Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Archivo de marzo, 2024

La furia al cubo

Todo se altera y cambia en media hora, en 20 minutos, en segundos. El ruido y la furia sucumben bajo la apisonadora de los hechos: elecciones. De repente todo se altera según lo previsto/imprevisto. Era posible más caos, estaba en el aire perdido de zinc, cinabrio, plomo, co2. El co2 pronto se llamará CO3, más animado y bronco, más brutal letal.

El cambio climático avanza más deprisa en los corazones y en los cerebros que en los polos.

La fiera herida del gob sanchero, tocada por Koldo, ha contratacado con todo y más, tenían la recámara llena de munición, el esparcidor de corrupción ha abierto las compuertas. Una cosa no quita la otra pero le roba sitio, ensancha el desastre general. Todos in Berlanga, Azcona, Valle-Inclán. La vida española vuelve a sus fueros o desafueros.

Para el privado aniquilado y extorsionado por todas partes es difícil sustraerse a la furia política, y ahora con nuevas elecciones el ámbito de violencia se expande sin límites. Es la guerra política total. El aniversario del 11M ha sido un campo de minas, cualquier cosa que ocurra o pudiera ocurrir será motivo y gancho para el enfrentamiento y la carnicería.

El privado, la autónoma, el empleado sampleado sometido a toda clase de vejaciones, tienen un foco nuevo para alimentar la ira y el odio y, en su caso, la desesperación y la impotencia.

Los gestos extremos, el extremismo virulento, es la única retórica que queda.

Que la Semana Santa aplaque las furias. No hay milagro mayor.

Quede vida sin polarizar

La monserga partidista abrasativa se apodera de todo y todo lo contamina. Qué pesadez universal. El bulbo de cada persona sufre la inclemencia atorrante y a la retórica bélica de los bandos. Es mundial, es local es íntima. Todo es campo de batalla. Todo es orégano.

Este abrasamiento cerebral invade las vidas por cada poro y las glánduas sudoríparas reciben micropartículas de polución retórica más intensas y frecuentes que los neutrinos y los rayos que manda el universo. Entre los microplásticos y los megamemes no hay escape.

El humano medio, sometido al bombardeo comercial de los partidos en guerra perpetua, no puede defenderse. Las consignas se cuelan por todas partes. Atraviesan todas las capas. Matan el incipiente pensamiento. El silencio favorece al otro, sea el que sea, el silencio es sospechoso. Tanto como la risa.

La monserga atorrante es signo de vitalidad. La dictadura de uno es intolerable. La de dos es saludable siempre que no anulen la vida exterior (exterior al poder, si es posible).

He visto a un soldado intentando defenderse u ocultarse en campo abierto usando la puerta de una nevera ante el ataque de un dron que ha esquivado el rudimentario escudo y ha impactado en el cuerpo del militar: la cámara estaba en el propio dron, así que el espectador es, en cierto modo parte del artefacto que mata.

La peli «Ferrari», qué gozada

Me ha encantado la peli Ferrari, de Michael Mann, 2023, con una maravillosa arpía seca y amargada Penélope Cruz en el papel de Laura, la mujer de Enzo, que lo encarna Adam Driver. Penélope Cruz ha contado que estuvo un mes antes del rodaje preguntando por su personaje, Laura, por las calles de Módena. Sólo por como anda, camina, y las caras que consigue, ya da toda la película y las vidas. Laura/Penélope es socia al al 50% con Enzo y lleva los papeles, los bancos, las gestiones de la empresa.

Aunque fuera una peli normal me hubiera encantado porque veo todas las ls peis y los docs y series de coches de carreras, y las de esos años son especialmente apasionantes (las formas de los bólidos, lo expuestos que van los pilotos, apenas prtegidos con un casco de cuero y unas gafas). Pero es que tiene una fuerza dramática y unas escenas de la carrera, la mítica Mille Miglia, eliminada en ese año que cuenta la peli, 1957, tras un espantoso accidente. Mil millas por carreteras normales, o sea, pésimas, caminos, con la gente apostada en las cunetas. ALiciente añadido la aparición del piloto Alfonso de Portago.

Una peli preciosa que voy a volver a ver ahora mismo.


«La estrella azul» te llega muy adentro

La estrella azul te llega muy adentro, es pura humanidad.

Cuenta un fracaso y lo convierte en éxito veinte años después, pero eso es lo de menos. Sugiere: casi todo ha de ponerlo quien la ve. Da pistas sutiles, la poética justa para que cada cual complete o invente el argumento.

