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Los Archivos Nacionales de EE UU se suman a la moda del gif animado

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Invitan a admirar una repetición en bucle, terminan casi cuando comienzan, a veces incluso son de una brevedad irritante y sin embargo, son uno de los grandes fetiches de Internet. El gif animado sigue arrasando y parece que va camino de convertirse en un vehículo para la difusión del conocimiento, o al menos así lo intuye la Administración de Archivos y Documentos Nacionales del gobierno de los EE UU (NARA, en sus siglas en inglés).

Encargada de atesorar y difundir audiovisuales de la historia y la cultura estadounidenses vinculados a lo gubernamental, la institución se suma al atractivo del GIF animado y abre una biblioteca online de suculentas minianimaciones escogidas con mimo. Admiten que la operación forma parte de una estrategia para mantenerse joven y atraer al público a la «riqueza de los fondos» de los archivos nacionales.

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Un tabú navideño: los regalos que no gustan

Corbatas, un vestido de señora, tuppers y lencería extragrande, cuatro de los regalos del proyecto GIFt

Corbatas, un vestido de señora, tuppers y lencería extragrande, cuatro de los regalos del proyecto GIFt – Foto: gift.movingbrands.com

«Cada año, todos recibimos algo que nos deja pensando si nuestros seres más cercanos y queridos nos conocen en absoluto. Se nos dice que el detalle es lo que cuenta, pero a veces es el detalle lo que duele«. En tres líneas de texto, queda resumido uno de los mayores tabúes de la Navidad: los regalos que no gustan al destinatario.

Hay que guardar la compostura y poner buena cara cuando son obsequios de la pareja, de familiares adorables o buenos amigos que no nos desean mal alguno. Se han molestado en comprar algo y además lo han pensado mucho, lo que hace más doloroso preguntarse de dónde han sacado que nos gustaría.

Moving Brands, un estudio de diseño y publicidad, revive el espinoso tema con una web dedicada a todos aquellos que han recibido un regalo no deseado durante las fiestas. GIFt es una combinación de palabras que une el término inglés gift (regalo) con gif, formato gráfico conocido en Internet por utilizarse para construir animaciones breves. Los creadores de la web la definen como «nuestra catártica colección de los mejores peores regalos«.

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Un diminuto pueblo de papel construido en 365 días

Una de las construcciones de 'Paperholm' - Charles Young

Una de las construcciones de ‘Paperholm’ – Charles Young

Las 365 estructuras componen el pueblo de Paperholm, una inmaculada fantasía de papel que  el escocés Charles Young ha ido ampliando a construcción por día desde agosto de 2014, tan solo utilizando papel de 220 gramos (el empleado para las acuarelas) y pegamento y una humilde base de madera para cada ejemplar.

'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

Espoleado por la necesidad de mantener su creatividad en forma, se comprometió a producir todo un complejo para su ciudad imaginaria. Al principio le exigió mucha dedicación, pero pronto se adaptó a la disciplina de abocetar, cortar y montar una pieza nada mas empezar el día. Había que darse prisa, la tarea podía durar entre 30 minutos y 3 horas y no quería arriesgarse a que el sol se fuera antes de que pudiera fotografiar la pieza con luz natural.

'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

El archivo de Young se compone de edificios realistas que evocan con su perfecta sencillez a la Bauhaus o al estilo de arquitectos como el finlandés Alvar Aalto (1898-1976), pero también estructuras propias de un universo infantil de tiendas de campaña colgantes, viviendas con patas de ave o con forma de caballo. Algunas no sirven para nada, tienen mecanismos inútiles ideados sólo para el recreo visual.

No se ha dado el lujo de tomar atajos, en cada pequeño modelo se intuye la dedicación. La mayoría de las obras tienen un dinamismo que destaca con gifs animados: aspas de molino, árboles mecidos por el viento, carruseles, puertas de garajes, ascensores, veletas, brazos hidráulicos… Los movimientos leves y constantes contribuyen a que Paperholm parezca un lugar habitado, aunque nunca haya personas ni animales a la vista.

Helena Celdrán

'Paperholm' - Charles Young'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

'Paperholm' - Charles Young

‘Paperholm’ – Charles Young

Los mejores gifs animados sobre el verano

8Bit Summer - Gift Artists Collective

8Bit Summer – Gift Artists Collective

Helados, crema solar, mosquitos, arena, siestas, libros, sandalias, off…

El verano visto por los artistas del gif animado adquiere carácter de arte instantáneo y ligero en GIF Artist Collective, un Tumblr que cada mes pide a los creadores que remitan obras temáticas.

