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¿Black qué? ¿Otra fiesta del consumo para vendernos la moto?

a00451731 939En la entrada anterior os hablaba de mi amigo Marcos, que arregla motos pero no sabe poner la lavadora. Hoy os voy a hablar de otros que no arreglan motos, nos las venden. Y para hacerlo, que mejor que adoptar de Estados Unidos algo llamado Black Friday, igual que ya hicimos nuestras otras jornadas aparentemente festivas, que realmente son poco más que reclamos para que consumas, como Halloween o San Valentín.

El Black Friday lleva ya un par de años con nosotros, los mismos que ya no hay periodos de rebajas regulados por ley, y en esta ocasión lo viviremos este viernes, día 27 de noviembre. Se trata de una jornada de rebajas que en EE UU marca el comienzo del periodo navideño, y que en España sirve para que los comercios se lancen a vender a cualquier precio. Y nunca mejor dicho, porque son multitud quienes el día anterior suben los precios, para rebajarlos la jornada del Black Friday y dejarlos como estaba. Descaradamente. Y si les piden cuentas, justifican esta mísera práctica diciendo que los precios fluctúan.

Lo triste es que la ley les ampara, porque los precios en España son libres. Pero son multitud los consumidores que tachan esta práctica de engaño, y no les falta razón.

Si decides lanzarte a la aventura de encontrar chollos durante esta jornada, mucho ojo, porque no te será fácil. No te dejes llevar por los reclamos y compara productos antes de comprar.

Comprueba también que figure en el artículo el precio original y el porcentaje de rebaja, y no olvides que las garantías son siempre las mismas, sea en artículos rebajados o no: dos años para la gran mayoría de los productos.

Cuidado también con las denominadas condiciones especiales, que amparan a las tiendas a la hora de no aceptar el pago con tarjeta, por ejemplo, en jornadas de rebajas. Pero una cosa es eso, y otra que abusen del cliente. Otro ejemplo: exige siempre el tique de compra, y si en alguna tienda te dicen que durante el Black Friday pueden abstenerse de dártelo, no es cierto. Tienen la obligación de entregártelo, igual que están obligados a tener a disposición de los clientes hojas de reclamaciones, con sus tres copias.

Y si vas a vivir el Black Friday desde casa, ante el ordenador, recuerda que en compras online tienes 14 días para hacer devoluciones y tendrán que devolverte todo lo que pagaste.

Visto lo visto, el Black Friday parece una fiesta del consumo para las tiendas, no para los consumidores. Así que tenlo en cuenta. No digo que no puedas encontrar algún producto interesante rebajado. Pero que no te vendan la moto.

* Foto: GTRES

Rebajar es reducir el precio, no la calidad y tampoco tus derechos

rebas El otro día me preguntaba mi amiga Ana si podía cambiar un artículo que ha comprado en las rebajas, que acaban de iniciarse. Está claro que sí, porque rebajar es reducir el precio, pero no pueden recortarse tus derechos y tampoco pueden suponer una merma en la calidad de los productos.

Las rebajas son una buena oportunidad para hacer compras más baratas. Eso es todo. Pero puedes sacarle más partido si en lugar de ir a ver con qué te encuentras, planificas lo que quieres y cómo lo quieres.

UNOS CONSEJOS:

Lo primero, no te lances a las rebajas sin más, porque casi siempre acabarás comprando multitud de pequeños artículos que no necesitas y al final harás un gran desembolso en nimiedades. Haz una lista para evitar comprar cosas que no necesitas.

Los productos rebajados deben ser artículos habituales de la tienda, no nuevos productos. Si es así, no son rebajas, es otra cosa. La calidad debe ser la misma que cuando el producto no estaba rebajado.

Todos los artículos deben estar acompañados de su precio original junto al precio ya rebajado el artículo, o bien indicar el porcentaje de la rebaja. No puede haber un único precio.

Puede haber condiciones especiales de venta en algún producto, como no aceptar tarjeta para el pago o establecer un plazo distinto al habitual para hacer devoluciones. Es legal, pero siempre que te lo indiquen claramente al venderte el artículo.

Guarda el tique de compra siempre y comprueba antes que esté correcto. Será tu único argumento ante una posible reclamación.

Las garantías son las mismas en artículos rebajados y no rebajados. Si te surge algún problema, actúa como si no hubiera rebajas, porque nada cambia en ese sentido. Nunca deben recortar tus derechos porque compres en rebajas, sólo los precios.

Si no te ha convencido cómo han actuado contigo al comprar en rebajas, tienes a tu disposición ProtestApp, la aplicación de OCU para que se escuchen tus quejas.

