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Siempre busco la manera de acabar una serie cuanto antes... para ponerme a ver otra.

Archivo de diciembre, 2013

Listas y tontas: los ‘rankings’ de EEUU sobre las mejores series de 2013

¿Os imagináis un diciembre sin rankings? De lo que sea. Sería extrañísimo. Similar a una Navidad sin mantecados y cenas opíparas; como una nochevieja sin fiestas horteras de cotillón; equiparable a que tu cuñado no haga el ridículo en cualquiera de las celebraciones con la familia.

Enlightened

Por suerte o por desgacia, las listas de lo mejor del año están ahí y no se puede luchar contra ellas. Y si no puedes con el enemigo, únete a él. Aunque haya que soportar auténticos despropósitos. En los próximos días yo haré las mías, presentadas por mí, siendo yo el jurado, y ofreciéndolas ídem. En otras me ayudarán compañeros de vicio. Pero antes de éstas, hagamos un repaso a lo que han dado de sí las preferencias en el extranjero.

Empezando por las personales, la crítica de Huffpost TV, Maureen Ryan, ha revelado unas preferencias obvias a la vez que sorprendentes. Como no, entre sus mejores de 2013 está lo que denominaremos el hat trick de este año: Orange is the New Black, Masters of Sex y Orphan Black. Tampoco se olvida de la imprescindible, que es Breaking Bad, y apuesta por una poco afortunada en cualquier reconocimiento, como es Juego de Tronos, además de por Mad Men. Pero lo que te deja flipando es que incluya a Enlightened, un auténtico truño de la HBO a la que no le encuentro la gracia por ningún sitio. No tiene calidad en ninguna parte, y menos aún en las interpretaciones. Según Ryan, la cancelación ha sido «un auténtico drama».

RectifyA la locura de Enlightened se suma, y de forma desaforada, la revista Time. Y es que la ha designado como la mejor serie de 2013. A Time hay que respetarla siempre, pero a James Poniewozik, que ha elaborado la lista, parece que se le han cruzado los cables. El buen concepto que tienen los americanos de la serie protagonizada por Laura Dern se me escapa. Otras destacadas son The Americans (puesto 8), Rectify (en el 7) y la animada Bob’s Burger (que ocupa el 6).

El ranking menos polémico (y más acertado) es el del American Film Institute. Aunque sí hay lugar para la sorpresa: en las 10 mejores según el AFI se ha colado la estrambótica, absurda y adictiva Scandal. Una ficción que muchos consideran una broma, pero con la que Shonda Rhimes ha vuelto a enganchar a millones de personas. La otra novedad con respecto a otras listas es Veep, algo lógico ya que en EEUU la adoran.Veep

Ya anticipo que estoy de acuerdo con la mayoría de lo que se considera en otros países como lo mejor del año. Pero también tengo mis pedradas, como todo el mundo, y por las que me caerán palos como los que he dado yo a Time o Huffpost TV. La semana que viene saldremos de dudas.

BONUS: lista de los 25 mejores capítulos de la historia, según los usuarios de IMDB. Puede que os comáis algún spoiler.

Libros de serie: The Leftovers, o la Ascensión de Damon Lindelof en HBO

Se avecina una semana de posts con la muerte como tema recurrente. Y es que he visto el final de la media temporada de The Walking Dead. Estuvo muy bien, y dentro de lo normal, hubo mucha sangre. Pero con lo que estoy temblando todavía es con los últimos minutos de la sexta temporada de Sons of Anarchy. Lloré, y me faltó patalear. El fin de semana hablaremos de ellas.

Ascension

Como ya os conté, también hay que sacar tiempo para leer. Y si la novela en cuestión va a convertirse en una serie, con más razón. Es lo que voy haciendo las de Canción de Hielo y Fuego: antes de que se estrenen temporadas de Juegos de Tronos, me las leo. Todo por esa absurda obligación autoimpuesta de estar al tanto de todo y leer sobre aquello que está de moda para poder hablar de ello.

Con la que estoy repitiendo estrategia se llama, en su traducción al español, Ascensión (Colmena Ediciones). Dicho así no le sonará a nadie, pero sus páginas se transformarán en una de las series más esperadas del próximo año. Se trata de The Leftovers, escrita por Tom Perrotta, y en 2014 se incorporará a la parrilla de HBO bajo el auspicio como productor ejecutivo de Damon Lindelof (Perdidos).

