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Los mejores gifs animados sobre el verano

8Bit Summer - Gift Artists Collective

8Bit Summer – Gift Artists Collective

Helados, crema solar, mosquitos, arena, siestas, libros, sandalias, off…

El verano visto por los artistas del gif animado adquiere carácter de arte instantáneo y ligero en GIF Artist Collective, un Tumblr que cada mes pide a los creadores que remitan obras temáticas.

El microblog, que tiene gran éxito dado el renacimiento del graphic interchange format (GIF) como campo expresivo con muchas más posibilidades de las que le atribuían los gurús del diseño web, que lo habían condenado a muerte hasta que los usuarios corrientes y molientes explotaron su capacidad —poco peso, facilidad de creación, movimiento en bucle, carácter hipnótico…—, dedicó julio a recopilar animaciones sobre el verano.

Con las obras enviadas en julio puede trazarse una geografía visual del estío y su gozoso disfrute, al menos desde un bajo umbral de exigencia similar al formulado con su bendita simpleza por el rey de la música de olas y surf  Brian Wilson:

Verano significa momentos felices, sol, ir a la playa, a Disneylandia, divertirse…

Es decir, no se deben esperar reflexiones con un poco más de hondura, como la de Chejov:

A nadie le importa si es verano o invierno cuando es feliz.

Bienvenidos a la temporada del año en que sudar es un signo de buena educación.

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Fanzines que proclamaban hace 50 años el ‘software radical’ y la ‘inteligencia global’

Power to the People: The Graphic Design of the Radical Press and the Rise of the Counter-Culture, 1964–1974

Power to the People

Algunos de los dramáticos números de Internet —60 millones de blogs en WordPress, 88 millones en Tumblr, 200 millones de usuarios mensuales de Twitter…— pueden cegar la razón. Con la vanagloria habitual que ronda en los círculos de intolerantes e-apasionados —que casi siempre hurtan el dato clave: Internet sigue siendo un producto de élites privilegiadas, sólo al alcance del 34% de la población del mundo—, he leído y escuchado con frecuencia, por ejemplo, que la edición ha sido reinventada gracias a las herramientas digitales y la publicación online.

Los augures de la pax electrónica parecen haberlo parido todo y trazan una frontera histórica entre el presente online y el pasado desenchufado. Nada analógico, o casi nada, merece la pena porque ha sido superado y es casposo. Si no usas un hashtag, al parecer, suprema fórmula revolucionaria, eres un carcamal.

El libro Power to the People: The Graphic Design of the Radical Press and the Rise of the Counter-Culture, 1964–1974 (El poder para el pueblo: el diseño gráfico de la prensa radical y el nacimiento de la contracultura, 1964-1974) es una buena cura contra la altivez. Recién editado por The University of Chicago Press, el volumen [268 páginas y un PVP de 45 dólares o 29 libras esterlinas, por ahora no hay edición en la eurozona] está producido por el profesor de diseño Geoff Kaplan y tiene más de 700 reproducciones de una selección de los fanzines autoeditados hace medio siglo en la pasmosa oleada de creatividad, disidencia y conciencia que llegó de la mano de la contracultura.

Empujados por una revolución tecnológica —el adjetivo tampoco es privativo de Internet pese a que hayan casado ambos términos sin derecho a divorcio—, la de los baratos y sencillos sistemas de impresión basados en el ófset y sus derivaciones caseras, individuos y colectivos de París, San Francisco, Praga, México, Chicago y otras ciudades occidentales pusieron en la calle medios de comunicación libres, sin publicidad, de líneas editoriales valientes y basados en la lucha contra los derechos de autor —tampoco esta añeja batalla la iniciaron los hijos del 2.0, como gustan de afirmar sus más redichos portavoces—.

Eran efímeros porque no pretendían la quimera de la permanencia; locos porque no cultivaban la arrogancia de la especialización; periodísticos porque revelaban lo que estaba pasando y los medios cercanos al estatus no contaban; gratuitos (o casi) porque el dinero no entraba en la ecuación; idealistas porque sólo alimentándose de sueño se puede sobrevivir… La década que presenta el libro debe ser entendida como la edad de oro de la autoedición: nunca hubo tanto y tan suculento sobre el enlosado de las calles.

