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‘La Sala de Tiza’: el nuevo ‘cine inmersivo’ en realidad virtual

El cine en realidad virtual son 360 grados en los que uno puede zambullirse en busca de nuevas narrativas. Es sumergirse en una historia usando una tecnología ciberpunk. Una experiencia con los ojos enclaustrados en unas gafas de VR. Es nadar por un cuento, una trama, un juego, arrastrado el espectador por la corriente lumínica del contador de historias.

Todavía experimental, es inmersión. El visitante cruza el portal a través de las lentes y conoce un mundo sumergido.

Luz, imágenes, música, voz y sobre todo presencia.

Realidad Aumentada. Estás rodeado de tramas

¿Cine del futuro?

Inmersión.

Apnea en un sueño digital. Los primeros espectadores, más bien visitantes, están nadando en la charca de un arte nuevo que aspira en este siglo a su revolución.

Os traigo a este blog un ejemplo de esta disciplina, la extensión del séptimo arte que cuenta ya con sus premios y jurado en festivales como el de Venecia. La siguiente pieza fue premiada en 2017 a la Mejor experiencia en Realidad Virtual.

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Digitalizan la colección completa de la revista de arte de vanguardia ‘Performance’

Las portadas de los nueve primeros números de Performance Magazine

Las portadas de los nueve primeros números de Performance Magazine

En un tiempo en que los milagros parecían culturalmente intencionados y milagrosamente posibles, ocurrían cosas como Performance Magazine, una revista sobre arte de vanguardia para minorías curiosas que se editó en Londres entre 1979 y 1992.

Cercana al punk en la confianza en que era posible hacerlo un mismo cualquier cosas y no resultaba necesario esperar una subvención de dinero público con intención de cultivar fidelidades o fondos privados para el blanqueo de conciencias y libros de cuentas, la publicación alcanzó los 66 números entre junio de 1979, cuando se vendía por 45 peniques y estaba impresa en blanco y negro, y la primavera de 1992, cuando el precio era de seis libras y la calidad de producción había mejorado.

Entre uno y otro ejemplar, Performance proporcionó una plataforma vital —es decir, independiente— para la toma de conciencia de nuevos enfoques para la creación y la experiencia del arte. Participó en la construcción de un espacio crítico y ajeno a las categorías convencionales, promovió el arte multidisciplina y subterráneo y desempeñó un papel importante en el desarrollo de la práctica creativa.

Ahora, en uno de esos proyectos que desde España siguen pareciendo de un planeta donde la cultura y la historia importan, la revista ha renacido gracias a la digitalización de toda la colección, a la que se puede acceder en PDF. Lee el resto de la entrada »

¿Música electrónica con un chaleco?

El intérprete enchufa su chaleco negro al ordenador y juega a colocar las manos de diferentes maneras, a ejercer diferentes grados de presión hasta que le gusta lo que escucha y construye un ritmo.

El diseñador industrial Wesley Chau (Toronto-Canadá, 1991) es el creador de Drop the Beat (que se podría traducir por Crea el ritmo) un instrumento electrónico y «ponible» de percusión que «tiene el objetivo de elevar la presencia del artista durante una actuación en vivo».

Su inspiración para el proyecto es la película-concierto dirigida y protagonizada por Laurie Anderson Home of the Brave (1986), una extravagante actuación dominada por la fascinación por los sintetizadores. En este vínculo se puede ver a partir del minuto 11:30 a la artista bailando al ritmo de una batería electrónica como si ella emitiera con sus manos cada sonido que se escucha.

La prenda negra de neopreno está repleta de tiras de velcro para colocar los apliques de sensores piezoeléctricos que miden la presión que el usuario ejerce y la convierten en señales eléctricas.

Helena Celdrán

Canciones contra el «embrutecimiento» de los EE UU

"Song Cycle" (1968), "Discover America" (1972) y "Clang of the Yankee Reaper" (1976)

"Song Cycle" (1968), "Discover America" (1972) y "Clang of the Yankee Reaper" (1976)

La reedición de estos tres discos está anunciada para hoy por la discográfica independiente inglesa, Bella Unionhogar de  Beach House, Midlake, The Dears, Howling Bells, Fleet Foxes, Dirty Three, M Ward, The Flaming Lips…—.

El autor, que podría ser padre e incluso abuelo del resto de los músicos del prolijo catálogo de la indie de moda, es Van Dyke Parks. En febrero cumplió 69 años y el sábado dirige en el muy respetable Barbican de Londres a la Britten Sinfonía. Como cantantes invitados participarán Robin Pecknold (Fleet Foxes) y Daniel Rossen (Grizzly Bear).

