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La comida en los parques de ocio

gtres_u094725_009Tenía muchas ganas de llevar a los niños a ese parque temático del que tanto me hablaban. Me informé y comprobé que, por poco que me gastara, se me iba a ir un pastizal en la visita.

Dos niños y dos adultos, al margen de los gastos de desplazamiento, sólo en entrar al parque se me fueron 160 euros. Pero esto no me sorprendió, que ya lo sabía. Lo que me sorprendió es que el chaval de unos 20 años que me pidió los tiques en el torno de entrada, insistió en revisar todas nuestras mochilas, incluso las de los niños, en busca de alimentos.

“Está prohibido traer comida de fuera”, me dijo el empleado. Y, la verdad, que te diga esto un chaval de 20 años que luce una gorra con enormes orejas de conejo, mientras revisa las mochilas de tus hijos, es bastante desconcertante.

No llevábamos comida en las mochilas. Pero ahora entiendo la revisión. En el parque nos dejamos esa jornada casi 400 euros entre parking, entradas, souvenirs (pocos), bocadillos, bebidas y tonterías varias.

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Puedes recuperar tu dinero de la tarjeta Paypal Prepago

a00504157 009Os voy a contar hoy cómo ha recuperado su dinero nuestra amiga Laura Belmonte, de Castellón, después de que su tarjeta Paypal Prepago dejara de estar operativa.

Hace más de un mes que el Banco de España revocó la autorización para operar a Younique Money, titular, entre otras, de la tarjeta Paypal. Desde ese momento, estas tarjetas dejaron de estar operativas para pagar compras, pero al tratarse de una tarjeta de prepago, ha quedado retenido el dinero de los ahora afectados, que podrían ser cerca de 100.000. O lo que es lo mismo: los titulares de las tarjetas emitidas por Younique Money disponen de un saldo a su favor pero no pueden utilizarlo.

Por esta razón, OCU ha denunciado a Younique Money formalmente ante el Banco de España, exigiendo que devuelva de inmediato a los clientes el dinero de éstos que sigue retenido, y ha ofrecido una serie de pautas llevar a cabo.

Y eso es lo que ha logrado ya Laura Belmonte, recuperar el dinero que Younique Money le tenía retenido en su tarjeta. Y así fue cómo lo hizo, siguiendo las instrucciones de la OCU:

Yo era usuaria de la tarjeta Paypal, de la empresa Younique Money. Un día revisando mi correo vi un mensaje de ellos que decía que las tarjetas habían sido canceladas, y había un enlace para rellenar una solicitud con mis datos, número de cuenta donde hacer el ingreso, foto del DNI y justificante de ser titular de la cuenta.

Les envié un mensaje porque no sabía cómo justificar la titularidad y a ese mensaje nunca me contestaron. Al ser poco el importe que quería recuperar, apenas diez euros, pensé en darlo por perdido y ya. Hasta que a los dos días vi vuestro mensaje en Facebook explicando cómo justificar la titularidad. Cogí un recibo, le hice una foto y con el programa Paint borré los datos que había en el recibo, que consideraba que PayPal no tenía por qué saber, y lo envié.

A las dos semanas aún no sabía nada del asunto, pero entonces recibí otro mensaje de ellos diciendo que lo sentían, que volviera a rellenar otro formulario, muy parecido al anterior, y que en el plazo de dos a tres días me harían el ingreso. Así que lo rellene. Lo que más me costó fue poner las dos cara del DNI en una foto y que está ocupara menos de 2 megas, pero a los tres días recibí un correo mencionando que mi solicitud estaba tramitada y que en 24/78 horas tendría mi dinero. Entonces mire mi saldo y ya lo tenía ingresado.

A nadie le gusta perder el tiempo realizando los trámites que conlleva una reclamación, pero es necesario. Sobre todo porque si no lo hacemos, nadie lo va a hacer por nosotros, y de no hacerlo le damos la razón a quienes no cumplen con los consumidores.

La situación que ha creado Younique Money reteniendo el dinero de las tarjetas de sus clientes es intolerable, y además el Banco de España debería haber previsto las consecuencias de esta actuación para que no sean los consumidores, una vez más, quienes paguen los platos rotos de la mala gestión de las empresas.

Pero, como veis, se puede recuperar el dinero. Sólo hay que pelearlo: moverse y reclamar.

* Foto: GTRES

Si confiaste equivocadamente en los bancos, aún puedes recuperar tu dinero

a00452478 1686La solvencia de los bancos españoles parecía fuera de toda duda. Pero lo cierto es que aunque muchos vendieron esa presunta solvencia a bombo y plantillo, algunas entidades no lo eran y no dudaron en hipotecar el futuro de sus clientes vendiéndoles productos que acabaron por dejarles sin dinero, e incluso alguno necesitó ser rescatado por el Estado.

