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¿El té es bueno?

A00690117_001Hay quienes no toman café e incluso lo desaconsejan y dentro de ellos muchos que son consumidores habituales de té. Y viceversa. También hay detractores del té, a los que les suele gustar más el café.

Pero los consumidores apasionados de té, de todas clases de té, disfrutan esta bebida al máximo.

Lo cierto es que desde hace siglos se toma té en todo el mundo, y su consumo es casi religión en determinados lugares de la India, los países árabes o el Reino Unido, por ejemplo.

Son muchos los mitos sobre el té, que comenzó a tomarse hace miles de años en Asia por sus supuestos efectos beneficiosos y estimulantes. ¿Los tiene?

Los tiene. El té es fuente de antioxidantes, tanto como las frutas y las verduras, y los antioxidantes protegen las células y los tejidos frente a los radicales libres, que están relacionados con algunas enfermedades, como el cáncer, el Alzheimer o las complicaciones cardiovasculares. Pero, aun así, no está muy claro cómo actúan los antioxidantes en el cuerpo humano. Lo que sí sería un error es sustituir en la dieta las frutas y las verduras por el té, ya que las frutas, además de antioxidantes, contienen vitaminas, minerales y fibra, entre otras cosas, y éstos no los contiene el té.

También existe la creencia de que el té previene los problemas cardiovasculares, y es cierto. Los componentes de esta infusión ejercen un efecto protector frente a factores como la oxidación de las LDL y los niveles plasmáticos de colesterol.

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Lo que no está tan claro es que el té ayude a adelgazar, porque perder peso depende de muchos factores, obviamente no sólo de incluir el té en la dieta. La idea de que el té ayuda o no a perder peso genera discrepancias. Algunos estudios indican que, a largo plazo, un consumo elevado de té verde puede tener efectos favorables para la disminución del peso corporal y la distribución de la grasa. Pero otras investigaciones no han podido demostrarlo.

Un mito más del té es que pasa por destacar su presunta eficacia diurética. Pero tampoco se ha probado científicamente. Lo que sí parece que es cierto es que se alteran las propiedades del té al añadirle leche.

Teína es lo mismo que cafeína

En cuanto a la teína, hay quien la diferencia de la cafeína, y es lo mismo. La teína y la cafeína son la misma sustancia. La única variación es la cantidad de cafeína/teína  que hay en cada bebida, y tanto el té, como el café, como el chocolate contienen esa sustancia.

El té tiene menos cafeína/teína que el café, y esta sustancia tiene efectos beneficiosos, pero también perjudiciales, ya que puede provocar un aumento del nerviosismo, subida de tensión y además es adictiva.

Ningún alimento soluciona los problemas por sí mismo, y sus efectos dependerán de la frecuencia y cantidad con que se consuman, además, lógicamente, de las circunstancias fisiológicas de cada persona.

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* Fotos: GTRES

Todo lo que debes saber sobre los huevos

huevos2El huevo es un alimento que se utiliza en multitud de preparaciones. De hecho, no abundan los productos de repostería que no lleven huevo, por ejemplo. Y qué decir de unos buenos huevos fritos con patatas, o con jamón, chorizo, salchichas…

En casi todos los hogares hay siempre huevos y son pocos los que prescinden de ellos en su dieta, salvo que los tengan contraindicados y no puedan tomarlos.

Cualquier diría que tomar huevos no tiene ningún secreto. Pero hay algunos aspectos que seguro que muchos desconocen. Por ejemplo, a qué atiende la numeración que llevan algunos en la cáscara o cómo saber hasta cuándo puedes consumirse, pues algunas personas confunden la fecha de puesta con la de caducidad.

El huevo es un alimento rico en vitaminas y proteínas que pierde frescura con rapidez, sobre todo si no se refrigeran. Pero puede consumirse sin problema aparente hasta 28 días después de su puesta.

Para saber si los huevos son frescos, debemos comprobar que la yema y la clara sean consistentes, y la cáscara debe estar intacta y limpia. Existe un truco para saber si un huevo está fresco: basta con sumergirlo en un recipiente con agua, y si se hunde hasta el fondo, es que el huevo está fresco. Si flota, deséchalo. Pero, ojo, no te vayas a confundir con un huevo cocido, porque ésos sí flotan.

Los huevos viejos tienen la cáscara más lisa y ganan brillo. Lo ideal es que tengan la cáscara áspera y opaca.

Si una vez abierto, el huevo huele, no lo consumas. Los huevos apenas huelen, la clara debe ser traslúcida y gelatinosa y la yema ha de tener relieve.