Van Dyke Parks

Van Dyke Parks

Hay una unánime admiración reciente por Parks. En los últimos años han pedido sus servicios como productor y arreglista Rufus Wainwright, Saint Etienne, Scissor Sisters, Laurie Anderson, Inara George y Joanna Newsom.

Si alguien se pregunta quién es este señor elegante, de finos modales e ironía, nacido Hattiesburg, en el estado de Misisipí, casi en el centro del triángulo de oro musical de los EE UU, entre las cunas del jazz (Nueva Orleans), el blues (Mobile y Jacksonville) y el rock and roll (Memphis), que eche un vistazo a quienes han acudido en busca de sus consejos y servicios como músico, arreglista, productor o compositor: Tim Buckley, Phil Ochs, Delaney Bramlett, U2, Randy Newman, Harry Nilsson, The Byrds, Frank Black, The Beau Brummels, Keith Moon, Carly Simon, Little Feat, T-Bone Burnett, Stan Ridgway, Victoria Williams, Bonnie Raitt, Peter Case, Sheryl Crow, Ry Cooder, The Everly Brothers…

Brian Wilson y Van Dyke Parks, 1967

Brian Wilson y Van Dyke Parks, 1967

Impresiona, ¿verdad? Y eso que falta la obra en colaboración por la que, muy a su pesar e injustamente, sigue siendo recordado casi en exclusiva, Smile, el disco maldito que compuso, cuando era un jovencillo entregado al LSD, junto al beach boy Brian Wilson.

Una decena de detalles que perfilan la personalidad de Parks:

1. Aprendió a tocar el clarinete a los cuatro años, estudió canto con Arturo Toscanini y a los ocho acompañó al físico Albert Einstein, que tocaba muy bien el violín, cantando el villancico Silent night (Noche de paz).

2. De niño interpretó un papel estelar en el musical de Broadway The Cold Wind and the Warm. En 1955 participó en el reparto de la comedia The Swan (El cisne, Charles Vidor, 1956), con Grace Kelly y Alec Guinness. También se le puede oír cantando en la banda sonora de la producción de Walt Disney Jungle Book (El libro de la selva, 1963).

3. A mediados de los sesenta tocó con Frank Zappa and The Mothers of Invention y con los Byrds. Le invitaron a unirse al grupo como músico estable —toca en la oda psicodélica Eight Miles High—, pero rehusó porque no le interesaban los «compromisos sociales y la fama inherente al hippismo».

Van Dyke Parks, foto de promoción, en torno a 1970

Van Dyke Parks, foto de promoción, en torno a 1970

4. Ha editado discos influidos por el calipso de Trinidad (Discover America, 1972), la música vernácula estadounidense (The clang of the yankee reeper, 1976), fondos para cuentos infantiles (Jump!, 1984) y un tratado sonoro sobre las relaciones entre su país y Japón (Tokyo rose, 1989).

5. También compuso las bandas sonoras de docenas de películas, entre ellas Popeye (Robert Altman, 1980) y Goin’ south (Jack Nicholson, 1978) y es autor de tres libros de cuentos para niños.

6. El diario The Village Voice dijo esto en una reseña de un concierto de Parks en 2010: «Mejor que un semestre en una licenciatura de Estudios Americanos».

7. En 2011 editó media docena de singles temáticos sobre, entre otros asuntos, los vertidos de petróleo y los atentados del 11-S.

8. «Las canciones que escribo ahora tienen un mayor poder de concentración y revelan un optimismo más informado y difícil de alcanzar que fiable. En el panorama del embrutecimiento de los Estados Unidos, todavía estoy comprometido con la canción, a la que veo como la fuerza política más potente para despertar la conciencia», ha declarado.

9. También: «Trabajo para parecer serio haciendo música que nunca es seria«.

Tarjeta de visita de Van Dyke Parks

Tarjeta de visita de Van Dyke Parks

10. Su tarjeta de negocios dice: «El Señor Van Dyke Parks pide perdón por su comportamiento durante la noche del [espacio para la fecha] y sinceramente lamenta cualquier daño o inconveniente que haya causado».

Finalmente —y es lo único que importa por muy adorable que resulte el personaje—, la música: amplia, descriptiva, paisajística, compleja… Dejo tras la entrada unos cuantos vídeos para que los lectores juzguen por sí mismos.

Ánxel Grove