Lindelof

Si estáis familiarizados con la Biblia, la llamada ‘ascensión’ se refiere a la subida a los cielos de Jesucristo. Así, el hijo de Dios se reunía con su padre en la llamada parusía. Según las convicciones religiosas de un sector del catolicismo, aquellos que no pequen, entreguen su vida a Dios y difundan el Evangelio, se reunirán con Dios en ese supuesto lugar. Ascensión va de eso: incontables personas desaparecen en todo el planeta y se cree que la razón es la divinidad. Pero el problema es que los que se han marchado no eran precisamente beatos. De hechos, muchos representan lo que más rechazo genera entre la sociedad católica: homosexuales, abortistas, ateos, e incluso de otras religiones que nada tienen que ver con la suya. Y claro, eso no sienta nada bien a los devotos.

La novela cuenta las tribulaciones de los que han visto cómo sus amigos o familiares se esfumaban de repente y sin razón aparente. Ese es su argumento central: las vidas  de los habitantes de la localidad de Mapleton tras la Marcha Repentina, o la denominación de los acontecimientos del 14 de octubre.

Perrotta

Se da cuenta de todo: sus nuevas rutinas, lo que supuso para ellos el mazazo, e incluso sus cambios de vida totalmente radicales. Porque a raíz de lo que pasó, muchas sectas comenzaron a aparecer. Esta es otra de las tramas importantes, dado que varios personajes acaban en estos grupos fanáticos. En definitiva, ciencia ficción con trasfondo religioso e historias dramáticas.

El relato de Perrotta en sus algo más de 400 páginas está muy bien estructurado. La narración es agradable, aunque no llega a ser adictiva, dado que el mayor misterio se acepta como algo normal por los personajes. Ya han asumido que todos los que se volatilizaron no están, y no se plantean debates metafísicos o religiosos sobre la Marcha.

Lo que da más miedo es la adaptación que está planeando Lindelof para la adaptación en HBO. El reparto es potente: Liv Tyler, Justin Theroux o Amy Brenneman, entre muchos otros. Y contar con la emisión de la que se considera la mejor cadena de la historia también ayuda.

Tyler1Pero Lindelof es ese tipo de persona que, igual que JJ Abrams, ya genera renuencia con que solo aparezca su nombre en cualquier producto. Su guión de Prometheus fue un despropósito, y muchos le siguen echando en cara el final de Lost. Algunos, incluso, le recomendaron que viese el de Breaking Bad para que aprendiese cómo se debe cerrar una serie. Una reacción pueril y absurda, típica de Twitter, pero que es un síntoma de lo que provoca en muchos espectadores.

En cualquier caso, la novela está muy bien y se lee muy rápido (con sus fallos de traducción).  No quiero destripar más, pero todas las historias humanas de Perrotta están muy logradas y los guionistas van a tener que esforzarse para que subyuguen como en las letras. Porque el libro, además, está en la lista de los mejores de 2011 para The New York Times. Y uno de los que lo ha recomendado es Stephen King. A leer.

Fotos: Wikipedia

Recuerdos (imprescindibles) de 2013: House of Cards y Kevin Spacey

Con el fin de The West Wing (El ala oeste) nos quedamos casi huérfanos de series políticas. De tener todo pasamos a un vacío inesperado. Y es que quién nos iba a decir que ibamos a echar en falta una serie sobre la aburrida vida de los gestores públicos que legislan para hacer la vida de los suyos mejor mientras a nosotros nos putean. Pero es que lo que hizo Aaron Sorkin provocaba de todo menos tedio. En 2008 llegó The Good Wife, la cuál no he visto aún. Sí, ya sé que es un pecado, pero habrá tiempo. De ésta solo sé que tiene a todo el mundo encandilado. Y por algo será. En Europa también podemos presumir de una, Borgen, otra de esas maravillas que llegan desde Dinamarca. House3

Pero en 2013 llegó la que muchos estábamos esperando. Todo era novedoso: un canal de televisión en streaming, actores y directores de Hollywood, y un argumento enigmático y que no te permitía predecir por dónde iba a tirar la historia. Así llegamos a House of Cards, una de las mejores series de este año (ya veremos si la mejor en unas semanas), y que merece ser rescatada. Más aún después de conocer que su segunda temporada se estrenará el 14 de febrero de 2014. Y esperemos que no sea la última.