Lo mejor de la película La estrella azul es que no es fácil decir porqué es tan buena, no hay una o dos o cinco cosas que la hagan tan especial: es toda ella, la gente, los ambientes, lo que no se dice, la delicadeza… la elipsis.

Parece que la película ha transformado a los que la han hecho. Y por eso el rodaje, el guión, el casting, salen en la propia película y no molestan, al revés, ayudan. Dentro de veinte años se hará una película sobre esto… La película, tan inverosímil e hiperrealista como un cuento, cambia a quien la ve. Por eso hay tanta gente que va a verla dos o más veces.

Es cuestión de cogerle el ritmo, como cuando Mauricio quiere aprender la chacarera y le dice el maestro que primero aprenda a tocar el tambor, a sentir la música, su mundo animista de corazones abiertos. Y eso hace.

Todo está enlazado (quizá como en la vida irreal normal), el cine, esta película, las noticias de las teles, las vidas de hace veinte años, las de ahora, los pueblos, la gente, los sueños, las ciudades. Tal vez tiene el encanto de convertir el fracaso en un éxito: el cine repara la realidad. La madre de Mauricio le pide a un joven director que cuente la historia de su hijo.

La estrella azul (la Cruz del Sur) cumple el sueño largo de Mauricio Aznar, triunfar sin querer, dar luz a unas vidas, Santiago de Esteros, Argentina, en la médula de Zaragoza, España.

A Mauricio no le hacían demasiado caso cuando quiso traer a tocar a la Plaza del Pilar a sus amigos de Argentina. Le llama Bunbury para versionar una canción suya. Zaragoza vibra con la actuación de Michael Jackson.

La peli habla de la soledad en el abismo y de que en ciertos lugares remotos se puede hallar consuelo y calor humano siempre que vayas con humildad.

 

 

Terrorismo, traición, malversación y Talgo

La nueva ley de amnistía ad hoc fija hasta cómo ha de cortarse el pelo el reo condonado. SX, aprendiz de prófugo él también, en visitas de Estado o de partido, trivializa esas palabras antes mayores a beneficio de sí mismo y de sus socios. SX se profuga ante la creciente magnitud del caso Koldo, que le deja touché.

Pero SX es como Terminator, de cromo vanadio, y por eso le ha dado los papeles al repentino luchador Topuria. A SX le fascinan los forzudos, hombrones del cine mudo, el propio Ábalos, el mangúan que tiene ahora, el tremebundo Koldo, arquetipo de esta fijación del esbelto por los recios corpúleos a los que solo falta el mostacho.

El Talgo se lo llevan, con sus deudas, a saber a dónde, el globalmundi escapa a los gobs pequeños, a las sanciones de risa de la UE, a las de USA, que se inmola en la TrumpBidencia. La Superbowl del Gran Beso Tornillero, espectáculo, circo y barullo y dinero.

China no tiene nada que hacer, pudo copiar los chips más pequeños, dominar la tecnología inversa, ir a la luna, pero si no aprende el busineo de la corrupción no podrá despegarse del emporio de occidente. La corrupción es el nudo koldiano del mundi posmoderno clínex y plástico, que ahora se llama «piel vegana».

Geniales poetas del comercio y la industria, los que ponen los nombres a los misiles sidewinder y eso. SX tiene varios poetas anónimos camuflados en Moncloa para bautizar sus chanchullos y darle la vuelta al Estado del cuñadeo y venderlo de saldo en wallapop, donde veremos los restos del Talgo ruso, el Talgo va a ser el Transiberiano de Putin, para acarrear disidentes antes de matarlos.

SX tiene una colla de poetas escondidos en el billar de Felipe González en la Moncloa, tecleando todo el día con ChatGPT las nuevas leyes ya amnistiadas ellas mismas antes de rociar las comas con un spray sobre el arti-culado.

TrumpBidencia

La TrumpBidencia es el girar actual del mundo, que ya no es bipolar o unisex como antes sino multipólico, por lo que dicen ahora hay varios focos de poder y susto, todos con sus bombas de entraña atómica, aunque algunas pueden estar caducadas.

Avisa la metrópoli en declive que las eleccs del siglo (cada cuatro años) serán entre Biden y Trump, ambos ya viejos desconocidos de los cuerpos electorales. Las largas primarias son como los premios que preceden a los oscars o intentar reaprender a encender una estufa de butano, algo para calentar audiencias y dar publi a la superbowl, que sin usted no es nada.

