Roger Moore dijo de él que era un «maníaco sexual con una lujuria antinatural». Javier Gurruchaga lo fichó para imitar a Felipe González. Hervé Villechaize nunca encajó con lo que su tiempo esperaba de él: el que fuera una vez el enano de oro de Hollywood murió a los 50 años de un disparo en la cabeza.
Hervé, decía él, no quería eufemismos en cuanto a su 1,22 m. de estatura, y exigía que se le llamara enano.
Nacido en París en 1943 y licenciado en Bellas Artes, a los 21 años emigró a los EE.UU., donde, después de pasar por varios papeles sin mayor reconocimiento, en el ’74 alcanzaría la fama por su papel de Nick Nack en la película de James Bond El hombre de la pistola de oro.
A su repentino éxito le siguieron varios años de vida caótica, que incluyeron pasar noches durmiendo en su coche, muchas drogas y, según todo el mundo en Hollywood decía, todo tipo de actividades sexuales a cual más retorcida.
A pesar de todo ello, a finales de los ’70 le llegaría su otro gran papel, por el que es también recordado junto al malvado que enfrentó al agente 007: el de Tattoo en La isla de la fantasía, personaje que mantuvo hasta 1983.
Si un fugaz estrellato en James Bond le había inclinado a una vida de drogas y excesos, la fama y la abundancia económica que le proporcionó La isla de la fantasía hizo que la cosa se saliera por completo de madre. Villechaize, perdido y endeudado, exigió un aumento de sueldo a la productora, queriendo cobrar lo mismo que su co-protagonista, Ricardo Montalbán.
Su atrevimiento terminó en despido, y Hervé nunca llegó a recuperarse.
De la cima a la fosa en tiempo récord. No es ninguna sorpresa lo cruel que puede ser Hollywood con sus juguetes rotos.
En la siguiente década, sus trabajos pueden agruparse en los dedos de una mano. En España muchos lo recordamos porque, en esa época de caída, Gurruchaga quiso contar con él para varios sketches cómicos en los que Villechaize parodiaba a Felipe González, con quien guardaba un curioso parecido.
Lo último que hizo Hervé para la pantalla data del ’92, cuando participó en El show de Ben Stiller.
Al año siguiente, el periodista Sacha Gervasi se citó con él para entrevistarle durante una cena que pretendía ser informal. La entrevista duró tres días y, cuando actor y periodista se separaron, Villechaize se suicidó de un disparo en la cabeza.
25 años después, Gervasi ha escrito y dirigido el biopic Mi cena con Hervé, que se estrenó en octubre del año pasado de la mano de HBO, protagonizado por Peter Dinklage y Jamie Dornan, y que ha cosechado en estos meses una increíble (por buena) crítica, tanto del público como del sector.
Supongo que la sensibilidad de cada quien entra mucho en juego, llegados a este punto, pero más de uno no ha podido evitar el lagrimeo.
Si no recuerdo mal, también participó en «Forbidden zone» una película de culto que va más allá de la serie Z.
22 mayo 2019 | 1:40 pm