Eran los ’90 y era Aaron Spelling en la producción ejecutiva. Nada podía fallar.
Estrellas (¿estrellas?) como Thomas Calabro, Doug Savant, Marcia Cross, Grant Show, Daphne Zuniga (que no olvidemos que era la prota de Spaceballs junto a Bill Pullman y John Candy) pasaron por este culebrón adolescente o, directamente, surgieron de él.
Se suponía que todos eran guapérrimos y fabulosos aunque, para ser sincera, yo siempre me pregunté qué veía la gente en Billy, que no me parecía atractivo ni carismático. Ni siquiera un poquito. Yo soy del equipo Savant, aquí, en Mujeres desesperadas y donde haga falta. Y se suponía también que todos eran, no adolescentes, pero sí jóvenes adultos, de esos personajes que todavía creían que la gente de 30 años era gente mayor, aunque la mayoría de los actores y actrices los 30 no los cumplían otra vez. Y, aunque eso era una condición común, en algunas de sus estrellas era más evidente que en otras. Personalmente, Heather Locklear siempre me pareció «mayor» en comparación con el resto, aunque tuvieran la misma edad.
Locklear se incorporó casi al final de la primera temporada con su personaje de Amanda Woodward, y se mantuvo en el elenco hasta que la serie dejó de emitirse en el 99, después de seis años y casi 200 episodios. Aunque, eso sí, regresó al papel en el revival de 2009, para ocho capítulos (de los 18 que tuvo su única temporada).
Entre medias, profesionalmente, lo cierto es que no hay mucho que contar. Lo principal fue justo tras la cancelación de Melrose Place, cuando tuvo uno de los papeles principales, el de Caitlin Moore, en Spin City: Loca alcaldía. Aparte, participó con papeles secundarios y protagónicos en algunas películas de escaso éxito, como El hombre perfecto o Game of Life, y tuvo cameos y muchos episódicos en varias series de éxito donde su presencia fue poco más que anecdótica, como Boston Legal, Dos hombres y medio , Reglas de compromiso e incluso Hannah Montana. No tendría otro papel principal hasta la tercera temporada de Franklin y Bash, una serie de dos abogados protagonizada por Mark-Paul Gooselar (sí, Zack Morris), aunque su personaje ya no figura en la cuarta temporada.
En 2013 (y esto sí que es anécdota) aparecía como Barbara en la quinta entrega de Scary Movie.
Entre 2016 y 2017 tuvo un papel secundario en Too Close to Home, y después desapareció de la pantalla durante cuatro años, cuando regresó para protagonizar la película para televisión Don’t Sweat the Small Stuff: The Kristine Carlson Story.
En su baja actividad y sus lagunas de tiempo inactivas tuvo mucho que ver, como seguro intuís, sus múltiples ingresos en rehabilitación por drogadicción y alcoholismo, que superan la veintena de internamientos.
El año pasado corrieron como la pólvora unas fotografías suyas en las que se la veía con leggins negros y aspecto más que desenfadado y feliz, luciendo dos coletas. Imagen que contrasta con las que, no hace mucho, y camino de cumplir 62 años, le robaron a la actriz destacando un tatuaje reciente que se hizo en la muñeca en honor a Ava, la hija que tuvo con su exmarido, Richie Sambora, batería de Bon Jovi.