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50 años de los Beach Boys: el loco sigue siendo el objetivo

Cartel promocional de la gira mundial de los Beach Boys

Cartel promocional de la gira mundial de los Beach Boys

Elocuente. Existe la posibilidad de comprar una entrada VIP. No se trata de una final de fútbol, sino de un concierto de los Beach Boys, en teoría una banda de rock. El súper tique da derecho a un asiento de primera fila, una charleta  y fotos con los artistas, una camiseta de tirada limitada y otra parafernalia nada útil. Cuesta 750 dólares (unos 590 euros). No hay crisis si vives en la dorada California de la mente.

La gira que celebra el medio siglo de los Beach Boys —casi cincuenta actuaciones en EE UU, Europa (dos fechas en España: 21 de de julio en Gredos, en el festival Músicos en la Naturaleza, y el 23 en Barcelona) y Japón— es una nueva temporada del más añejo y obsceno reality show del pop. Se titula Brian Is Back (Brian está de vuelta), comenzó a emitirse en 1976 y mantiene un par de objetivos inmutables: la recaudación de dividendos nostálgicos y la explotación de una persona que no puede valerse por sí misma y no es dueña de sus actos, Brian Wilson, sin el cual los demás protagonistas del sainete no son más que peleles. El loco es el objetivo financiero.

Desde la izquierda, en el sentido del reloj: Al Jardine, Mike Love, Brian Wilson, Carl Wilson y Dennis Wilson

Desde la izquierda, en el sentido del reloj: Al Jardine, Mike Love, Brian Wilson, Carl Wilson y Dennis Wilson

No es discutible que Wilson es uno de los tres grandes genios musicales del pop rock  del siglo XX —es opinable, por supuesto, pero los otros dos serían, creo, Bob Dylan y la pareja simbiótica Lennon-McCartney—. Tampoco hay duda sobre su condición de ángel quebrado, creador enfermo y saturnal, quemado e inocente, socialmente afásico, habitante de un mundo fuera de foco, incapaz de sostenerse y, por tanto, fácil de manejar…

Para celebrar esta supuesta reunión del grupo original —hay tres miembros fundadores y dos arribistas— y su nuevo disco, That’s Why God Made the Radio, con Brian en la producción y en el tutelaje de la caja registradora su perverso primo Mike Love (ayudado por la no menos avispada esposa de Brian desde 1995, Melinda Ledbetter, una antigua vendedeora de coches Cadillac), dedicamos este Cotilleando a… al grupo más blanco con la historia más negra, los Beach Boys.

Murry Wilson

Murry Wilson

1. Papi negro. Padre de los hermanos Wilson (Brian, Dennis y Carl), Murry Wilson (1917-1973) se presentaba fanfarronamente como el «inventor y manager» de los Beach Boys. Era un tipo amargado y con complejo de inferioridad que se dedicaba a vender electrodomésticos antes de encontrar el filón de explotar las dotes de los críos.

2. Rey desnudo. Murry, que tenía un ojo de cristal a causa de un accidente, pegaba y humillaba a sus hijos y su mujer. En los momentos de subidón se encaramaba desnudo en la mesa de la cocina y proclamaba: «¡Soy el rey de esta familia!».

3. Un sólo oído. A causa de una paliza de Murry, Brian  perdió casi por completo la audición en el oído derecho.

4. Mami vodka. La madre, Audree Korthof (1917-1998), se desentendía de la pesadilla tragando vodka. A veces tocaba el piano. Nunca discutió una orden de su marido.

5. Suburbiales. El escenario del sueño fue el suburbio, fenómenso social y urbanístico de la bonanza económica de los EE UU durante la Guerra Fría. La patria natal de los Beach Boys fue la ciudad de Hawthorne, cuyo lema era «barrio de buenos vecinos».

6. City of Light (and cars). La familia Wilson vivía en una casa de planta baja de dos dormitorios, salón, cocina y cuarto de baño, en el número 3.701 de la calle 119 Oeste. La ciudad fue engullida por el enorme área metropolitana de Los Ángeles. El automóvil, sobre el que tantas veces cantarían los Beach Boys, era un miembro más de la familia, imprescindible en un territorio desproporcionado de casitas residenciales idénticas.