La OCU alerta de que los huevos deben conservarse siempre en la nevera con la punta fina hacia abajo. También es conveniente evitar exponer los huevos a cambios bruscos de temperatura.

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LA INFORMACIÓN EN LOS HUEVOS

Los huevos que se venden en las tiendas se clasifican por su calidad, peso y tamaño. Aunque sólo encontraremos en los comercios los de categoría A, que es la mejor. La B no se refiere a que tengan defectos, pero únicamente se utiliza en la industria alimentaria y no se venden en las tiendas.

Por peso:

  • Hay huevos de talla XL, que son los de más de 73 gramos
  • L, de entre 63 y 73 gramos.
  • M, de entre 53 y 63 gramos.
  • P, de menos de 53 gramos.

Si lucen la leyenda “extra” o “extrafrescos”, ésta indica que se han puesto a la venta durante los 9 días siguientes a su puesta.

También tienen un código que indica el tipo de cría de las gallinas que los han puesto: 0 si son gallinas ecológicas, 1 para las criadas al aire libre o camperas, 2 para las criadas en el suelo y 3 para las criadas en jaulas.

Las dos letras siguientes muestran el país de procedencia del huevo y los siguientes números hacen referencia a la granja concreta, que tiene un número para la provincia, otro para el municipio y el resto es la explotación dentro de ese municipio.

En cuanto al color, no importa. Hace años abundaban los huevos blancos, que ahora son más difíciles de encontrar. Predominan los marrones en las tiendas españolas. El color tiene que ver con la raza de la gallina y la alimentación que haya recibido: si es blanca, pone huevos blancos, y si es rojiza, pone huevos rojizos. El color no influye en el sabor y tampoco en la calidad o el valor nutritivo.

Por último, hay quienes creen que los huevos son malos. Y, claro, cualquier alimento consumido en exceso sienta mal. Por esta razón, se debe abusar de tomar huevos, pero, por supuesto, tampoco deben dejar de tomarse.

Es más, tomar un huevo al día ni aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, ni eleva el colesterol en sangre, como afirman algunas creencias populares. El huevo es un alimento nutritivo, con proteínas en la yema y en la clara, minerales como el fósforo y el selenio y vitaminas A, D, E y K.

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* Fotos: GTRES

Intentar adelgazar también puede matarte

a00465594 3600Llega el verano y a algunos les entran muchas prisas por quitarse esos kilos de más. Pero adelgazar no es cuestión de un día, ni siquiera de algunas semanas, como prometen numerosos productos que se venden en Internet. Así que mejor olvídate de tirar el dinero e hipotecar tu cuerpo para no conseguir nada.

Como decía, en Internet hay de todo, y es más fácil ofertarlo y venderlo que en cualquier otro sitio. Pero mucho cuidado. En cuestión de adelgazar parece haberse puesto ahora de moda, otra vez, una sustancia que es realmente peligrosa. Se llama 2,4-dinitrofenol o DNP, aunque también se la conoce como “el quemagrasas mortal”, “incinerador de grasas” o “muerte amarilla”.

Nada menos que la Interpol ha hecho público un comunicado a nivel mundial en el que alerta de los riesgos, incluso para la vida, de tomar esa sustancia “potencialmente mortal” que se ofrece en la Red como la maravilla de los adelgazantes, pero que ya ha causado muertes al menos en el Reino Unido y Francia.

Se conoce desde los años treinta del siglo pasado, cuando fue registrada como medicamento adelgazante en Estados Unidos, amparándose en su presunta capacidad para aumentar la tasa metabólica y la generación de calor. Pero fue prohibida porque alberga multitud de efectos secundarios, algunos de ellos extremadamente graves, hasta el punto de que mató a un buen número de personas.

Pero la memoria es efímera y las ansias de ganar dinero poderosas, y décadas después hay quienes no tienen complejo alguno en comercializan dinitrofenol como la panacea para adelgazar, a pesar de que puede matar y mata.

Según el Chemical Abstracts Service (CAS), el dinitrofenol es un polvo amarillo cristalino que se utiliza en la fabricación de munición, que se vende como pesticida y que se usa para fabricar tintes, conservantes de la madera y productos químicos fotográficos. Eso es lo que tu cuerpo ingeriría.