Oz número 1, febrero, 1967

Oz número 1, febrero, 1967

Algunos de los periódicos underground de los que se ocupa el libro son sobradamente conocidos. Por ejemplo, la modernísima revista australiana Oz, editada a partir de 1967 [hay un archivo en línea con algunas cubiertas digitalizadas], el San Francisco Oracle de los hippies o el furioso (con motivos sobrados) Black Panther Party Paper de los activistas negros más radicales.

Pero otras publicaciones llaman la atención por lo que suponen de lección de historia que contradice la prepotencia internetera.

Whole Earth Catalog, editado entre 1968 y 1972 reseñaba productos alternativos y herramientas, desde ropa hasta instrumental técnico o práctico, para facilitar la independencia individual: la línea editorial estaba basada en «el poder individual para definir la educación, encontrar la inspiración, constuir nuestro propio ambiente y compartir nuestras aventuras».

Radical Software apareció tres veces al año entre 1970 y 1974 (alguno de los ejemplares tenía ¡120 páginas!), se dividía en secciones como Feedback, Random Access, Hardware y Software y promovía la creación, mediante los computadores y la vídeo guerrilla, de una red de «inteligencia global».

Como ven, todo lo que está aquí hoy ya estaba aquí ayer. Quizá con una significativa diferencia: los fanzineros de los sesenta y setenta no pagaban cuota mensual a una megacorporación telefónica ni llevaban en el bolsillo un artilugio fabricado por Apple.

Ánxel Grove

Arquitectura invisible: edificios demolidos, incompletos y utópicos

La 'Globe Tower' que se iba a construir en Nueva York

La ‘Globe Tower’ diseñada para  Nueva York en 1906

Una ciudad amurallada (en Hong Kong, demolida en 1992), que en la década de los ochenta fue uno de los puntos más densamente poblados del planeta; una especie de torre Eiffel con cúpula, que en 1906 se proyectó en Nueva York para Coney Island; la Torre de Babel, que según la Biblia provocó el enfado de Dios y condenó a la humanidad a hablar diferentes idiomas…

The Unbuilt (Lo no-construido) es una colección  —modesta y aparentemente abandonada, pero exquisita— de reseñas de edificios que no existen, obras que quedaron condenadas al proyecto y a la utopía, fueron demolidas, destruidas o nunca completadas. Su autor, interesado en la historia de estos testimonios arquitectónicos invisibles, es anónimo, algo frecuente en los microblogs de la plataforma Tumblr, parcos en palabras y generosos en imágenes. Aunque la página ya no se actualiza, merece la pena una visita para descubrir las joyas que ofrece.

'Cénotaphe à Newton'

‘Cénotaphe à Newton’

Entre las pequeñas historias rodeadas de romanticismo que recopila la página hay fiascos económicos, arquitectos idealistas, monumentos megalómanos y situaciones insostenibles. El Cenotafio de Newton, un monumento funerario a la memoria de Isaac Newton, uno de los científicos más notables de la historia, es de momento la última entrada de la selección de construcciones malogradas de The Unbuilt.

Proyectada en 1.748 por el arquitecto neoclásico francés Étienne-Louis Boullée, la construcción allanaba ya en el siglo XVIII el camino hacia la arquitectura moderna que desarrolló Le Corbusier. Boullée creía en las formas geométricas limpias sin adornos superfluos, en la sencillez de una arquitectura expresiva, clara en su propósito. Sus detractores, riéndose de la poesía la llamaban «arquitectura parlante».

El monumento iba a contar con una esfera de 150 metros de diámetro, que descansaría sobre una base circular rodeada de cipreses, y crearía con luces y sombras el efecto del día y la noche. La luz del sol entraría por unos diminutos agujeros a la bóveda simulando las estrellas y por la noche un foco simularía la iluminación diurna. La simetría, el orden y la armonía de las formas eran el espíritu de la inspiración newtoniana, que iluminaba con una luz eterna el conocimiento de los científicos.

A pesar de que nunca se realizó, en su día circuló en forma de grabados entre los círculos de profesionales y aún ahora se considera un diseño visionario. El cenotafio es, irónicamente, uno de los proyectos más famosos del arquitecto francés. Habría que preguntarse si Isaac Newton hubiera preferido la esfera como sepulcro en lugar de la Abadía de Westminster de Londres, donde descansa junto a otros notables británicos.

