Hace ya 22 años de Dark Angel, su primer gran trabajo como protagonista, y 18 de la primera parte de Sin City, cuyo papel de bailarina exótica la catapultó definitivamente al estrellato como sex-symbol.
Su carrera prometía ser fulgurante, parecía que se iba a comer el mundo, y de hecho, copó infinidad de portadas de revistas y programas. Era icono del estilo y la belleza. Llegaron a decir que sus proporciones eran físicamente perfectas. Pero, a sus 41 años, Jessica Alba está prácticamente desaparecida. ¿Qué está haciendo?
En el mundo de la interpretación no brilló tanto como ella hubiera querido. Y no precisamente por su falta de talento. Su papel en Dark Angel le valió una nominación para los Globos de Oro, pero para bien o para mal, su físico se impuso.
Ella quería ser como Natalie Portman, reclamaba papeles serios. Pero solo le ofrecían comedias románticas, películas familiares o papeles de superheroína, como el de Sue Storm en Los cuatro fantánticos.
Lució palmito en bikini junto al malogrado Paul Walker en Inmersión letal (2005) e incluso probó el género de terror con The Eye (Visiones) (2008) y el thriller con Despierto (2007).
Pero su mejor papel en la última década ha sido sin duda El demonio bajo la piel (2010) una controvertida película basada en la novela de Jim Thompson sobre la vida de un asesino. Por fin tenía el papel serio que quería aunque, inevitablemente, y para regocijo de buena parte del público masculino, seguía luciendo palmito igualmente.
Ese mismo año también se diversificó gracias a Robert Rodriguez, que ya le había dirigido en Sin City. Le ofreció un papel en su nueva película Machete y cuatro años después volvió a contar con ella también para Sin City: Una dama por la que matar, secuela de la película que le había dado la fama nueve años atrás. En ella también volvió a desplegar su arte en la barra americana, aunque estas nuevas aventuras no contaron con el éxito de su primera entrega, siendo considerada una de las peores secuelas del cine.
Las últimas veces que la hemos visto desfilando por la alfombra roja como protagonista fueron gracias a Mechanic: Recurrection, en 2016 con Jason Stathan, y a Asesinos ocultos, en 2019. Después de eso ha estado como la detective Nancy McKenna en la serie de televisión L.A.’s Finest.
Pero ha sucedido con Alba lo que con tantas otras estrellas a medio caer (o totalmente caídas) en Hollywood, y es que parece que las opciones son tres: puedes cultivar marihuana, plantar viñedos o desarrollar tu propia marca de cosméticos, y la actriz se ha decantado por esta última.
En 2014 creaba su compañía, The Honest Company, con productos de cosmética e higiene «para toda la familia» comprometidos, según su publicidad, con el medio ambiente. La empresa cuenta con más de un millón de seguidores en redes y de ella ha salido Honest Beauty, centrada en maquillaje con la misma filosofía y de la que Alba es su mejor embajadora.