Incluso el Banco de España se encargó de reflejar la verdadera situación de algunas entidades, aludiendo a que la mayor amenaza era la liquidez y una inadecuada estructura financiera. La situación más que ajustada, la morosidad… fueron factores se unieron en contra de los accionistas que confiaron en estas entidades bancarias.

Este falseamiento de las cuentas por parte de algunas entidades provocó que muchos consumidores confiaran con los ojos cerrados en la solvencia de las entidades, cuando quedó más que demostrado éstas mentían.

Ante esta circunstancia, los consumidores a los que les vendieron gato por liebre tratan ahora de recuperar su inversión, su dinero. Y para ello, la solución es acudir a los tribunales para reclamar. Es lo que han hecho numerosos consumidores a través de OCU, pues la la ley está de su parte. Si estás en la misma situación y quieres recuperar tu dinero, no lo dejes y reclama lo que es tuyo.

* Foto: GTRES

Cómo nos libramos de la cláusula suelo

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Tengo la enorme suerte de tener la hipoteca de mi casa casi pagada. Un lujo en estos tiempos. Apenas me faltan cinco años para finiquitarla, mis condiciones son buenas y las cuotas que pago cada mes no son excesivamente altas. Como tenaz consumidor que soy, me fije muy bien en todas las condiciones al hacerla y, además, la formalicé hace años, cuando las condiciones hipotecarias de los bancos no eran tan duras como en los últimos tiempos.

Pero no todos los consumidores somos iguales ni tenemos las mismas circunstancias. Mi amiga Amparo, por ejemplo, descubrió casi cinco años después de formalizar su hipoteca, que la entidad le ha estado cobrando mensualmente casi un 4% de más por el único hecho de tener una cláusula suelo.

El tema no es nuevo y afecta a miles de personas. En sólo unos pocos años, la banca española -unos bancos más que otros- se ha embolsado más de 10.000 millones de pesetas gracias a cláusulas suelo ilegales.

Estas cláusulas suelo marcan el tipo de interés que afecta a las hipotecas y la banca las utiliza para sacar tajada e impedir que sus clientes se beneficien de rebajas en las cuotas cuando bajan los tipos oficiales, que con la crisis han llegado a ser extremadamente bajos.

El Tribunal Supremo ha condenado estas artimañas por ocultar a los clientes que esta cláusula es un componente fundamental de la hipoteca, por incluirla como supuesta contraprestación de una cláusula techo, que marca el interés máximo; por no simular cómo podrían variar los tipos de interés, por no informar a los clientes de cómo sería esa hipoteca sin cláusula suelo y por esconderla bajo cantidades industriales de datos anodinos.

Lo primero que se debe hacer al formalizar una hipoteca es rechazar la inclusión de una cláusula suelo. Y si ya se dispone de hipoteca, lo primero es comprobar si se tiene o no esta cláusula. Si tu interés supera el valor del Euribor más el diferencial, la tienes, y debes librarte de ella.

Adiós a la trampa por vía judicial

Eso es lo que hizo mi amiga Amparo con mis indicaciones. Primero fuimos a su banco y presentamos un escrito ante el defensor del cliente de su entidad, alegando falta de transparencia en el contrato hipotecario y después ella presentó la denuncia ante los tribunales, cuya sentencia le fue favorable ante argumentos tan evidentes.

Así, Amparo se libró de su cláusula suelo y recuperó el dinero pagado de más, pues el juzgado consideró la práctica un abuso y condenó al banco a la devolución de las cantidades abonadas de más con efecto retroactivo. Estas sentencias les están suponiendo a los bancos una media de 6.000 euros de desembolso por cada caso, devoluciones a las que suelen negarse nada más conocer la sentencia, pero que acaban asumiendo porque ya no les queda otra tras la sentencia judicial en su contra.

Fue entonces cuando el banco, que hasta entonces se había hecho el muerto, le propuso a Amparo una modificación del contrato. Tarde, le dijimos. Los tribunales ya nos habían dado la razón, y una modificación de la hipoteca entonces se consideraría un pacto entre las partes, pacto que conllevaría muchos gastos adicionales y que podría quedarse en nada.

Esta historia tuvo un final feliz gracias a que Amparo y yo sabíamos que la ley estaba de nuestra parte. Pero se cuentan por miles los consumidores que siguen pagando de más cada mes por tener cláusula suelo. Si conoces a alguien en esta situación, haz como yo, dile que no se conforme y que pelee por librarse de una cláusula que es abusiva e ilegal en la inmensa mayoría de ocasiones.

 La hipoteca de Amparo cuando tenía cláusula suelo. Pagaba entonces una cuota de 1.055,67 euros al mes.

La hipoteca de Amparo cuando tenía cláusula suelo. Pagaba entonces una cuota de 1.055,67 euros al mes.