Si quieres adelgazar,  debes acudir a un especialista y seguir una dieta que se adapte a tu organismo y a tus necesidades. No vas a encontrar en Internet un producto que te permita adelgazar; como mucho adelgazará tu bolsillo. Y mucho cuidado, porque en Internet hay muchos productos peligrosos que escapan al control de cualquier tipo de entidad médica. Es más, en Internet hay productos con dinitrofenol que ni siquiera mencionan que lo llevan.
No sólo no adelgaza,  sino que los efectos secundarios son terribles  porque se trata de un producto tóxico.

No te juegues la vida intentando perder unos kilos. En esta ocasión, y aunque suene alarmista, tu vida puede ir en ello.

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* Fotos: GTRES

Mojitos, horchatas, granizados… ¿Engordan las bebidas del verano?

En verano solemos beber más, y no sólo como parte de una necesaria hidratación, sino porque la estación lo lleva casi implícito. Hace calor, se tiene más tiempo libre, abundan las terrazas…

Además, tomamos bebidas que no se consumen el resto del año, o al menos no tanto. Es un clásico el tinto de verano, la horchata, los granizados…

Pero, ¿engordan estas bebidas del verano? Pues algunas sí y otras que pensábamos que engordan resulta que apenas lo hacen. Hay muchos falsos mitos sobre las bebidas.

Está claro que para combatir la sed y favorecer la hidratación, lo mejor es el agua, que además tiene o calorías y por lo tanto no sólo no engorda, sino que favorece la eliminación de toxinas.

Pero en la tele nos venden los refrescos como remedio universal para quitar la sed, y lo cierto es que a casi todo el mundo le dan más sed y además tienen un buen puñado de calorías: 132 una lata de 33 cl, casi todo azúcares.

Aún así, un refresco tiene más calorías que una cerveza, por mucho que la mayoría piense lo contrario y se hable de ‘tripa cervecera’ y no de ‘tripa refresquera’. Una caña de 25 cl tiene sólo 88 calorías, y si la mezclamos con gaseosa para convertirla en clara, menos aún, unas 60 calorías. Si es con limón con lo que se mezcla, las calorías aumentan hasta 125, las mismas que tiene el clásico de los clásicos de esta estación, el tinto de verano.

Los granizados, por su parte, no engordan tanto como cree la mayoría, aunque tienen mucho azúcar: aportan unas 150 calorías por cada vaso de 25 cl.

Eso sí, un clásico más reciente, el mojito, puede aportarte hasta 200 calorías por cada 25 cl. Y es que cuando las bebidas contienen alcohol el aporte calórico suele dispararse.

Lo que más puede sorprender es la aparentemente inofensiva horchata, otro clásico del verano, sobre todo en Levante. En la horchata el nivel de calorías casi se dispara. Por cada 33 cl ingeriremos más de 230 calorías, un 12% de azúcares y un 2,4% de grasas. Así que ojo con pasarse, porque puede ser la bebida del verano más potente en cuanto a aporte calórico, al menos de las más habituales.

No hay más. Si quieres refrescarte en verano, acabar con la sed y no engordar, lo mejor es el agua. El resto de bebidas repártelas sabiendo cuánto engordan, y mucho ojo con la horchata, pues si te pasas, lo notarás.

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* Foto: GTRES

La cerveza sin alcohol siempre tiene algo de alcohol

 Me decía el otro día mi amiga María, que está embarazada, que la cerveza sin alcohol es un engaño, porque sí que tiene alcohol. Y no le falta razón, al menos en lo de que tiene alcohol. Pero en cuanto a que es un engaño, legalmente al menos, no lo es.

He acudido al Real Decreto que regula la venta de cerveza en España, y se consideran cervezas sin alcohol “aquéllas cuya graduación alcohólica sea menor al 1 por 100 en volumen, incluido en dicho porcentaje la tolerancia admitida para la indicación del grado alcohólico volumétrico”.

María no quiere tomar nada de alcohol porque está embarazada. Pero incluso las cervezas que se anuncian como 0,0 tienen algo de alcohol.

  • Una cerveza convencional, con alcohol, suele tener entre 4,5 y 5,5% de su volumen de alcohol. Aunque las hay con menos y con más.
  • Una cerveza sin alcohol de las marcas más habituales del mercado tiene entre 0,6 y 0,9% de su volumen de alcohol. Es decir, cumplen la legalidad aunque se anuncien “sin” y se vendan ‘con’, pues están dentro de los parámetros que cita la norma y no superan el 1% de volumen.
  • Lo más sorprendente son esas cervezas 0,0 que, en principio, no llevan nada de alcohol, porque todas tienen también algo, aunque sea un porcentaje mínimo, que va del 0,01% a los 0’07% del volumen.