Brian (segundo por la izquierda) instruye a Mike, Carl, Dennis y David Marks (1962)

Brian (segundo por la izquierda) instruye a Mike, Carl, Dennis y David Marks (1962)

7. Brian Douglas Wilson (20 de junio de 1942), el primogénito, nunca estudió música según los cánones académicos. Sin embargo, fue el compositor más prolífico de los años sesenta, produjo sus discos cuando ningún artista lo hacía y fue capaz de dictar los arreglos para una orquesta de cuerda musitando a cada maestro su línea melódica. A los cuatro años tarareaba Rhapsody In Blue, la obra en la que George Gershwin cruzó el jazz con la música clásica para expresar el mood de una ciudad.

8. Dennis Carl Wilson (4 de diciembre de 1944-28 de diciembre de 1983), el hermano mediano, era apodado Dennis the Menace (Daniel el Travieso) cuando era un crío. Fue el primero que fumó marihuana, que hizo el amor con una chica y que se atrevió a devolverle una agresión a Murry. También era el único beach boy que sabía hacer surf.

9. Carl Dean Wilson (21 de diciembre de 1946-6 de febrero de 1998), el benjamín, era tímido, estaba acomplejado por que tenía tendencía a engordar y llegó a ser un decente guitarrista y, sobre todo, un gran cantante.

Brian tocando el bajo. Detrás, David Marks (1962)

Brian tocando el bajo. Detrás, David Marks (1962)

10. Michael Mike Edward Love (15 de marzo de 1941) era primo de los Wilson por parte de madre. Su familia era mucho más rica, vivía en una mansión y organizaba veladas musicales. En 1959 las cosas se torcieron y la empresa de su padre, dedicada a la construcción metálica, quebró. Mike se resintió del golpe y no cesaba de insistir ante Brian para montar un grupo y «hacernos millonarios».

11. Al Jardine (3 de septiembre de 1942), vecino de los Wilson y compañero de instituto de Brian. Estuvo en el grupo desde el primer momento, pero no veía futuro en la música y lo dejó para estudiar Odontología. En 1964 regresó pese a la oposición de Murry, que había considerado una «traición» su deserción.

12. David Lee Marks (22 de agosto de 1948). Otro vecino. Tocó en los primeros cuatro discos como sustituto de urgencia de Jardine. Era malísimo y los demás le despreciaban, pero ahora le presentan como «miembro fundador» del grupo.

13. Bruce Arthur Johnston (27 de junio de 1942). Mercenario de lujo y con experiencia, fue llamado para reemplazar a Brian en directo cuando éste dejó las actuaciones en 1965. Nunca ha sido miembro de pleno derecho del grupo, sino un músico asalariado, pero gusta de aparecer como propietario de las esencias. Entre 1972 y 1978 fue expulsado por enfrentarse a Mike Love. Johnston, que figura entre los músicos más ricos de los EE UU, es un activo militante del ala más conservadora del Partido Republicano. Hace unos días calificó a Obama de «tonto del culo» y dijo que Reagan fue un gran presidente.

14. Me llamo como mi camisa. Antes de llamarse The Beach Boys —nombre que les pusieron, un poco de rebote, durante su primera grabación como aficionados— preferían The Pendletones, una referencia a la marca de camisas de franela Pendleton, fabricadas en Oregon y usadas por los surfistas para protegerse del viento del Pacífico..

El primer 'single' (Candix Records, noviembre, 1961)

El primer 'single' (Candix Records, noviembre, 1961)

15. Disco en papel de estraza. El 15 de septiembre de 1961 el grupo grabó —con instrumentos alquilados— su primer single, con Surfin’ en la cara A. Dennis, que había aportado la idea para la letra («hay un deporte que practican todos en las playas: el surf») fue expulsado de la sesión porque tocaba muy mal la batería. El disco lo editó, envuelto en una bolsa de papel de estraza, la humilde discográfica Candix y vendió 50.000 copias.

16. Uniforme conservador. Murry quería que el grupo fuera «jodidamente famoso» (y que grabara sus propias composiciones, que consideraba mejores que las de Brian). Primer movimiento: llevar a los chicos a la misma sastrería que vestía a Cary Grant para encargar uniformes: pantalones blancos, camisas y pullovers a rayas. Estilo limpio.

17. Rechazados. Segunda estrategia: intentar negociar un contrato con una compañía potente. El grupo fue rechazado por Liberty, Dot y Decca.

18. «Basura blanca». En Capitol, la última baza de Murry, el rock no gustaba y la primera audición terminó con un dictamen: «estos chicos son pura basura blanca». En un segundo intento la maqueta que llevaba Brian (con Surfin’ Safari y 409) conquistó al promotor Nick Venet, que recomendó la contratación del grupo. El acuerdo era leonino en lo económico y agotador en el ritmo de producción.