Recuerda que los comercios deben disponeR de hojas de reclamaciones. Haz uso de ellas si no estás conforme con algo y argumenta tu queja. Mejor si compras en establecimientos adheridos al sistema arbitral de consumo, pues ofrecen más garantías al comprador en caso de desacuerdo en la venta y podrás resolver un posible conflicto de manera rápida y gratuita. En la tienda deben decirte si están adheridos a este sistema.

Y, por último, son rebajas y hay muchos periodos al año en que los artículos se rebajan. Compra productos si realmente los necesitas y si no es así, olvídate de comprar. Así también se ahorra.

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* Fotos: GTRES

La clave del pescado está en la variedad

gtres_a00592252_033Hablábamos en otra ocasión de que la presencia en el pescado de ese parásito llamado anisakis, presente en el 36% del pescado que se consume en España, echaba para atrás a muchos, que incluso habían dejado de tomarlo.

Hoy vamos a comentar otro problema habitual en algunos pescados que se venden en las pescaderías españolas, la presencia de mercurio en algunos de ellos.

La Agencia de Seguridad Alimentaria (Aesan)  ha alertado en numerosas ocasiones de la presencia de mercurio en diversas especies habituales en los mercados, un metal pesado que puede ser muy tóxico.

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Lo único que se puede hacer ante un desahucio es negociar

a00469510 3004El año pasado perdieron su casa por desahucio 26.549 familias en España. El 73,7% de ellas -19.565 viviendas- eran domicilios habituales, mientras que el 30,5% (6.984) eran segundas residencias. Los desahucios son un drama en nuestro país, que incluso se ha cobrado vidas, puesto que además de perder la vivienda, los desahuciados han de continuar pagando cuando ya se han sido desalojados de ella y no existe posibilidad de recuperarla, algo que sólo ocurre en España  merced a un buen número de cláusulas abusivas.

Ante los desahucios, pocas opciones hay. Aunque, no sé si por ayudar o por qué, lo cierto es que recorre Internet una ‘solución’ para evitar un desahucio a la que han querido agarrarse algunos. Pero es materialmente imposible.

Es lo que intentó mi amiga Sonsoles. Se creyó la solución mágica y trató de llevarla a cabo para salvar su vivienda, pero así no pudo evitarla, pues se encontró con la oposición frontal de la Ley.

La solución mágica de la que hablo, muy divulgada en Internet como una panacea y totalmente inaplicable, señala que “si estás a punto de perder tu vivienda hay una solución totalmente legal” para evitarlo: “alquila el piso a algún familiar que no aparezca en la hipoteca por un precio simbólico al mes durante 100 años y registra el contrato en el registro de la Propiedad. El banco se quedará el piso, pero no podrá echar al inquilino gracias a ese contrato y tan sólo tendrá que pagar el alquiler simbólico al mes. Es totalmente legal, hasta que los bancos consigan cambiar la legislación, pero es la mejor solucióna los embargos injustos que están haciendo”.

Pero no. El contrato de arrendamiento en esos términos es anulable por haberse formalizado en fraude a la Ley. Si la inscripción del contrato en el Registro de la Propiedad es posterior a la anotación del embargo, se puede decretar el mismo procedimiento de subasta sin necesidad de emprender procedimiento posterior para que se declare su nulidad, en virtud de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.

Mi amiga Sonsoles sí pudo evitar el desahucio, aunque tuvo mucha suerte y no de esta manera. Si finalmente pudo seguir viviendo en su casa fue porque tuvo suerte y el banco accedió a negociar y después a concederle una prórroga.

Se trata éste de un caso bastante excepcional del que sólo se beneficiaron 9.077 familias en 2014 del total que fueron requeridas para ser desahuciadas el pasado año, pero puede ser una opción si se dan las condiciones, y ahí están los datos: más de 9.000 familias lo lograron en 2014.

Dado que los bancos acumulan tantas casas procedentes de desahucios, ahora en ocasiones prefieren encontrar una solución renegociando los plazos que hacerse con una nueva vivienda, que sólo les supondrá gastos y ningún ingreso.

No es una solución universal, ni mucho menos, pero sí una posibilidad que, al margen de la Ley -que no ilegalmente-, debe plantearse cuanto antes ante una amenaza de embargo. Estás en manos de tu banco y la Ley, injusta o no, está de su parte, así que negocia con él, y quizá encontréis una solución si sigues teniendo ingresos.

* Foto: GTRES

Claro que tienes derechos al comprar por Internet

gtres_a00671389_061Comprar por Internet resulta muy cómodo. Hay quienes han hecho ya de la compra online una práctica habitual, mientras que otros siguen recelando de adquirir productos en la Red, sobre todo a la hora de aportar datos.

