Maldita hemeroteca. Y maldito archivo gráfico. Para otros, claro. Para mí y mi curiosidad supone una extraordinaria fuente de regocijo interior, sobre todo cuando encuentro cosas como esta:

Pues sí, por extraño que parezca, la alcaldesa diputada senadora Rita Barberá y Andie MacDowell compartieron la misma confluencia espacio-temporal. Fue en la Mostra de Cine de Valencia en noviembre de 2005, en realidad Barberá le estaba entregando la Medalla de la Ciudad a la abanderada de L’Oreal, luego se la llevó a comer paella y a mostrarle las maravillas de su feudo.

Esta prodigiosa instantánea me hizo preguntarme qué hace Andie con su vida además de hacer anuncios de L’Oreal. Porque lo de esta mujer con esta firma de productos de belleza es toda una marca para el libro Guinnes de los Récords.

Se estrenó en el famoso spot de «porque yo lo valgo» en 1987 y está a punto de cumplir 30 años ininterrumpidos siendo imagen de L’Oreal. Ahí es nada.

Yo pensaba que Andie era una actriz fichada como modelo, pero no, en realidad fue todo lo contrario. Andie era una joven de Carolina del Sur que dejó sus estudios universitarios cuando en 1978 fue fichada por la prestigiosa agencia de modelos Elite. Tenía 20 años: se trasladó a Nueva York y comenzó a trabajar para la revista Vogue y para campañas publicitarias de Yves Saint Laurent, Armani y Calvin Klein.

Precisamente gracias a unos anuncios de televisión que hizo para Calvin Clain se fijaron en ella en Hollywood. En 1984 le ofrecieron su primer papel en Greystoke, para mí la mejor versión que han hecho de Tarzán y probablemente la más realista, con Christopher Lambert impecable en su papel simiesco.

Fue un buen comienzo para MacDowell, el problema fue que interpretaba a una aristócrata  inglesa y su acento americano y sureño era tan fuerte que se vieron obligados a doblarla por completo con la voz de Glenn Close. Aquello no le sentó muy bien a Andie.

De hecho, supuso un mazazo tan grande que pensó que su carrera como actriz había acabado nada más empezar. Al año siguiente sólo obtuvo un papel secundario en St. Elmo, punto de encuentro y nadie la volvió a llamar.

Decidió coger el toro por los cuernos: estudió en un Estudio de Actores y en 1989 Steven Soderbergh le dio la oportunidad de su vida cuando la fichó para Sexo, mentiras y cintas de vídeo. Su interpretación en esta película fue muy aplaudida: fue nominada a un Globo de Oro, ganó el premio Spirit y el de la Asociación de Críticos de Los Ángeles. Aquello fue un punto de inflexión: demostró que era más que una cara bonita.

Al año siguiente (1990) volvió a triunfar en Matrimonio de conveniencia, con otra nominación a los Globo de Oro  junto a Gérard Depardieu, que sí se llevó el galardón.

Matrimonio de conveniencia fue su salto al cine comercial, y después llegó otra gran película: Atrapado en el tiempo (1993), con un enorme Bill Murray.

Estaba en racha, y su siguiente película fue aún más exitosa: Cuatro bodas y un funeral (1994), junto a Hugh Grant. Por ella ganó su tercera nominación a los Globo de Oro y nuevamente su compañero de reparto se fue con el premio a casa.

Con Cuatro bodas y un funeral partió la pana: se convirtió en la primera actriz en la historia del cine de Estados Unidos en arrebatarse a sí misma el número uno de taquilla: primero batió el récord de taquilla con la citada película británica y al fin de semana siguiente se superó con el western femenino Cuatro Mujeres y un destino (1994 ), también protagonizada por ella.

A partir de entonces siguió haciendo películas, pero sus papeles pasaron mucho más desapercibidos y finalmente ha encontrado su sitio en la televisión.

En 2012 trabajó la serie Diseñando a Jane y de 2013 a 2015 protagonizó la serie familiar Cedar Cove.

Actualmente está preparando una nueva serie, Model Woman, que se estrenará este mismo año y cuyo primer episodio se grabó en primavera.

También se encuentra rodando Granite Mountain, una película de Ken Nolan que se estrenará el año que viene y en la que compartirá cartelera con Jennifer Conelly.

Hay que reconocer que viendo lo fenomenal que está a sus 58 años, me dan ganas de comprar productos L’Oreal de forma compulsiva. Ya a los 42 años fue elegida por la revista People como una de las 50 personas más guapas del mundo.

Su imagen está muy cotizada, en el año 2000 demandó a la cadena de supermercados Walmart por incluir una fotografía suya en varias de sus tiendas sin su permiso.

Y si Andie es guapa, sus hijas rivalizan en belleza con ella.

La actriz tiene tres hijos, fruto de su primer matrimonio con el ranchero y modelo Paul Qualley, al que conoció haciendo un anuncio para la marca Gap. Se casaron en 1986.

Con semejantes padres, solo podían salir hijos guapísimos:  Justin (nacido en 1986), Rainey (nacida en 1990) y Margaret Qualley (nacida en 1994).

De hecho, Rainey es modelo y ha trabajado también esporádicamente como actriz. Margaret Qualley es más conocida como una de las protagonistas de la serie The Leftlovers.

El matrimonio de Andie MacDowell con el ranchero modelo acabó en 1990, año en el que se separaron. Se divorciaron en el año 2000 y la actriz no perdió el tiempo: en esos dos años probó suerte con Dennis Quaid y Harvey Keitel.

En 2001 trató de sentar de nuevo la cabeza y se casó con un amigo de infancia, Rhett (¡como Rhett Butler!!), convertido en un importante joyero de Atlanta.

Se divorciaron poco antes de cumplir su tercer aniversario.

 

Y como no hay dos sin tres, en 2006 la actriz se comprometió con otro joyero de Atlanta.

De hecho la actriz visitó con su nuevo joyero, llamado Kevin Geagan, nuestras costas, y se dejaron ver en 2006 en Marbella, un año después de que Andie conociera las bondades de Valencia de mano de Rita Barberá.

Y este fue su último novio conocido. Ahora Andie solo se deja ver con sus hijos, tan guapos que sus álbumes de familia deben parecer catálogos de moda.