Seis singlesy EP's de los Beach Boys

Seis singlesy EP's de los Beach Boys

19. Brian, la máquina. Entre diciembre de 1961 y octubre de 1966, cuando tenía entre 19 y 24 años, Brian Wilson dirigió, compuso, arregló, cantó, tocó y produjo 41 discos sencillos y 12 elepés para Los Beach Boys. Casi todos fueron grandes éxitos en ventas y consolidaron un sonido inequívoco basado en el ideal de California.

20. Cándida Arcadia. El primer número uno nacional de Brian no fue con los Beach Boys, sino con  sus colegas Jan and Dean, para quienes compuso y produjo Surf City (1963). El eslogan con el que se abre la canción se convirtió en un lema de la cándida arcadia californiana que vendía Brian: «Dos chicas para cada chico».

21. Plagiando a Chuck. Habitante de un terreno inocente, Brian quiso ofrecer un homenaje al rock and roll esencial de Chuck Berry tomando la música de Sweet Little Sixteen para componer el himno surfista Surfin’ USA. Berry, para quien el rock siempre se redujo a una palabra, «dólar», litigó ante los tribunales y ganó el pleito: las regalías de la pieza de los Beach Boys han aportado más dinero a Berry que cualquiera de sus temas.

Brian Wilson sostiene a su grupo

Brian Wilson sostiene a su grupo

22. Artísticamente libres. Los Beach Boys fueron el primer grupo en imponer condiciones artísticas a una discográfica, decidir qué temas grabar y con qué músicos y en qué estudios hacerlo. Ni siquiera los Beatles llegaron a pelear por tanta libertad creativa en esa época (1963).

23. «Brian, eres un mariquita». Desde finales de 1963 Brian escuchaba voces dentro de su cabeza, sufría ataques de angustia y somatizaba el estrés con insomnio, palpitaciones y erráticos cambios de humor. Aparentaba seguridad («me siento como una versión de Cassius Clay en clave de rock and roll, invencible») y no dejaba de superarse como productor, compositor y arreglista —The Warmth of the Sun, I Get Around y Don’t Worry Baby son perfectas, inmejorables—, pero se rompía. Intentó detener la ansiedad fumando marihuana, pero los efectos fueron los contrarios. No soportaba la presión, tenía migrañas constantes. Insinuó al resto del grupo que necesitaba un descanso y Mike Love dijo: «Brian, eres un mariquita. Tienes miedo al público». El 23 de diciembre de 1964 sufrió un ataque de pánico a bordo de un avión. Sus compañeros de grupo aceptaron el consejo de los médicos y le permitieron dejar las actuaciones en directo. Se dedicaría a componer, grabar y producir.

24. Paranoia. Con la estructura sentimental interna de un adolescente, Brian había iniciado una enfermiza carrera contra quienes consideraba sus enemigos y, al tiempo, más admiraba: los Beatles, el peligro inglés que podía acabar con su reinado, y Phil Spector, el productor al que veneraba y que había rechazado una de sus canciones. Con el tiempo, la competencia derivo en paranoia y llegó a creer que Spector le espiaba.

"The Beach Boys Today!" (1965)

"The Beach Boys Today!" (1965)

25. Primer ácido. Brian consumió LSD por primera vez en 1965. Sufre un mal viaje («me voló la mente, vi a Dios») y promete que no repetirá, pero repitió. Y mucho.

26. Canciones-sinfonía. The Beach Boys Today! (marzo, 1965) es la primera obra maestra. Brian se desprende de sus compañeros de grupo como instrumentistas y sólo los utiliza como cantantes. Para tocar contrata a los mejores músicos de sesión de Los Ángeles. Empieza a componer cada canción como si se tratase de una sinfonía: Please let me wonder, She knows me too well

27. Canción-LSD. California Girls (1965), es la primera canción compuesta por Brian en ácido.

28. Moralinas Johnston. También fue la primera canción de los Beach Boys en la que participó Bruce Johnston, que utiliza el ejemplo de Brian Wilson para explicar a sus hijos “las consecuencias perniciosas del consumo de drogas”, según ha declarado públicamente, quizá unos minutos antes de cantar California Girls.

29. «Flores y días espléndidos». Comentario de Murry a  Brian durante una sesión de estudio: «¿Otra canción sobre válvulas y pistones, muchachos? ¿Sobre chicas en bikini y surf? Estoy cansado de esa basura. ¿Por qué no escribís sobre temas atemporales? Esas canciones son las que permanecerán: canciones sobre el amor, las flores o los días espléndidos».

