La guerra de las corrientes. ¿La habéis visto? Nosotros la alquilamos el otro día. Nos la había recomendado la tutora de la mediana (tutor de infantil mediante, que se llevó a todo el equipo docente al cine a verla) porque el proyecto del segundo trimestre, antes de que sobreviniera una pandemia mundial, versaba alrededor de la figura de Tesla. Y La guerra de las corrientes no va sobre Tesla más que de manera un poco tangencial, pero aquí lo aprovechamos todo =D
Además, que sale Benedict Cumberbatch haciendo de Edison, y Benedict Cumberbatch siempre es bien.
En fin, que llegado un punto de la película, como no podía ser de otra manera, hablan del «cinematógrafo» de Edison y de las primeras películas de la historia, y no pude dejar de pensar en los hermanos Lumière y en todo el lío de las patentes a finales del XIX, y se me ocurrió que todo aquel jaleo bien daba para un pequeño post.
¿Cuál fue la primera película de la historia? Bueno, supongo que en realidad todo se reduce a «¿Qué entiendes tú por película?«. Bueno, vamos allá:
Supongo que todos nosotros hemos crecido oyendo que el cine lo inventaron los hermanos Lumière. Y no es mentira. Solo es que le falta parte de TODA la verdad.
Auguste Marie Lous Nicolas y Louis Jean Lumière (sí, desde luego que he ido a buscar sus nombres a Wikipedia) inventaron el cinematógrafo: una máquina que era capaz de filmar en una película perforada de 35 milímetros de ancho y luego proyectar «imágenes en movimiento» que, como todos sabemos, eran en realidad una serie de fotografías que después se reproducían de manera continua y creaban la ilusión de movimiento.
Presentaron su creación en marzo de 1895 en París, y lo hicieron con la película La salida de los obreros de la fábrica Lumière.
Fue un absoluto éxito y en diciembre de ese año los Lumière hicieron la primera proyección pública, sumando varios títulos más hasta un total de 10 películas, que sumaban una duración de 20 minutos. Se realizó en el Salon Inden del Grand Café, en París, y las entradas se vendieron a un franco. A esta primera proyección asistieron 33 personas, que cuenta la leyenda que salieron despavoridas de la sala cuando se proyectó La llegada de un tren.
El éxito del cinematógrafo en Europa fue tal que los Lumière llegaron a expandirse por Asia y a filmar en tiempo récord más de 500 películas. Tanto fue así que menos de un año después de la presentación de su cinematógrafo, en enero de 1896, se presentó el primer filme de la historia con un propósito narrativo y cómico: el famoso El regador regado.
De aquí a Liam Neeson en Venganza hay dos telediarios, Mari, te lo digo.
Pero vamos a ver: si los Lumière inventaron el cinematógrafo, ¿qué pinta Edison aquí? ¿Es que Homer miente?
No, no miente. Los Lumière inventaron el cinematógrafo, pero no a partir de cero sino a partir de inventos de otros. Y para esquivar problemas legales de patentes le hicieron unos retoquillos al diseño del quinetoscopio de Thomas Edison. Cambiaron por ejemplo la perforación de la película, haciendo los agujeros circulares en lugar de cuadrados. ¡¡Circulares!! Madre mía, qué loquísimos estaban.
Vayamos con Edison: este hombre, que tantas cosas inventó, en realidad se tenía por el chef que elevaba a genialidad los ingredientes de otros. Es decir: que en su laboratorio se dedicaban a robar ideas de forma profesional, como todo el mundo sabe gracias a Sheldon Cooper.
El cinematógrafo quinetoscopio no fue una excepción. Edison lo registró en 1891, año en el que se hizo también una primera proyección al público, y en mayo de 1893 se hizo la presentación pública del quinetoscopio en el Instituto de las Artes y las Ciencias de Brooklyn. Utilizaban entonces cilindros rotativos y las películas tenían una limitada duración de unos veinte segundos. La película de celuloide llegaría más tarde, también en sus laboratorios.
Como curiosidad: en 1894 abrió el Kinetoscope Parlor en Broadway, donde un único espectador se sentaba en una cabina para ver una película de veinte segundos a través de una mirilla. Edison nunca llegó a creer que el cinematógrafo pudiera tener proyección (valga la redundancia) como entretenimiento de masas.
Atribuido a Edison ese gran eslogan, cuando registró su patente, de «una máquina que sería para los ojos lo que el fonógrafo para los oídos» (que, por cierto, sale en la peli), lo cierto es que su quinetoscopio nació en el taller (si es que puede llamarse taller) de Eadweard Muybridge (no está mal escrito: era Eadweard). Aunque no se llamaba quinetoscopio, claro: se llamaba zoopraxiscopio. Y nació de la frase de la que nacen las mejores ideas del mundo moderno: «¿Que no? Sujétame el cubata».
Os presento al señor Muybridge:
7-. Acá ingresa nuestro segundo homenajeado:
el científico norteamericano Eadweard Muybridge,
que aplicando las enseñanzas de Janssen realiza en 1879 un experimento para determinar (y zanjar) una vieja discusión:
¿Como es el galopar de un caballo? pic.twitter.com/Bvh9ptyNDP— Супэр8мм 🐾🐾 (@Super_8mm) March 15, 2020
Muybridge, que por cierto era encuadernador, era amigo estrecho de un señor que se llamaba Leland Stanford, exgobernador de California y aficionado a las carreras de caballos, que sostenía fervientemente que en un momento dado, durante su carrera, el caballo tenía las cuatro patas en el aire. Y apostó por ello contra su colega, James Keene, presidente de la Bolsa de Valores de San Francisco. En realidad, esa guerra era vieja como el río, pero estos dos señores lo llevaron al extremo. Y Stanford le pidió a su amigo Muybridge que le ayudara a poner fin al tema.
Muybridge rodeó el hipódromo de Sacramento con sábanas blancas y dispuso cámaras fotográficas (una por sábana) para fotografiar al caballo en su galope a 35 km/hora. Pero la velocidad de obturación era muy lenta y solo obtuvo un borrón informe. Tras varios intentos y un año de ideas, Muybridge diseñó un obturador mecánico que reducía el tiempo de exposición a un impresionante 1/500 de segundo.
Consiguió fotografiar a una yegua de carreras, Sally Gardner, en una secuencia de 12 fotografías que se realizó en medio segundo. Y el resultado de ello fue la primera película de la historia: el experimento Caballo en movimiento. Y le dio la victoria a su amigo Leland en la famosa discusión porque, en efecto, en un momento de su carrera las cuatro patas estaban en el aire.
Muybridge se convirtió desde entonces en un auténtico estudioso del movimiento y realizó cientos de «experimentos» similares, haciendo trabajos realmente impresionantes para la época.
Este es el primer stop-motion de la historia, de 1881, de Eadweard Muybridge (1830-1904) quién fotografió un esqueleto de caballo importado de Nueva York a California. Sus conocimientos del movimiento de los caballos venía de sus investigaciones fotográficas previas. #cine #VFX pic.twitter.com/UmlzJ7Qved
— Carolina Jiménez G. (@Okinfografia) April 6, 2019
A partir de aquí trabajó Edison, y os iba a contar la historia de Dickson y la primera película sonora, pero creo que esto se me está yendo de las manos, así que lo dejo para otro post 🙂
«La escena del jardín de roundhay»
Louis Le Prince.
14 de octubre de 1888.
Es considerada la primera película de la historia del cine, convirtiendo a su autor en el creador de este.
31 mayo 2020 | 5:39 pm