Archivo de noviembre, 2015

¿Black qué? ¿Otra fiesta del consumo para vendernos la moto?

a00451731 939En la entrada anterior os hablaba de mi amigo Marcos, que arregla motos pero no sabe poner la lavadora. Hoy os voy a hablar de otros que no arreglan motos, nos las venden. Y para hacerlo, que mejor que adoptar de Estados Unidos algo llamado Black Friday, igual que ya hicimos nuestras otras jornadas aparentemente festivas, que realmente son poco más que reclamos para que consumas, como Halloween o San Valentín.

El Black Friday lleva ya un par de años con nosotros, los mismos que ya no hay periodos de rebajas regulados por ley, y en esta ocasión lo viviremos este viernes, día 27 de noviembre. Se trata de una jornada de rebajas que en EE UU marca el comienzo del periodo navideño, y que en España sirve para que los comercios se lancen a vender a cualquier precio. Y nunca mejor dicho, porque son multitud quienes el día anterior suben los precios, para rebajarlos la jornada del Black Friday y dejarlos como estaba. Descaradamente. Y si les piden cuentas, justifican esta mísera práctica diciendo que los precios fluctúan.

Lo triste es que la ley les ampara, porque los precios en España son libres. Pero son multitud los consumidores que tachan esta práctica de engaño, y no les falta razón.

Si decides lanzarte a la aventura de encontrar chollos durante esta jornada, mucho ojo, porque no te será fácil. No te dejes llevar por los reclamos y compara productos antes de comprar.

Comprueba también que figure en el artículo el precio original y el porcentaje de rebaja, y no olvides que las garantías son siempre las mismas, sea en artículos rebajados o no: dos años para la gran mayoría de los productos.

Cuidado también con las denominadas condiciones especiales, que amparan a las tiendas a la hora de no aceptar el pago con tarjeta, por ejemplo, en jornadas de rebajas. Pero una cosa es eso, y otra que abusen del cliente. Otro ejemplo: exige siempre el tique de compra, y si en alguna tienda te dicen que durante el Black Friday pueden abstenerse de dártelo, no es cierto. Tienen la obligación de entregártelo, igual que están obligados a tener a disposición de los clientes hojas de reclamaciones, con sus tres copias.

Y si vas a vivir el Black Friday desde casa, ante el ordenador, recuerda que en compras online tienes 14 días para hacer devoluciones y tendrán que devolverte todo lo que pagaste.

Visto lo visto, el Black Friday parece una fiesta del consumo para las tiendas, no para los consumidores. Así que tenlo en cuenta. No digo que no puedas encontrar algún producto interesante rebajado. Pero que no te vendan la moto.

* Foto: GTRES

Lo confieso: nunca he puesto una lavadora

lavadoraSi el título de esta entrada estuviera en WhatsApp, llevaría al lado un emoticono de esos entre alarmado y sorprendido. Pero doy fe de que hay gente que a sus treinta y muchos jamás ha puesto una lavadora. Es el caso de mi amigo Marcos, que se separó hace mes y medio.

Marcos vive ahora de alquiler en una minúscula casa de 30 metros cuadrados. Es mecánico de motos y cuando fue a poner su primera lavadora  nos llamó a todos los amigos. No tiene ni idea. “Lo confieso: nunca he puesto una lavadora”. Y eso no es lo malo, lo peor es que al intentarlo tampoco lo logró. Es capaz de desmontar y volver a montar cualquier moto, pero no sabe darle a tres botones sin liarla parda.

Así que como yo ahí llego, le expliqué, y lo resumí todo en siete prácticos consejos. Allá van:

1 – Lee el manual de instrucciones, que para eso está, no para calzar la mesa del salón. Ahí te vienen los tipos de programa y cómo usar la lavadora en cada caso.

2 – Lava por separado la ropa. La de color, la blanca, la delicada… Cada prenda tiene su pequeño manual de instrucciones dentro del manual general.

3 – Lee las etiquetas de la ropa. No es lo mismo lavar algodón, que encoge, que lavar prendas sintéticas. Ojo a las temperaturas.

4 – Usa suavizante. Pero no sólo suavizante. No seas gañán, que el suavizante, suaviza, pero no limpia. Debes utilizar detergente para lavadora, no para otra cosa, y añadir el suavizante al lavado.

5 – Selecciona el programa correcto. Los diferentes tipos de lavado están en el manual de instrucciones, y si no lo tienes, puedes mirar en Internet. La mayoría de manuales de casi todas las marcas están en la Red.

6 – No te hernies. Agáchate para meter la ropa en la lavadora, a no ser que sea de carga superior, claro. Igual te tiras ahí un rato con la espalda retorcida y ya tienes excusa para no volver a poner la lavadora en tu vida.

7 – Tiende la ropa lo antes que puedas. No la dejes ahí todo un día, porque la ropa se estropea y acaba oliendo. Y busca un lugar adecuado para tender. Si vives en una localidad con mucha humedad, lo mejor es comprar un tendedero portátil y tender dentro de casa, teniendo cuidado de que la ropa no chorree.