30. Murry en la solapa. Iniciativa promocional de Murry:  fabricar cinco mil pins con el lema: “Yo conozco al padre de Los Beach Boys».

Brian Wilson dirige una sesión vocal durante la grabación de "Pet Sounds"

Brian Wilson dirige una sesión vocal durante la grabación de "Pet Sounds"

31. El mejor disco de la historia. Una fecha histórica: 16 de mayo de 1966. Aparece Pet Sounds, según muchos rankings el mejor disco de pop rock de todos los tiempos. No hay ni una sola nota tocada por los Beach Boys, que sólo ponen las voces. Las canciones son sinfónicas, minimalistas, arriesgadas

32. Adiós al surf. Los temas de las canciones son el amor y la pérdida. Para las letras Brian, que no se sentía capaz de afrontar el trabajo, contrató a un redactor de una agencia de publicidad al que apenas conocía, Tony Asher.

33. Los Beatles tienen miedo. Tras escuchar Pet Sounds, los Beatles decidieron posponer la edición del álbum sicodélico en el que trabajan, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. El disco de Brian les atemorizaba.

34. «¿Nada surf?». Cuando les puso el disco, los directivos de Capitol dijeron a Brian: «Es bueno, pero, ¿no tendrás alguna canción sobre surf?».

35. «Oídos de perro». Opinión de Mike Love: «Esto es música ególatra, Brian. ¿Quién va a escuchar esto?, ¿alguien con oídos de perro?».

36. Mejores que los Beatles para los ingleses. A finales de 1966 los lectores del semanario británico New Musical Express eligen a los Beach Boys como el mejor grupo del mundo, por delante de los Beatles. El resultado fue muy ajustado, 5.373 contra 5.272 votos, pero era la primera vez que los Cuatro Fabulosos eran derrotados desde 1963.

Muñeco de Brian Wilson

Muñeco de Brian Wilson

37. La Disneylandia de Brian. Brian compra una mansión en la calle Laurel Way, en Beverly Hills, barrio chic de Hollywood. La convierte en una disneylandia particular: una tienda para fumar marihuana en medio del salón, una plataforma con arena del Pacífico para instalar el piano de cola y componer descalzo —terminó siendo el lugar favorito de los perros para hacer sus necesidades—, habitaciones pintadas de violeta y negro, una colección de muñecas Barbie dentro de cápsulas plásticas insertadas en las paredes, una máquina de discos cargada solamente con singles de los Beach Boys y Phil Spector…

38. Excesivo. Para Good Vibrations, su «sinfonía de bolsillo», Brian grabó 90 horas de música.

36. Anfetaminas. El siguiente proyecto, Smile, quedó sin terminar, enloqueció definitivamente a su creador —que no paró de consumir anfetaminas durante las sesiones—. Iba a ser el disco de una época.

Brian Wilson en su tienda 'Rábano Radiante'

Brian Wilson en su tienda 'Rábano Radiante'

37. Cantante con chivato. Desde entonces la vida de Brian ha sido un calvario: diagnosticado como bipolar y con cierto grado de esquizofrenia, internado en hospitales siquiátricos, al menos dos intentos de suicidio, bulimia (llegó a pesar casi 200 kilos), enclaustramiento (vivió durante dos años en su cama), alejamiento de la realidad, pérdida de memoria (desde su último regreso canta con un telepronter que reproduce las letras de las canciones)…

38. Sacando provecho del drogadicto. El grupo-familia, los Beach Boys, se dedicó a vivir de los réditos. Poblaron sus siguientes discos, en los que Brian no participó o lo hizo sólo a nivel nominal, con sobrantes de Smile, el disco al que Mike Love consideraba «música para drogadictos».

39. Entra Manson. Dennis Wilson estuvo involucrado con la familia de Charles Manson antes de los asesinatos de Sharon Tate y otras personas. Dos de las mansonitas se liaron con Dennis y éste alojó a la familia en su mansión durante meses.

40. Tendero. Brian intentó convertirse en empresario abriendo una tienda de vitaminas y dietética llamada Radiant Radish (Rábano Radiante).

"The Many Moods of Murray Wilson"

"The Many Moods of Murray Wilson"

41. «Son unos perdedores». En 1967 Murry editó un disco como solista, The Many Moods of Murry Wilson. Declaró: «Quiero demostrar que mis hijos son unos perdedores». Lo mejor que se puede decir del álbum es que hace reir. Murry murió de un ataque al corazón en 1973. Está enterrado en una tumba sin lápida.

