Yo a Val Kilmer le tengo un especial cariño por muchas razones. Una de ellas es que fue uno de mis primeros post cuando me hice cargo de este blog, hace ya tres años. (¿Tres? Sí, Mari, tres. No somos nadie). Ya por entonces os contaba que, justo hacía un mes, Val había hecho público el motivo de su tremendo cambio físico de los últimos meses.
Pero vayamos por partes y pongámonos un poco en contexto:
Val nació la nochevieja del ’59. Debutó como actor en 1981 y sólo 3 años más tarde lo petó con la desternillante Top secret! interpretando al maravilloso Nick Rivers, un afamadísimo músico al más puro estilo Elvis, parodiándolo deliciosamente.
25 añinos, tenía. Criaturilla.
Por si fuera poco, y después de pasar por Top Gun, en el el ’88 fue el atractivérrimo Madmartigan en Willow, una de las grandes pelis de culto de los ochenta (por cierto, ¿qué fue de Willow?).
Y ya rematamos en el ’95, cuando fue Batman en Batman Forever. Que, personalmente, como Batman era el que menos me gustaba, hasta que llegó Affleck y los hizo buenos a todos xD. Pero a ver, el traje de Batman es que aporta mucho a cualquiera. Me casaba con el traje. Además, hay que decirlo, es al que mejor se le reconoce con la máscara puesta, porque no hay mucha gente que pueda presumir de morros como él.
Esto, claro, sin olvidar papeles inolvidables como en The Doors (donde clavó a Jim Morrison), La isla del Dr. Moreau o El Santo. Pero, poco a poco, y a pesar de que nunca ha parado de trabajar, la presencia de Val en las pantallas se fue apagando.
El impresionante cambio físico de Val Kilmer, que había engordado muchísimo, fue durante un tiempo comidilla en redes, ya que el actor estaba prácticamente irreconocible, especialmente en las apariciones espontáneas (no caracterizado).
Y después de eso llegó un segundo y más impresionante aún cambio, cuando empezó a aparecer en sus redes con un aspecto extremadamente delgado y demacrado.
En mayo de 2017, Kilmer le contaba que padecía un cáncer de garganta contra el que llevaba meses luchando, y que había afectado notablemente tanto a su imagen como a su estado de salud general, obviamente. A pesar de ello, Val continuaba trabajando incansablemente, en ese momento en la obra que lo absorbió por completo: Cinema Twain.
Desde entonces, Kilmer se ha convertido en un abierto (y excéntrico) artista y ha publicado una autobiografía titulada I’m Your Hackleberry.
Ahora ha vuelto a saltar al escenario, después de conceder una entrevista a Good Morning America, de la ABC, en la que ha hablado sobre su lucha contra el cáncer y sobre su regreso a Top Gun.
Me siento mejor de lo que me escucho. Fui diagnosticado con cáncer de garganta, que se curó rápidamente. Esto es una traqueotomía para ayudarme a respirar porque las glándulas en mi garganta se inflamaron. (…) Es lo que la gente diría sobre Jim Morrison: nunca sabías si estaría vivo al día siguiente. (…) Soy muy tímido. He intentado vivir una vida tranquila en Nuevo Méjico a pesar de todas mis famosas novias del pasado. (…) El rodaje de Top Gun fue muy emotivo y sorprendente. Tom vestía su vieja chaqueta, y no quiero contar nada, pero entre tomas Tom y yo nos reíamos como si estuviéramos en el instituto.
Cuando le preguntaron «qué es lo que más extraña de su voz», él respondió:
Que tenía una y que no me reía como un pirata.
Otro que se destroza la cara con los retoques estéticos, prefieren tener todos y todas la misma cara de muñeca pepona que admitir , que se hacen mayores y se arrugan , pues así lo único que logran es dar repelús.
02 junio 2020 | 2:12 pm