Morgan Stevens nació en 1951 y, dedicado a la interpretación desde los tempranos años ’70, fue durante los ’80 cuando su estrellato se volvió brillante al interpretar a David Reardon en la mítica Fama. A ella siguieron pequeños papeles como estrella invitada en series de mucho tirón, como MacGyver, Magnum, P.I. o Un año en la vida (en la foto), aunque probablemente fue su paso por Melrose Place, ya en 1995 y cumplidos los 40 años, el que todos tenemos más fresco en la memoria.
El cuerpo sin vida de Morgan lo hallaron el miércoles, informaba TMZ ayer, en la cocina de su casa, sin signos de violencia ni de que se tratara de un suicidio, por lo que todo apunta a causas naturales. La policía inspeccionó su casa alertado por los vecinos, que llevaban días sin verlo. Tenía 70 años.
Stevens continuó actuando ante la pantalla a lo largo de la década de los ’90. Después de Melrose Place apareció en tres episodios de Murder One y su último trabajo, en el 99, fue en Walker, Texas Ranger.
En los ’90, fue víctima de una supuesta brutalidad policial: fue arrestado por conducir bajo los efectos del alcohol y en comisaría, después de noventa minutos en una celda, se negó a devolver la camiseta que le habían prestado. Según él, los dos agentes al cargo lo patearon y golpearon más de dos docenas de veces.
Stevens salió de la cárcel con la nariz rota, una mejilla fracturada y daño nervioso. Denunció a los agentes y hubo un acuerdo extrajudicial.
Después de retirarse de la televisión, Stevens permaneció alejado del foco mediático y desde entonces mantuvo, en lo personal y en lo profesional, una vida totalmente discreta.