42. Falso chamán. Brian cayó en las manos del falso sicólogo Eugene Landy —no tenía licencia—, que intentó curarlo, con el beneplácito de los demás beach boys, con técnicas conductistas y verborrea new age. También quiso robarle los derechos de las canciones.

43. Con el Maharishi. Mike Love es adepto de primera oleada de la Meditación Trascendental, la secta del seudo gurú Maharishi Mahesh Yogui —el mismo que cameló temporalmente a John Lennon y por toda la vida a George Harrison—. Love convenció al resto del grupo (excepto a Brian, que estaba suficientemente volado como para no creer en profetas) de montar una gira en la que el Maharishi abría los shows con una prédica. La suspendieron tras el primer concierto, al que asistieron dos mil personas.

Los Beach Boys y el Maharishi en 1968. La foto es de Linda McCartney.

Los Beach Boys y el Maharishi en 1968. La foto es de Linda McCartney.

44. Entra Julio. La carrera de los Beach Boys desde los años ochenta es grotesca. Si quieren sufrir (o mondarse, que también) vean este vídeo: Julio Iglesias, Latoya Jackson y los Beach Boys.

45. Entran los Reagan. Si desean prolongar la sensación (esta vez definitivamente cercana a la naúsea), vean este otro: los Beach Boys rindiendo pleitesía a Ronald Reagan y señora. La hija díscola del matrimonio presidencial, Patti, no asistió al acto. Había sido una de las muchas compañeras de cama de Dennis Wilson, que se paseaba por Hollywood en un Corvette con un lema inequívoco estampado en los laterales: Golden Penetrator (Penetrador Dorado).

Dennis Wilson

Dennis Wilson

46. El final de un surfista. Dennis Wilson murió mientras buceaba a pelo y borracho el Día de los Inocentes de 1983 en un puerto deportivo. Intentaba recuperar fotos de su pasado que había arrojado por la borda de su yate en un ataque previo de furia. Estaba arruinado, mendigaba tragos en los antros («soy el batería de los Beach Boys», decía) y se había enganchado a la cocaína. Son celebres las cocaine sessions, grabaciones pirata en las que Dennis invitaba a rayas y hamburguesas a Brian a cambio de que éste compusiese una canción.

47. Carl Wilson, el beach boy bueno, murió en 1998 de cáncer de cerebro y pulmones.

48. Campeones en demandas. Ningún otro grupo ha litigado más en los tribunales que los Beach Boys. Se han denunciado unos a otros tantas veces que ya nadie lleva la cuenta: Mike Love demandó a Brian por retirarle de los créditos de las canciones, Murry demandó al grupo por ningunear su contribución, Al Jardine y Mike Love litigaron hasta hace muy poco para quedarse con la explotación comercial del nombre del grupo…

49. Good Vibrations. En el ejemplar de este mes de la prestigiosa revista musical Mojo celebran el medio siglo de los Beach Boys con una relación de las cincuenta mejores canciones del grupo. Ésta es la número dos:

50. Surf’s Up. Y ésta es la número 1:

Ánxel Grove

Un disco y una película del único ‘beach boy’ que sabía hacer surf

"Pacific Ocean Blue" - Dennis Wilson, 1977

"Pacific Ocean Blue" - Dennis Wilson, 1977

Compré mi primer Pacif Ocean Blue en 1977.

El disco acababa de ser publicado y era una incongruencia. ¿Qué pintaba tanta densidad, tanto gospel, por muy pagano que fuese, tanto fluir hacia el vientre azul del océano en el año de la -usaré la palabra de moda antes de que no signifique nada- indignación de Pretty Vacant (no nos pidáis que vayamos, no estamos aquí); la guerrila urbana de So Bored With the USA (el lenguaje del dolar que hablan los dictadores del mundo); la desesperación killer de Frankie Teardrop, el padre de famila que mata a su mujer, a su hijo y se suicida (todos somos Frankie / todos vivimos en el Infierno); la zozobra de Elevation (nuestros labios están sellados, nuestro aliento arde)?

Compré mi primer Pacific Ocean Blue por fidelidad. A veces compras los discos por un compromiso, una relación tan vieja como tú mismo, una simbiosis imposible con quien pudiste ser.

Perdí aquel ejemplar del vinilo: lo presté a algún mal amigo (cuando alguien me pierde un disco lo eliminó de los listados), lo olvidé tras una juerga, lo entregué como dádiva… No recuerdo. Así descubres que te haces viejo.