Helena Celdrán

Hotel Attraction - Antonio Gaudi

El ‘Hotel Attraction’ , un proyecto de hotel-rascacielos que Antoni Gaudí diseñó por encargo para ser construido en Nueva York

El Palacio de los Sóviets, una construcción megalómana diseñada en los años treinta para Moscú y que representaría los ideales del régimen soviético

‘El Palacio de los Sóviets’, una construcción megalómana apenas empezada, diseñada en los años treinta para Moscú, que iba a representar los ideales del régimen soviético

 

La ciudad amurallada de Kowloon, en Hong-Kong, en la que vivían 33.000 personas en 4 kilómetros cuadrados

La ciudad amurallada de Kowloon, en Hong-Kong, en la que vivían 33.000 personas en 4 kilómetros cuadrados

El blog ‘Querida fotografía’ se convierte en el último fenómeno de Internet

Foto: Laina (Dear Photograph)

Foto: Laina (Dear Photograph)

La premisa es simple pese a la apariencia de charada: «Hacer una foto de una foto del pasado en el presente».

Por ejemplo esos dos niños que escapan acera adelante en una instantánea tomada hace algunos años, a su vez sostenida por una mano (en este caso, la de uno de los críos, que ya se ha convertido en una persona adulta) y refotografiada ahora en el mismo escenario de la foto original.

La autora de la foto-presente sosteniendo la foto-pasado escribe unas líneas: «Querida fotografía, añoro aquellos días en que corríamos libres y vivíamos el momento».

Es decir: la foto, el tiempo, la emoción congelada, la duración infinita del recuerdo, sus meandros y humores…

La idea está a punto de convertir en millonario a Taylor Jones, un canadiense de Kitchener (Ontario), de 22 años. Hasta hace unas semanas trabajaba en el departamento de redes sociales de RIM, la empresa que fabrica los dispositivos Blackberry. Ha dejado el puesto y anda por Hollywood negociando la venta de derechos para cine y televisión de su idea: «Hacer una foto de una foto del pasado en el presente».

También ha firmado un contrato para publicar un libro con HarperCollins, una de las editoriales más poderosas de los EE UU. Le han dado un adelanto con una cantidad de seis cifras.

Foto: @landonjonez (Dear Photograph)

Foto: @landonjonez (Dear Photograph)

Todo empezó en mayo de 2011, hace sólo nueve meses, en un atardecer de fin de semana en el mismo salón que aparece en la imágen de la izquierda. La madre de Jones sacó un álbum de fotos para ejercer la nostalgia de los viejos tiempos que tanto gusta a las madres. En una de ellas, el hijo pequeño de la familia posaba, todo sonrisa, ante el pastel con Winnie-the-Pooh de su tercer cumpleaños.

Jones tuvo la sensación de que algo regresaba del pasado hacia el presente o quizá de que algo del presente volvía al pasado o quizá de ambas cosas a la vez. Sacó la cámara, sostuvo la foto de su hermano, la encuadró para que encajase en el marco e hizo una foto.

Lo siguiente fue hacer un tumblr. Lo llamó Dear Photograph (Querida fotografía) e invitó a los visitantes a enviar imágenes bajo la única condición ya citada: reencuadrar en el presente una foto del pasado.

A estas alturas el microblog anda por los 21.000 hits al día, ha sido nombrado la séptima mejor bitácora de 2011 por la revista Time, ha recibido la atención de AlJazeera, The Guardian, The New Yorker e incluso inspiró una campaña publicitaria robada por Chevrolet, que retiró los anuncios tras las quejas en las redes sociales.

Foto: Paisley (Dear Photograph)

Foto: Paisley (Dear Photograph)

«Querida fotografía, ¿por qué no puedo sentir el color que Halloween me hacía sentir? Es duro ver la magia con gafas de adulto». Al blog siguen llegando fotos y mensajes tan confesionales como éste.

El archivo no es demasiado profuso (no llega a 250 entradas) porque Jones -que ha rechazado ofertas de insertar publicidad para preservar el carácter de reflexiva emoción del site– selecciona las fotos con rigor y mimo.

