a sabiendas de que el personal pasara por el aro para no perder su puesto de trabajo…

Tengan un poco de calidad humana y sean conscientes, de que quien les atiende al otro lado del teléfono, no es una máquina, no es la empresa, es un ser humano.

Las mayorías absolutas es lo que tienen

Por Francisco Javier España

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (EFE)

Hubo un tiempo en el que a la negociación parlamentaria se la llamaba “bajada de pantalones”, negociar con los nacionalistas era “comprar gobernabilidad”, y esto repetido hasta la saciedad, parece que caló en la ciudadanía, porque de lo contrario nadie se explicaría la mayoría absoluta del PP; y es que la palabra negociación, emblemática donde las haya, es o debería ser la base de cualquier democracia parlamentaria; pero en este país parece que no, porque los mismos que calificaban como “bajada de pantalones” los esfuerzos por consensuar decisiones de los gobiernos en minoría de Zapatero y llamaron “rodillo” a las mayorías absolutas de Felipe González, se han convertido en una apisonadora parlamentaria, cambiando, sin el más mínimo rubor, “rodillo” por “fortaleza parlamentaria”, y eso si, apoyados por una muy bien engrasada maquinaria de manipulación y unos medios de comunicación construidos a tal efecto en las dos últimas décadas a golpe de concesiones bochornosas.

Creo que los votos de castigo del 20-N se han transformado en un flagelo para la gran mayoría de la sociedad. Pero… ¿de qué nos quejamos? Las mayorías absolutas es lo que tienen.