Luego compré otro Pacific Ocean Blue. El disco estaba descatalogado, era un tesoro oculto (por eso lo traigo hoy a la sección Top Secret de este blog) y las redes de peer-to-peer aún no habían llegado para curar a nuestros corazones de la nostalgia y a nuestros bolsillos de la ruina financiera. Tuve que pedirlo por correo postal a un tipo de Austin-Texas. Metí en el sobre un billete de veinte dólares y, a las tres semanas, recibí el disco. Aunque peligrosos, sobre todo para nosotros mismos, éramos gente de fiar en los tratos con narcóticos por medio.

Tenía varias razones para desear hasta ese punto irracional Pacific Ocean Blue, incluso desoyendo la sensación temporal-racional (por tanto, bellaca) de que no era música adecuada para aquellos tiempos. Pensar con un reloj en vez de pensar con el corazón también es una bellaquería.

"Wendy / Little Honda / Don't Back Down / Hushabye" - The Beach Boys, 1963

"Wendy / Little Honda / Don't Back Down / Hushabye" - The Beach Boys, 1963

Enumero algunos de los motivos que justifican, quizá con pobreza, pero hagan el favor de consentir que me enganche a lo que desee, mi dependencia personal:

1. Cuando era niño, es decir, cuando era realmente yo mismo y la Caterpillar del tiempo no me había mordido a dentelladas el espíritu, el primer disco que compré con mi dinero, el que reunía de las dádivas familiares, fue un extended play de los Beach Boys, el grupo en el que tocaba la batería (muy mal) Dennis Wilson, el hermoso tipo maduro de camiseta azul y mirada triste que firmó años después Pacific Ocean Blue.

2. Dennis Wilson era el único de los Beach Boys que sabía hacer surf. No era una mago de las olas, pero entendía el idioma de las mareas.

3. Dennis Wilson había sido coleguita de Charles Manson. Sí, ése Manson, el gurú de la sangre, el señor de las moscas del sueño hippie. Antes de la carnicería, Charlie y algunas de sus mansonitas habían sido huéspedes en la mansión de Wilson, le habían regalado sexo y gonorrea, destrozado un Cadillac y compartido LSD. En 1969, cuando los crímenes del clan se convirtieron en la primera ceremonia mediática de horror y cuchillos de la edad moderna, yo tenía 14 años. Leí cada línea con el ansia inmensa con que prende el horror en el pecho de un adolescente.

4. Dennis Wilson actuaba en una de las películas de mi vida. Deseaba hacer del eslogan del trailer, «Comenzaban a vivir a 140 millas por hora», la divisa de mi improbable escudo de armas.

Two-lane blacktop. Un filme sobre el mejor y más hermoso automóvil nunca fabricado: el Chevy 1955.

Motor Hardtop de ocho cilindros en uve, pistones de aluminio ligero y 180 caballos de potencia.

El Chevy era un helado sundae pidiendo un bocado y roncaba como un anciano, pero visto de frente sonreía, se alegraba del camino, y también nosotros sonreíamos, contagiados de nafta, purificados por la promesa de las llantas ribeteadas de blanco, alados por el cromo de la figura estilizada que coronaba el capó, unida a la carrocería por una fusión de apenas un milímetro, expelida, indomable, hacia el vacío.

Dennis Wilson en el Chevy de "Two-lane Blacktop"

Dennis Wilson en el Chevy de "Two-lane Blacktop"

Two-lane blacktop fue titulada en España Carretera asfaltada en dos direcciones. La estrenaron, sin pena ni gloria, en 1971: una road movie melancólica, una alegoría sobre la derrota final de los ideales hippies dirigida por Monte Hellman, un legendario y valiente francotirador. La película, aunque bienquerida por la crítica, es otro Top Secret.

Dos jóvenes viajan en un viejo Chevy de 1955 por el suroeste de Estados Unidos, ganándose la vida en carreras ilegales con otros coches con apuestas por medio.

Las figuras principales son arquetipos sin nombre: el Conductor, interpretado por el cantautor James Taylor y el Mecánico, Dennis Wilson, que, ya lo anoté, tocaba la batería en los Beach Boys y era tan bello como el Chevy.

Recogen por el camino a la Chica, una hippie (Laurie Bird) que deambula haciendo autoestop, acaso, escapando de, no queda claro, algo o alguien.

Sólo hablan lo necesario, sobre todo de mécanica.

