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Entradas etiquetadas como ‘libertad’

Pacto habitual de las preguntas al presidente

Por Juan Chamorro

Mariano RajoyHe leído que, en actos como el de este martes del presidente del Gobierno con su homólogo polaco existe un tal “pacto habitual de las preguntas al presidente”, que consiste en que los medios se ponen de acuerdo en qué se pregunta y quién lo pregunta, ya que La Moncloa limita muchísimo las mismas y solo permite dos cuestiones de periodistas españoles y dos del país visitante. Éstas se debaten entre todos e incluso se hace una redacción común…

Pues bien, he aquí una sugerencia: ¿por qué los medios no se ponen de acuerdo y no entran en el juego que les plantean los políticos? Puesto que es evidente que en este país la separación de poderes es falsa y el poder político lo maneja todo, si yo fuera periodista de vocación trataría de ponerme de acuerdo con mis compañeros de todos los medios y sabotear sus intervenciones no participando en sus declaraciones y “mítines”, que es lo que son realmente sus “ruedas de prensa”, y me limitaría, en el caso de la política exclusivamente, a hacer periodismo de investigación y, en todo caso, a acudir a las citas en las que se admitan preguntas. Sé que determinados medios acudirían siempre, pero si el resto les deja en evidencia, la ciudadanía no se sentiría engañada. Yo realmente me pongo en su situación y estoy seguro de que me sentiría ridículo, cuando no frustrado y enajenado.

Prohombres en la cárcel

Por Luis Fernando Crespo

CárcelDíaz Ferrán ya estaba preso, ahora llega Miguel Blesa. La cárcel se puebla de presos “lustrosos”, antes que ellos hubo otros que allí perdieron su prestigio social y algunos que lo mejoraron. Jordi Pujol, al cumplir los 80 años, todavía se acordaba de su estancia en la cárcel. Reconocía que, 48 años después, —a pesar de que no llegó a sufrir los dos años completos de internamiento, durante una etapa histórica en la cual la cárcel otorgaba prestigio, apoyo grupal y hasta representatividad política—, todavía le amargaba su paso por prisión: “antes de entrar era una persona más dúctil, más abierta, más alegre, más franco. Nunca me he recuperado plenamente”. Esto mismo les ocurrió a otros muchos demócratas que, víctimas de la represión franquista, pasaron por las cárceles de la dictadura.

Para superar estas situaciones, tras la aprobación de la Constitución, la primera Ley Orgánica de la Democracia fue la 1/79, General Penitenciaria, que desde entonces intenta humanizar la privación de libertad; y en eso deberíamos estar, hasta convertirla en una oportunidad para la integración social de los penados, tarea propia de la Justicia.

Pero poco a poco las cárceles españolas utilizadas como amenaza, casi universal, contra el terrorismo, la violencia machista, los conductores imprudentes, los jóvenes delincuentes, y otras gentes del malvivir, se han convertido en la sentina de la sociedad de la excelencia que pretendemos ser, urgidas por necesidades políticas perentorias han devenido en almacén de delincuentes, hombres y mujeres marcados de por vida.

No existe una política penitenciaria reconocible, pero esto no causa ningún malestar o inquietud social. Alejando las cárceles de las ciudades hemos conseguido hacerlas invisibles, excepto para quienes las habitamos y las sufrimos: internos y trabajadores penitenciarios, que seguiremos recordándolas amargamente, durante mucho tiempo, después de haberlas dejado atrás. Todo es aparente normalidad y un pellizco a la condición humana de los internos.

¿Policías o guardaespaldas privados al servicio de unos pocos?

Por Rubén Jiménez Triguero

Escrache en MadridEste martes, blindajes policiales guardaban las sedes del PP defendiendo a los integrantes de ese partido de un ejército armado hasta los dientes de pancartas y letreros que reivindicaban sus derechos. No entiendo ese despliegue policial ante personas que intentan reprochar las injustas formas en que se aplican las leyes al servicio de unos pocos. ¿Es intentar defender los derechos es también delito?

