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Entradas etiquetadas como ‘prision’

Rehabilitar a personas, no condenarlas

María José Viz Blanco

Perfil hombre drogodependiente (Diputación de Huelva/Europa Press).

Perfil hombre drogodependiente (Diputación de Huelva/Europa Press).

No hace mucho leí que la Audiencia de Vizcaya suspendió una pena de 4 años de prisión a un drogodependiente. Para que dicha sentencia fuese efectiva, el hombre no debía volver a delinquir. Su delito había sido recibir un paquete con 600 gramos de cocaína.

Cabe decir que él estaba siguiendo, con aprovechamiento, el programa sobre adicciones de la cárcel, con clara voluntad de alejarse del mundo de la droga.

La reflexión que yo hago es esta: todos merecemos una segunda oportunidad en la vida y, en el caso de adictos que no han cometido delitos contra personas o bienes, el apoyo debe ser real y efectivo, con el objetivo de sacarles del pozo en el que están inmersos. Es más necesario rehabilitar personas que encerrarlas en cárceles, de las que suelen salir peor que cuando entraron.

Cuestión aparte son las llamadas “condenas ejemplarizantes”, cuyo objetivo parece ser evitar que otros caigan en los mismos errores que el condenado o condenada. Podemos pensar en gente famosa, por la publicidad que se les da a sus casos, pero la mayoría son personas anónimas.

Coloquialmente decimos que algo “sienta precedente”. Es una expresión jurídica que se emplea en cualquier ámbito, actualmente. Aunque yo diría que casos como el de esa sentencia suspendida al drogodependiente rehabilitado tendrían que “sentar precedente” y servir de aliciente para que otros sigan su camino. Quizás no podamos hacer que desaparezca la droga, pero algunas personas saldrán de ese mundo y podrán convivir en paz, y eso no es algo nimio.

La satisfacción de conocer que Fabra puede ingresar en prisión

Por Rafael López Moreno

Qué alegría me he llevado cuando he oído en el telediario que Carlos Fabra tiene cinco días para ingresar en prisión, ya era hora que se hiciera justicia con este individuo.

El expresidente de la Diputación y del PP en la provincia Carlos Fabra. (EFE)

El expresidente de la Diputación y del PP en la provincia Carlos Fabra. (EFE)

¿Qué dirá ahora su hija?, Andrea Fabra, «¿que se jodan?» Pues sí, ella, su padre y todos los corruptos como ellos.

Ah, se me olvidaba, espero que cuando vayan sus nietos a verle a la cárcel les diga: ¿»Os gusta la celda del abuelo»?, como hizo cuando los llevó a ver el aeropuerto de Castellón.

El Código Penal y el miedo

Por Fernando Crespo

El PP no lo prometió en su programa electoral pero todos sabíamos que podía ir más lejos en el “endurecimiento” del Código Penal y, efectivamente, lo ha hecho. La reforma aprobada “endurece” por enésima vez el Código Penal (que era ya el más estricto de la etapa democrática). Sus propuestas más rancias satisfacen a una opinión pública atemorizada por miedos irreales, intangibles y alentados demagógicamente. La sociedad española no está asustada por la delincuencia —tenemos uno de los índices de criminalidad más bajos de la UE—, sino por otras causas menos controlables judicialmente como son la inestabilidad absoluta del sistema económico y la liquidación política del estado social, que tanto nos ha costado establecer, y que ahora nos aportan sólo inseguridades y riesgos ineludibles. Alberto Ruiz Gallardón

El sistema penal, sobre todo la privación de libertad, supone la agresión más directa que el Estado ejerce sobre el ciudadano como sujeto de derechos y como persona individual. Se trata de mantener una represión continuada sobre los condenados, apartándoles absolutamente de las estructuras de participación y vertebración social. El nuevo CP reduce los beneficios penitenciarios, aumentan las restricciones para acceder al tercer grado y a la libertad condicional y establece un severo paquete de medidas complementarias a la pena.

No podemos limitar por la fuerza los intereses, las motivaciones y las capacidades de nuestros conciudadanos durante espacios temporales prologados (de hasta 40 años) y después seguir dudando, cínicamente, de su capacidad para reiniciar la vida cotidiana con autonomía personal suficiente, imponiéndoles penas añadidas durante años, como es la libertad vigilada. Al negarles su condición humana perdemos también la nuestra.

Las maniobras de Bárcenas en la cárcel

Por Agustín Arroyo

BárcenasDurante todo el tiempo que ha durado la instrucción del caso Bárcenas, una eternidad, este Luis Candelas de los ricos ha tenido tiempo de salir, entrar, zascandilear sobrevolando fronteras, bancos, amañando cuentas, falseando contabilidades, pergeñando farsas, en un tira y afloja de : “ahora digo, luego amenazo, más tarde chantajeo”, etc. Siempre con su cara dura de cemento armado, con la impasibilidad que otorga la prepotencia blindada por sus correligionarios populistas, bastante impopulares ya.