Cuentan que el rodaje fue una juerga cabal, que James Taylor, que acababa de grabar Sweet baby James, se afeitaba con la luz del amanecer, cantando a los Beatles, el grupo que, según estableció la sentencia judicial contra Manson y sus mansonitas, inspiró los crímenes de 1969:

He sleeps in the park
Shaves in the dark
Trying to save lightbulbs

Unos años después, en 1979, sintiéndose hinchada de viento, Laurie Bird se suicidó con una sobredosis de somníferos en el lujoso ático de Manhattan que compartía con su novio Art Garfunkel, el de Simon and Garfunkel.

En 1983, Dennis Wilson, que era una piltrafa de párpados lejanos, se ahogó en el Pacífico y James Taylor mezcló su sangre con el marfil de la heroína.

Ni ellos ni yo sabemos dónde ha ido a parar, a qué osario, a qué escarcha, nuestro Chevy, el mejor coche del mundo. Lo fabricaban en 1955, año de mi nacimiento.

Mi tercer Pacific Ocean Blue (la edición de lujo publicada en 2008) lo descargué de una red peer-to-peer. A 140 millas por hora. Es la única velocidad frenética que me permito a estas alturas.

Ánxel Grove

Vivir con Ochs

Phil Ochs (1940-1976)

Phil Ochs (1940-1976)

Leo en el diario con más circulación de la ciudad en la que vivo (la supuestamente liberal San Francisco) una reseña sobre el documental del que hablaré más tarde.

Tuve que repasar varias veces la pieza para darme cuenta de que la última línea, destacada en negritas, no era una broma:

Advisory: Tea Party members may take exception to the opinions offered in this movie.

O sea:

Advertencia: los simpatizantes del Tea Party pueden ofenderse con las opiniones expresadas en esta película.

Luego, preparando esta entrada, encuentro un largo artículo sobre el mismo documental en la web del World Socialist Party de los Estados Unidos.

El mensaje es menos grotesco que el consejo para que los ultramontanos no se acerquen, pero el protagonista del documental no se libra de los varapalos.

Le acusan de «reformista», el más terrible adjetivo que se puede aplicar desde el marxismo, y de «irrelevante». Los adjetivos son munición de grueso calibre entre la ortodoxia del materialismo dialéctico: Stalin no necesitaba otra cosa que la acusación de reformismo para, como poco, enviarte de por vida al gulag.

El hombre que recibe golpes en las dos mejillas -en la derecha por peligroso y agitador, en la izquierda por burgués y aliado de la explotación- es el cantante y compositor Phil Ochs.

Cartel de "Phil Ochs: There But For Fortune" (Kenneth Bowser)

Cartel de "Phil Ochs: There But For Fortune" (Kenneth Bowser)

Acaban de estrenar un documental que le hace justicia. Se titula Phil Ochs: There But for Fortune. Lo dirige Kenneth Bowser.

Participan amigos, familiares, músicos, alguna celebrity (el actor Sean Penn, que durante años intentó buscar dinero para producir, dirigir en interpretar una película sobre la vida de Ochs). Se recuperan momentos notables de la vida del cantautor y se reproducen por primera vez grabaciones nunca vistas de actuaciones.

Como advierten los diarios conservadores: absténgase si comulga con la derechona. Como advierten los apostólicos marxistas: absténgase si cree que la socialdemocracia implica revolución.

Ochs nació en 1940 en El Paso (Texas – EE UU) y se ahorcó en 1976 en Far Rockaway (New York – EE UU).

Durante los 36 años que permaneció en el mundo dio fe de su carácter único de variadas maneras.

Cantó canciónes de protesta en la misma época que Bob Dylan. Casi en los mismos lugares. Algunas de las de Ochs (como I Ain’t Marching Anymore y The Ring of the Revolution) eran tan buenas como las de Dylan.

Acudió a cuanto mitin, manifestación o acto de protesta le invitaron. Fue el primer músico en firmar una declaración contra la guerra de Vietnam.

Dylan y Ochs fueron amigos y ejercieron una rivalidad que, a principios y mediados de los años sesenta, tuvo un espíritu de fair play. Tras un tiempo la camaradería se fue al garete: Dylan era una superestrella egomaníaca y no admitía la cercanía de tipos tan directos como Ochs. Cuando éste criticó la imaginería surreal de las letras de Dylan, éste le expulsó a gritos de la limusina en la que se desplazaban: «Sal del coche, Ochs. No eres un cantante folk, ¡eres un maldito periodista!«, le reprochó.

En 1968, Ochs sufre una profunda crisis de fe. Los asesinatos del senador Robert Kennedy y Martin Luther King, la brutal represión policial contra los manifestantes –entre los que estaba Ochs– en la Convención del Partido Demócrata en Chicago y la victoria del ultra conservador Richard Nixon en las presidenciales le hicieron descreer de su país y su generación. Nunca fue el mismo. Se sentía «muerto espiritualmente».