Ya estoy harto de ver a esos policías actuar ante los ciudadanos de forma despectiva y contra ellos, cuando realmente deberían unirse en una lucha por la libertad y el derecho que en los últimos años se ha visto reducido. ¿Acaso ellos no tienen padres, madres, hermanos o hijos? No les deseo que vivan lo humillante y degradante que debe ser que te desahucien, pero sí les pediría al menos un poco de dignidad y humanidad, ya que parecen autómatas más que personas.

Mientras ellos blindan las calles para evitar que las personas reclamen por la libertad y los derechos (también por los derechos de policías); mientras participan en desahucios y demás acciones en beneficio de los bancos y grandes empresas, puede que alguien esté en peligro de morir, ser asesinado, violado, robado, maltratado o atacado. Puede que el delito sea cometido gracias a que no haya policías cercanos haciendo su trabajo, defendiendo al ciudadano honrado que les paga el sueldo con sus impuestos y que no lo hagan porque dedican su jornada laboral a dar un servicio privado a banqueros y políticos.

Mariano Rajoy vuelve a escudarse de la prensa tras una pantalla de plasma

Por Pedro Serrano Martínez

«Costumbre antidemocrática»

Comparecencia de RajoyLa costumbre del señor Rajoy de comparecer lo menos posible ante los medios de comunicación y, en ocasiones, hacerlo a través de una pantalla de televisión nos deja a todos los demócratas estupefactos. Mariano Rajoy da pocas explicaciones a los ciudadanos y, cuando lo hace, lo hace de forma poco democrática. A mí me comienza a preocupar este comportamiento huidizo y cobarde del principal representante de los ciudadanos. ¿Por qué teme el señor Rajoy a la voz del pueblo, es decir a la prensa? ¿A qué o de qué tiene miedo nuestro presidente silente?

Habrá que recordarle a nuestro esquivo y solapado presidente que alcanzar la presidencia del Gobierno, democráticamente y por amplia mayoría, no basta para representar con credibilidad y respeto a los ciudadanos. Habrá que recordarle que la legitimidad democrática no se gana solo con unas elecciones, sino que hay conquistarla día a día siendo trasparente, dando explicaciones de lo que los ciudadanos tenemos derecho a saber, escuchando los problemas de la gente y, por supuesto, dando solución a los mismos.

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Por Arnau Perendreu Busquets

«No pregunten, solo escuchen»

Y Mariano Rajoy volvió a “hablar” para los medios. Digo hablar por no decir poner un vídeo. El bueno del presidente uso la ‘táctica Mourinho’, esconderse detrás de otro. En el caso del entrenador blanco, utiliza a su segundo, Karanka, para no responder preguntas incómodas. Sin embargo, Mariano Rajoy usa su escudero más fiel, que ni siquiera responde solo transmite el mensaje, un televisor.

Este le permite a Rajoy verse más guapo ajustando el contraste y el color y hacerse oír subiendo el volumen. La función más importante de este es que mientras Mariano está en una sala vacía —y podría haber grabado y editado el mensaje—, los medios están en otra sala sin poder ejercer su trabajo en libertad. Y yo me pregunto: ¿estamos en un país democrático y con libertad de información o estamos bajo el control de un régimen? Quizá alguno de los 185 diputados del Partido Popular pueda responder esta pregunta.

La perversa libertad

Por Fernando Medina Donoso

Aprendí dos sabias lecciones de mi padre: Que la mentira deslegitima de por vida y que ser claro, directo y firme de convicción es básico para obtener respeto y autoridad. Nadie puede dirigir, ni pretenderlo siquiera, los destinos de una familia, empresa, institución o Estado cuando no comunica su proyecto de una manera comprensible y decidida. Nadie puede pedir apoyo sin ser relegado al ostracismo cuando miente.

