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Entradas etiquetadas como ‘mar’

Mensaje en una botella

Por María José Viz Blanco

Mensaje en una botella (Lista).

Mensaje en una botella (Lista).

¿Alguien se acuerda de la botella de cerveza, con mensaje en su interior, aparecida en la playa de Baldaio, en Galicia? Unos alumnos de un colegio la habían encontrado.

Esta manera de enviar mensajes es algo muy novelesco. No siempre está claro qué lleva a alguien a usar ese tipo de mensajería. Tal vez, la soledad del que escribe, de su dolor por una pérdida o la fantasía de creer que la persona amada se encontrará la botella, estando a miles de kilómetros de distancia. También pudo querer comunicar algo que había ocultado toda su vida, por los motivos que sean. Esa persona se sentiría liberada al escribir y lanzar al mar esa nota. Desde luego, ha de ser paciente, puesto que el mar escupe lo que recoge pasados los años o los siglos…

Dejando aparte el romanticismo de este gesto, para ser realistas, el mar está lleno de botellas con mensajes -creo que en alguna ocasión se intentó hacer un cómputo y era una cantidad ingente- y eso significa incivismo, suciedad y contaminación para nuestros océanos. Eso sí, si  encontrásemos otra botella con mensaje sería algo que nos despertaría la curiosidad y nos generaría un sinfín de fantasías.

La contaminación nos ahoga y la culpa es del sistema consumista

Por María Faes Risco

La contaminación en Madrid (Europa Press).

La contaminación en Madrid (Europa Press).

De Madrid a Pekín, las capitales de Eurasia se encuentran por primera vez con medidas extremas contra una contaminación que nos ahoga y produce miles de muertes al año, mientras estos mismos días en París se reúne una cumbre mundial impotente para resolverla. Su incapacidad es estructural, porque sus dirigentes han sido elegidos con el apoyo de muchas de las mayores empresas contaminantes del planeta.

La contaminación que nos enferma y mata no es sino el síntoma de un sistema consumista, cuyas fatales consecuencias se niegan a ver sus beneficiarios. De ahí que casi la única esperanza creíble que nos ofrecen de una mejora temporal se base en un cierto parón del ‘progreso económico’, hecho sobradamente elocuente de lo perverso de su sistema.

Además, de forma muy acelerada, el aire contaminado, el aire desde el cielo y el mayor nivel del mar por el deshielo nos están ahogando, mientras que muchos parece que esperan la solución de si se encuentra por fin vida inteligente extraterrestre o, lo que sería aún más increíble –a juzgar por lo que vemos– en la Tierra.

 

El mito del corte de digestión

Por David M. Villaraviz

En estos días de playa, sigo escuchando a madres y padres limitando el baño de sus hijos con las tres palabras malditas: corte-de-digestión. Malditas por ir seguidas de las dos horas más tediosas (e innecesarias) del verano. ¡El corte de digestión no existe!

26280PISCINASiempre que decidamos bañarnos, (inmediatamente después de haber comido o en cualquier momento), debemos entrar poco a poco al agua, permaneciendo un tiempo prudencial en la orilla o en la zona baja de la piscina, para prevenir un shock termodiferencial o síncope de hidrocución. En caso de sentir algún tipo de malestar como mareo, escalofríos, nauseas, visión borrosa, etc.; salir del agua. Así que no corte a nadie en bañarse después de comer.

Lo que nos devuelve el mar

Por Ana Abellanas Paniagua

Estos días, tras las potentes lluvias que ha habido por los alrededores de Valencia, el mar nos ha devuelto en las proximidades de El Saler grandes cantidades de plásticos. El mar nos los devuelve, no los quiere, no los necesita…

El cadaver de un delfín varado en las proximidades del Saler (Valencia) (A. ABELLANAS)

El cadáver de un delfín varado en la playa de El Saler (Valencia). (A. A.)

Plásticos bajo formas muy diversas como por ejemplo bidones, botellas de plástico, cabos rotos, juguetes de niños, tampones, macetas… y un sinfín de formas tan diferentes como sorprendentes llenan la costa y las dunas todavía respetadas en el Parque Natural de El Saler.

El mar no sólo nos devuelve plásticos sino también lo que estos se llevan consigo. Este fin de semana, sin ir más lejos, nos devolvió dos cormoranes, tres gaviotas, un aguilucho lagunero y un delfín con redes de pesca enrolladas en su cola.

¿Hasta cuándo nuestros plásticos se seguirán cobrando víctimas que el mar nos devolverá con su sencilla elegancia?

Reflexionemos y tomemos una firme decisión: ¡reducir, reutilizar y reciclar los plásticos! El mar nos lo está pidiendo a gritos.

Mi autopista, con vistas al mar, por favor

Por Raúl Rodríguez Mateos

Podría parecer paradójico que mientras se predica la austeridad en las cuentas públicas, se anuncian nuevos “ajustes” en el presupuesto de los servicios básicos y se preparan “externalizaciones” de estos mismos servicios con el argumento de que la iniciativa privada resulta más eficiente y barata, el Gobierno ultime la creación de una empresa pública para evitar la quiebra de una gran parte de las autopistas que “venían a modernizar el transporte y vertebrar España”.

Carteles indicativos de la Radial 5 de Madrid. (ARCHIVO)

Carteles de la R-5 de Madrid. (ARCHIVO)

Pero la ministra de Fomento podría informarnos gustosamente de que ante las excepcionales circunstancias que concurren en este caso, y a fin de cumplir con las obligaciones contraídas por anteriores administraciones y que un gobierno responsable no puede soslayar, su departamento ha decidido, por esta vez y sin que sirva de precedente, hacerse cargo de la deuda financiera que soportan las concesionarias de autopistas, así como abonar a las dichas empresas la cantidad de 350 millones de euros por los importes que se les adeudan como resultado de las expropiaciones de terrenos y las modificaciones que sufrieron sus proyectos de obras.

Asimismo, el gobierno anuncia la creación de una sociedad de autopistas, con un 80% de capital público, a fin de garantizar la sostenibilidad de estas infraestructuras, protegiendo el interés general y lo que ha sido el sello de identidad de esta administración: el reparto equitativo de las cargas sobre el conjunto de los ciudadanos. Así pues: ¡enhorabuena, españoles, a partir de ahora somos los afortunados propietarios de un “cacho” de autopistas! El mío, por favor, que sea con vistas al mar.