Si estás embarazada y te preocupa ese mínimo porcentaje de alcohol, prescinde de la cerveza y opta por otros líquidos. Pero, sobre todo en las 0,0, la mínima cantidad de alcohol que contienen difícilmente podría perjudicar al feto. Y además, la cerveza lleva también una pequeña cantidad de ácido fólico, que aporta beneficios al nonato.

Resumiendo: una cerveza “sin” puede llevar hasta el 1% de volumen de alcohol legalmente, aunque se anuncie como sin alcohol; y las 0,0 también contienen algo de alcohol, aunque el porcentaje sea mínimo.

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* Fotos: GTRES

Las vitaminas no salen huyendo de los zumos

gtres_a00691023_001“Corre, tómate el zumo rápido que se le van las vitaminas”. ¿Cuántas veces lo has oído?

En nuestro país es el de naranja el zumo estrella, aunque se consumen muchos otros: de melocotón, de uva, de granada… Y la mayoría tenemos grabada a fuego en la cabeza esa creencia que asegura que si no te lo tomas recién exprimido, el zumo pierde todas sus vitaminas.

Y no es cierto. La vitamina C, sobre todo, es soluble en agua y bastante sensible al calor, al oxígeno y a la luz del sol. Pero esto no quiere decir en absoluto que las vitaminas se pierdan al preparar el zumo, como la mayoría de la gente piensa.

Puede alterarse el contenido en vitaminas, pero únicamente si la bebida se calienta, algo que no se hace con los zumos. Si un zumo se calienta a 120 grados durante bastante rato, podrían destruirse hasta la mitad de sus vitaminas, pero ya digo que no suele ser el caso. ¿A quién le gusta un zumo caliente?

Es una de las numerosas falsas creencias que existen en torno a los zumos y a sus vitaminas. Pero hay más. Por ejemplo, existen multitud de ‘teorías’ de cómo pierden las vitaminas los zumos que son falsas.

Por ejemplo, para exprimir podemos utilizar perfectamente un exprimidor de acero inoxidable en lugar de uno de plástico, el zumo puede conservarse a temperatura ambiente sin problemas en lugar de en la nevera sin perder sus vitaminas, tampoco las pierde si se expone a la luz o si se deja el envase abierto y el zumo puede consumirse 24 horas después de haber sido exprimido sin que se altere su composición.

Es decir, puedes prepárate un zumo la noche anterior y tomarlo a la mañana siguiente sin que pierda vitaminas, quizá esté más amargo, eso sí, pero aportará los mismos nutrientes que recién hecho. Y si el agua queda abajo y la pulpa arriba, bastará con removerlo bien. Pero el zumo no habrá perdido vitaminas.

Los zumos son buenos para el sistema inmunitario, contribuyen a la formación del colágeno, a la buena salud de los huesos, las encías, la piel y los dientes, actúan contra la fatiga, mejoran la absorción de hierro… Están especialmente recomendados para mujeres durante el embarazo y la lactancia, para personas que sufran de estrés, para los fumadores y para las personas que consuman habitualmente alcohol.

Los zumos (la fruta en realidad) son fuente de energía, desde que los preparas hasta que los consumes. No te dejes guiar por las falsas creencias.
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* Fotos: GTRES

¿Cuánta sal debemos tomar?

a00449954 2344Los pocos caprichos que me doy como consumidor suele regalárselos a mi estómago, pues me gusta salir a comer, y sobre todo a cenar, siempre que tengo ocasión. Frecuento varios restaurantes y visito alguno nuevo cada cierto tiempo, y el otro día llegué a la conclusión de que todos los locales que visito tienen algo en común. Da igual si son restaurantes españoles, mexicanos, chinos o lo que sean: todos ellos utilizan poca sal para cocinar.

Provengo de una familia donde no se escatima la sal para cocinar. Es más, quizá se utiliza en exceso, y lo digo por el sabor, no entro de momento en si la sal es buena o mala. Y, claro, se nota.

Lo cierto es que la razón por la que en los establecimientos de hostelería se cocina actualmente con poca sal es porque se ha demonizado un tanto: aún no he oído a nadie decir que la sal es buena. Sin duda es por la mala fama que acumula en los últimos tiempos algo tan cotidiano en la alimentación como la sal. Pero, ¿ la sal es mala?

La sal es un nutriente indispensable para nuestro organismo, pero debe tomarse con moderación. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se consuman un mínimo de tres gramos al día y un máximo de cinco.