Tengo la suerte de haber llegado a mi teórico ecuador biológico en plenitud, con familia, formación superior, cuatro idiomas y una dilatada experiencia profesional, los últimos diez años en el extranjero. Conozco las más diversas etnias, mentalidades, religiones y contextos políticos del mundo. Y me invade una gran desazón volver a España y sentirme estúpido. Un estúpido incapaz de comprender a toda la pléyade de actores y figurantes que pululan por los foros políticos y mediáticos, transformados ya en circos, quienes se despachan en público con diatribas sobre el significado de eufemismos ambiguos como el derecho a decidir, el estado propio, el federalismo asimétrico o el proceso de paz. O cuando contemplo estupefacto cómo sus señorías consagran un día, pagado de nuestros agujereados bolsillos, dietas incluidas, a intentar reprobar a un ministro por ser claro y coherente.

La supuesta libertad que nos han inculcado sufre sus más perversos efectos: hace libre y santo a quien incita alto y claro a la rebelión, y convierte en tirano, indigno y reprobable a quien pretende traer cordura y aplicar la ley. La solución, mentira disfrazada de balones a la grada, ambigüedad vestida de diplomacia, y esperar que las aguas vuelvan a su cauce, que ya se sabe que no será el caso. Pero mientras dure el momio… que dure. Y es que, Majestad, su copa “mola”, pero nuestra España, perdone que retome sus palabras, ciertamente da ganas de llorar.

Publicidad gratuita de un contenido muy duro

Por L. D. B.

Escribo para mostrar mi indignación y repulsa ante un contenido publicado en su diario. Decirle que sigo desde el principio su periódico y siempre me ha parecido muy ameno y dinámico, hasta hoy. Hago referencia en concreto al artículo de la página 22 llamado ¡Esta película me da asco!, en la que ponen en primer lugar la película A serbian film. Si la intención del artículo es hacer entender cómo ciertas películas fueron injustamente censuradas siendo obras maestras, no entiendo ni por asomo cómo es posible que hayan incluido entre ellas dicha película.

Como si no tuviéramos bastante con los horribles acontecimientos de la vida real respecto a pornografía y maltrato infantil, asesinatos de niños a manos de sus padres, etc, encima hacen publicidad de algo tan asqueroso y repulsivo, que sólo cabe en la cabeza de alguien depravado y cruel (como es el director de dicha película), como es la violación (ficticia o no) de un recién nacido (sólo escribirlo me pone la piel de gallina). Gracias a su publicidad gratuita habrá miles de mentes enfermas y pederastas en potencia que buscarán ver la película.

Como verá no hago referencia a ninguna de las otras películas, algunas he visto y otras no, pero creo ninguna está al nivel de una imagen como la que relatan. Supongo que no les importará perder un lector, pero en su conciencia queda publicar cosas como esta alegando libertad de expresión. Libertad de expresión sí, por supuesto, pero también ética y respeto.

Libertad es una palabra enorme

Por José María García Diago

Decía el anuncio del MPDL (Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad): «la paz es mucho más que la ausencia de guerra», de la misma manera que la libertad es mucho más que la ausencia de dictadores. Sería exagerado decir que España se encamina hacia una dictadura, pero no podemos decir que los pasos que está dando sean en aras de una mayor libertad sino todo lo contrario: intentos de acallar las quejas de funcionarios a través de circulares amenazantes, retirada de pancartas incómodas, televisiones al servicio de los gobernantes, purgas de funcionarios, dificultar el derecho de manifestación y reunión, laicismo institucional inexistente; cercenar el derecho al aborto, a la adopción y a la reproducción asistida… Curiosamente, y gracias a la cada vez menor pluralidad informativa, de las únicas libertades que se habla es de la sempiterna «libertad religiosa» y de la libertad para celebrar corridas de toros. Ya lo decía Mario Benedetti: Libertad es una palabra enorme.