"Rehearsals For Retirement" (Phil Ochs, 1969)

"Rehearsals For Retirement" (Phil Ochs, 1969)

En 1969 edita un disco titulado Rehearsals For Retirement (Ensayos para la jubilación). En la portada, una foto de su propia tumba. La lápida dice: «Phil Ochs (estadounidense). Nacido en El Paso, Texas, 1940, Muerto en Chicago, Illinois, 1968».

En 1970 declara que ha encontrado una nueva luz: «Seré mitad Elvis Presley, mitad Che Guevara«. Actua con un traje de lamé dorado y acompañado por un grupo eléctrico. Interpreta arreglos rockeros de sus viejos éxitos y versiones de Buddy Holly. Su público le abuchea.

Empieza a beber hasta caerse borracho. Consume Valium de forma compulsiva. Se siente bloqueado.

En 1971 visita Chile, donde Salvador Allende había sido elegido presidente el año anterior. Ochs conoce al cantante y compositor Víctor Jara. Intiman y se hacen amigos. Hablan de grabar juntos.

Ochs se desplaza a Uruguay, donde canta en un acto político izquierdista. Le detienen y le expulsan a Argentina. La policía le espera en el aeropuerto para ingresarlo en prisión durante varios días. Cuando le sueltan, regresa a los EE UU.

Tras el golpe de estado militar de Pinochet contra Allende y la cruel muerte de Jara, Ochs organiza en el Madison Square Garden de Nueva York el concierto benéfico An Evening with Salvador Allende (Una tarde con Salvador Allende). Participan Pete Seeger, Dennis Wilson (The Beach Boys) y el viejo rival Bob Dylan, que atiende la llamada de Ochs en el último momento y logra que el Madison Square Garden se llene.

En 1973 Ochs viaja a Etiopía, Kenya, Malawi, Sudáfrica y Tanzania. En este país es atracado y le intentan estrangular. Las heridas causan daños irreparables en las cuerdas vocales. A la depresión se suma la paranoia. Afirma que el ataque fue organizado por la CIA.

Phil Ochs, a lo Presley

Phil Ochs, a lo Presley

En mayo de 1975, para celebrar el final de la guerra de Vietnam, Ochs organiza un concierto en Central Park. Acuden 100.000 personas para escuchar a Harry Belafonte, Odetta, Pete Seeger y Joan Baez, que acompaña a Ochs en las últimas canciones. Nunca volvió a cantar en público.

Cada vez bebe más. Sigue imaginando conspiraciones en su contra del FBI y la CIA. Asegura que la única salida para su carrera es contratar al agente de Elvis, el Coronel Tom Parker o, como segunda opción, al Coronel Sanders del Kentucky Fried Chicken.

En 1975 asegura que se llama John Butler Train y que éste ha asesinado a Phil Ochs. Cree que alguien desea matar ahora a Train como venganza. Va siempre armado con un cuchillo y un martillo. No tiene un céntimo y empieza a dormir en la calle.

Sus amigos le ingresan en un sanatorio. Le diagnostican trastorno bipolar y depresión. Al parecer, genéticas. Su padre las había padecido.

En enero de 1976 se va a vivir con su hermana. El 9 de abril se ahorca.

Años después de su muerte se desclasificaron informes del FBI sobre Ochs: quinientas páginas en las que aparece como una persona «subversiva» y «peligrosa» para la seguridad nacional. El nombre de Ochs aparece varias veces mal escrito (Oakes) y hay informes datados tras su muerte en los que sigue etiquetado como «potencialmente peligroso».

El documental Phil Ochs: There But for Fortune quizá no se estrene nunca en España, donde la figura de Ochs es poco menos que secundaria. Esa es la razón por la que ocupa la primera entrega de la sección Top Secret -donde recuperaremos a personajes u obras en la sombra-. Sus discos siempre fueron difíciles de encontrar hasta la eclosión globalizante. Casi nadie demostró demasiado interés por un tipo incómodo, radical, arbitario y de comportamiento incomprensible en la última mitad de su carrera. Además, hace pensar demasiado.

Un apunte final que acaso convenza a alguien, por vía indirecta, de la necesidad de vivir con Ochs. Cuando le preguntaron a Neil Young en quién se inspiraba contestó: «En Phil Ochs y Bob Dylan. Por ese orden».

Ánxel Grove