¿Por qué siguen reconstruyendo a Brian Wilson?

Brian Wilson, 1966

Brian Wilson, 1966

Todas las categorías de lo ya visto convergen aquí.

Déjà vécu: todo es como fue. Déjà senti: todo es sentido como fue. Déjà visité: todo la geografía es como fue.

Sea el déjà vu sensorial, temporal o espacial, en Smile convergen los tres.

Ya hemos visto esta película y cansa.

El uno de noviembre, dicen en una muy intensa campaña que todavía arreciará, la discográfica Capitol (una de las marcas del emporio EMI, a su vez, porque la música no será inocente nunca más, propiedad del conglomerado financiero Citigroup, una de las mega más poderosas del mundo) pone a la venta la música del llamado «Santo Grial del pop», las sesiones del nunca acabado Smile, disco que el ángel roto Brian Wilson iba a editar en 1967 bajo la marca comercial de su grupo e instrumento, The Beach Boys.

¿No estaba ya editado Smile? La respuesta es bivalente: sí y no. De ahí el múltiple déjà vu que quizá padezcan quienes, como yo, están saturados de tanto ruido y manejo comercial sucio sobre una de las obras musicales más misteriosas y, por ende, subyugantes, del siglo XX.

The Beach Boys - "Smile"

The Beach Boys - "Smile", 1967

La historia ha sido contada tantas veces que casi no viene al caso. Un posible resumen: en marzo de 1967, con Smile anunciado en la radio, con cubierta diseñada, títulos y orden de las canciones difundidos e impresos y número de catálogo adjudicado, el proyecto es abandonado por Brian Wilson.

¿Motivos? Muchos y casi siempre turbios: demasiado LSD (y sustancias menos luminosas, como Desbutal, el maridaje farmacéutico entre una anfetamina y un barbitúrico), paranoia, angustia, miedo, discapcidad mental, oposición del resto del grupo a una música demasiado extraña, presiones de Capitol -la empresa que hoy afirma estar feliz por la recuperación-…

A los otros beach boys (dos hermanos y un primo carnal de Wilson entre ellos) les vino muy bien la cancelación para rellenar la molicie creativa. Rebañaron piezas de Smile para varios de los discos del grupo durante el tramo final de los años sesenta. Eso sí, despojaron las canciones de valentía, matices y sensibilidad. Brian, postrado, amarrado a la autodestrucción, no se quejaba.

Durante décadas Smile fue el más famoso de los discos perdidos. Aunque se rumoreaba que los masters de las grabaciones habían sido destruidos, circularon variadas ediciones pirata que eran fáciles de comprar a precio módico: aquí y aquí están reseñadas dos de las más conocidas. Todos los retazos musicales del puzzle han sido escuchados, radiados y versionados, algunos incluso como bonus tracks en ediciones oficiales.

Brian Wilson - "Brian Wilson Presents Smile"

Brian Wilson - "Brian Wilson Presents Smile", 2004

En 2004, 37 años despúes del aborto de la edición original, Brian Wilson tocó en directo en Londres una versión de Smile, a la que siguió el consiguiente disco (Brian Wilson Presents Smile). Amparado por un grupo trendy, con arreglos disparatados y un orfeón para ocultar las carencias vocales de Brian, la operación se vendió como la «definitiva reconstrucción» de la obra.

En algunos momentos era necesario apagar: la manipulación, el uso mercantil de una persona enferma, dolían demasiado.

Lo que llega ahora va un poco más allá. Las Smiles Sessions, así se titula el invento, prometen revelar lo que Brian Wilson grabó en el estudio en sus lisérgicas sesiones de 1966 y 1967, lo cual, de partida, es una flagrante: la música, como dije, circula desde hace décadas.

El nuevo producto de la factoría Reconstruyendo a Brian ha sido diseñados en varias versiones (para todos los bolsillos, quieren decir). La más ambiciosa consta de cinco cedés, dos elepés de vinilo, dos singles, un libreto, fotos inéditas, dibujos, pósters…  Se puede reservar pagando 170 dólares.

¿Vale la pena? Quizá la música de las grabaciones originales haya sido limpiada, dirán algunos. La edición es un capricho que puedo permitirme para celebrar mi devoción, precisarán otros.

No comparto ninguna de ambas disculpas. Lo peor que le puede pasar a las fantasías es que sean reveladas, iluminadas con luz directa. Al territorio de lo imaginado le sienta mejor la penumbra.

Considerado durante tanto tiempo como un tesoro oculto al que no podías acceder sin esfuerzo -por eso lo incluyo hoy en nuestra sección Top secret-, Smile merece seguir siendo lo que cada oyente imagine, un disco que, como la canción transparente del vídeo anterior, parece no tener guión.

Ánxel Grove

2 comentarios

  1. Dice ser Willy

    Muy interesante el artículo, pero me gustaría hacer algunas correcciones y exponer mi opinión, si se me permite.

    «Todos los retazos musicales del puzzle han sido escuchados, radiados y versionados»

    Según informaciones la caja también contiene material nunca antes aparecido en piratas, lo más relevante de todo una versión de Brian solo al piano interpretando Surf’s Up en las sesiones de Wild Honey de 1967.

    «Un posible resumen: en marzo de 1967, con Smile anunciado en la radio, con cubierta diseñada, títulos y orden de las canciones difundidos e impresos y número de catálogo adjudicado, el proyecto es abandonado por Brian Wilson.»

    Mayo de 1967.

    «la operación se vendió como la “definitiva reconstrucción” de la obra.»

    SMiLE se reconstruyó en 2004 de forma que pudiera ser interpretado «fluidamente» en directo, y a continuación se decidió grabar el disco en estudio. Nunca se vendió como una reconstrucción definitiva. Dicho por Darian Sahanaja en varias ocasiones.

    Gracias en parte a que Brian dio el primer paso con su SMiLE de 2004 para auyentar sus miedos y demonios, ahora pueden publicarse las sesiones originales. Algo que se ha intentado, y por diversas razones nunca se ha podido, desde 1967.
    Se intentaron publicar también en 1972 (con Warner-Bros), 1988 (después del excelente disco de Brian) y 1997 (después del éxito de la caja de Pet Sounds).

    Parece que ahora es la definitiva, un sueño hecho realidad, por fin en nuestras manos el Santo Grial del pop. Esperemos que así mucha más gente tenga acceso a esta música y pueda ser valorada como se merece.

    Un saludo.

    05 septiembre 2011 | 14:06

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