Como consumidor informado y responsable que soy, yo también utilizo habitualmente la Red para hacer compras, y nunca he tenido problemas. Lo que debe tenerse en cuenta siempre es qué producto se compra y dónde, puesto que existen multitud de artículos y webs fraudulentos.

Si te lanzas , por ejemplo, a comprar Viagra sin receta, uno de los productos más demandados en la Red, tendrás muchas posibilidades de salir escaldado, puesto que la gran mayoría de las webs donde en teoría se dispensa sin receta son fraudulentas (de por sí es ilegal venderla sin receta) y o no te mandarán nada o, en la mayoría de los casos, te enviarán unas pastillas que pueden incluir de todo menos la composición original, como se ha demostrado.

Cuidado también con las webs duplicadas. La mayoría de grandes firmas tienen alguna página que las suplanta, y bien en forma de falso sorteo o mediante todo tipo de malas prácticas, lo único que hacen es tratar de engañar a los consumidores para lucrarse a su costa.

Comprueba siempre que las webs en las que compras sean las legítimas. Ejemplo de esto: se pueden comprar gafas con el logo de Rayban en la Red desde diez euros. Pero, obviamente, lo único que tendrán de Rayban será un logotipo cutre mal pegado, que, de no estar, rebajaría el precio de las gafas a un par de euros.

Por otra parte, si compras en webs de la otra punta del mundo, con textos en español perpetrados por un traductor, y sin reseñas sobre los gestores de la página y sobre quién dispensa los artículos, seguramente también perderás tu dinero, y con ello quizá también la fe de seguir comprando en Internet.

Si vas a comprar online, hazlo siempre en webs que te ofrezcan plenas garantías  y no adquieras productos que se venden como milagrosos o como panaceas para todo, porque los productos milagrosos no existen.

Pero lo que me resulta más curioso es cómo algunos se resignan por ignorancia a que les engañen en la Red. Hace unos días me preguntaba mi amigo Nacho si en Internet también había derechos al comprar, y yo no daba crédito: claro que los hay, y están para cumplirse, como sucede con las compras físicas convencionales. Aunque algunas condiciones cambian. Y, por supuesto, tienes derecho a efectuar devoluciones, a reclamar y a que te faciliten una dirección para hacerlo.

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Si quieres reclamar o poner una queja por una mala compra online, deberás seguir varios pasos. Pero vamos a verlo con un ejemplo práctico:

Mi amigo Nacho, del que os hablaba, compró una aspiradora en la web de una gran superficie. Cuando la recibió comprobó que efectivamente era el modelo que había comprado. Pero la enchufó para probarla y el aparato se paraba cada dos por tres.

Reclamó al vendedor, por escrito en la propia web, y éste le emplazo, como única solución, a desplazarse hasta una tienda física para dejar el producto en reparación.

Para Nacho fue todo un chasco: su compra de un producto nuevo, a estrenar, había tornado a compra de un producto defectuoso que debía reparar. Así que no se conformó.

Además de presentar una queja formal en el servicio postventa, de la que guardó una copia sellada, acudió a una Oficina Municipal de Atención al Consumidor, donde le señalaron que “si compras algo por Internet tienes 14 días para devolverlo sin costes y sin dar explicaciones”, aunque el coste de la devolución corre por cuenta del comprador.

Con este argumento y el escrito que presentó en la OMIC Nacho comprobó que le estaban engañando el vendedor, y así se lo hizo saber a éste. Volvió a contactar con él y las cosas cambiaron radicalmente, porque Nacho ya no tenía que hacer nada. El vendedor se comprometió a facilitarle una nueva aspiradora en su domicilio y a recoger el modelo que no funcionada.

Y así fue. Al día siguiente ya tenía el producto, y un vale de descuento del 15% en la próxima compra online, cortesía del establecimiento que inicialmente le emplazo a reparar lo que acababa de comprar defectuoso.

Nacho no aprovechará ese vale, pues ya no confía en esa tienda que trato de engañarle. Pero solucionó el problema gracias a que se molestó en informarse y actuó.

Esto demuestra que, evidentemente, en las compras online no vale todo y, por supuesto, los consumidores tenemos nuestros derechos. Eso y que el establecimiento donde compró Nacho online no jugaba limpio, pues omitió en todo momento que un producto puede devolverse en plazo sin dar explicaciones.

Nacho comentó después su experiencia en el apartado destinado a opiniones de los clientes de la web donde compró la aspiradora, pues pensó que sería práctico que otros compradores tuvieran en cuenta su experiencia antes de aventurarse a adquirir algo en esa página.