La hipoteca de Amparo ya sin cláusula suelo. Le corresponde pagar una cuota de 825,31 euros mensuales.

La hipoteca de Amparo ya sin cláusula suelo. Le corresponde pagar una cuota de 825,31 euros mensuales.

* Fotos: GTRES

Cuentas olvidadas o cómo el banco hace caja a tu costa

Recuerdo que cuando era un niño, mis padres me abrieron una cuenta para que fuera guardando mis ahorrillos. Me ingresaron 20.000 pesetas y, la verdad, no volví a meter más dinero en esa cuenta. Pero, eso sí, a final de año, esas 20.000 pesetas me habían generado algunos intereses y, a diferencia de lo que ocurre en estos tiempos, no eran desfavorables. El banco me daba poco, pero me caían entre 400 y 600 pesetas al año por el mero hecho de confiarle mi dinero a una entidad bancaria.

Esto lo cuentas hoy en día y suena a ciencia ficción. Porque a final de año, tu banco no sólo no te abonará nada en tu cuenta, sino que te cobra los gastos de gestión, la tarjeta que no pediste pero que te mandaron y lo que se le vaya ocurriendo.

A mí de niño solo me daban moneditas (GTRES).

A mí de niño solo me daban moneditas. (GTRES)

Los bancos han cambiado mucho. La venta fraudulenta de preferentes o la inclusión de cláusulas suelo abusivas en las hipotecas son ejemplos claros de prácticas que no habrían empleado los bancos hace años. Lo insólito de que te cobren por ingresar dinero en tu propia cuenta o que un descubierto generado por el propio banco implique que tú pagues intereses son otros ejemplos más cotidianos que evidencian que los bancos no son lo que eran.

Otro ejemplo de que los bancos miran ahora por sus propios intereses por encima de los de los clientes pasa por el hecho de tener una cuenta bancaria inactiva y lo que puede suponer. Si tienes la desgracia de olvidar que la tienes y ésta entra en negativos, irás acumulando una deuda con tu banco. Y eso lo ha sufrido este consumidor en sus propias carnes.

Después de que me denegarán la hipoteca, no quise volver a saber nada de mi banco. Di de baja mis dos cuentas, pero olvidé precisamente esa de cuando era niño, en la que tuve algún día de mi infancia 20.000 pesetas.

Ni me acordaba de ella, pero el banco sí. La ha tenido muy presente, pero sólo como fuente de ingresos. Estaba asociada a un domicilio en el que no vivo desde hace 20 años y las comunicaciones del banco llegaban allí, con lo cual yo ni me enteraba. Un día, el conserje de mi antigua casa, que conservaba mi número de teléfono, me llamó para decirme que allí había varias cartas del banco a mi nombre. Fui para comprobarlo y, efectivamente, comprobé que un descubierto de dos euros y medio me había generado ya unos intereses favorables al banco de 247 euros.

Comenté el asunto con varios abogados y me confirmaron que esta práctica es legal. Se supone que uno debe preocuparse de sus cuentas, pero el banco no te avisa de ese hecho, lo hace únicamente cuando ya puede cobrarte algo, y mientras acumule intereses, poco le importarán tus circunstancias.

El propio Banco de España, en su último informe del Servicio de Reclamaciones, dice literalmente: “La entidad, en tales supuestos en que la cuenta no está cancelada, puede legítimamente, pese a que no registre movimiento alguno, repercutir comisiones de mantenimiento, dentro de los límites del contenido del contrato formalizado”.

Es muy difícil eludir el pago de estas comisiones al tratar de cancelar la cuenta. Pero algunas posibilidades hay. La entidad debe haberte notificado convenientemente al domicilio que le figure que te está reclamando unos intereses. Si no lo ha hecho, podrás reclamar con serias posibilidades de éxito.
Soluciones

Si estás en el mismo caso que yo, si lo peleas, es posible librarte del pago de esas comisiones que ni conocías. En mi caso, negocié con el banco tras presentar por escrito una reclamación ante su Servicio de Atención al Cliente, que me la selló y ambos nos quedamos una copia.  Hasta aquí llegó mi caso, que se resolvió negociando con el banco y abriendo una nueva cuenta en la entidad. Al hacerlo ‘me perdonaron’ el pago de esos 247 euros de intereses, pero, claro, continué con ellos. Ahora me pensaré cuándo es buen momento para cancelar esa cuenta.

Si tu caso va más allá y al tratar de negociar con el banco, no te hacen caso, puedes presentar una reclamación ante el Servicio de Reclamaciones del Banco de España, en la calle Alcalá, 48 de Madrid, 28014.

 

* Pronto hablaré de la garantía de los productos. Si tenéis alguna inquietud sobre este tema, no dudéis en preguntar.