Sobre ella dijeron en Vogue que la suya es la historia de una caída sin remedio. Mischa, en activo en pantalla desde mediados de los ’90, tuvo un gran tirón a principios de los 2000 al interpretar a Marissa en la telenovela adolescente The O.C., una especie de Sensación de vivir actualizada, con sus «niños pijos» y sus «malotes de pega» y los padres en sus dos vertientes: megamalvados e hiperenrollados.
Pero The O.C. terminó en 2006. Mischa se vio de pronto envuelta en fama y dinero, propietaria de una mansión -pequeñita, de solo ocho domitorios- en Beverly Hills y su historia, efectivamente, fue la de alguien en declive.
En 2007 fue arrestada por primera vez, por conducir bajo los efectos del alcohol y por posesión de marihuana. Al año siguiente llegó su primera tentativa de suicidio y en 2009 fue internada en una institución psiquiátrica, aunque ella después negaría que intentara suicidarse en una entrevista a la revista People.
Después de ser dada de alta, comenzó a subir peso, y fue presa de abusones tras teclados a lo ancho de todo el globo.
How did I miss mischa Barton getting fat? Haha lawd pic.twitter.com/aRVbEZUdbG
— MW (@megannnyeahhh) September 24, 2013
Remember when Mischa Barton was on drugs tho? Even more ugly pic.twitter.com/fVPn8ip4lw
— jasmine (@MileyRaySIay) December 20, 2014
A su favor decir que todas tenemos fotos nuestras pilladas con estos caretos, sin necesidad ninguna de estar drogadas. La gente tiene muy mala leche.
Entre tanto, su carrera interpretativa comenzó a estancarse, no por falta de papeles (que tuvo muchos) sino por falta de que esos papeles llegaran a alguna parte. Ninguna de sus películas tuvo repercusión y en televisión, aparte de episódicos, poco más tuvo que añadir a su haber. Tal vez lo más destacable fuera su papel de Sonja Stone en The Beautiful Life, una serie creada por Ashton Kutcher que fue cancelada tras solo cinco episodios.
A principios de la década de los 10 (madremía madremía, qué rarísimo suena esto, «la década de los 10, y ya estamos en los 20) quiso dar un giro a su camino y regresó al mundo de la moda, en el que ya se había iniciado de bien pequeña como modelo.
Se mudó a Londres y creó una línea de bolsos y accesorios que intentó gestionar online a través de Mischa’s Place, que mantuvo activa hasta 2017 aunque sin demasiado éxito, compaginándolo con varias películas de serie B (ha llegado a hacer hasta ocho en un solo año) que no ayudaron a relanzar su carrera como actriz.
Cuentan que en todos estos años lo único que ha conseguido volver a sacarle una sonrisa a Mischa ha sido su paso por Dancing with the Stars, ese saquito en el recogen a todas las estrellas que no tienen otro sitio donde meterse, como Alfonso Ribeiro o Frankie Muñiz.