El microblog, que tiene gran éxito dado el renacimiento del graphic interchange format (GIF) como campo expresivo con muchas más posibilidades de las que le atribuían los gurús del diseño web, que lo habían condenado a muerte hasta que los usuarios corrientes y molientes explotaron su capacidad —poco peso, facilidad de creación, movimiento en bucle, carácter hipnótico…—, dedicó julio a recopilar animaciones sobre el verano.

Con las obras enviadas en julio puede trazarse una geografía visual del estío y su gozoso disfrute, al menos desde un bajo umbral de exigencia similar al formulado con su bendita simpleza por el rey de la música de olas y surf  Brian Wilson:

Verano significa momentos felices, sol, ir a la playa, a Disneylandia, divertirse…

Es decir, no se deben esperar reflexiones con un poco más de hondura, como la de Chejov:

A nadie le importa si es verano o invierno cuando es feliz.

Bienvenidos a la temporada del año en que sudar es un signo de buena educación.

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Rafael Varona, el Henri Rousseau del gif animado

© Rafael Varona

© Rafael Varona

Imagina «mundos guardados» en los que parece ser un pequeño recipiente de cristal, microcosmos apacibles de animales exóticos, escasa presencia humana y vegetación frondosa. El ilustrador Rafael Varona (afincado en Berlín, pero celoso de revelar su país de procedencia) presenta en Impossible Bottles (Botellas imposibles) una colección de dibujos que adquieren movimiento en poéticos gifs animados.

El perezoso mueve el brazo y se balancea en una liana como para alcanzar la fruta de un árbol, una ligera brisa abanea a las aves que permanecen sobre las ramas, las gotas de lluvia caen sobre la laguna en la que una mujer de pelo largo se baña y un hombre bucea para contemplar el movimiento de las enormes algas del fondo.

© Rafael Varona

© Rafael Varona

Los bucles encapsulados, de colores planos, recuerdan a la idealizada jungla que representó en sus cuadros el pintor naíf Henri Rousseau (1844-1910). Con un mimo obsesivo, el francés imaginaba fantasías tropicales y selváticas y las envolvía en ensoñaciones que de pronto parecían realidades. Cada óleo es una provocación primitivista que rompe con las proporciones y la perspectiva y da la bienvenida al color plano, celebra con descaro la falta de profundidad.

Varona se une a la «admiración por el color» con el mismo acercamiento naíf y también participa del componente surrealista de las obras de Rousseau. El título de la serie (que el autor seguirá ampliando) alude a las botellas que contienen grandes veleros y otras miniaturas que permanecen grandiosas en el interior sin revelar cómo han conseguido pasar por el cuello del recipiente.

Helena Celdrán

© Rafael Varona

© Rafael Varona

Todos los tonos de luz de un día en un bucle animado

"Glassy Sunset" - Fong Qi Wei

Podrían ser ilustraciones, óleos o acuarelas de paisajes urbanos en los que el pintor hace estudios de luz y experimenta con la mezcla de colores al más puro estilo de los pintores suizos Paul Klee y Johannes Itten, dos revolucionarios de las teorías del color que en los años de la I Guerra Mundial consideraban las tonalidades como un cosmos lleno de normas y principios que había que descifrar.

Fong Qi Wei sigue la estela de la fascinación por los cambios lumínicos y las infinitas combinaciones del color y lleva la idea al presente: fotografía durante varias horas el mismo paisaje y luego unifica todas las imágenes dándoles movimiento en gifs animados. Klee e Itten no podrían apartar la mirada de esas visiones cambiantes.

Time in Motion (Tiempo en movimiento) es la nueva serie de trabajos del artista de Singapur. Las imágenes (que se pueden ver aquí en alta resolución y en movimiento) combinan panorámicas de paisajes tomadas en diferentes momentos del día en piezas que «no son impresiones y tampoco vídeos», sino «una animación en bucle» que define como «un constante resplandor de… tiempo».

En Glassy Sunset el sol se proyecta en los cristales reflectantes de un edificio que con el movimiento parece más una cuadrícula de gráficos de barras; en Shanghai Freeway Sunrise los círculos concéntricos de luz sobre las fotos de una autopista de Shanghái parecen tragar automóviles y alumbrado público conforme el cielo se aclara. Las visiones en cambio constante crean abanicos lumínicos que cuesta relacionar con la realidad.