El feedback funciona. La imágen de Paisley sobre la añoranza del color perdido tiene mientras escribo esta entrada más de 2.500 likes o reblogs.

El caso de Dear Photograph pone sobre el tapete una cuestión que va más allá de la llamativa instantánea gloria y riqueza en esa especie de lotería universal que es Internet. El fenómeno nos pregunta: ¿dónde hemos dejado la carga emocional de las fotos, el background sensible que las hace algo más que una impresión óptica o digital?, ¿hemos banalizado hasta tal extremo el acto de hacer una foto -clic, ya- que la única entraña que mantenemos es la puramente tangible?…

Foto: Laura (Dear Photograph)

Foto: Laura (Dear Photograph)

«Querida fotografía, mi abuelo ya no me reconoce nunca, pero todavía sonríe cuando le enseño esta foto. En mi interior confío en que todavía recuerde cuanto me gustaba estar con él».

Las fotos de otras fotos del pasado realizadas en el presente están diciendo algo que tiene que ver, como en el caso de ésta de la niña acunada en la hamaca por el abuelo que hoy padece Alzheimer, con el peso de la turbación, el miedo, la pérdida o el desvelo…

El cruce del pasado y el presente, intervenidos por la mano de quien habla, asomada a la geografía inmaterial de un espacio inventado, desordenado, provoca que la intensidad ascienda, que la foto vuelva a ser un latido y no una imagen bidimensional.

Foto: Gilbert Bohannon Jr (Dear Photograph)

Foto: Gilbert Bohannon Jr (Dear Photograph)

«Ella estaba en los últimos cursos cuando yo era un novato. Me buscó desde entonces. Ahora es la maestra de mis dos hijos en el colegio en que estudiamos ambos… Hace 28 años».

La idea de reventar la línea de tiempo, como en la foto de la izquierda, con una narración que subvierta las perspectivas y multiplique los focos de atención, es brillante aunque no nueva del todo. Desde un punto de vista formal tiene bastante que ver con el trabajo de la fotógrafa argentina Irina Werming, que se dedica a repetir fotos antiguas años después en la serie Back to The Future (Regreso al futuro), e incluso con la web Sleeveface (Cara-portada), que invita a jugar con la superposición de cubiertas de libros o discos sobre el propio rostro.

Foto: Billy (Dear Photograph)

Foto: Billy (Dear Photograph)

Fotos candorosas asomadas de las cajas donde las guardamos -quizá para no verlas-, a las que jamás se les podría achacar culpabilidad alguna, instantáneas sometidas al extravío o la amnesia

Una vez cruzadas con el presente, se transforman en algo distinto.

«Querida fotografía, han pasado cincuenta años desde que usaba ese traje de nieve y mucho ha cambiado. Y a la vez parece que muy poco haya cambiado… Sólo la manera en que todo debería ser», dice Billy.

Quizá ahí resida el éxito de Dear Photograph: nada ha sido, nada será, nada es (por usar una encrucijada verbal) como imaginamos, quisimos o deseamos que fuese.

Ánxel Grove

Uno de cada 31 estadounidenses vive entre rejas

© Sean Kerman

"Prisioner with Mirror", 1979 © Sean Kerman

La residencia en la tierra de 2,5 millones de estadounidenses está entre rejas. Si añadimos a las personas en espera de juicio y en libertad condicional, la cifra es de 7,3 millones.

El 25 por ciento de los presos de todo el planeta está encerrado en las centenares de cárceles federales, estatales, regionales y privadas de los EE UU, un país donde reside el 5 por ciento de la población mundial.

Es la proporción más alta del mundo, similar a la de Rusia durante los peores momentos de los gulags estalinistas: uno de cada 31 adultos estadounidenses está en la cárcel (más que en China, que tiene una población cinco veces superior).

Los porcentajes tienen colores si se miden racialmente: uno de cada once negros afroamericanos vive encerrado, igual que uno de cada 27 latinos y uno de cada 45 blancos.

La criminalidad ha bajado un 25 por ciento en el país desde 1988, pero en ese mismo periódo la población reclusa se ha cuadruplicado.