House4Si no habéis visto el drama político de 2013 que ha emitido Netflix simplemente estáis tardando. La serie gira en torno a Frank Underwood (Kevin Spacey), un congresista que es el jefe de los demócratas en la cámara de representantes estadounidense, y que se vale de todo tipo de ardides y efugios para lograr sus objetivos. Estos pueden ser por el bien del partido, del país o del presidente de EEUU. Pero todos comparten una finalidad común: aquello que logre desde su papel de líder tiene que acabar beneficiándole sea como sea. Porque lo único que ansía es poder. Mucho más.

Para ello no dudará en emplear a los periodistas, que gustosos publicarán (casi) todas las filtraciones que provengan del poderoso Underwood. Así embauca a Zoe Barnes (Kate Mara), una joven reportera que está cansada de ser el último mono de su periódico y que acabará siendo la que saque a la luz todos los escándalos o cambios de estrategia que le cuente el político. También está con él su inseparable Doug (Michael Kelly), su jefe de personal y el encargado de hacer el trabajo sucio. Su otro apoyo en su asalto a escalafones más altos es su esposa Claire (Robin Wright), que dirige una organización sin aparente ánimo de lucro pero que a la vez presiona en un sentido u otro para facilitar las cosas a su marido.

House1

No le falta nada. Hay traición, cuernos, agresiones provocadas, sobornos, acoso e incluso homicidios. Y los secundarios son espectaculares, como Peter Russo (Corey Stoll). Ser tan buena no le valió de nada en los Emmy, donde no se llevó nada con la excepción del premio a mejor dirección para David Fincher. Pero ya sabemos que esto de los premios es muy discutible. Porque características positivas le sobran.

Kevin Spacey es el que tiene todo el poder. Y se siente cómodo con ello, porque su interpretación es indescriptible (de bueno). Gracias a su presencia y sus monólogos dirigidos al espectador se refuerzan otros aspectos. Ocurre con el papel de los lobbies, otro de los puntos fuertes de la serie. Las tramas nos muestran el tira y afloja constante entre estos grupos de presión y el poder político en EEUU. Y es tan real que da miedo.

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El mayor éxito de House of Cards es su realismo. Hay que partir de que nunca se puede confundir ficción con realidad; pero ésta es que te mete tanto en sus historias que llegas hasta a indignarte con lo que estás presenciando. Ya sea por una operación que deja sin trabajo a miles de personas a cambio de unos votos, o por leyes favorables a determinadas empresas para así lograr más donaciones para una campaña, te cercioras de que lo que cuenta la serie tiene toda la pinta de ser verdad. Nada queda al azar, y todos los detalles están extremadamente cuidados. Incluso el hijoputismo de los políticos o empresarios está marcado a la perfección.

La serie creada por Beau Willimon cuenta, además de con un reparto excepcional, con auténticos genios detrás de las cámaras. David Fincher, que además es productor junto a Kevin Spacey, dirigió los dos primeros episodios, por poner un ejemplo. Otros directores de renombre como Joel Schumacher o Allen Coulter (éste en las series) también han sido responsables de otros capítulos. Todos ellos han contribuido a hacer una ficción casi perfecta, en la que no sobra ni un minuto y donde, de una manera u otra, te enganchas a la política y a sus tejemanejes y maquiavelismos.

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Cuando regrese en febrero la recuperaremos, ya para hablar de las tramas en sí. Por ahora mejor recomendarla sin más y que los que tengan la mala suerte de no haberla visto aún (o buena, ya que aún la pueden descubrir) puedan disfrutarla sin destrozarles la trama.

House of Cards fue la reina del primer semestre de 2013 (la del segundo es Orange is the New Black). Y si logra mantener el nivel demostrado en su primera temporada, será eterna. Aunque lo que espero de verdad, insisto, es que no acabe en 2014, como ya deslizaron. Sería una gran pérdida para la televisión actual.

Isabel vs La que se avecina vs El Tiempo entre Costuras: ¿por qué esa lucha?