Así que, como veis una vez más, que reclamar sí sirve para algo, y además debe ser la pauta correcta a seguir siempre que se vulneren los derechos de los consumidores. Es más, la única manera de lograr algo ante un problema como el que mencionamos es preocuparse de reclamar. Lo que no aporta nada es esperar a que las cosas se solucionen por sí solas, o seguir las pautas que marca el vendedor, pues no todos cumplen.

* Fotos: GTRES

Puedes recuperar tu dinero de la tarjeta Paypal Prepago

a00504157 009Os voy a contar hoy cómo ha recuperado su dinero nuestra amiga Laura Belmonte, de Castellón, después de que su tarjeta Paypal Prepago dejara de estar operativa.

Hace más de un mes que el Banco de España revocó la autorización para operar a Younique Money, titular, entre otras, de la tarjeta Paypal. Desde ese momento, estas tarjetas dejaron de estar operativas para pagar compras, pero al tratarse de una tarjeta de prepago, ha quedado retenido el dinero de los ahora afectados, que podrían ser cerca de 100.000. O lo que es lo mismo: los titulares de las tarjetas emitidas por Younique Money disponen de un saldo a su favor pero no pueden utilizarlo.

Por esta razón, OCU ha denunciado a Younique Money formalmente ante el Banco de España, exigiendo que devuelva de inmediato a los clientes el dinero de éstos que sigue retenido, y ha ofrecido una serie de pautas llevar a cabo.

Y eso es lo que ha logrado ya Laura Belmonte, recuperar el dinero que Younique Money le tenía retenido en su tarjeta. Y así fue cómo lo hizo, siguiendo las instrucciones de la OCU:

Yo era usuaria de la tarjeta Paypal, de la empresa Younique Money. Un día revisando mi correo vi un mensaje de ellos que decía que las tarjetas habían sido canceladas, y había un enlace para rellenar una solicitud con mis datos, número de cuenta donde hacer el ingreso, foto del DNI y justificante de ser titular de la cuenta.

Les envié un mensaje porque no sabía cómo justificar la titularidad y a ese mensaje nunca me contestaron. Al ser poco el importe que quería recuperar, apenas diez euros, pensé en darlo por perdido y ya. Hasta que a los dos días vi vuestro mensaje en Facebook explicando cómo justificar la titularidad. Cogí un recibo, le hice una foto y con el programa Paint borré los datos que había en el recibo, que consideraba que PayPal no tenía por qué saber, y lo envié.

A las dos semanas aún no sabía nada del asunto, pero entonces recibí otro mensaje de ellos diciendo que lo sentían, que volviera a rellenar otro formulario, muy parecido al anterior, y que en el plazo de dos a tres días me harían el ingreso. Así que lo rellene. Lo que más me costó fue poner las dos cara del DNI en una foto y que está ocupara menos de 2 megas, pero a los tres días recibí un correo mencionando que mi solicitud estaba tramitada y que en 24/78 horas tendría mi dinero. Entonces mire mi saldo y ya lo tenía ingresado.

A nadie le gusta perder el tiempo realizando los trámites que conlleva una reclamación, pero es necesario. Sobre todo porque si no lo hacemos, nadie lo va a hacer por nosotros, y de no hacerlo le damos la razón a quienes no cumplen con los consumidores.

La situación que ha creado Younique Money reteniendo el dinero de las tarjetas de sus clientes es intolerable, y además el Banco de España debería haber previsto las consecuencias de esta actuación para que no sean los consumidores, una vez más, quienes paguen los platos rotos de la mala gestión de las empresas.

Pero, como veis, se puede recuperar el dinero. Sólo hay que pelearlo: moverse y reclamar.

* Foto: GTRES

Si confiaste equivocadamente en los bancos, aún puedes recuperar tu dinero

a00452478 1686La solvencia de los bancos españoles parecía fuera de toda duda. Pero lo cierto es que aunque muchos vendieron esa presunta solvencia a bombo y plantillo, algunas entidades no lo eran y no dudaron en hipotecar el futuro de sus clientes vendiéndoles productos que acabaron por dejarles sin dinero, e incluso alguno necesitó ser rescatado por el Estado.

Incluso el Banco de España se encargó de reflejar la verdadera situación de algunas entidades, aludiendo a que la mayor amenaza era la liquidez y una inadecuada estructura financiera. La situación más que ajustada, la morosidad… fueron factores se unieron en contra de los accionistas que confiaron en estas entidades bancarias.

Este falseamiento de las cuentas por parte de algunas entidades provocó que muchos consumidores confiaran con los ojos cerrados en la solvencia de las entidades, cuando quedó más que demostrado éstas mentían.

