Modern Family es una de las mejores cosas que les ha pasado a nuestras pantallas en este siglo. Aterrizó en 2009 con un método innovador para contar historias, mezclando una narrativa reconocible con el siguiente paso de los famosos guiños a cámara que popularizó Will Smith en El príncipe de Bel-Air, llevando a los protagonistas a sentarse en un sofá para hablar directamente con un entrevistador imaginario, al más puro estilo docu-reality.
Esta serie, que mostró una diversidad de familias preciosa y, hasta entonces, desconocida en los grandes éxitos de la televisión, nos traía al patriarca de los Pritchett, Jay (Ed O’Neill), casado en segundas nupcias con la jovencísima Gloria (Sofía Vergara) que, a su llegada a la familia Prtichett, ya tenía un hijo: Manny, interpretado por Rico Rodríguez.