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Entradas etiquetadas como ‘periodistas’

¡Renunciad al postureo!

Por Santiago Morante

Estamos asistiendo, a principios del siglo XXI, al surgimiento de una sociedad preocupada por altos valores morales: ecologismo, solidaridad y respeto al diferente, pero sólo el tiempo que lleva hacerse una foto con el póster de un refugiado en los huesos; luego se nos pasa la solidaridad y nos vamos a por una hamburguesa.
Las causas solidarias importan lo justo como para representar la pantomima de turno. La gente se tira un cubo de agua helada en la cabeza y así cura la esclerosis. Se hacen una foto con un cartel que diga «Bring our girls back» y así presionan muy duramente a Boko Haram para que libere a las niñas a las que secuestró. Corren en carreras en contra del cáncer, para después echarse un cigarrito por lo bien que lo han hecho.
La australiana Amanda Bisk en Instagram (Amanda Bisk/Lofficiel).

La australiana Amanda Bisk en Instagram (Amanda Bisk/Lofficiel).

Las cosas solamente importan de cara a la galería. La de la red social, concretamente. Si no aparece en las redes sociales, no ha pasado, y viceversa. Hay que conseguir que pasen cosas para poder hacerles una foto. Es como si la sociedad quisiera demostrar algo, pero aún no he deducido qué.

Eres aquello en lo que puedes demostrar con fotos que participaste. Estás muy concienciado con el cuidado del medio ambiente si el Día de la Tierra bajaste el brillo del ordenador para que gastase menos. Luego pusiste un mensaje en tu perfil «Ayudando a la tierra. Cuidemos de ella». Ya está, ya eres ecologista.
No digo que la gente no tenga principios, faltaría más, pero al menos que renuncien a fingir que las cosas les importan más de lo que en realidad les importan. Que renuncien, en definitiva, al llamado «postureo».
Se busca iconizarlo todo, estar donde está pasando lo importante, poder decir que se estaba presente en tal o cual acto que acabó siendo recordado, hacerse la foto en el lugar en el que pasó, para luego colgarlo en la red. Los periodistas cubren manifestaciones buscando una foto que pueda convertirse en símbolo. Se busca la foto que pueda ser portada del periódico pero que también sirva como referente de la manifestación. Si se cubre una noticia sobre refugiados, se busca la imagen del niño llorando que sirva de icono.
Podemos ver muchas caras de la sociedad pop. Por ejemplo, tenemos la cultura de las celebrities, aupadas al olimpo de la sociedad por Hollywood, la industria musical y las revistas de moda. Personas que por hacer su trabajo y ganar mucho dinero por ello se convierten en referentes de vestimenta, de peinado, de modales e incluso de valores morales. Esperamos un comportamiento modélico de estas personas solamente porque son millonarias.
El máximo exponente del mundo de las celebrities lo tenemos en las «It girl». Esta selecta comunidad está compuesta principalmente por mujeres jóvenes sin trabajo definido que se han convertido en iconos de estilo por ser famosas. Ya ni siquiera hace falta tener méritos para ser un referente.
Incluso las personas formadas han sucumbido a esta moda. Así tenemos a los iconos tecnológicos y científicos. Si te pregunto quién dirigía Motorola en los años 80, lo más probable es que no lo sepas, a pesar de que inventaron el primer teléfono móvil del mundo. Sin embargo, si te pregunto quién dirigía Apple cuando sacaron el primer IPhone, seguro que lo sabes. Los Steve Jobs, Mark Zuckerberg y compañía han convertido en iconos lo que antes no pasaba de persona de relevancia en el sector. Idolatramos a estas personas, convirtiéndolas en techno-celebrities. Se hacen camisetas con sus caras, se llevan pegatinas de sus empresas en los portátiles, se les piden fotos y autógrafos, y se idolatran sus productos. Cada frase de un icono puede convertirse en una cita histórica.
Existen marcas que han conseguido crear “productos icono”, aquellos que se compran por motivos emocionales, más que racionales. Los llamados hipsters no son más que escaparates de productos icono. Han iconizado una determinada marca de café, un determinado móvil, unas determinadas marcas de ropa, una serie de compañías en definitiva.
Existen incluso lo que podríamos denominar hipsters científicos, aunque la sociedad los llame geeks. Siguen exactamente los mismos patrones que el resto de la sociedad pop, pero desplazados al espectro científico. Han destacado unos científicos por encima de otros, convirtiéndolos en figuras de referencia, casi en símbolos que identifican a gente que piensa como ellos. Los  científicos más destacados dan charlas multitudinarias retransmitidas en directo por internet, donde aplican una gruesa capa de espectáculo sobre la ciencia y la convierten en cultura pop, grandiosa por fuera, pero con poco contenido por dentro.
No me malinterpretéis, no estoy en contra de la divulgación científica, todo lo contrario, soy un gran partidario. Creo que la ciencia debería formar parte de la cultura de las personas, que debería ocupar espacios en la televisión y que debería formarse a todas las personas en unos conocimientos básicos sobre cómo funciona el mundo. Lo que creo que se ha ido de las manos es la iconización de los científicos. Valoramos más a aquellos con grandes dotes comunicativas. Eso es marketing. Hemos iconizado la ciencia.
Los medios de comunicación han favorecido la germinación de la sociedad pop, rindiéndose a memes, a virales o a cualquier contenido multimedia con muchas visitas en cualquier portal de internet. Si un niño acaricia a un perrito y lo ve mucha gente en YouTube, los informativos abren con la noticia. Lo demás puede esperar.
Todas las sociedades han tenido sus iconos, su jerga y sus modas. Pero la sociedad actual genera más elementos icónicos de los que se pueden absorber, seguir o incluso entender. Puede que sea cuestión de adaptación, que la sociedad madure y acabe filtrando la información. O puede que los iconos acaben dictando las pautas sociales y todos tengamos que tirarnos un cubo de agua para no quedarnos atrás.