Ante esta circunstancia, los consumidores a los que les vendieron gato por liebre tratan ahora de recuperar su inversión, su dinero. Y para ello, la solución es acudir a los tribunales para reclamar. Es lo que han hecho numerosos consumidores a través de OCU, pues la la ley está de su parte. Si estás en la misma situación y quieres recuperar tu dinero, no lo dejes y reclama lo que es tuyo.

* Foto: GTRES

Morosos y presuntos morosos, deudas y presuntas deudas

OCU

Foto: OCU

Mi amigo Juan se convirtió en un moroso sin comerlo ni beberlo. Haber estado abonado a un servicio de televisión de pago acabó convirtiéndose en un problema. Tras estarlo durante un par de años, decidió darse de baja para ahorrar gastos. En su caso, él no alquiló el descodificador, sino que lo compró. Fue en aquellos tiempos en que uno podía ir a una gasolinera, comprar –que no alquilar- el descodificador, instalarlo en casa unos minutos y disfrutarlo.

Pero años después de darse de baja, Juan, que es de Madrid, empezó a recibir llamadas amenazantes por parte de un bufete de abogados de Barcelona, desde el que le emplazaban a pagar 300 euros en concepto de “haberse quedado algo que no es suyo”, el descodificador. A Juan no dudaron en amenazarle con frases como “paga de una puta vez, que hoy son 300 euros, pero la semana que viene serán 900”, “no te vamos a dejar en paz nunca” o “te vamos a meter en todos los registros de morosos y entonces te vas a enterar”. Y todo esto sin tener deuda alguna.

Juan pudo solventar la situación porque disponía del contrato y probó que no debía nada, aunque le costó muchos trámites y mucho tiempo perdido. Pero se cuentan por docenas quienes han pagado 300 euros sin deber nada, sobre todo gente mayor, que se toma al pie de la letra las amenazas.

Que una empresa le venda su lastre de morosos a otra
puede que no sea muy ético, pero es totalmente legal. No así las prácticas de muchas de estas empresas para tratar de cobrar, y mucho menos cobrar sin probar nada y mediante amenazas. Lo triste es que esta práctica se ha generalizado y las empresas que reclaman pagos han surgido como las setas en otoño.

Son multitud las compañías que se lanzaron a vender deuda a otras entidades, porque preferían recibir menos dinero pero al menos cobrar algo. Las empresas que compran deuda son en su mayoría gabinetes jurídicos, y la compran sin más y se la reclaman a quienes les figura en sus informes sin preocuparse de comprobar que efectivamente tengan una deuda.

Las entidades venden la deuda de sus morosos porque así recuperan rápidamente liquidez, aunque no ingresen todo lo que se les adeuda, evitan gastos de gestión de expedientes y se ahorran personal, tiempo y dinero tratando de cobrar. Y otras compran deuda porque son especialistas en materia jurídica y, aunque suponga un desembolso inicial, la compran a precio de saldo y los beneficios se prometen jugosos.

Las deudas tiene fecha de caducidad, que suele ser de cinco o seis años, según las cicunstancias. Pero agarrarse a este hecho y ‘esperar’ su prescripción no va a ninguna parte, porque el plazo se interrumpe y se reinicia cada vez que vuelve a requerir el pago.

SOLUCIONES

Las empresas que reclaman deuda suelen utilizar documentos con aspecto de documento judicial e informan de que van a iniciar acciones legales. Después te llaman y te presionan.

Si te reclaman una deuda inexistente, se puede denunciar el hecho por vía judicial. Pero si primero pagas y después reclamas, la empresa aludirá a tu conformidad inicial y te será muy difícil recuperar tu dinero. Desde OCU animamos a los consumidores que se vean afectados por esta práctica a que lo denuncien, puesto que quienes reclaman los pagos suelen carecer de pruebas y ya hay sentencias que han condenado a empresas a pagar hasta 6.000 euros por incluir a personas en registros de morosos sin pruebas.

Si te han incluido en un registro de morosos y la deuda no existe o ya está pagada, denúncialo por escrito ante la Agencia de Protección de datos, sobre todo si la deuda no es real. En cuanto a las amenazas, también admiten una denuncia penal, aunque desgraciadamente será complicado probarla incluso si se dispone de grabaciones, pues debe admitirlas un juez y no siempre lo hacen.

Como dice mi amigo Juan, él ronda los 40, conoce la Ley y tuvo la posibilidad de recibir asesoramiento y reclamar. Lástima la enorme cantidad de consumidores que han abonado una presunta deuda que jamás tuvieron y que además fueron incluidos en un registro de morosos sin comerlo ni beberlo.