¿Motivos? Entre otros, la aplicación judicial de la política ejecutiva de la guerra contra las drogas -que envía a prisión a casi cualquier persona involucrada con narcóticos, sea cual sea el nivel: consumo personal o tráfico a gran escala- y la demente consideración de que las faltas leves deben ser objeto de condena.

"Jenar Jury" © Deborah Luster

"Jenar Jury" © Deborah Luster

El 20 por ciento de los internos está en la cárcel por motivos que en los demás países de Occidente conllevarían una multa o el cumplimiento de trabajos comunitarios: pintar un grafiti en un transporte público: hasta un año de prisión; llevar encima 100 gramos de marihuana en Texas: 15 años; en 13 estados, la acumulación de tres condenas remiten inevitablemente a cadena perpetua.

La mitad de los presos han sido condenados por delitos no violentos, sobre todo hurtos o robos.

Como no podía ser de otra forma en un país donde los balances contables prenden en el ánimo colectivo con más fuerza que ningún otro parásito, las prisiones estadounidenses también son un negocio. Desde la década de los años ochenta, muchos centros de detención han sido privatizados. Unas 18 grandes empresas tienen bajo custodia a unos 20.000 presos en 27 estados.

"Female Blood", 1995. © Jamel Shabazz

"Female Blood", 1995. © Jamel Shabazz

La mayor de las sociedades privadas metidas en el negocio carcelario es la Correctional Corporation of America (CCA), que en su último informe fiscal declaró 1.669 millones de dólares de ingresos anuales. Gestiona 60 cárceles en las que cumplen condena 90.000 personas. Por cada falta contra el reglamento, les imponen un mes más de arresto. Las organizaciones de derechos humanos han resaltado que en las instalaciones de la CCA se levantan ocho veces más infracciones que en las prisiones públicas y denuncian que la política de castigos tienen motivación económica: a más días en la cárcel, más dinero público entra en la caja de la compañía.

Los últimos datos oficiales (2006) señalan que el coste anual del sistema penitenciario estadounidense es de 68.700 millones de dólares.

Quien tenga interés por ahondar en los detalles de este panorama demencial puede consultar la excelente y completa web de la organización independiente y sin ánimo de lucro Prision Policy Iniciative.

¿Qué pinta este tema en Xpo, la sección dedicada a la fotografía que aparece todos los jueves en este blog?

Pete Brook

Pete Brook

La culpa es de Pete Brook, editor de la web Prision Photography. Este historiador y crítico fotográfico, nacido en Inglaterra, alucinó en un viaje a los EE UU en 2004 cuando experimentó el desinterés general por la cuestión del sistema penitenciario.

«A pesar de que la población reclusa se haya cuadriplicado en 30 años, ¿cuándo aceptó la población que eso era correcto?, ¿a partir de qué momento dejaron de importar las alternativas?», declaró hace unos días en una entrevista.

Desde entonces Brook se ha dedicado a un intenso trabajo de investigación y difusión en torno a los muchos fotógrafos que han documentado la vida en las cárcel. Su intención es demostrar a través de los ojos de estos reporteros la necesidad de una profunda reforma del sistema penitenciario estadounidense y un modo «creativo» de afronatar la rehabilitación de los internos.

«Las cárceles de los EE UU son social y económicamente insostenibles. Tal como existen, son una carga… y son ignoradas«, dice.

"Trapped" © Jenn Ackerman

"Trapped" © Jenn Ackerman

Prision Photography obtuvo este año premios como uno de los mejores blogs de fotografía concedidos por Life y el British Protography Journal.

Ahora Brook pretende extender el trabajo de estos cuatro años con el proyecto Prison Photography on the Road: Stories Behind the Photos para el que está buscando financiación en Kickstarter. Solicitaba 7.500 dólares y ya ha recolectado casi 9.000.

Quiere recorrer los EE UU para entrevistar a 40 fotógrafos, educadores, activistas y terapeutas y que propongan soluciones al problema.

Inserto el vídeo de Brook explicando el proyecto. Quedan todavía unos días para que se cierre la recaudación.

A veces uno sabe que las fotos y el periodismo siguen estando del lado correcto de la vida. Ésta es una de esas veces.

Ánxel Grove