Captar la desatención mundi y vender chuches y pegatinas a mil millones el kit. ¡Donantes a mí! Ahora el mundo es pues multipolar y tiene varios focos de poder y alianzas diversas, unas firmadas y otras informales y otras según vaya la cosa.

Los hutíes, por ejemplo, deben su sueldo y aperos y bombas a Irán, pero a veces podrían ir por libre quizá o no se sabe bien o acaso reciben donaciones de otros ámbitos. Los servicios secretos no llegan a sus objetivos de saberlo todo siempre, intervenir y cizañear, salvar las patrias (suyas) y ofuscar las otras, según días, aliadas o neutrales o lo que toque.

La variedad de fábricas de drones no sale en ninguna lista, ¿qué puede hacer un comprador mediano? Estamos en el terreno borroso de las mascarillas aplicado a armas. En ese trasmundo se consolidan o consolideran Trump y Biden como candidatos ambos dudosos, qué va a pasar pues. El mundo astifino vive en la Trumbidencia, esa dualidad informe USA, siempre en riesgo de injerencias y flatuleos.

La trumpbidencia es el estado inflacionario del mundo incomprensible hiperreal lleno de zonas oscuras y hutíes reciénrecauchutados.

Arriba y abajo a ratos

Cuando estás arriba estás abajo. Pasa a veces o siempre. El director de Red Bull, el equipo que lo gana todo en los últimos años,  el top de la Formula1, ha caído, o va a caer. Las carreras son insoportablemente aburridas. A veces pasa algo, un coche pasa a otro. Siempre gana el mismo. Uno cada seis o siete años. Lo único guay es lo bien dispuestos que están los anuncios tanto sobre los coches como en los circuitos como en los monos de los pilotos. Las marcas ya son el espectáculo. No hace falta que haya carrera, solo dar unas vueltas todos en formación. Como estás arriba estás abajo.

La fórmula esotérica arriba/abajo se podría aplicar a los peones o barones del sanchismo, que van cayendo empezando por los más expuestos, y todo el chanchullo mascarillero sale cuando va a cuajar la ley de amnesia o amnistía, tan tremenda que hasta los jueces se han adelantado a legislar contra ella, una ley nonata que ya tiene procesos ex ante. Es una ley que si nace nacerá ya procesada, o sea, entre rejas. Un caso digno de verse.

Hay una cierta simetría entre ambos delirios –el de promulgarla y el de legislar contra ella judicialmente retorciendo la realidad–, pero a los políticos se les presupone el abuso (por estadística) mientras que a los jueces aun les quedaba, quizá ingenuísimamente, un poco de credibilidad residual, o simple miedo del medievo que aun nos agobia.

La peli de Javier Macipe La estrella azul causa tan impacto que muchas personas estan volviendo a verla al día siguiente otra vez. Te las encuentras en el cine a las mismas personas al día siguiente y crees que estás en El ángel exterminador o, peor aun, en Atrapado en el tiempo...

La serie Reina roja de Amazon Prime la he visto en dos sentadas y es superentretenida y adictiva y me lo he pasado muy bien. Me queda el final pero temo que pondrán el continuará así que lo dejo para mañana.

Declive o victoria

¡Ay, oy, Trump!

Mundo colapsando a tope, pero en expansión. Se contrae y se expande a la vez. Como el propio universo. El ítem agujero negro ha perdido prestigio desde que explican que pierde energía, materia, algo. La gracia del cacharo black hole era que nada podía salir, que engullía todo, atraer y engullir, ñam ñam. Destrucción total.

Ya no quedan objetos temibles aparte de los humanos y sus depredacciones. Los humanos, si los vieras desde media distancia, te darían miedo. Más que alma, otro objeto ya en trance de out destroy.

Y así va el colapso del sistema estandar desde el 1945 hasta el 2001 o dos. Año uno de la nada. Novedades autopilotantes. El humano en el deshielo de los polos, catacrok, se cayó otro bloque en el martini. Sube el terror.

Y cada país, estructuras ya obsoletas, excepto para colocar amigos y allegados, hace lo que le mandan, igual que siempre. Algunos, que siempre han mandado (pongamos desde el 1918) a tope, ahora se encuentran que mandan un poco menos, es poco, de momento, pero un poco es mucho.

Tantos países de segundos y terceros mundos empiezan a abandonar el imperio, esa sensación, que el imperio necesita –como todos los que han declinado– una guerra para quitarse el suspense de encima, el suspense de si pierde o mantiene o gana o cómo queda la cosita.

Por eso la anuncian tanto.

Y ambién porque ayuda a distraer de otras anticosas.