Ánimo, Marcos, que llevan poniéndose lavadoras décadas. Tú puedes.

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  • Foto: GTRES

 

Es fundamental comparar para ahorrar

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Vale que una de las base del consumo, y del fomento del consumo, es que los productos entren por los ojos. Vale que cuando uno ve un producto que atractivo, lo quiere sin más. Incluso aunque no le haga falta. Pero así no se ahorra, y no están los tiempos como para tirar el dinero.

Si de verdad se quiere ahorrar al comprar algo, lo mejor es frenar en seco las ansias y actuar con cabeza. Por eso es fundamental comparar.  Es, sin duda, la mejor forma de ahorrar. Si uno quiere darse un capricho y puede permitírselo, adelante. Pero si la idea es ahorrar al máximo, comparar productos es la mejor manera de hacerlo.

A veces no es fácil hacerlo físicamente; es decir, acudiendo a diferentes establecimientos para comparar productos similares y precios. Y por eso surgieron unas herramientas que pueden consultarse desde cualquier lugar cómodamente a través de Internet: los comparadores.

Muchas empresas tienen a disposición del público comparadores online de productos y servicios, y lo primero que debemos comprobar es que la entidad en cuestión no sea parte interesada. Por ejemplo, si buscamos un seguro y acudimos al comparador de una empresa concreta, debemos comprobar en primer lugar que se refleje la realidad del servicio y no la realidad de la empresa, porque si es parte interesada el comparador no será del todo imparcial, ya que a esa firma lo que le interesa es vender su seguro, no el más ventajoso.

Lo mejor es acudir a entidades independientes, como la OCU, que dispone de multitud de comparadores de productos y servicios a disposición de sus socios y los va abriendo semanalmente a los no socios, al público en general.

Este tipo de comparadores son eficaces y nos permiten comparar para ahorrar. Así podemos tener la certeza de que estas calculadoras reflejan únicamente la realidad del producto o del servicio y no quieren vendernos nada. A tu bolsillo le merecerá la pena.

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  • Fotos: GTRES

¿El té es bueno?

A00690117_001Hay quienes no toman café e incluso lo desaconsejan y dentro de ellos muchos que son consumidores habituales de té. Y viceversa. También hay detractores del té, a los que les suele gustar más el café.

Pero los consumidores apasionados de té, de todas clases de té, disfrutan esta bebida al máximo.

Lo cierto es que desde hace siglos se toma té en todo el mundo, y su consumo es casi religión en determinados lugares de la India, los países árabes o el Reino Unido, por ejemplo.

Son muchos los mitos sobre el té, que comenzó a tomarse hace miles de años en Asia por sus supuestos efectos beneficiosos y estimulantes. ¿Los tiene?

Los tiene. El té es fuente de antioxidantes, tanto como las frutas y las verduras, y los antioxidantes protegen las células y los tejidos frente a los radicales libres, que están relacionados con algunas enfermedades, como el cáncer, el Alzheimer o las complicaciones cardiovasculares. Pero, aun así, no está muy claro cómo actúan los antioxidantes en el cuerpo humano. Lo que sí sería un error es sustituir en la dieta las frutas y las verduras por el té, ya que las frutas, además de antioxidantes, contienen vitaminas, minerales y fibra, entre otras cosas, y éstos no los contiene el té.

También existe la creencia de que el té previene los problemas cardiovasculares, y es cierto. Los componentes de esta infusión ejercen un efecto protector frente a factores como la oxidación de las LDL y los niveles plasmáticos de colesterol.

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Lo que no está tan claro es que el té ayude a adelgazar, porque perder peso depende de muchos factores, obviamente no sólo de incluir el té en la dieta. La idea de que el té ayuda o no a perder peso genera discrepancias. Algunos estudios indican que, a largo plazo, un consumo elevado de té verde puede tener efectos favorables para la disminución del peso corporal y la distribución de la grasa. Pero otras investigaciones no han podido demostrarlo.

Un mito más del té es que pasa por destacar su presunta eficacia diurética. Pero tampoco se ha probado científicamente. Lo que sí parece que es cierto es que se alteran las propiedades del té al añadirle leche.

Teína es lo mismo que cafeína

En cuanto a la teína, hay quien la diferencia de la cafeína, y es lo mismo. La teína y la cafeína son la misma sustancia. La única variación es la cantidad de cafeína/teína  que hay en cada bebida, y tanto el té, como el café, como el chocolate contienen esa sustancia.

El té tiene menos cafeína/teína que el café, y esta sustancia tiene efectos beneficiosos, pero también perjudiciales, ya que puede provocar un aumento del nerviosismo, subida de tensión y además es adictiva.

Ningún alimento soluciona los problemas por sí mismo, y sus efectos dependerán de la frecuencia y cantidad con que se consuman, además, lógicamente, de las circunstancias fisiológicas de cada persona.

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* Fotos: GTRES