Ahora sí se acuerdan de los periodistas secuestrados

Por Joaquín Antonio Ruiz Hurtado

Los tres periodistas españoles tras ser liberados desde Siria (Diego Crespo /EFE).

Los tres periodistas españoles tras ser liberados desde Siria (Diego Crespo /EFE).

Enervado, me hacen hervir la sangre estos políticos. El sábado se conoció la noticia de la liberación de tres periodistas españoles tras diez meses secuestrados e inmediatamente los líderes de los partidos políticos salen a tuitear sus falsas felicitaciones cuando en todo ese tiempo no han dicho ni mu.

Menudos hipócritas que juegan hasta con la desgracia de los demás.

Y ahora a gastarse nuevamente nuestro dinero y a recibir otra vez subvenciones. Triste y vergonzoso.

Pacto habitual de las preguntas al presidente

Por Juan Chamorro

Mariano RajoyHe leído que, en actos como el de este martes del presidente del Gobierno con su homólogo polaco existe un tal “pacto habitual de las preguntas al presidente”, que consiste en que los medios se ponen de acuerdo en qué se pregunta y quién lo pregunta, ya que La Moncloa limita muchísimo las mismas y solo permite dos cuestiones de periodistas españoles y dos del país visitante. Éstas se debaten entre todos e incluso se hace una redacción común…

Pues bien, he aquí una sugerencia: ¿por qué los medios no se ponen de acuerdo y no entran en el juego que les plantean los políticos? Puesto que es evidente que en este país la separación de poderes es falsa y el poder político lo maneja todo, si yo fuera periodista de vocación trataría de ponerme de acuerdo con mis compañeros de todos los medios y sabotear sus intervenciones no participando en sus declaraciones y “mítines”, que es lo que son realmente sus “ruedas de prensa”, y me limitaría, en el caso de la política exclusivamente, a hacer periodismo de investigación y, en todo caso, a acudir a las citas en las que se admitan preguntas. Sé que determinados medios acudirían siempre, pero si el resto les deja en evidencia, la ciudadanía no se sentiría engañada. Yo realmente me pongo en su situación y estoy seguro de que me sentiría ridículo, cuando no frustrado y enajenado.

¿Obsesión por el impacto mediático?

Por José Alberto Palma Carazo*

Los días 25, 26 y 27 de febrero de 2013 la noticia más leída de la versión web del New York Times fue la siguiente: un estudio realizado en más de 7,000 personas demostró que los sujetos que recibían una dieta mediterránea con aceite de oliva virgen extra o frutoaceite de olivas secos presentaron una disminución del 30% en la aparición de ictus, infarto de miocardio o muerte por estas causas. El estudio fue publicado el 25/2/2013 en el New England Journal of Medicine (la revista con mayor impacto científico del mundo) y todos los autores eran españoles, lo cual constituye un hito notable para la ciencia española. Sin embargo, aquí en España, la noticia tuvo un eco escaso, muchos ni siquiera la incluyeron como noticia menor.

En enero de 2013, todos los medios de comunicación anunciaron solemnemente la noticia que un equipo de investigadores españoles diseñaron una vacuna para frenar la enfermedad de Alzheimer. A pesar del impacto mediático, la Sociedad Española de Neurología tuvo que emitir un comunicado para resaltar que el estudio no se había realizado en humanos, sino únicamente en 6 ratones, y además los resultados no se había publicado aún en una revista científica.

En una sociedad libre, los periodistas y los medios de comunicación son imprescindibles. Pero llama la atención que, en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (6/3/2013) los periodistas sean, junto con los jueces, los profesionales peor valorados. Sería necesario plantearse si la profesión debe hacer un profundo examen acerca de las causas de este desprestigio tan marcado; me atrevo a sugerir que la obsesión por el impacto mediático en detrimento del rigor científico podría ser uno de los orígenes.

 *Doctor en Medicina y especialista en Neurología