Estaba todo planificado. Ante la palmaria imposibilidad de ocultar por más tiempo tanta basura tóxica, el PP y la Fiscalía anticorrupción le han otorgado ancho margen de tiempo para enmarañar todo lo posible ese muladar de fetidez insoportable. Se dice en los mentideros que algún alto cargo o barón del PP ha tenido la oportunidad reciente de entrevistarse varias veces con él. Ya suponemos lo que habrán pactado. Transcribo una intuición en la mente de todos: “ Tú no tires de la manta de lo que sabes y guardas que te garantizamos pocos meses de cárcel y una salida digna a las islas del tesoro que te ha dado tiempo a ocultar para tu vida poscarcelaria”. Bueno, todo esto, claro, es una ingenua fantasía de un ciudadano de a pie. No podía ser de otra manera.

Las responsabilidades políticas no prescriben

Por María Eugenia

BárcenasEl señor Rajoy nos ha dicho a todos los españoles que el PP está colaborando con la Justicia más y mejor que ningún otro partido político y que no tiene nada más que añadir. Continúa afirmando que habrá que esperar a que se pronuncien los jueces. Yo le diría al presidente: «¡Faltaría más!»

El poder judicial claro que se pronunciará, pero en política hay que responder de la gestión en el Gobierno y en la Administración. Esta responsabilidad no se dirime ante los tribunales, sino en la conciencia y la ética de los políticos, escudados en las siglas de sus respectivos partidos políticos.

La corrupción, venga de donde venga, es sancionable políticamente, incluso sin que tuviéramos que exigirla. Debería de asumirse de oficio ante tanto indicio razonable de trasgresión. Sin embargo, los partidos políticos españoles se hacen los sordos, mudos y ciegos. Si hay algún asunto sobre el que los partidos estén unidos ese es el de la no asunción de responsabilidades políticas. Se ayudan, se protegen y aguantan las filas prietas rogando a Dios que los ciudadanos se hagan un lío, se cansen de tantos casos de corrupción y de tantas mentiras. Pretenden horadar la piedra dura, igual que la lluvia fina termina erosionando la roca. Qué falta de respeto a la ciudadanía.

Prohombres en la cárcel

Por Luis Fernando Crespo

CárcelDíaz Ferrán ya estaba preso, ahora llega Miguel Blesa. La cárcel se puebla de presos “lustrosos”, antes que ellos hubo otros que allí perdieron su prestigio social y algunos que lo mejoraron. Jordi Pujol, al cumplir los 80 años, todavía se acordaba de su estancia en la cárcel. Reconocía que, 48 años después, —a pesar de que no llegó a sufrir los dos años completos de internamiento, durante una etapa histórica en la cual la cárcel otorgaba prestigio, apoyo grupal y hasta representatividad política—, todavía le amargaba su paso por prisión: “antes de entrar era una persona más dúctil, más abierta, más alegre, más franco. Nunca me he recuperado plenamente”. Esto mismo les ocurrió a otros muchos demócratas que, víctimas de la represión franquista, pasaron por las cárceles de la dictadura.

Para superar estas situaciones, tras la aprobación de la Constitución, la primera Ley Orgánica de la Democracia fue la 1/79, General Penitenciaria, que desde entonces intenta humanizar la privación de libertad; y en eso deberíamos estar, hasta convertirla en una oportunidad para la integración social de los penados, tarea propia de la Justicia.

Pero poco a poco las cárceles españolas utilizadas como amenaza, casi universal, contra el terrorismo, la violencia machista, los conductores imprudentes, los jóvenes delincuentes, y otras gentes del malvivir, se han convertido en la sentina de la sociedad de la excelencia que pretendemos ser, urgidas por necesidades políticas perentorias han devenido en almacén de delincuentes, hombres y mujeres marcados de por vida.

No existe una política penitenciaria reconocible, pero esto no causa ningún malestar o inquietud social. Alejando las cárceles de las ciudades hemos conseguido hacerlas invisibles, excepto para quienes las habitamos y las sufrimos: internos y trabajadores penitenciarios, que seguiremos recordándolas amargamente, durante mucho tiempo, después de haberlas dejado atrás. Todo es aparente normalidad y un pellizco a la condición humana de los internos.

¿Qué le pasará a Benzema?

Por Daniel Arce

Han «cazado» a Benzema a 216 km/h… ¿qué pasará? A cualquier hijo de vecino lo condenan a 6 meses de prisión por delito contra la Seguridad Pública, pero nos estamos acostumbrando a que a los políticos, a los famBenzemaosos, a los famosillos muchas veces se los mide con otra tabla: con una diferente a la que usan contigo y conmigo.

Nosotros tenemos un problemilla con Hacienda y nos embargan hasta el anillo de bodas, pero a ellos no… y así en todo y cada día vemos más casos. A Iker Casillas lo pillaron conduciendo con una mano escayolada… a ti o a mi nos multarían y nos sacarían puntos, pero claro al sr. Casillas no, ¿cómo van a multar o castigar por una infracción al Sr. Portero del Real Madrid? Impensable.

Ahora quiero ver qué pasa con Benzema. Seguramente dirán que como estaba festejando el paso a final de Copa del Rey tenía un permiso especial para ir a la velocidad que quisiera o que como tiene ese coche (que por cierto no le ha costado un duro) sería tontería que lo usara para ir a 100 km/h. Ojalá me equivoque y pueda ver que lo han enchironado (como a cualquiera) y que no queda sólo en una multa, que incluso ni siquiera pagaría él. Que pase algo que sirva de ejemplo.