Hace más de veinticinco años del comienzo de aquel memorable late show, y de toda la variopinta galería de personajes que desfilaron por el programa. Tanto fue así que no es raro ver, de vez en cuando, viralizarse algún vídeo que extrae recuerdos del show de Xavier Sardá, y es curioso ver cómo gente que todavía no había nacido cuando se emitía se sorprende de algunas de las cosas que pudimos ver en pantalla por entonces. No todas se sorprenden para bien, todo sea dicho. Pero hace poco, precisamente, se viralizó en TikTok un pequeño trocito de la sección de Carlos Blanco, un niño superdotado de doce años que podía hablar, parecía, de absolutamente cualquier tema, y en este caso lo hacía de uno de sus temas favoritos: la egiptología.
Carlos hablaba de todo, desde Platón o Newton a Freud, pasando por los mayas. Argumentaba como un erudito sus creencias religiosas pero lo que verdaderamente nos dejó a todos boquiabiertos fue su conocimiento del Antiguo Egipto y su capacidad para traducir jeroglíficos al vuelo.
Con solo once años ya era miembro honorífico de la Asociación Española de Egiptología y un año más tarde impartía su primera conferencia en la Fundación Arqueológica Clos de Barcelona.
Fue considerado el egiptólogo más joven de Europa y el descifrador de jeroglíficos más joven del mundo, en 1998 fue invitado por el gobierno de Egipto a estudiar árabe en el Instituto Egipcio de Estudios Islámicos. Al mismo tiempo estudió inglés, francés, alemán, hebreo y egipcio, además de interesarse por el latín y el minoico.
Dos años más tarde estudió griego, sánscrito, ruso, chino, acadio y copto en la escuela Westminster School de Londres.
Algo diferenciaba a Carlos de otros niños prodigio que pasaron por la televisión: no era un niño de ‘ciencias’ sino un humanista de los pies a la cabeza. Y tener una mente tan privilegiada no siempre era todo positivo: su hambre voraz de conocimiento también le aisló de los demás, Carlos iba a un colegio público, tenía pocos amigos y sufría una profunda sensación de soledad. «Era una criatura extraña, alienada«, reconoció años más tarde.
No se sentía valorado, porque a su alrededor los niños no se sentían interesado por las cosas que a él le apasionaban. Javier Sardá cambió eso en su vida.
«Había hecho algunas apariciones televisivas, pero Javier confió en mí sin tratarme como un bicho raro, y por primera vez alguien valoraba lo que yo hacía y lo que me gustaba, y eso me dio confianza en mí mismo», declaró en un encuentro sorpresa con Sardá que tuvo lugar en 2015 y que el propio Carlos describió como «inefable».
Por su parte, Javier Sardá siempre tuvo en cuenta que era solo un niño, y que debía ser respetado como tal. «No quería convertirlo en uno de los muchos frikis que pasaban por el programa —dijo—. Lo que hacía con él era charlar sobre varios temas, y lo hacíamos con naturalidad». De hecho adaptó la grabación a los horarios a Carlos, uniendo varios bloques en un mismo día para que no afectara a vida infantil.
Su paso por la televisión sin duda le cambió la vida. Le lanzó al estrellato (incluso hoy en día le siguen reconociendo por la calle, asegura) y sobre todo le dio el estímulo para seguir aprendiendo.
A los 15 años accedió a la universidad, se licenció en Filosofía, Química y Teología. Entre 2009 y 2011 estudió en Harvard gracias a una beca de la Fundación Caja Madrid, y entre tantos estudios incluso tuvo tiempo para ejercer de jurado en el concurso El Gran Quiz en 2008.
Actualmente, a sus 37 años, es doctor en Filosofía y Teología, miembro de la World Academy of Art and Science desde 2015 y de la Academia Europea de Ciencias y Artes desde 2016. Ejerce como profesor en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
También es miembro cofundador de The Altius Society, una organización internacional de pensadores.
Convertido en un filósofo experto en el pensamiento, imparte conferencias y clases por todo el mundo, y sus intervenciones están cada día más cotizadas.
Aquí le podemos ver en una de ellas, que tuvo lugar en Buenos Aires en 2015, en la que comentaba como si tal cosa que la última vez que estuvo allí impartiendo otra conferencia fue 15 años antes, es decir, cuando tenía 14 años.
También ha escrito un buen número de artículos y libros. Entre los últimos estarían Athanasius, en el que desentraña a lo largo de casi 800 páginas la curiosa vida de Athanasius Kircher (1602-1680), uno de los últimos hombres que pudo abarcar todas las ramas del conocimiento; La integración del conocimiento, de 2018; Dios, ciencia y filosofía: de lo racional a lo divino, de 2019, mucho más ligero en sus ciento y pico páginas.
Habría que evaluar lo que se entiende por superdotado e inteligencia, porque no darse cuenta de que un dios que hace la Tierra antes que el Sol y las estrellas y desconoce el ciclo de las lluvias, así como la conformación del sistema solar, de lo que es el día y la noche, etc… no debería dar para mucho doctorado. Otra cosa es que exista otro modelo de realidad o concepto de la realidad que desconocemos, pero que poco tiene que ver con textos escritos que obligan a creer en algo que no, vamos, que no..
12 julio 2023 | 11:04 am
¡Qué curioso!
12 julio 2023 | 11:44 am
Carlos Blanco es agnóstico. Lo ha dicho en varios vídeos. Incluso cuando era creyente dejó claro que no aceptaba la literalidad de la Biblia y que la interpretaba simbólicamente. Desde su etapa de niño prodigio ha dado muestras de ser una de las mentes más brillantes que existen. Escucharle asombra y leerle deslumbra por la sabiduría, la originalidad y la belleza de muchos de sus planteamientos. Un orgullo que esta gran mente sea española.
14 julio 2023 | 12:59 am
Hablo el dice ser la natura divina 😄, el superdotado 😄. Madre mía 🤦🏻♂️.
15 julio 2023 | 9:09 pm
Que maravilla y que orgullo, esperaré ansiosa su conferencia en Barcelona 😍😍
03 marzo 2024 | 2:32 pm