Lo de los lunes en la televisión española es inexplicable. La sempiterna refriega entre las cadenas para demostrar quién la tiene más grande ha llevado a competencias estúpidas en las que hay un único perjudicado: el espectador. Es lo que tiene no saber vender los productos. Y visto lo visto, no parece que se vaya a producir un reciclaje al respecto para cambiar la tendencia.Isabel1

Ayer se emitieron de forma simultánea Isabel (TVE), El Tiempo entre Costuras (Antena 3) y La que se avecina (Telecinco), que fue la última en incorporarse a esta lucha. No serían pocos los que querían ver el final de la segunda temporada de la serie histórica que protagonizan Michelle Jenner y Rodolfo Sancho. A lo mejor los mismos que tenían ganas del regreso de la ficción póstuma sobre Aquí no hay quien viva. E incluso puede que unos cuantos, o muchos, pretendiesen seguir el hilo de la miniserie basada en el best-seller de María Dueñas. Pues tuvieron que elegir.

LAqueQue quede claro que las teles son libres de hacer lo que les plazca, y que la competencia entre sus productos es inevitable e incluso necesaria. Pero si estamos hablando de, probablemente, sus productos más exitosos, ¿por qué emitirlos el mismo día que su competencia? ¿Cuál es el fin, si ya saben que de antemano la audiencia no será la misma por este choque televisivo?

Quizá el resto de días, a lo mejor, la televisión no está congestionada de series de estreno o películas aceptables. Sería un detalle planteárselo y pensar así en el bienestar de eso que sabes que va a tener éxito sí o sí en cualquier día que lo emitas.  Porque si estás solo y no tienes competencia de altura ese mismo día, lo petas. Aunque es cierto que aquí triunfan programas cuya nula calidad o rigor son patentes, como los del corazón o los especiales «»»informativos»»» sobre niños muertos. Y ante eso, en este país de pandereta, es fácil claudicar.

El tema del horario y de la duración es otra batalla perdida. Pero insisto: no puede ser que las cadenas y productoras españolas se marquen capítulos de más de una hora que luego son emitidos a las 22.30 horas. Porque ya sabemos a qué hora suelen acabar debido a las pausas publicitarias más o menos largas (cuando había publicidad en TVE, un capítulo de Cuéntame paraba dos veces para meter 20 minutos de anuncios en cada alto).Tiempo2

Y pensaréis, con mucha razón, que ahora todas las historias por capítulos se pueden ver en las webs de las cadenas. Pero, ¿y si el espectador, tras pasar todo el día trabajando o estudiando, solo le apetece ver la tele por las noches y no ponerse a buscar un enlace en Internet? Por no hablar de la gente, ya sean mayores o no, que no entiende el consumo televisivo así, o que directamente no ha tocado jamás un ordenador o es lego en la red. Esos son mayoría a la hora de cambiar de canal. Y se les sigue maltratando.

Isabel, La que se avecina y El Tiempo entre Costuras pueden ser más o menos buenas, tener mucha o poca calidad y gustar lo justo o lo máximo. Pero la gente las ve. Y las prefiero mil veces antes que los mercadeos con la vida de los demás o con asesinatos de menores desgranados hasta con dramatizaciones. Es más sano una ficción que llenar la mente de la gente de auténtica basura carente de honestidad y en la que solo se busca la carnaza.

Hay que pedirle a las cadenas que apuesten por sus series, y que las traten bien. Pero sobre todo que piensen en que el espectador pueda verlas. ¿O es que siempre vamos a dar audiencia a gente como esta?

Asunta

El documental sobre el auténtico Walter White que pudo inspirar Breaking Bad

Walter White existió. El narcotraficante que creaba la mejor metanfetamina del mercado no es solo un ser ficticio de Breaking Bad. Aunque su centro de operaciones estuvo en Alabama, no en Alburquerque. VICE ha encontrado a este hombre que comparte nombre con el personaje que interpretó Bryan Cranston en la serie de Vince Gilligan y ha realizado un documental sobre su vida. Y las similitudes entre ambos son palmarias. Una historia muy curiosa sobre un criminal que, indirectamente, es conocido en todo el mundo y que inspiró de forma accidental una de las mejores series que han existido. El documental está en inglés.