La cuestión es que, al menos los españoles, ingerimos prácticamente el doble de la dosis máxima aconsejada, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

Tomamos una media de cerca de 10 gramos al día de sal, proveniente casi siempre de alimentos procesados, como embutidos, comida rápida, conservas y platos preparados…

¿Y cuáles pueden ser las consecuencias de una ingesta excesiva y continuada de sal? Pues hay muchas, y ninguna buena. Se relaciona el exceso de sal con el aumento de la tensión arterial, aparición de ciertos tumores, agravamiento de la osteoporosis, accidentes cardiovasculares e incluso ictus.

El remedio parece fácil: primar la alimentación sana al exceso de sal. Pero no es tan fácil controlar las cantidades de sal en los alimentos.

En cualquier caso, nos ayudará limitar el consumo de embutidos curados, quesos, salazones de pescado, sopas o salsas.

Y un consejo básico que puede ir muy bien es, a la hora de cocinar, añadir la sal en el último momento, porque el guiso requerirá de menos cantidad de sal y la que eches aportará más sabor si se incorpora al final.

Utilizar hierbas aromáticas en lugar de sal o para reducir su consumo es otra buena opción, así como el limón, que puede hacer milagros a la hora de aportar sabor y dará a tus platos un toque diferente.

 

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* Foto: GTRES

No olvidemos a los celíacos

galletasComo todos los 5 de mayo, este martes conmemoramos el Día Internacional del Celíaco. La celiaquía o enfermedad celíaca (EC) es una intolerancia permanente al gluten que padecen en España una de cada cien personas, pero que, pese a ello, sigue siendo una gran desconocida para buena parte de la población.

El organismo de los celíacos actúa frente al gluten como si se tratar de un elemento extraño a combatir, y no hay tratamiento para esta enfermedad. La única solución es dejar de tomar gluten, presente en el trigo, la avena, la cebada o el centeno, y en ese caso desaparecen los problemas.

De lo contrario, y aunque hay personas más sensibles que otras, el daño al intestino afecta a la absorción de nutrientes esenciales, como las vitaminas de los grupos B, A, D, E y K y minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el zinc.

Sus síntomas suelen ser de tipo digestivo: hinchazón abdominal, deposiciones blandas, diarrea crónica o estreñimiento. Aunque a veces los síntomas son incluso inapreciables, manifestándose únicamente en forma de pérdida de peso, cansancio, anemia, retraso en el crecimiento…

Lo que sí comparten todos los celíacos es una atrofia en el revestimiento interno de la parte superior del intestino delgado, concretamente en las vellosidades, responsables de las posibles alteraciones en la absorción de los nutrientes de los alimentos: proteínas, grasas, hidratos de carbono, sales minerales y vitaminas.
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La clave del pescado está en la variedad

gtres_a00592252_033Hablábamos en otra ocasión de que la presencia en el pescado de ese parásito llamado anisakis, presente en el 36% del pescado que se consume en España, echaba para atrás a muchos, que incluso habían dejado de tomarlo.

Hoy vamos a comentar otro problema habitual en algunos pescados que se venden en las pescaderías españolas, la presencia de mercurio en algunos de ellos.

La Agencia de Seguridad Alimentaria (Aesan)  ha alertado en numerosas ocasiones de la presencia de mercurio en diversas especies habituales en los mercados, un metal pesado que puede ser muy tóxico.

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Si eres vegetariano o vegano, que no te falte de nada

Ser vegetariano o vegano tiene partidarios y detractores. Al margen de polémicas que poco tienen que ver con la alimentación, seguir una dieta  vegetariana o vegana puede ser una opción saludable, siempre que no te falte de nada.

Hay muchas ideas preconcebidas sobre este tipo de dietas. Los detractores suelen recurrir al “ellos se lo pierden” y algunos activistas radicales del veganismo pretenden nada menos que se imponga sus criterios como pautas alimenticias universales. Ni una cosa ni la otra. El respeto debe ser un patrón básico en cualquier caso.

Se puede ser vegetariano o vegano si uno quiere, e incluso hay evidencias médicas que demuestran que quienes siguen una dieta vegetariana presentan menor incidencia de obesidad, hipertensión e incluso cáncer.

En cualquier caso, hay muchas pautas para afrontar el vegetarianismo y el veganismo. Están los semivegetarianos, que comen algo de carne y pescado al menos ocasionalmente; los ovolacteovegetarianos, que no comen ni carne ni pescado, pero sí derivados animales, como leche o huevos; los veganos, que no consumen nada de procedencia animal, ni siquiera miel; y los frugívoros, que únicamente consumen frutas frescas y desecadas, frutos secos y verduras de las que se recolecte sólo el fruto.
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