El proyecto es una continuación de Time is Dimension (El tiempo es dimensión), en el que experimentaba con la idea en fotografías estáticas que él mismo realizaba. Las sesiones duraban todo el día, Fong necesitaba componer un archivo de imágenes que contuviera cada pequeño matiz de luz para luego rehacer el paisaje. Con el propósito de «estimular la mente» y a la vez «provocar sentimientos» en el espectador, el artista une ahora en una misma visión todas las horas del día y quiere convertir así «el pasado, el presente y el futuro en meros términos».

Helena Celdrán

La cámara-impresora que convierte fotos en secuencias diminutas

Con aspecto de juguete para bebés, de formas redondeadas y colores vivos, Gifty es una cámara de fotos que no tiene obturador, pero sí temporizador.

El aparato está pensado para capturar ráfagas de imágenes de hasta cinco segundos y también para imprimirlas después en una tira al más puro estilo de una cabina de fotomatón. Las fotos tienen un margen blanco lateral con una pestaña que permite cortarlas y encajarlas en una pieza de plástico que las aúna para formar un pequeño folioscopio: la serie se transforma con el rápido paso de las páginas en una diminuta secuencia, vista desde los ojos del usuario actual como un «gif animado» analógico.

De momento el invento es sólo «un concepto» y su creador —el diseñador coreano Jiho Jang, que desarrolló el proyecto como parte de su tésis universitaria— ha creado para el vídeo una maqueta orientativa, porque el aspecto del prototipo real, hecho con una impresora de tiques y una webcam, le parece «muy abultado». El éxito que Gifty ha tenido en internet hace pensar que su autor pronto recaudará fondos en una plataforma de microfinanciación como Kickstarter.

Helena Celdrán

Venticinco años de gif animado: de adorno absurdo a arte digital

El artista visual y animador estadounidense Sean Pecknold dirige A Short History of the Gif (Una breve historia del gif) para el festival Moving the Still (Moviendo la quietud), dedicado en exclusiva al formato. El certamen se celebró el 7 de diciembre aprovechando la Semana del Arte de Miami.

El vídeo de Pecknold es apenas un apunte de la historia, pero es un bonito resumen que incluye al famoso bebé bailarín (el primer fenómeno viral de Internet), ordenadores Macintosh achacosos —y ningún PC— y gifs actuales. Felicita al formato animado por su 25 cumpleaños y lo reconoce como el allanador de terreno de los actuales bucles que saturan la Red.

El gif animado nació en 1987 (el principio de la existencia, si hablamos del mundo virtual) y ha conocido la popularidad, la burla, el olvido y el renacimiento. En su corta vida ha pasado por todas las fases del fenómeno de Internet y asombrosamente no ha sido desterrado y goza de buena salud.

Conocido por sus siglas e inventado por Steve Whilhite, el Graphic Interchange Format (Formato Gráfico Intecambiable), se hizo popular en los primeros años de la web. Las pequeñas fogatas, las vallas y barreras amarillas y negras que giraban mostrando el mensaje «en construcción«, el buzón de correos recibiendo cartas sin cesar… Las páginas se poblaron de esas animaciones que supuestamente daban un toque desenfadado al aspecto general y que ahora repudiamos como si nunca en nuestra vida hubiéramos sido dueños de un chándal de colores fluorescentes o de una riñonera llena de cromos.

Tras el auge, llegó la omisión más absoluta. Internet se modernizaba y nadie quería acordarse de aquella forma primitiva de expresión, que se reducía a exhibir un número bastante limitado de fotogramas para crear la ilusión de un simple movimiento. Fue hace tan solo unos años cuando volvió a presentarse como una opción interesante y creativa, tanto que el festival Moving the Still se refiere al gif como «un nuevo género de arte digital».

Los bucles del presente en los que ha desembocado el formato pueden ser de fotogramas de películas, personajes famosos, acciones sorprendentes, instantes en los que solazarse… Son espontáneos y sólo hace falta una cámara digital o un teléfono móvil para crearlos. El resultado es una manifestación entre surrealista y obsesiva que a veces uno no puede dejar de mirar. Páginas personales y microblogs como gifake.net, lovegifs.net, gifsoup.com o my-gif-blog.tumblr.com son ejemplos de gifs utilizados como una nueva manera de diario compulsivo, una colección de reacciones, una galería artística de movimientos efímeros, coleccionados con el mismo ímpetu que los cromos.

Helena Celdrán

Gifs animados que ponen patas arriba a personajes antiguos

'Krupp von Bohlen'

'Krupp von Bohlen'

El resurgimiento del gif, uno de los formatos más populares en los comienzos de Internet, es casi tan milagroso como la nitidez digitalizada de una foto del siglo XIX. Tras años de desprecio, las minianimaciones han ganado popularidad y se han convertido en un formato creativo. Las de Kevin Weir son un gran ejemplo de antigualla renovada.

El estudiante de publicidad de 23 años, que creció en el estado de Nueva York, rodeado de bosques y sin apenas ver la televisión, crea gifs animados a partir de fotografías históricas antiguas. Cada pequeña animación es impredecible, cómica y poética al mismo tiempo. Los soldados centroeuropeos, los zares, las caballerías y los pioneros se ven atrapados en extrañas circunstancias que no pueden controlar por mucho que frunzan el ceño.

El magnate del acero y fabricante de armas Gustav Krupp von Bohlen, que surtió los arsenales de la I Guerra Mundial —y después aprovechó la mano de obra esclava que le proporcionó el nazismo— muestra en manos del artista el que podía haber sido su verdadero yo. Del gorro de piel que lleva el empresario alemán sale un gigantesco ojo de reptil que cubre el rostro y desarrolla ocho patas con las que se impulsa, abandonando el cuerpo de su disfraz humano.

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'WWI Decoy Howitzer'

Hace sólo ocho meses que Weir creó Flux Machine (Máquina fluctuante), un microblog en el que muestra al mundo sus experimentos. Todo indica que se toma su tiempo para que cada pequeña animación quede perfecta: desde agosto del año pasado sólo ha publicado una veintena de ellas. Escoge sus personajes explorando el banco de imágenes libres de derechos de la Biblioteca del Congreso, en Washington (EE UU), un enorme archivo de fotografías en el que bucea con frecuencia.

Observando fijamente cada foto, entre las galerías de rostros antiguos, comienzan a venírsele a la cabeza las locuras que le gustaría ver hechas realidad. La agitadora y sindicalista Mary Harris (conocida como Mother Jones) desaparece tras un manto de cuervos que salen de su capa; el compositor de marchas militares John Philip Sousa se prueba junto con su banda una gran colección de sombreros; dos boxeadores de principios del siglo XX desarrollan cabeza de ratón

Helena Celdrán

¿Los chicos no bordan?

Running - Aubrey L

Running - Aubrey Longley-Cook

Aubrey Longley-Cook comenzó a bordar a los 19 años. Estudiaba animación y buscaba la inspiración en una acción mecánica que estimulara la concentración, «algo adecuado para meditar».

El hilo y la aguja eran perfectos, le restaban solemnidad a todo lo que pudiera producir y no había presión ninguna por demostrar nada.

Es el efecto relajante de las llamadas manualidades: no hay pretensiones.

Esta historia puede resultar un poco más exótica si detallo que Aubrey Longley-Cook es un chico.

Nadie queda libre en este mundo -supuestamente libre de roles- de las connotaciones de ser hombre y dedicarse a una labor reservada a las mujeres durante siglos. No se me hagan los políticamente correctos.

Running backwards - Aubrey Longley-Cook

Running backwards - Aubrey Longley-Cook

Incluso el mismo artista se sentía extraño por su aficción y tuvo la necesidad de saber si había otros como él.

Con sorpresa se encontró con todo un movimiento llamado Manbroidery (del inglés embroidery, bordado) formado por creadores a los que les importa un comino que los tachen de poco varoniles por aprender a tejer, bordar y coser para expresarse artísticamente.

Pero más allá de la anécdota social , las obras de Longley-Cook son intrigantes por cómo escapan del motivo clásico del tapiz: nada de bodegones, escenas bucólicas o mensajes hogareños. «Usar una perspectiva masculina en una forma de arte tradicionalmente femenina» es lo que más le atrae de esta yuxtaposición.

Unos cuantos años y mucha dedicación le han proporcionado la técnica necesaria para dibujar fósiles prehistóricos, esqueletos de serpiente, murciélagos, iconos de videojuegos, venas y arterias

Flow - Aubrey Longley-Cook

Flow - Aubrey Longley-Cook

El ejemplo del perro es uno de los extremos a los que este artista ha llegado forzando la máquina de este arte relegado a la artesanía doméstica.

Ha mezclado bordado y animación,  inspirado en la cultura del GIF animado, que ha experimentado recientemente un renacimiento en internet.

Visto de frente y del revés, con los hilos sobrantes a la vista que lo convierten en un animal lanudo, el sencillo bordado es un canto a la paciencia, tan ausente en nuestra vida multitarea.

Longley-Cook no tuvo reparos en invertir cinco meses en un bucle que dura unos segundos. Toda una provocación para los que se desesperan cuando una página web tarda más de dos segundos en cargarse.

Helena Celdrán